El suave crujido de la madera al arder en la chimenea llenaba la cabaña con un calor acogedor. Ash se balanceaba lentamente en la silla mecedora, con los brazos cruzados sobre su pecho y la mirada perdida en las llamas.

Era la primera vez en mucho tiempo que se sentía… en paz.

No había nadie persiguiéndolo. Nadie observándolo con miradas posesivas. Nadie tratando de convencerlo de que su única razón de existir era ser “de ellas”.

Pero algo le inquietaba.

En una de las paredes de la cabaña, su atención fue capturada por una extensa colección de documentos, recortes de periódicos y anotaciones. Se levantó lentamente, acercándose con curiosidad.

Sus ojos recorrieron las hojas viejas y amarillentas con titulares impactantes:

"SEIS AÑOS SIN EL CAMPEÓN MUNDIAL"

"BÚSQUEDA DE ASH KETCHUM CONTINÚA: ¿DÓNDE ESTÁ?"

"SE CREE QUE FUE VISTO EN GALAR, ALOLA, KANTO Y PALDEA, PERO NO HAY PRUEBAS CONCRETAS"

Sus manos temblaron ligeramente al tomar una de las hojas, repasando las palabras con incredulidad.

—¿Seis… años? —murmuró.

Pero eso no tenía sentido. Para él, solo habían pasado seis meses desde que huyó de la dimensión de bolsillo de Arceus. Desde que escapó del control de esas Pokémon obsesivas. Desde que había logrado recuperar un poco de su libertad.

Entonces, sus ojos se detuvieron en una serie de anotaciones escritas con tinta roja. La letra era firme y ordenada:

"AÑO 1: Se notó su presencia en Galar. Entró a su mansión pero desapareció poco después."

"Testigos afirman que un portal se abrió en la mansión antes de su desaparición."

"AÑO 3: Posible avistamiento en Alola. Investigado, pero sin resultados."

"AÑO 5: Informes de actividad en Kanto, cerca del Monte Plateado. Sospecha de una presencia oculta en la región."

Ash sintió su corazón latir con fuerza.

—Esto… no puede ser real… —susurró, su mente tratando de encontrar una explicación.

Si realmente habían pasado seis años, entonces… ¿qué había sucedido con él?

¿Había estado atrapado más tiempo del que creía? ¿Acaso el tiempo en la dimensión de bolsillo fluía diferente al del mundo real?

El peso de la realidad lo golpeó como un mazo. Su vida había sido robada.

Seis años perdidos.

Un sonido detrás de él lo sacó de sus pensamientos.

—Hehehe… recién te enteras de eso, ¿verdad?

Ash se giró rápidamente, viendo a Mewtwo apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Su expresión tenía un dejo de burla, pero en sus ojos se veía algo más profundo: comprensión.

Ash tragó saliva, sintiendo un frío recorrer su espalda.

—Dime que esto es una broma…

Mewtwo negó lentamente con la cabeza.

—No lo es. Para el mundo, desapareciste hace seis años. Para ti… solo fueron seis meses.

Ash apretó los puños, sintiendo la ira crecer dentro de él.

Seis años de su vida. Robados. Perdidos en una pesadilla de amor enfermizo y control absoluto.

Se giró de nuevo hacia la pared llena de información, su mirada ahora ardiendo con una nueva determinación.

No importaba cuánto tiempo hubiera pasado.

No importaba cuánto le hubieran quitado.

Recuperaría su vida.