La Preparación para la Tormenta
La cabaña de Red en el Monte Plateado era un refugio sencillo pero resistente. En su interior, el fuego de la chimenea crepitaba suavemente, llenando el ambiente con un calor reconfortante. Ash se dejó caer en una silla de madera, sintiendo cómo sus músculos protestaban después de tanto tiempo en tensión.
Red se mantenía en silencio, sirviendo dos tazas de té caliente. Su Mewtwo lo observaba con curiosidad, como si analizara cada pensamiento en la mente de Ash. Los Articunos estaban afuera, vigilando la montaña.
—No ha sido fácil encontrarte —dijo Red, entregándole una taza.
Ash la tomó con manos temblorosas.
—No intentaba que me encontraran —murmuró.
Red asintió.
—Lo sé. Pero la verdad salió a la luz. Ya nadie cree en las mentiras que dijeron sobre ti. Sin embargo, tus enemigos no han desaparecido.
Ash sintió un escalofrío que no tenía nada que ver con el frío. Sabía que Arceus, Serena y sus antiguas Pokémon no se rendirían tan fácilmente.
—¿Cómo lo supiste? —preguntó Ash.
Red se apoyó en la pared, cruzándose de brazos.
—Investigación. Testimonios. No todos te traicionaron, Ash. Hay gente que aún confía en ti.
Ash sintió una punzada en el pecho.
—¿Quién?
Red lo miró con seriedad.
—Lionel. Cynthia. Algunos líderes de gimnasio y entrenadores de élite. Saben que fuiste víctima de una conspiración… pero no pudieron hacer nada sin pruebas.
Mewtwo intervino, su voz resonando en la mente de Ash.
—Nosotros ayudamos a reunirlas. Las regiones están divididas.
Ash apretó los dientes.
—Entonces no estoy solo…
Red se acercó y puso una mano en su hombro.
—No. Y es hora de pelear.
Ash levantó la mirada.
—¿Cómo? Arceus es una diosa… y las otras no se detendrán.
Mewtwo sonrió de forma enigmática.
—Una diosa puede sangrar… si sabemos cómo hacerlo.
Ash sintió que una chispa de esperanza se encendía en su interior. No estaba acabado. No aún.
—Entonces empecemos.
Red asintió.
—Descansa esta noche. Mañana, comenzamos a entrenar.
Afuera, en la montaña, la tormenta rugía con fuerza. Pero dentro de la cabaña, Ash ya no sentía miedo.
La batalla por su libertad estaba por comenzar.
Nota del autor: se que es algo corto pero es que quise publicarlo lo más rápido para mostrar mí nueva forma de escritura.
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