capitulo 7

Ahora mismo nos dirigimos al lugar donde se dará inicio al evento de firmas de autógrafos. durante mis largos años de ser un escritor, está será mi segunda vez asistiendo.

Nunca creí que mi libro"Un día lluvioso." Sería leído por tantas personas, solo escribió porque me gusta. Pero Yael me convenció de subirlo a mi sitio web. Fue entonces cuando la editorial “ La lectura es como las rosas” me contacto. Yo no podía creerlo, ese fue un de los días más felices de mi vida.

—Hay muchas personas—Tamara entro al estacionamiento.

—Eso parece—Me puse la máscara.

—¿No te cubrirás el rostro?

—No, yo estaré a unos metros lejos de ti. La que estará junto a ti es Ivy.

Los dos se adentraron al lugar, cuando las personas los vieron entrar, los gritos también resonaron por el lugar.

—¡Oh, dios. Es júpiter, es júpiter!—Lo reconocían por la máscara y ese hermoso cabello.

Klaus levantó sus manos, saludos a sus lectores al tiempo que iba a su lugar correspondiente. Era una enorme fila.

—Si te sientes mal me avisas.

—Esta bien—Tamara se retiró hacia el frente, una dirección donde aún pudiera verla.

Salude a los dos escritorios que están junto a mi, mi lugar está en medio de ambos. Ivy venía llegando, venía directo hacia mi.

—Me disculpo por el retraso, te traje está botella de agua. Y unos aperitivos.

—Gracias, y llegas a tiempo.

—Estare por aquí—Apunto una dirección no muy lejos, Klaus asintió.

Ya eran las 8:30 de la mañana, se dio inicio al evento. Las primeras en las filas se sentían emocionadas al tener a su escritor favorito frente de ellas. La espera había valido la pena.

—H-hola, ¿Cómo está?—Tartamudeo la primera joven en la fila.

—Muy bien—Mentiras—¿Su nombre.?

—Fatima.

Klaus firmo una dedicatoria para ella—Gracias por venir, Fátima—Le devolví el libro.

—Es un honor para mí, esto es para usted—Entrego una caja de chocolates.

—Los disfrutaré—Sonrió, la chica se retiró con la mayor felicidad.

Así fue durante un buen tiempo, y las filas de cada escritor no se veía que disminuyera. Las fanáticas les entregan obsequios, oh a veces piden una foto con ellos. Para presumir en sus redes sociales.

Después de casi 5 horas, ya se podía ver el final del túnel. La última persona se acercó a Klaus, este se sorprendió por lo cubierto que anda.

Este joven será alguna celebridad, está demasiado cubierto, lleva gorra, mascarilla. Y unos lentes dorados, tan dorados como sus ojos. Se me parece conocido, ¿Dónde evisto esos ojos? Bueno, no importa, terminemos esto pronto. Quiero descansar.

—Hola—El solo asíntio y pasó su libró para que la firme, que sujeto mas raro—¿Nombre?—Para saber aquí iba dirigido la dedicatoria.

En esos ojos dorados se podía notar un poco de sorpresa, y curiosidad.

¿Por qué no responde? ¿No puede hablar?

—¿Puede escribirlo?—Sugirio y como si encontrara una salida a esta situación incomoda, el escribió las siguientes letras; X.M.

Klaus entendió al instante, escribió la siguiente dedicatoria; Querido X.M, mis mejores deseos para todos tus retos que te propongas por cumplir, es un honor para mí, el saber que mi libro te gustó, con mucho cariño. Júpiter.

Cuando Klaus estaba concentrado escribiendo, el fanático también estaba concentrado en las sortijas de su dedo anular. Parecía como si le habían confirmado algo.

—Gracias por venir.

—Esto es para usted—Le entrego una bolsa de regalo, qué contenía era difícil saberlo.

Klaus quien pensó que no podía hablar, la acepto con una mirada un poco confundía. El evento se dio por terminado, Tamara y Ivy se encargan de llevar los obsequios de Klaus al auto.

—Vamos a comer al restaurante que está a la vuelta de la esquina—Sugirieron las dos alfas.

—Por mi está bien, estoy muy hambriento—Se quitó la máscara.

—Al restaurante se a dicho—Tamara puso el auto en marcha.

—Joven maestro—Hablaron los guardaespaldas.

—¡¿Esa era Ivy?!—Se quitó la mascarilla, gorra.

—Si, ella es la editora de Júpiter.

Qué pequeño es el mundo, quién diría que mi hermana es la editora de mi escritor favorito, ¿pero que hacía mi asistente Tamara con ellos?

Mientras tantos Klaus, Tamara y Ivy. Están bajado del auto.

El restaurante de dos plantas es muy elegante, no somos ricos, pero podemos pagar de vez en cuando una comida de calidad.

Una joven beta los guío a la segunda planta, no tocó la mesa cuatro, enfrete quedaba la vista a la ciudad. Pero, el cuerpo de Klaus se tensó, no esperaba ver a su ex esposo en este mismo espacio.

Qué afán de hacerme sufrir. ¿Qué te hice destino? ¿Por qué me odias tanto?

Yael también se sorprendió al ver a su ex esposo, y sus dos amigas, algo que ellas dejaron de pensar aproximadamente dos semanas. Ellas dos solo quieren estrangularlo.

—¿Podemos irnos?—Ivy estaba por decirle a la empleada que la comida se cancela.

—No importa, solo quiero comer—Estoy cansado de ser el único que huye Siempre, yo no le debo nada a nadie.

—¿Seguro.?—Esta vez preguntó su hermana.

—Si, no se preocupen—Se sentó, dándole la espalda a la feliz pareja. La que podía verlos perfectamente era Tamara y Ivy, pero no les dieron importancia.

Ordenaron langosta, pechuga a la plancha, ensalada, y bebida saludable. No iban a tomar vino enfrente de Klaus.

—¿Conoces esas personas?—Preguntó el joven Omega, el no sabía quién era exactamente el ex esposo de Yael.

A la única que conozco es esa tal Ivy, la cual hizo un escándalo, como si a ella le importara lo que pasó con mi Yael y su ex esposo.

—Si, el de cabello color lila es mi ex esposo, la que se parece un poco a él, es mi ex cuñada. A la de cabellera como el fuego es Ivy, mi amiga, ya lo conoces.

Si Ivy hubiera escuchado eso, ella le gritaría sus verdades. Ahora mismo se están contenido el no abofetearlo.

—El es muy guapo.

No creí que tuviera ese explendido cuerpo, o que su piel fuera tan fina. Su nariz es respingada, tiene una mirada que te hace querer verla siempre.

Creí que al ser Beta sería una persona común, sin nada que ofrecer o admirar. ¿Por qué es más hermoso que un Omega? Los betas deben ser personas que no llamen la atención.

Ahora entiendo el porqué Yael estuvo enamorado de él, es entendible, pero de todas maneras eso no sirvió para que Yael se quedará con el, siento lástima por el. Es grandioso que nací como un Omega, gracias a eso, conocí a mi destino.

—Lo sé, pero se queda muy cortó a la par de ti—Sonrió.

—No intentes mentirme para hacerme sentir bien—Hizo un puchero.

Era verdad, Jobim es como una muñeca de porcelana. El es muy hermoso, pero eso no quiere decir que sea verdad que Klaus se queda corto en comparación a su belleza.

—Es la verdad, no digo mentiras.

—Entonces, ¿Podemos saludar?

Yael se estremeció, pensaba que como podía presentarle a su ex esposo, su nueva pareja. Eso seria muy bastardo de su parte.

—No. Creo que eso seria un poco incómodo e inapropiado.

—Solo quiero disculparme con el, no me siento la mejor persona después de como surgió nuestra relación. El se merece una disculpa.

—Es mejor que se la demos más adelante.

—Como gustes—No estaba del todo feliz con la respuesta de Yael, pero la acepto.

Jobim dejo un casto beso en los labios de su pareja, para Ivy y Tamara que los están viendo con el revés del ojo, eso era una clara insinuando de decir es mío.

Lo que ellas no sabían que Klaus también puede saber que no están bien con solo ver sus expresiones, pero se hizo el desentendido aunque en el fondo hasta la comida le está causando pesar.

Se está arrepintiendo de a verse quedado ahí, las heridas causadas que estaban logrado cerrarse aunque sea un poco, se volvieron abrir con más fuerza, dejado al descubierto los maltratados huesos de su cuerpo.

Si, esa traición, divorcio, deslealtad, habia penetrado hasta los huesos.

Yael, cuando Jobim no tenía su atención en él, ese momento lo aprovecha para ver a Klaus, sus ojos mostraron un poco de sorpresa al ver qué aún no se quita las sortijas de su dedo anular.

Solo que no andá esas sortijas porqué todavía tenga esperanza de volver con él, las anda por qué tomo el consejo de Xander, al que el llama el rarito.

Terminamos de comer, dejamos la propina. Salimos rápido de ese lugar, cuando ya estuve en el auto, por fin podía respirar apropiadamente. Pero, ese malestar no se iba.

—Yo tomaré un taxi, me llaman cuando estén en su casa
—se despido.

—Tu también haz los mismo—Expresaron ambos hermanos.

—Asi lo haré.

Tamara puso en marcha el auto, Klaus seguía viendo a Ivy por el retrovisor, hasta que ya no logro verla. Solo asi, su mirada volvió al frente. Ivy vive más lejos, y los hermanos no pasaban por esa calle, donde ella viví. Por eso no la llevan con ellos.

—¿Tienes náuseas?

—No. Todavía no llegan—Tal vez más adelante lleguen sin parar.

Klaus a bostezo, le estaba entrando mucho sueño. Era por todo el cansancio de este día.

—Llegamos—Estacione el auto, la luz está encendida. Marlon ya debe de estar en casa.

Klaus con la ayuda de Tamara bajo todo todo los obsequio. Entraron a la casa, Marlon los recibió con una gran sonrisa.

—Tengo sueño, que tengan bonita noche—Tamara le pasó las demás bolsas, Klaus subió a su habitación.

—Descansa—Expresaron.

Klaus entro a su habitación, acomodo todo en el piso. Los vería después, Ahora mismo se fue al baño. Se dará una rápida ducha antes de dormir.

Después de ducharse se puso una pijama de seda, cepillo sus dientes. Se fue directo a la cama, pero cuando estuvo acostado, su mente se llenó con la imagen de Yael y Jobim.

El nudo en su garganta indica sofocación, eso no lo deja dormir, y el no quiere seguír llorando. Llevo sus manos al abdomen, intentó imaginar cómo sería su bebé si era un niño o niña. Solo así, dejo de pensar en lo que le hacía dañó. Con ello logro quedarse dormido.

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