capitulo 6

—Doctor. ¿Que fue lo que sucedió?—Estoy sentado junto a la camilla donde está acostado Klaus.

El médico tuvo que sedarlo para que se calmara, porqué estaba demasiado alterado suplicado que no dejarán morir a su bebé.

—Su pareja..

—¿Pareja..? ¡Espere, alto ahí! Él no es mi pareja—Aclaró en un tono monótono, y con cero expresión en su rostro.

—¿Ahora negara que el niño que lleva en su vientre tampoco es su hijo, Vicepresidente Myers?

Si, el doctor lo reconoció con solo darle una mirada, después de todo era el soltero más codiciado.

—El dice la verdad—Klaus había despertado, Xander le pasó un vaso de agua.

—¿Entonces donde está el padre?

—¿Eso..eso importa?—Puse el vaso vacío en la mesita.

—Si, es muy importante.

—¿Por qué?—Aprete mis puños.

—Explicare lo que pasa, tu bebé está bien—Klaus suspiró aliviado—Pero por ahora—Klaus se desinfló.

—No se vaya por las ramas—Xander sonó fastidiado.

—Me disculpo, el reciente dolor que sufrió el señor Klaus Fletcher, se debió a la falta de feromonas, el bebé requiere de unas abundancias feromonas, al igual que su cuerpo señor Fletcher. Si no recibe una doci cada semana, temo que ambos se irán deteriorando.

¿Quiere decir que tengo que decirle a Yael? ¿Hasta que punto tengo que necesitarlo? ¿Por qué toda mi vida y la de mi bebe de pende de el?

—La otra solución sería que interrumpa el embarazo—Sugirió.

—¡No!—Me negué rotundamente, si tengo que rogar por las feromonas de el una vez a la semana, lo haré. Yael me lo debe.

Pero, su pareja es lo complicado, pensara que estoy usado a mi bebé para estar cerca de su alfa.

—Las feromonas de otro alfa, ¿Funcionaria?

—Si es dominante podría funcionar. Pero, que el bebé lo acepte es lo que vendría siendo el problema. Creí que era su hijo porqué el aceptó las de usted—Le explicó a Xander.

¿Por qué demonios mi bebé aceptaría las feromonas de este tipo rarito?

Klaus no logro escuchar de como el doctor llamo de una manera respetuosa a Xander. Por lo que aún lo considera rarito.

—No me vea así, yo estoy igual de consternado— A penas lo evisto dos veces, y de una manera incómoda.

¿Por qué al bebé le gustaría mi olor? será porqué en dos ocasiones le ayude a su papá.

—Mi hermana es alfa dominante, somos familia. Estaremos bien—Apuesto que a mi granito de arroz también aceptará sus feromonas—¿Me puedo ir?

—Si, pero recuerda lo que te dije. Tienes que entender la gravedad del asunto. No es solo un pequeño problema de feromonas, su vida está en riesgo.

—Lo entiendo—Pero no pienso interrumpir mi embarazo, así muera en el intento de tenerlo, yo lo haré—¿Puedo preguntar una cosa más?

__Adelante—permitio.

—Tengo que hacer algo mañana, es por parte de mi trabajo. La mayoría del tiempo estaré sentado, Eso no le afectará a mi bebé, ¿Oh, si?

—No, ya tuviste la docil adecuada de feromonas, estará bien hasta la próxima semana, tienes que hablar con el padre de tu bebé, en ese lapso de tiempo, antes que cumplas la nueva semana.

—Comprendo—Klaus se levantó de la camilla—Gracias por traerme, señor—Hizo una reverencia.

—Solo dime Xander, no soy un señor—Eso le había causado conflicto, no le gustaría que Klaus lo viera como un viejo.

¿Xander? ¿Cómo Xander Myers? No, dudo que sea la misma persona. Qué persona millonaria le prestaría atención a un don nadie como yo.

—¿Dónde están mis comprás? ¿celular?—Mi hermana debe de estar preocupada.

—Aqui—Xander la había puesto en un lado de la camilla.

Klaus sujetó sus compras, de la bolsa sacó su celular. Tenía diez llamadas perdidas de Tamara.

Si no le llamo ahora mismo, ella saldrá a buscarme. Necesito llamarla.

—De nuevo gracias, y Adios—Klaus salió de la habitación, Xander se quedó un poco perplejo, muchos querrían tener la oportunidad de hablar con él. Pero Klaus no era uno de ellos.

Para ser un tipo raro que le gusta escuchar a escondidas y tener siempre una expresión de poke, es una buena persona. En el mundo esas personas son raras.

—¿Ni si quiera me invitará a un café por la ayuda?

Retiró el pensamiento inútil que tuve hace un momento, pero tiene razón, nos ayudó. Se tiene merecido el café.

—Esta bien—Los dos salieron del hospital, Klaus iba llamado a su hermana.

—¡Demonios Klaus!—Aleje el celular de mi oreja, mi hermana hablo demasiado fuerte—¿Dónde estás? ¿Te paso algo? ¿Por qué no contestas? Estoy tan preocupada.

—Mara, tranquila. Estoy bien—No puedo decirle que estoy fuera del hospital, se lo explicaré hasta que este en casa—Estaba muy concentrado comprado que no escuché tus llamadas, llegaré justo a la hora del almorzar.

—¿Hay algo que no me estás diciendo? lo puedo notar en tu voz, sea lo que estas por hacer, dejarlo. Regresa a casa—Klaus observo a Xander, puso en silencio la llamada.

—Ve con ella, puedes invitarme a ese café la próxima vez que nos veamos—Lo cual es casi imposible, no creo que volvamos a coincidir.

—De cuerdo, adiós—Estuve de acuerdo porque eso no sucederá.

Klaus subió al taxis, finalizó la llamada con su hermana después de decir que ya iba en camino.

—Joven maestro Xander, lo hemos buscado por todos lados—Siempre nos hemos preguntado como es que el siempre escapa de nuestra visión, si seguimos así, nos quedaremos sin trabajó.

¿Mara? ¿Dónde escuchado ese nombre? ¿No será mi asistente Tamara? Lo dudo, el mundo no estan pequeño para tales coincidencias.

—Eso no importa, vámonos—Subio al auto.

Ni bien había entrado a la casa cuando Klaus fue recibido por un fuerte abrazo, Tamara ya podía respirar tranquila.

Correspondí su abrazo, ahora lo necesitaba más que nunca.

—Mara, no sé que hacer. Todo se empeña a qué siga atado a un amor que para el ya tuvo fecha de caducidad.

—¿Qué pasó exactamente?—Se sentaron, Klaus dejo la bolsa con sus compras a un lado, cerca del sofá.

—Estuve en el hospital—Tamara se asustó, quería preguntar porqué, pero Klaus le hizo un gesto de que callé.

Klaus le contó todo lo sucedido, desde principio a fin, emitiendo algunos detalles, como el nombre de Xander, el que dejo con el nombre de tipo raro. Tamara tenia una expresión llena de enojo, frustración.

—Mis feromonas pueden funcionar, es mi sobrino. No creo que las rechace.

—Lo mismo pienso, lo sabremos en una semana. Si no funcionan, no quedará de otra que contarle a Yael, que estoy esperando un hijo de el. No quiero mendigar su ayuda, pero por mi granito de arroz, lo haré.

—A mi tampoco me gusta la idea, más que no sabemos cómo es su actual pareja, los ricos son demasiado arrogantes.

—Se lo dejaré en claro que no se lo digo porque quiera, si no porque no me quedó de otra—Lo menos que quiero es que me tachen de meterme en una relación, donde fui yo el perjudicado.

—Yo hablaré con él, no es necesario que tú lo hagas. Ya no quiero que sigas en esa montaña rusa de sufrimiento.

—Soy fuerte, hermana. Cómo puedes ver, aún sigo de pie sin importar qué todo me grita que me rinda, yo seguiré avanzado.

—Se que eres fuerte, de eso no hay duda—Pero se que estás en la cuerda floja, un paso en falso y tu mundo se vuelve cenizas.

—Tenemos hambre, ¿ya está el almuerzo?—Cambio de tema.

—Si, prepararé sopa de Res, y unas ricas costillas fritas.

—Eso suena bien.

Los dos fueron directo a la cocina, a deleitarse con la comida.

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