capitulo 5

Klaus, desde hace mucho que quiero decirte algo—El adolescente de 14 años se toca el cabello con nerviosismo.

¿Qué cosa?—Klaus está concentrado en sus estudios.

Pero, ¡mírame!—se quejo.

Esta bien, ahora dime—Lo vio a los ojos.

Me gustas, estoy enamorado de ti—Sus mejillas se tiñeron de rojo.

Klaus no respondía, ese silencio esta matado a Yael.

No podemos estar juntos—Apreta los dientes—No podemos.

¿Por qué?

—¡Se te olvida que soy beta, y tú un alfa! Tu destino está haya a fuera.

No me importa el destino, me gustas. Me gustas tú, y se que tengo la fuerza suficiente para vencerlo.

Pero... no podremos tener hijos.

Tampoco me importa, podemos adoptar.

Yael, por favor, no hagas promesas que no puedes cumplirCerro sus libros, está por retirarse.

¡Las cumpliré, lo haré. Así que... Por favor se mi novio.!

Klaus de quedó de pie si moverse, no quería caer en esas dulces palabras, pero el también está más que enamorado de ese hermoso adolescente de cabello rubio.

—¡Si, si quiero!—Sus manos se entrelazaron.

Demonios otro sueño, no quería despertar pero siempre lo hago. No es hora de estar melancólico, el día es explendido, saldré a comprar ropa para mañana.

Klaus se puso ropa casual, colocó la cartera, celular en el bolsillo de su jeans azul. Salio de la habitación.

—¿Saldrá?—Tamara tiene su mirada en la laptop—¿Te acompaño?

—Sigue en lo que haces, solo ire al centro comercial por ropa nueva.

—Ire contigo, también quiero un traje nuevo.

—Se te olvida que el cuñado volverá luego para ir a una cita contigo?

—Eso es en la tarde, y son las 9 de la mañana.

—Pero igual debes de preparar que llevarás con anticipación—Me encantaría que, Mara fuera conmigo, pero necesito hacerlo solo.

—Tu ganas, vete.

—Hasta luego—Klaus salió de la casa, tenía su auto. Pero no quería manejar, prefería ir en taxi.

—Al centro comercial, por favor—le indico al taxista.

Toqué mi vientre, hoy tengo 10 días de enterarme que seré padre. El médico dijo que tuve la suerte de procrear una vida, a un siendo tan solo un beta.

También dijo que necesito estar tranquilo, no tener reacciones fuertes, pero en todo estos días solo me la he pasado llorando. No es porque quiera, no es fácil soportar todo siempre, a veces las lágrimas es la mejor salida.

El taxista se estacionó, Klaus le pagó la cuota requerida,.

—Gracias—Salio.

Klaus subió las escaleras mecánicas, hay muchas personas y ruidos por todos lados. El se sentía aliviado al no ser propensos a las feromonas, son muy raras la que el logre llegar a oler.

Las de Yael eran muy débiles para mi, ni cuando estaba en su rut, no podía deleitarme con ellas. Lo cual me frustraba, Yael siempre decía que eso no le importaba, que me amaba a mi....que vil mentirá.

Deambule por los pasillos del tercer piso, no había nada que llamara mi atención o eso creía, porque mi mirada se estacionó en unos bonitos zapatitos blanco que están en la vitrina frente a mi.

Klaus entró para observa más de cerca, estaba indeciso en comprarlos, solo tenía un mes de embarazo, tenerlos aguardados por durante tanto tiempo se podrían arruinar.

—Son unisex, por si aún no sabe el sexo del bebé—Comento la empleada.

Los compro o no los compro, pero si no me los llevo ahora, tal vez la próxima vez no encontré otros iguales.

—Me los llevo—La empleada fue a empacarlos en una bonita caja. Klaus le entrego la tarjeta, ella la pasó por la caja registradora. Volvió a entregarla.

—Gracias por su compra—Entregue la bolsa.

Sali de esa tienda, ahora solo queda comprar mi traje casual elegante.

Klaus vuelve a deambular por los pasillos, no hay ningún lugar que tenga algo que le guste. El subió al cuarto piso, un traje gris con camisa negra llamo su atención.

—Buenos dias, querido cliente. ¿Puedo ayudarlo en algo?

—Si, quiero probarme ese traje—Señale el maniquí.

—Seguro, pase al probador. En un momento se lo llevó. Puede dejar la bolsa por aquí—Apunto la mesa.

—Gracias—Klaus se fue directo al probador, se enrolló el cabello en una coleta para que no le estorbe a la hora de probarse la ropa.

Se desvistió, quedó solo en un muy ajustado boxer. Quién lo observará no podrían creer que debajo de esa ropa un poco holgada se encuentra un tonificado cuerpo. No hay nada que envidiarle a un alfa, el es todo un dios griego.

—Aqui está....Lo lamento, no creí que ya se había desvestido—La joven Omega se sonrojó, Klaus agarró la ropa antes que ella colapsara.

Logré escuchar como corría hacia el mostrador, deseguro se asustó al verme, estoy echo un desatre.

Pero era todo lo contrario, era la primera vez que veía un cuerpo humano semi-desnudo y con esa espléndida figura.

Me observé en el espejo, me sentí muy bien con esta ropa. Y sentirse bien es lo importante.

Klaus nuevamente se desvistió, volviendo a ponerse la ropa que traía puesta, salió del probador. La Omega actuó como si nunca lo hubiera visto de esa forma.

—¿Que le pareció?

—Lo compraré—Entrego la tarjeta.

—Se lo arreglaré en un momento—Volvio darle la tarjeta azul, Klaus la aguardo en su cartera.

Ella lo acomodo en una caja, iba a ponerlo en una bolsa.

—Puedes ponerlo aquí mismo.

—Como gusté—Ella lo dejo en la misma bolsa donde Klaus lleva los zapatillos—Muchas gracias por su compra.

Klaus se retiró, era hora de retirarse y volver a casa. Sus ánimos había subido sin darse cuenta, el respirar ya era manos sofocante, pero eso se vio arruinado, ahora mismo está viendo a Yael con su pareja muy acaramelados.

El nudo en su garganta le dificultó el tragar su propia saliva, quiere huir de ahí, pero su cuerpo no reacciona. Solo se quedó de pie observado el como Yael besaba con amor los labios de alguien más, que no fuera el. Ellos venían subido las escaleras eléctricas.

Reacciona estúpido cuerpo, reacciona..no quiero ver esto. Mis ojos se están empezando empeñar.

Las gemas azul rey se paralizaron al ver qué arriba está Klaus, y que esos zafiros verdes lo ven con dolor. Se sintió culpable.

Yael iba gritar su nombre pero Klaus salió corriendo sin un rumbo exacto.

—¿Yael?

—Esperarme aquí, regreso en un momento—Salio tras de Klaus.

Mierda, ¿Porqué demonios me sigue? ¿Qué tanto más quieres hacerme sufrir? Yo no debería huir, yo no soy culpable de nada.

Las lágrimas caían al piso con cada paso que daba, cada paso se volvía más pesado.

—¡Klaus, espera! Solo quiero hablar, por favor—Suplico.

Hice oídos sordos, seguí corriendo. No podía dejara que me atrapara, si lo tengo cerca solo terminaré más humillado. Fui jalado por alguien, mi rostro golpeó su firmé cuerpo, quería soltarme.

—Shhh, si te mueves te encontrara—Otra vez está llorando, ¿Qué tanto le han hecho?

¡Conozco esa voz! ¿Dónde la escuché? Levanté mi rostro, esos ojos dorados son los que vi esa noche incomoda.

—El que le gusta escuchar a escondías—Susurró.

—Klaus, ¿Dónde demonios fuistes?—Yael observó a todos lados pero, no lo encontró. Se dio por vencido y regreso a dónde su pareja.

¿Por qué huyó como un ladrón? Debería verlo a los ojos con dignidad, pero estos sentimientos hacia el no logran que mantenga la compostura, odio sentirme así.

—Ya se fue—Lo solté—A la vez le ofrecí un pañuelo.

—G-gracias—Otra vez me vieron en mi forma patética.

—¿Esta vez gritara aquí, en el centro comercial?—Sonrió con un poco de burla, quería aliviar el ambiente incómodo.

—Si pudiera lo hiciera, ¿Hay algún problema?

—No, pero si quiere gritar puede ir a la azotea—Sugirió.

—No, y gracias por la sugerencia.

Klaus retomo su camino, quería ir rápido a casa con su hermana. Pensaba que fue una mala ida salir solo, olvidado devolver el pañuelo como la última vez.

—Si va por ahí, se volverá encontrar con la persona de la que huye—Klaus detuvo su caminar—Puedo guiarlo por otro camino.

—¿Por qué haría eso?—Nadie hace nada por buena fe—¿Es empleado de este lugar?

¿Empleado? En sus ojos me ve como uno de ellos, nadie me había comparado con uno, entonces mi atractivo si es inmune para algunas personas.

—Como disculpa por lo de la otra noche, fue muy descortés de mi parte el escuchar a escondidas.

—La acept...¡¡Aah!!__Duele, duele mucho—Klaus sostenía su vientre con pavor, no podía ser lo que estaba pensando.

—¡¿Qué sucede?!

—Duele, no quiero perderlo—Sus gemas suplican con temor.

—No en mi guardia—Lo sostuvo en modo nupcial, el cuerpo de Klaus esta un poco frío—¡Escuchen todos, habrán paso!Uso su voz de alfa y feromonas, todos rindieron obediencia—Si no quieres que nadie te vea, esconda tu rostro—Susurró.

Sus feromonas son muy fuertes, puedo sentir esa opresión, pero no es desagradable. El dolor se está volviendo soportable, pero sigo siento que algo se está rompiendo, tengo miedo. Mucho miedo.

Klaus sujetó con fuerza el chaleco negro que viste, Xander. El alfa logro sentir el miedo de Klaus.

No espere que las escaleras hicieran sus trabajo, presioné el interruptor para apagarlas, hice un rápido trote hasta que toque el firme piso.

—Duele, destino, vida, no puede..no puede quitarme a mi bebé, ya perdí demasiado—Sollozo—No es justo.

—No lo perderá—Solte mis feromonas, no podía controlarlas en esta situación.

Subí al taxi—Al hospital más cercano, rápido...por favor.

El taxista arranco a toda velocidad, podía observar lo mal que se veía, Klaus.

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