capitulo 3

Otro día en el que sigo sumergido en el dolor, tristeza, frustración, aún sigo viendo blanco y negro. Cada segundo es un segundo de soledad, me siento solo aún cuando no lo estoy.

Otro día donde tengo que arrancar otra espina de mi destrozado corazón, cada vez que una se retira, otra vuelve a crecer, más fuerte, más dolorosa, mas destructiva.

Quisiera parar pero si lo hago eso significaría que me rendí, y no tengo tal privilegio, tendré que seguir arrancado cada una de esas espinas. Espero que algún día todas ellas desaparezcan. Para que mi corazón deje de llorar sangre por el dolor.

Klaus está en la terraza de la ventana, Tamara llevo una silla cama, para que su hermano descansara viendo el cielo. El sonido de su celular lo sacó de su trance. Klaus se estremeció al ver la foto.

—Hola..Klaus.

Esa voz logró que mi corazón se sintiera feliz, como doloroso.

—¿Para que llamas?—Intento sonar despreocupado, pero si vieras su expresión, llorarias con el.

Decir esa oración fue de lo más difícil, quiero gritarle te amo, pero mi poca cordura me lo impide. No puedo humillarme de esa manera.

—¿Solo quería saber dónde estás?

"Me estas buscando, eso quiere decir qué aún puede haber algo." Klaus se emociono.

—El abogado fue a buscarte, pero no te encontró.

Toda la felicidad se esfumó del rostro de Klaus, el se desinfló. No logro evitar que sus lágrimas salieran.

"Deja de ser un estúpido iluso, deja de anhelar algo que ya no volverá hacer, despierta Klaus, solo déjalo. ¿Qué esperas de alguien que te traicionó?" se dice a si mismo.

—Solo envía su numero, yo lo citaré en un café.

—¿Estas donde tu hermana?

—Eso ya no es asunto tuyo, solo envía el numero—Finalizo la llamada.

Klaus dejó su celular en mesa, no dejaba de sonar pero no contestó. Esta muy ocupado sacado su dolor, Tamara entró a la habitación, observo como su hermano esta abrazado sus rodillas y su rostro escondido en ellas.

Los sollozos se escuchan tan claros, tan claros como la pregunta de porqué. ¿por qué le paso eso a él.?

Salí de la habitación, toqué la puerta. Como si la que entró no era yo, no quería que Klaus se sintiera incómodo.

—Adelante—Su voz está un poco rota.

—Te traje un batido de fresa con guineo. Tu preferido—Lo dejó en la pequeña mesa.

—Gracias, necesitaba algo fresco—Tamara se sentó junto a mi—¿No irás a trabajar?

—No, mi jefe me permitió una semana más de vacaciones.

—Yael, me llamó—Mordió la pajilla—El abogado me fue a buscar a la casa, al parecer ya firmó el divorcio, solo falta mi firma.

Ni si quiera han pasado dos semanas y el ya firmó, en verdad el destino puede eliminar ese amor tantos años, o ese desgraciado se refugió en mi hermano mientras esperaba su destino. Jamás podré perdonar que haya engañado a Klaus.

—¿Que le respondiste?—Agarre la mano de mi hermano, le transmito un poco de reconforte.

—Que enviara el número del abogado, que le diría donde vernos.

Tamara dedujo que por eso estaba llorando hace un momento.

—¿Quieres que te acompañe?

—No, quiero hacerlo solo—Dio un ultimo sorbo a su batido.

—¿Seguro?

—Si, muy seguro.

__Pero si pasa algo...

—Te llamaré—Termino la frase.

El celular de Klaus tenía como 6 llamas perdidas, y tres mensajes del mismo numero. Las borro todas al igual que los mensajes, solo dejo el que tiene el numero del abogado.

Le envié la dirección de un café no muy lejos de aquí, lo vería como las cuatro de la tarde.

—Dormire un rato—Se puso de pie.

—No, mejor veamos una película. No puedes seguir solo durmiendo.

—De acuerdo, pero veamos una de caricaturas.

—Trato hecho,.

Los dos se adentran a la habitación, Klaus se deja caer en la cama. Tamara igual, encendieron la televisión.

Estuvieron en silencio durante toda la película, Klaus tenía su mirada en la televisión pero su menté aún vagando en la oscuridad, por más que intentará enfocarse su atención en algo, no le era fácil, no cuando cada pensamiento te dice que no falta mucho para estar divorciado.

Klaus tocó inconcientemente las sortijas de matrimonio, no tenía el coraje de quitárselos, no puede, porque es como quitarse su corazón.

—Me cambiaré, ya casi son las cuatro—Klaus se levantó de la cama.

—¿Te llevó?—Apago el televisor.

—No, nos reuniremos en la cafetería Sunsan. Solo queda a 20 minutos de distancia, me hará bien un poco de ejercicio.

—Lleva tu celular siempre en la mano—Abre la puerta.

—Si, no te preocupes—Mi hermana salió de la habitación.

Klaus se desvistió, se puso ropa casual. Su cabello está un poco grande, pero aún así no quiere quitárselo. Es una de las cosas que sus fans les gusta, aunque jamas han visto su cara.

Puse mi celular, cartera en mis bolsillos. Salí de la habitación, al parecer mi cuñado hace poco que llegó de su trabajo, el trabaja en un restaurante.

—Regreso pronto—Se puso el abrigo, tomo un paraguas, según las noticias, es probable que llueva en la noche. Y no sabía a qué horas volvería.

—Trae la cena—Tamara quería qué su hermano se distraiga en otra cosa después de que firme esos papeles.

—Pollo picante—Sugirió.

—Para nosotros si, pero para ti una comida sana.

—Si como comida sana, ustedes también comen lo mismo—Les sacó la lengua, se retiró.

El viento sopló con fuerza, el frío se hizo presente. Me abrige con más fuerza.

Klaus camino por la acera, donde quiera que vean sus ojos, solo podia ver parajes llenas de felicidad, todo está en su contra.

Mire hacia el frente, no queria recordar algo que me haría llorar, el semáforo se puso en rojo, crucé la calle.

Klaus entro a la cafetería, el anciano que parecía ser el abogado, le hizo una seña de que se acercara.

—Buenas tardes, ¿Dónde tengo que firmar?—Quiero terminar con esto lo más rápido posible.

—Buenas tardes, por favor tomé asiento.

—Señor abogado, ¿Es divorciado?

—Una vez—Responde con confusión.

—Entonces, sabrá que no es nada agradable el alarga el proceso.

—Tiene un punto, pero tengo que hablar sobre el acuerdo que mi cliente sugirió.

—Si es sobre a quién le quedará la casa, se la puede quedar.

—El no piensa la mismo, quiere que le quede a usted.

¿A mí? Apreté mis dientes, ¿Por qué? ¿Por qué hasta el final quieres fingir ser bueno? Estoy cansado.

—¿Dónde firmo?—El abogado podía el cansancio de Klaus.

—Aqui—Klaus firmó—Y aquí—Volvio a firmar.

—Eso es todo.

—Si, esto es suyo.

—Adios, señor abogado—Sali de la cafetería, arrugue esas hojas, las puse en mi abrigo.

Hoy lunes 19 de Septiembre del 2022, hora 5:00 PM. Soy oficialmente un hombre divorciado.

Mi granito de arroz, tal vez no tenga el derecho de sentirme herido sino luche por el amor de tu padre, pero ya había perdido la guerra mucho antes de empezar una batalla. Ese par ya me engañaba.

Klaus toca su vientre a la vez que camina hacia el restaurante que está a otros diez minutos de distancia de la cafetería.

Entré al restaurante, pedí tres órdenes para llevar. Estuve como tres minutos esperando el pedido, cuando ya estuvo listo, pague.

Klaus camino por la acera de la calle, observa el cielo que está un poco gris.

¿Eh, ese es Yael?—Al otro lado de la calle se podía ver cómo Jobim va tomado de la mano con Yael.

Algo se volvió a romper, ¿Cómo es pude avanzar tan rápido? Cómo puede sonreír tan feliz cuando yo estoy en agonía? ¿Cómo?

Con que ese hermoso Omega es tu destino, se puede notar la elegancia desde aquí, se ven tan malditamente bien.

Sus gemas verdes se cristalizaron, no podía contener más su llanto, entonces la mirada de Yael se posicionó en el rostro de Klaus, había un poco de sorpresa en los azules.

Yael estaba por cruzar la calle, en ese instante Klaus subió a un taxi le dijo que lo llevará al puente Girasol, en ese lugar tiene una vista hermosa, en primavera a lo lejos se puede ver un campo de solo girasoles, por eso el nombre.

—¿Sucede algo?

—No es nada, solo creí reconocer a alguien, pero me equivoqué.

—¿Un amigo?—Retomaron el paso.

—Se podría decir.

Klaus bajo del taxi, tiró el paraguas al suelo, puso la comida encima de el. Ignoro el olor a pino con un toque de mar.

—¡¡Aaahh!!—Grito, después vino el llanto—¡¡Aahh!!—Volvio a gritar, sus gritos resonaban por todo el lugar.

Creía que con gritar se iría todo ese pesar, pero no fue así. Todo seguía igual, no había desaparecido.

Klaus observo a lo lejos el atardecer, era como si los girasoles pintarán el cielo, pero para Klaus no podía apreciar tales colores, su vista está empañada por sus lágrimas, todo es borroso.

Debí ir donde ellos y gritarle que sería padre, eso tal vez lo hubiera retenido a mi lado, pero eso me haría una horrible persona. De solo pensarlo me siento desagradable.

¿Porque huí? Yo no soy culpable de nada, pero duele demasiado, no podría verlo sin que lloré. ¡¡Mierda!!

—Perdoname pequeño grano de arroz, tu mamá está un poco fuera de sí—Toco su vientre—Tengo que dejarlo ir ¿Verdad? Yo también tengo que avanzar por ti y por mi.

Klaus levantó su mano, se quedó observando las sortijas.

Klaus..tengo que decirte algo—Esta nervioso.

¿Qué cosa?—Disfrutaba de un helado, a la vez que camina tomado de la mano con Yael.

¿Quieres casarte conmigo—Se arrodilló, en el cono del helado había una sortija muy bonita.

Klaus casi se ahoga con ese dulce helado, a los segundos está balanceadose sobre Yael.

Si, si acepto. Acepto—Beso toda la cara de Yael.

Eso fue a mis 15 años, tres años después nos casamos. Tan solo teníamos 17 años cuando dijimos si acepto. Y 10 años después nos divorciaramos. Así fue como termino mi primer amor, soy un hombre 27 años, llorando como un adolescente, soy tan patético.

—Si quiero avanzar debo de tirar esto.—Se quitó las sortijas, Klaus cerros sus ojos, en el proceso suspiró.

—¿Esta seguro que quiere tirarlos?—Una voz demasiado grave interrumpió a Klaus.

—¡No... Jesús!—Klaus se agachó del susto, su mirada esta en el suelo, sostenía su vientre,.

—Lamento si lo asusté—Salió desde la sombras.

Esa cabellera gris plata resalta mucho en la oscura noche, es como una bonita luz andante, esa mirada dorada es fría, pero a la vez hipnótica.

Esa camisa de mangas cortas deja al descubierto esos fuertes, poderosos, hombros, anchos, ese short para ejercicio es un poco corto, se puede apreciar perfectamente esas largas, atractivas, piernas.

Su altura ni se diga, mide 1.90 metros de altura. ¿Puede existir en este mundo una persona con tanta belleza deslumbrante.? Desprende masculinidad.

—¿Esta bien?—Se acercó más cerca de Klaus.

—¡No estoy bien, estoy cansado de fingir que si!—Se levantó, se estaba desquitado con ese desconocido—Me siento triste, herido, traicionado!—Solloze, que importa si me escuchan llorar. esta oscuro, no podrá verme.

Pero nada está de su lado, las lámparas se encendieron, el rostro de Klaus quedó al descubierto para el desconocido. Las gemas doradas se sorprendieron un poco, solo fue un momento.

—Entonces no lo finja, grita, maldiga en voz alta, no reprima nada.

—Ni si quiera me conoce, ¿porque me dice estás cosas?—Mierda, que patético me he de ver.

—Tome—Le paso un pañuelo—No es necesario conocerlo para dar un pequeño consejo.

—Gracias—Klaus no rechazó el pañuelo, necesitaba limpiar ese líquido que está por escurrir de la naríz.

—Aparte escuché todo desde el principio—Hablo como si eso fuera natural.

—Me espiaba, eso es desagradable—Queria golpearlo.

—No era mi intención, estaba por cruzar cuando escuché gritos, creí que alguien estaba por saltar.

—Cuando vió que no estaba por hacer eso, decidió escuchar a escondidas—Le dio una mirada de desagradó.

—No, no tengo esa clase de fetiche, no quiera incómodar.

—Podria ser más incómodo—Dios, que Vergüenza. Es como si un zorrillo me hubiera bañado con orina.

—No era esa mi intención, iba a irme sin que me viera. Pero note que encerio no queria tirar eso—Apunto las sortijas.

—Pero tenía que hacerlo—Las apretó—Tengo que hacerlo, necesito avanzar.

—Pero no necesariamente tiene que tirar todo, puede aguardarlas como un recordatorio de lo que hay que superar, y cuando lo haga, entonces puede tirarlas.

—Tal vez tenga razón, o tal vez no, después de todo tal vez no entienda lo que se siente el que te pidan el divorcio el mismo día que te enteras que estás esperando un hijo—agurdo las sortijas en el bolsillo del abrigo, recogió el paraguas y la comida.

—Tuvo la oportunidad de obligarlo a quedarse con usted, ¿Porqué no lo hizo?

—Para que quiero un Maldito infiel, no usaré a mi hijo como un objeto para algo como eso, eres un maldito imbécil—Despues de maldecir a esa persona, Klaus subió a un taxi. Su hermana esta llamando porque esta preocupada.

Soy mas imbécil yo, por contarle mis problemas a un desconocido.

El de zafiros dorados aún está consternado, no podía creer que lo maldicieron.

—Joven maestro Xander Myers, ¿Quiere que le demos una lección?__Prenguntó el guardaespaldas.

—Eres estúpido—Les dio una mirada afilada, el olor a pino con un toque de mar, hizo qué agacharan sus cabezas, esas son las feromonas de un alfa sangre pura—Yo fui el primero quién se metió en una conversación en la que no estaba invitado.

—Vamonos—Subio al auto.

¿Dónde lo evisto? No me acuerdo, pero estoy seguro que lo evisto en alguna parte. No importa, no es como si lo volveré a ver.

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