No creí que Xander usaría ropa casual de campo, luce muy bien, esas son las ventajas de ser guapo, todo lo que uses te hace lucir bien.

Solo espero que no se vaya a desesperar cuando estemos allí, ya qué al estar a unos 15 minutos del mar, por la tarde el calor es insoportable.

El celular de klaus, empezó a sonar con una canción que trata sobre los hermanos, ese tono pertenece al número de Tamara.

—Aló, ¿Ya vienen?—Preguntó.

Ya perdí la cuenta de cuantas cosas han subido en la cajuela del auto, le dije a Xander que no era necesario que llevará presentes pero el comentó que solo sería una canasta de frutas, lo cual no fue así. No sé que llevan esas otras tres cajas.

—Marlon y yo iremos en nuestro auto, los seguiremos desde atrás.

—Esta bien, ¿Dónde vienen?

—Ya estamos aquí, enfrete de la villa.

—Entiendo—Corto la llamada, puso su celular en el bolsillo del jeans.

—No vendrán con nosotros—Abrio la puerta del auto para que suba, Klaus.

Klaus lleva una vestimenta casual un poco floja, se siente sofocado al usar algo que le este cortado la circulación, más ahora que está embarazado no puede usar ropa apretada.

—Nos seguirían desde atrás en su auto__Subio al auto seguido de Xander, el alfa cerró al puerta.

Ambos se abrochan los cinturones, Demir se puso en marchar, son las nueve de la mañana llegarán a su destino a las dos de la tarde por lo que Xander, le pidio a la pareja beta que prepararán unos Sandwiches y otros platillos nutritivos para poder comer en el transcurso del camino.

Al salir de la villa, Tamara siguió el auto donde va el beta y el alfa, detrás de ella venía el otro auto que es la seguridad que protege a Xander.

Le enviaré un mensaje a la tía de que ya vamos en camino, para que no la tomemos desprevenida, al estar ocupada ella aveces no tiene tiempo de arreglarse apropiadamente.

Después de enviar un mensaje, Klaus volvio a poner su celular en el bolsillo.

Demir, llevo su mano derecha al asiento del pasajero, para poder pasarle a su jefe un cojín para el cuello y uno para ponerlo bajo tu trasero. Es algo que mando a comprar especialmente para Klaus.

—Use esto para que en el transcurso del viaje no sea tan incómodo—Ya vamos entrar a la carretera sin pavimentar.

La calle es plana pero puede haber que otro bache, por lo tanto quiero evitar que klaus, se sienta incomodo.

—Gracias—Que suave, muy suavecito—¿y usted?

—Estoy bien—Cruza sus piernas—La mayoría del tiempo ando en auto por lo que estoy acostumbrado al movimiento.

—Pero igual cuando se sienta incomodo del cuello me dice, se lo prestaré—Apunto a la almohadilla de su cuello__Vamos a compartir.

—Esta bien—De todas maneras no le diré, me es más importante su comodidad y la del pequeño grano de arroz.

Después de tanto tiempo vuelvo a mi lugar de origen, la última vez que visite a mi familia materna vine con esa persona, ahora vuelvo pero divorciando y con un hombre que me esta ayudando sin nada a cambio, es un gran giro de 180° grados.

Con discreción klaus miró a Xander, este tenia su mirada a fuera de la ventanilla, veía pasar los árboles que están por quedarse sin ninguna hoja.

No sé cómo mi abuela reaccione cuando le diga que me divorcie, solo espero que no se pongan mal, su salud ya de por sí es un poco mala.

Aprovecharé esta oportunidad para ir a visitar las tumbas de mis padres, porque volveré a venir a ese lugar cuando sea su aniversario de muerte.

Con el pasar de lo minutos Klaus comenzó a sentirse soñoliento, el movimiento del auto en la calle sin pavimentar es un poco más brusco por las pequeñas rocas esparcidas por la carretera.

—¿Con sueño?

—Si, un poco.

—Duerma un rato, lo despertaré a la hora de almorzar—Sugirió, Klaus solo asintió con su cabeza, cerró sus ojos.

Xander abrió un poco la ventanilla para que entre aire y no se sienta mareado, apoyo todo su peso en el asiento, giró un poco rostro a la izquierda, su mirada dorada está en el rostro durmiente del beta.

El alfa está controlando sus impulsos de querer acariciar el rostro de klaus, quiere volver a sentir esa calidez que sintió a noche al tocarlo de esa manera.

No debo de ser codicioso, verlo de está manera relajada es más que suficiente para ponerme feliz, de apoco se esta esfumando el cansancio por todo lo que está pasando. Esperó que este Viaje le ayude a superar todo lo que aún no supera.

Seré paciente con mi amor hacia el, seré su firme apoyo en todo lo que necesite, puedo ser su pañuelo si quiere llorará, también puedo ser su cuchillo, seré todo lo que el quiera que sea. Yo estaré bien con todo.

Quiero que sea feliz sin importar qué yo no sea la causa de sus sonrisas o alegrías, con solo verlo bien yo estare estaré bien. A ésto es lo que mi madre se refería con querer a alguien incondicionalmente sin esperar nada a cambió.

El viento se filtra al interior del auto, trayendo consigo dos hojas secas que se estacionan en el hermoso cabello color lila.

Xander, levantó su mano para poder retirarlas, en el momento que su mano tocó el cabello de Klaus, el beta abrió sus soñolientos y presiosos ojos verdes, las emociones del alfa están un poco agitas ya qué lo habían atrapado con las manos en la masa.

¿Estoy soñando? ¿Por qué en mi sueños lo veo de esa manera? Acaso en mi subconsciente para mí el es así, un...

—Un angel—Susurró con una sonrisa en sus labios, a un esta entre dormido y despierto.

—¿Quién?—Susurre.

—Usted—Un segundo después el volvió a quedarse dormido.

El alfa giró su rostro para otra lado, con su mano izquierda cubrió su nariz y boca pero no sus sonrojadas mejillas.

Eso fue peligroso, por un momento sentí que iba a morir de felicidad, ¡Me llamó angel! Justo como esa vez en el hospital.

En los labios de Xander se formó una amplia sonrisa, no podía ocultarla, para el eso había sido una sobredosis de ternura ya qué la manera en la que se expresó klaus, era como estar viendo un conejito con las orejas en movimiento.

—Joven maestro, ya son las doce del mediodía. ¿No despertara al señor Fletcher?

—No, que duerma un poco más—Solo unos minutos más.

Xander, desabrochó su cinturón para poder girar su cuerpo y tomar el recipiente donde viene la comida. Al sostenerla en mano, el volvió a sentarse cómodamente volviendo abrocharse el cinturón.

—Toma—Le entregó dos sandwich a Demir.

—Gracias, Joven maestro—Al ir cuesta baja y sin cuevas, el guardespaldas se le hizo más fácil manejar y comer al mismo tiempo.

En cambio en el auto de Tamara, Marlon iba dándole de comer a su prometida, está iba más que feliz.

La nariz de Klaus se arruga un poco al oler comida, tanto a él como a su granito de arroz, les había entrado hambre. Por más sueño que tenga, las ganas de comer lo despertó.

Su mirada soñolienta ve a Xander, el alfa estaba muy concentrado preparado los sandwiches que serán para el beta.

Froté mis ojos, hace un momento tuve un sueño raro, no me acuerdo de que se trataba solo puedo visualizar una imagen borrosa.

—Tengo hambre—Expresó.

__¿Despierto?—Me sorprendí.

—Si, el olor a comida me despertó.

—Ya veo, estos son para usted—Le entregó tres Sandwich, mas un plato con rebanadas de verduras y carne. Por último un plato con frutas.

—Provecho—Comento Xander.

__Gracias, igualmente.

Estamos por entrar a la calle principal para llegar al pueblo los robles, todo los al rededor siguen casi iguales, pocas cosas han cambiado en el pueblo, ¿A mi primo le estará yendo bien? El y mi tío son la única familia que tenemos, Tamara y yo, por parte de papá.

Solo que no somos tan cercanos como por el lado materno, a demás ellos siempre han vivido en el centro del pueblo.

Mi tía es una persona difícil de tratar, siempre ha sido así, es alguien que piensa que por vivir en el pueblo es más noble que las personas que viven en pequeños cantones a las afueras del pueblo, como a una hora de distancia en auto y tres a pie.

—No se vaya a sorprender—Comento de la nada.

—¿Por qué?—Preguntó en un tono confundido.

—Por el lugar donde vive la mayor parte de mi vida, mi hogar no queda en centro del pueblo, es un lugar que quizás ni aparezca en el mapa—Llevo en pedazo de pera a su boca.

—Entonces ha de ser grandioso porque esta más cerca de la naturaleza y el aire no estaría tan contaminado.

—Tal vez, lo único envidiable de ese lugar es por el mar, la mayoría de los adolescentes en ese entonces íbamos a surfear.

Qué recuerdos, en ese entonces no sabía lo que significaba la palabra "Sufrimiento, dolor" solo me preocupaba por estudiar y que comería.

—¿Puede surfear?

—Eso fue hace mucho.

—Aunque pudiera por el momento eso está prohibido—Apunto el estómago de Klaus.

—Pero podemos ir a caminar por la orilla.

—Creo que eso estaría bien.

Klaus, aguardo todo lo que fue utilizado para almorzar, lo puso detrás de los asientos donde anteriormente estaban. Ya faltaba poco para llegar a su destino.

—Gira la derecha—Comentó Klaus—Solo la mitad de la calle está pavimentada, puede que sea incómodo después.

¿Cómo reaccionara cuando vea mi lugar de origen? Qué no es lujoso solo una casa simple y normal, con pollitos pequeños corriendo de aquí allá.

—No se preocupe por eso.

La desolada carretera se iba dejando atrás, ya podían ver diferentes lugares habitados por personas, dese aquí se puede ver hacia bajó, después de todo la carretera Fue hecha en lo que parece ser una montaña. También puedes ver árboles ha ambos lados.

Las personas no han querido talar los árboles, es por eso que el aire es más puro que en la ciudad.

—Vuelva a girar a la derecha—Ya casi llegamos.

La mirada de klaus se volvió más ansiosa, después de casi un año, vuelve a ver a su tía y abuela.

Cuando el auto se adentro por el pequeño lugar que tal vez solo habían como 20 casas en total, las personas que pasan por la calle se quedan asombrados por ver los dos autos negros de lujo, al de Tamara no le hicieron caso.

Si te fijas en las ventanas de las casas, podías ver a las personas observado como toda vecina chismosa. Para klaus era un alivio vivir a 10 minutos de distancia de ese lugar, en verdad es un lugar olvidado por los mismos dioses.

—Esa es mi casa—Apunto hacia al frente, ahí había un lugar que bien podrían ser dos manzanas de terreno, en medio está la casa pintada de color verde limón y blanco.

De pie en en el portón, está la que parecía ser su tía, una señorita de cabello crespo castaño, ojos verdes. A lado sentada en una silla de ruedas está la abuela de klaus, una anciana que ronda entre los 89 y los 90 años.

Klaus, desabrochó su cinturón, salió corriendo en dirección a su familia.

—¡Abuela, tía!—Primero saludo a su abuela luego a su tía Lina__¡¿Han estado bien? ¿Abuela, bajaste de peso? Tia, estas más hermosa!

—Habla despacio—Lo regaño de una manera dulce, la anciana.

—Si—Sonrio, estaba feliz y no era una felicidad fingida.

—¡Abuela, tía!—Esta vez fue el turno de Tamara y Marlon, de saludar.

—Si, si, a nosotras también nos agrada verlos.

Xander esta nervioso, tan nervioso está que no tiene el valor de bajar del auto, Klaus le tocó ir a decirle que bajé, solo así bajó y se acercó a sus mayores.

—Hola señora y señorita Sanz—Hizo una reverencia—Mi nombre es Xander Myers un gusto conocerlas, yo soy...—La anciana lo tomo de la mano.

—Gracias—Se puede ver qué sus ojos verdes están llorosos—Mi nieta ya me explicó todo, en verdad muchas gracias.

Reaccionaron con enojó, frustración al enterarse que su pequeño klaus, estaba embarazodo y con su corazón roto, ese mismo día la anciana quería ir a la ciudad y despedazar a Yael, pero Lina, su hija la detuvo.

Ella no estaba molesta porque se divorciaron o porque Klaus, está furiosa por la traición que Yael, cometió. Lo que causó que su nieto este sufriendo.

—Muchas gracias—Expreso su agradecimiento, Lina.

—No tienen nada que agradecer—Mira a klaus—Lo hago con mucho gusto—Y con todo mi amor, espero decir eso en voz alta algún día—Hoy es él, mañana podría ser yo.

—¿Todas las personas ricas son como él?

—¡Mamá!

—¡Abuela!—Esta vez fue Tamara y Marlon, no quieran ofender a Xander.

—No, abuela—Miro a Xander__Él es único e especial entre toda esa multitud de personas.

¿Cuando se volvieron tan cercanos? Se dan miradas raras que me causan escalofríos, eso es lo que pensado Tamara.

—Vamos adentro, no podemos tener a nuestros invitados a fuera—Lina, le indica que pasen.

Xander, hace una seña a sus guardespaldas para que entren los obsequios a la casa de la familia Sanz.