capitulo 23

¿Dónde iría Klaus? Le escribí a Tamara pero ella solo me respondió; “¿Te importa? Preguntar eso solo te hace ver cómo un estúpido, deja de hacer el ridículo” Eso fue lo que me escribió. No estoy ofendido por tal respuesta pero en verdad quiero saber dónde está klaus.

No quería que se fuera de esa manera, si le escribo es porque me importa. Hemos vivido muchas cosas juntos, eso no se podrá borrar tan fácilmente, aunque fuí un canalla, y merezco todo el odio que el me da con esa mirada fría, una mirada que nuca había visto. Duele, ¿Por qué me duele su indiferencia?

No debí decirle esas duras palabras, soy un maldito imbécil. ¿Encerio terminar fue lo correcto? Lo traicione, traicione lo que una vez ame con toda mi vida, lo que juré proteger, rompí todas mis promesas.

Merezco todo lo que estoy recibiendo, ¿Debería pedirle perdón de rodillas? Quiero por lo menos ser su amigo como en los viejos tiempos, mucho antes de ser novios y cansarnos.

—¡Jobim! ¿Qué haces aquí? Acordamos que no vendrías a mi trabajo.

—Mi papá no se enojara—Se sentó junto a Yael.

—Ya lo sé pero debo ser profesional, no puedo estar contigo cuando estoy trabajado.

En mi trabajo es dónde me siento un poco más libré, amo a Jombi, pero tenerlo todo el día encima mío es agotador, no tengo ni un momento solo para mí.

—Mi padre dijo que te iba a darte permiso para que fuéramos a escoger las invitaciones para la boda.

¡Es verdad, las invitaciones! Se me había olvidado, mi estómago no ha estado de lo mejor, las ganas de vomitar han aumentado drásticamente.

Ya visite el hospital por segunda vez, y siguen dándome la misma respuesta, que no es nada, que todo los resultados sale perfectos, que rebozo con buena salud.

—¡Jobim!

—Papá—Corrió abrazarlo—¿Ya se puede ir mi prometido?

—Si, justo venía a decirle eso.

—¿Quieres venir con nosotros?

—No, yo ire a celebrar con el viejo Myers.

—¿Celebrar?

—Si, está presumiendo que pronto será abuelo, ustedes también deberían de convertirme en abuelo.

¿Nieto? ¿Por qué siento incómodida? Tengo un mal presentimiento sobre ésto, Klaus fue la primera persona que vino a mi mente, ¿Por qué?

—¡Nieto!—Gracias a qué la oficina tiene insonorización, nadie más aparte de ellos escucharon el gritó de Jobim—¿Por quién?

¿Será Xander o Ivy? A de ser por esa desagradable mujer de cabellera color fuego, Xander es un amargado que morirá solo, ese maldito mal genio que tiene lo convertirán en un solitario.

—Por Xander, ese joven maestro si que sabe cómo ocultar bien todo.

La expresión de Yael se volvió blanco, miles de preguntas invadieron su mente, en todas ellas estaba el nombre de Klaus.

—¡No lo creó! Xander es un alma solitaria, no hay nadie que le guste o le llamé la atención—Ni yo que soy una belleza, el nisiquiera me dio una mirada.

Antes de conocer a mi destino, me gustaba Xander, quería tener algo que todos querían, presumir que si puede conseguir el amor de el, pero todo eso me cayó encima como agua fría, ni siquiera le había dicho hola, cuando me dijo; No esperes que te ponga en mis ojos, no eres mi tipo.

Admito que ese día mi orgullo fue herido, había encontrado a un hombre que no era afectado ni por mi belleza ni por mis feromonas.

—¿Con quién?—Pregunté con una expresión que decía no me importa pero igual quiero saber. Qué no sea con Klaus.

—Ciro, no mencionó quién es la madre, tampoco mencionó el género de esa persona. Deseguro fue advertido por Xander.

Bajo el escritorio de su pequeña oficina, Yael convirtió sus manos en un puño, está noticia le había incómodando mucho, se siente enojado, no puede dejar de pensar que tal vez todo esto está relacionado con klaus.

—Dejemos de hablar de eso. Yael, vamos por las invitaciones.

—Si, vamos—Puso su mejor expresión, pero en sus adentros quiere ir a la casa de Tamara y preguntar por la dirección de klaus.

—Nos vemos en la mansión, padre.

—Si, que se divertían—Volvio a su oficina.

Tengo que hablar con Klaus, tengo que salir de esta duda, se que no me importa pero no puedo detenerme. Cuando estemos escogiendo las invitaciones, diré que tengo que ir al baño, allí usaré el nuevo celular para llamarle a Klaus. Me ha bloqueado de tres números pero igual no me voy a rendir.

—YAEL.

—¡¿Qué?!

—Te estado hablando desde hace un buen rato—Frunció el ceño—¿Dónde está tu mente?—Cruzo sus brazos, hizo un puchero.

—Me disculpó—Acaricio el cabello de Jobim—Estaba pensado de que color deberían de ser las invitaciones—Mintió, sus labios tenia una sonrisa fingida.

No tenían cabeza para estar pensando en cosas de la boda, Yael no estará bien hasta que esa sensación de incomodidad desaparezca.

—¿De verdad?—Esta con dudas.

—Si, de verdad—Beso los labios del Omega.

Lamentó mentirte de está manera, pero cuando está inquietud se esfumen entonces te diré la verdad.

                                                  {★★★★}

Estoy sintiendo fríos escalofríos, ¿Me enfermare? Le diré al señor Fer, que si me puede preparar un té de limón, no quiero resfriarme.

Ivy me ha enviado muchos audios de voz, todos dicen que me cuidé, que no esté mucho de pie. Qué no escriba hasta cansarme.

Con Xander le envié el manuscrito, espero que el no vaya a leerlo, seria muy vergonzoso. Pero estoy seguro que Xander no es ese tipo de persona.

El es demasiado bueno para este jodido mundo, su sonrisa es agradable de ver, al igual que esa mirada que es muy pura... espera, ¿Qué estoy pensando ahora mismo?

Klaus cubrió su rostro, la pálida piel se había convertido en rojo, no podía creer que podría tener esos pensamientos medios raro.

—Señor Fletcher ¿está bien?—Preguntó, Favio—¿Es incómodo el estar sentado de esa manera y escribir—Acomodo los cojines para que klaus este más cómodo.

__Si, solo creo que estoy por enfermarme, siento escalofríos—Deshecho esos pensamientos que tuvo hace un momento, volviendo a poner a Xander, como su ángel de la guardia, sin otros pensamientos.

—Fer, ven rápido y trae el termómetro para tomar la temperatura—Flavio tocó la frente de klaus, no estaba caliente pero tampoco bajo la guardia.

—¡Aqui está, ¿Qué sucede?!

Favio le contó lo que Klaus le dijo hace un momento. Solo bastó eso para que lo dos se pusieran preocupados, le tomaron la temperatura pero salió que no tiene fiebre.

—¿Deberíamos llamar al joven maestro?

—Si, iré a llamarle.

—¡No!—Coff, ¿Qué fue esa desesperación de hace un momento?—No, estoy bien. El debe de estar ocupada, solo hacerme una taza de té de limón—Colocó una mirada de conejito herido.

—Esta bien—Muy adorable—Ire apretarlo—Flavio salió corriendo hacia la cocina.

Suspirar, eso estuvo cerca. No creí que solo por eso se pondrían así de preocupados, no iba a molestar a Xander solo por unos pequeños escalofríos.

Fer, fue al buró que está frente a la puerta. Tomó una caja de regalos de unos seis centímetros—El joven maestro envío ésto con uno de sus guardespaldas personales.

Klaus, lo recibió con algo de sorpresa, la envoltura es igual a uno de sus regalos que recibió el día en qué fue a la firma de autógrafos, no debería de tener nada especial pero es una envoltura que no se consigue solo porqué lo quieres, no, es cara.

—¿Le dijo que era?

—No, solo que cuando lo abriera, le envié un mensaje diciéndole que piensa sobre ello.

—Entiendo, gracias.

Fer solo asintió, volvió a la cocina. Ya iba hacer hora de almorzar, tenían que preparar la comida saludable y rica en calorías para klaus.

—Su té—Lo dejó junto a la fruta.

__Gracias, señor Favio.

—Si necesita algo más, estaremos en la cocina—Klaus hizo un asentimiento de cabeza.

Antes de abrir el obsequio, el beta bebió su té de limón, comió de la fresca frustra que la pareja beta le había traído como aperitivo.

Con cuidado empecé a romper la envoltura, no quería destruirla por lo que lo hice con la menor fuerza posible. Al retirarla quedó al descubierto lo que parecía se una caja de un celular último modelo, cuatro cámaras en línea horizontal.

Klaus levantó la parte de arriba de la caja, sostuvo el celular en sus manos, al encenderlo podías ver qué el fondo de pantalla es el planeta júpiter, al igual que la carcasa que lo protege de las caídas, inconcientemente los labios del beta forman una bonita sonrisa.

Hoy en la mañana le comenté a Xander, que Yael no había dejado de molestarme por lo que tuve que a pagar mi celular y que si quería llamar, llamara a la villa o que me enviara mensaje por medio de mis redes sociales. Por medio de ellas también les expliqué mi situación a Tamara, Marlon, y a Ivy.

No lo dije para recibir uno nuevo, ya qué estaba por decirle a Tamara que me compra uno nuevo pero veo que Xander se adelantó.

De repente mi estómago se comenzó a sentir raro, es como si sintiera mariposas revoloteando, ¿Comenzarán las náuseas? Solo espero que no, quiero comer de todo sin vomitar.

Klaus, revisa la lista de contactos que tiene registrados en su laptop.

¡Huh! ¿Qué es esto? Tome la pequeña nota que está en la caja del celular. " Tuve el atrevimiento de registrar el número de Ivy, Tamara y Marlon. Con esto se agrega otra taza de cafés a nuestro acuerdo" eso es los qué decía la nota.

Verifique y si, ahí están registrados con sus respectivos nombres, pero no estaba el de el. ¿Acaso quería qué yo lo registrará?

El beta volvió a registrarlo cómo "Mi angel de la guardia" solo que está vez, sus mejillas se tornaron un poco rojas. Lo más sorprendente es qué se puede de memoria el número de Xander, pero no su propio número anterior.

Cuando terminó de agregar todos los números, y enviar mensajes donde decía que es su número teléfono, que el otro está por tirarlo a la basura porque se había averiado.

Es un obsequio costoso, en vez de café, voy a preparar la cena como parte de mi agradecimiento › eso fue lo que Klaus, le envío a Xander.

No pasó ni un minuto cuando el alfa ya había enviado su respuesta. ‹Eso suena bien, pero con una condición›

‹¿condición? ¿Cuál condición?›

¿Por qué podría condiciones cuando todo los beneficios son para el? No entiendo.

Que me espere, esa es la condición, quiero que me espere para ayudarle en todo lo que necesite›

Xander, siempre logra sorprender a Klaus, decía o hacia cosas que Yael no era capaz de hacer por el beta, y si lo llegaba hacer, solo lo hacía una vez.

Con un poco de aturdimiento, Klaus respondio con un; si, que si esperaría por su llegada.

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