capitulo 2

Yael—Salto a su espalda.

Klaus, te caerás—Lo sostuvo fuertemente, enfrete de ellos tenían la vista del mar azul, es muy hermoso.

Tu nunca me dejaras caer—aseguro.

No, jamás lo haría—Dio vueltas con Klaus aún en su espalda. Sonrían con gran facilidad, las pocas personas que los veían. Envidian su interacción.

Te amo Klaus, te amare por siempre.

Klaus despierto con sus ojos llenos de lágrimas, había despertado de una de tantas ilusiones que crea para poder dormir feliz.

Me preguntó si estos últimos días te la has pasado mal, aunque sea un poco. Espero que si, espero que por lo menos no puedas dormir por las noches, eso me haría sentir que me amastes de verdad durante ese tiempo.

Klaus observo la habitación, hay dos maletas listas para dejar su hogar donde una vez fue feliz.

Me levanté de la cama, fui a tomar las maletas. Observé por última vez esta habitación.

klaus, date prisa. Esta por comenzar la película.

Ya voy, estaba preparado las palomitas—El entro a la habitación con dos recipientes de palomitas, lleva puesta la camisa de su esposo.

No creo poder ver la película, si vistes así—Lo jaló hacia el.

—¡¡Ahh!!—Cayo encima de Yael—Las palomitas se estropearon—Le recriminó.

Lo lamento, pero te veías demasiado sexy—Acaricio el rostro de su esposo.

Klaus con sus manos cubrió su rostro, cubrió su dolor. Era sofocante, suspiró profundamente, dio la media vuelta. Salió de esa habitación dónde espera un día poder olvidar todo.

—¿Esto es todo?—Tamara le quitó las maletas para ella llévalas—Marlon nos espera en el auto.

—Si, es todo—Salieron de la casa.

Cada paso es caminar en púas, mi corazón dice quédate, mi cerebro dice sigue, no te detengas, sigue, no obedezcas más a ese destrozado corazón.

Mis pies sangran con cada pasó, pero sigo caminando, no puedo detenerme. Por más que duela no puedo detenerme.

—¿Klaus?—el está observando la casa.

—Solo un momento—aprieta sus puños.

Tesoro, puedes quitarte la venda—Klaus así lo hizo—¿Te gusta.? Viviremos aquí después de casarnos.

Klaus cubrió su boca por la emoción, sus ojos se cristalizan.

Me encanta, me encanta!..

Es pequeña—Sostuve a Klaus en mis brazos.

No importa, Podemos ahorrar y remodelarla después. El jardín es hermoso.

Si, tendremos todo el tiempo del mundo para hacerla más grande, y contruir un jardín más grande.

Retomé el pasa hacía el auto, esperó que la próxima vez que vuelva a este lugar mi corazón ya no duela, o qué mi alma no se sentía vacía.

Por más que duela tengo que seguir a delante, pero si tan solo fuera tan fácil como decirlo. Entonces todo sería diferente.

—Todo estará bien—Tamara lo abrazo, Marlon puso en marcha el auto.

—Eso espero—Toque mi vientre,. El dolor arde en mis venas, ¿Porqué el amor duele tanto? ¿Por qué? —En verdad lo espero—recosto su cabeza en el hombro de Tamara.

Todos esperamos eso, hermanito. Esperamos que no pierdas tu compación, amabilidad, en ese proceso de sanación.

Klaus se quedó dormido, en toda la noche no había podido dormir, siempre recordaba al sentir el lado frío de la cama.

—Sera un proceso difícil—Comento, Marlon.

—Lo sé, está igual o peor de cuando murieron nuestros padres. Me preguntó si a nosotros también nos hubiera pasado igual si no fuéramos desatinados.

—Tal vez—Marlon apretó el volante—Si tu hubieras tenido pareja la cual amarás, y yo llegará como intruso solo porque el destino asi lo decidió, me sentiría culpable. Tan culpable que no podría ni quiera pensar en estar contigo.

Desde que supe que mi género es Omega, me prometí a mi mismo el no enamorarme de alguien que no fuera mi destino, no podía hacer sufrir a nadie. Porque sabia que el destino es una fuerza que hasta hora nadie a podido vencer.

—Nuestra suerte no la tienen muchos—Tamara llevo su mirada al grisado cielo, al parecer una tormenta esta por caer.

Marlon estacionó el auto fuera de la casa de dos plantas, este lugar queda a dos cuadras del centro de la ciudad, la casa es muy bonita. Esta pinta de un verde limón, el pequeño jardín tiene rosas, margaritas, claveles.

Los vecinos que tienen son una pareja de ancianos de unos 68 años, ellos no son como los típicos vecinos entrometidos, y chismosos.

—¿Llegamos?—Klaus frotó sus ojos.

—Si.

Klaus bajo de auto, seguido de su hermana. Marlon bajo las maletas. Los tres entraron a la casa.

—Tu habitación es la de la izquierda, la ventana tiene una pequeña Terraza. Desde hay puedes escribir cuando estés listo.

—Esta bien, yo llevaré las maletas. Ustedes pueden hacer la comida, tengo hambre.

—No, yo las llevaré__Se negó rotundamente—Nuestra Mara puede hacerlo sola por un momento.

—No soy frágil, puedo darles una paliza a los dos.

—Vamos, antes que se enojé más—Fingieron sentir miedo, la pequeña sonrisa de Klaus se borró al instante.

Entré a la que sera mi nueva habitación por un tiempo, Tamara debió areglar todo por si un dia venía a quedarme, mi hermana debió de limpiar cada vez que pudo.

—¿Te ayudo a desempacar?

—No, gracias.

—Subire hablarte cuando este el almuerzo listo—Klaus asíntio.

Cuando Marlon salió de la habitación, Klaus puso una melodía un poco melancólica. Escuchado esa melodía el empezó a desempacar. Colocó el celular, la laptop, en el pequeño escritorio.

Fue a poner su ropa, zapatos, en el mediano armario. Con el no traía fotos dónde esté con Yael, lo único que aún no de pude quitar son las dos sortijas, la de compromiso y casamiento. No porque no quisiera, solo es muy difícil deshacerse de ellas.

Me deje caer en la cama, puse mis manos en mi vientre. Todo es tan blanco y negro, he dejado de ver esos hermosos colores, dónde quería que vea solo es negro.

La canción cambio a una melodía más triste, era como si la vida estuviera de acuerdo en restregarle que está sufriendo, y que tiene que seguir adelante.

¿Hasta cuándo terminaré de sacar estás espinas de mi corazón? ¿Cuando podré respirar sin que me estuviera ahogado? ¿Cuando podré dormir sin tener miedo por al despertar? ¿Cuando?

Las lágrimas corren por la esquina de sus ojos, cada gota es una pizca de todo ese dolor.

Pequeño grano de arroz, lo siento. Mamá está triste, no quiero estarlo pero es inevitable, duele, duele mucho.

                                            {★★★}

—Yael, ¿Estas seguro de esto?—Preguntó un joven de cabello castaño, hermosos ojos grises verdosos. El esta sentado en el regazo de Yael.

—Estoy seguro, Jobim—Abrazo su cintura.

—¿Entonces ya hablaste con tú abogado?—peina el cabello de Yael.

—Hace un momento termine de hablar con él, ya firme los papeles, la casa le quedará a mi hora ex esposo. Es lo menos que puedo hacer—Apreto los dientes, Jobim no vio la expresión de tristeza en Yael.

—¿Entonces podemos hacer pública nuestra relación? Papá comento que quiere presentarte a toda sus amistades.

El matrimonio de Yael y Klaus siempre fue discreto, las personas podían saber que estaban casado por la sortija en su dedo anular.

—Esta bien.

—Ya quiero decirle a todos que mi alfa es grandioso, y super guapo—Beso a su ahora pareja.

Yael es del tipo varonil elegante, tiene un físico bien parecido, pero lo que más resalta es ese par de zafiros azul rey, y cabello rubio.

—Tu eres más hermoso, ya es hora de comer. Vamos—Los dos entraron a la lujosa mansión, no se comparaba en nada a la casa donde antes vivía.

Espero que Klaus este bien, es fuerte. Se que saldrá adelante, en verdad lo siento.

No queria que las cosas terminarán así, pero es la única manera, no había otra y si había, entonces tendré que arrepentirme por el restó de mi vida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top