capitulo 18
—Xander, ¿Esta bien lo que estás haciendo? Estoy agradecida con tu amabilidad hacía Klaus...pero si estás haciendo esto por mí, para que no este triste no me agrada la idea. No quiero que te obligues hacer algo solo porque sientes que tienes una deuda conmigo.
Tu no tienes la culpa que ese viejo de nuestro padre haya endulzado a mi madre, Xander y su madre también fue Víctimas en este encerio de adulterio de ese viejo promiscuo.
No recuerdo el rostro de mi madre, mis abuelos me contaron que murió cuatro años después de darme a luz. Intento recordar su cara pero no lo logró. Solo la conozco por medio de fotos.
Conocí a Klaus cuando estaba en la secundaria, él es una persona carismática, aunque aveces un poco tímida, tenía esa aura que te hace querer llevarte bien con el. Pero el muro que ponía enfrente de ti era difícil de cruzar, quizás porque creía que por ser del campo las personas lo verían raro, por lo que no le gustaba relacionarse con nadie.
Siempre que salimos a receso el se reunía con Tamara y Yael, ellos iban dos grados mas altos que nosotros. Comenzé a convivir con ellos cuando tuve que hacer una tarea con Klaus, desde ese momento nos hicimos amigos los cuatros, amigos inseparables.
Yael tenía esa mirada brillante cuando veía a Klaus, su amor era tan genuino, por eso los padres de klaus quienes eran un amor de personas, le dieron la bendición para que se casarán.
No querían esperar más por lo que se casaron temprano, y como si eso fuera lo que estuviera esperando sus padres, un año después lamentablemente murieron. Fue el día más doloroso para Klaus y Tamara, habían perdido a los dos a la misma vez.
Quiero lo mejor para klaus, el es quien se lo merece más que nadie, solo espero que esté sufrimiento que esta viviendo más adelante sea recompensado con mucha, mucha, mucha, felicidad.
—Piensas demasiado no lo estoy haciendo porque te deba algo—Todo fue por impulso, en ese momento no me gustaba la expresión en los ojos de Klaus, recordé a mi madre, ella tenía esa misma expresión antes de morir, ella no quería dejarme.
Comprendí que Klaus, tampoco quería perder ese pequeño que está en su vientre, entonces solo dije lo que en ese momento sentía y querida decir, solo espero no arrepentirme después.
—¿Entonces por qué? ¿Conoces a klaus durante una semana tal vez?
—¿Necesito un porque para otorgar mi ayuda? Si, lo conozco desde hace una semana, y solo lo evisto algunas veces, donde siempre le estoy ayudado—Sonríe al recordar que lo maldijo—Ayudarlo una vez más no será un problema, solo hasta que esté estable.
—No es solo ayudar, tu estilo de vida cambiará. No quiero que a la mitad del camino te rindas....
—Yo no soy Yael Albir—Su aura cambio, dejo el semblante sereno para tornarse frío—Cuando prometo algo lo cumplo hasta el final, sin importar qué con el tiempo cambie de opinión.
Se me había olvidado qué Xander es un tanto bipolar, orgulloso, si hieren o insultan su convicción se vuelve completamente diferente, como un gran Husky con colmillos afilados en busca de dónde encajar sus dientes.
—No te estaba comparado con ese maldito, solo estaba sugiriendo que lo pienses bien porque no voy a permitir que rompas esa promesa que le hicistes a Klaus, cuando el mismo estaba indeciso de aceptarla.
—Entiendo—Suspirar ¿En qué me metí?
—Llegamos—Informó Demir—Estaciono el auto enfrente de la gran mansión Myers.
—Tks, que fastidio el venir a esté lugar—Ivy bajo del auto—Apuesto que me mandó a llamar solo para presentarme posibles prospectos para comprometerme.
—Deberia de enfocarse en hacer feliz a las dos amantes que tiene—Comento Xander.
—Lo mismo pienso, esas señoras están lunáticas por compartir a ese anciano.
—El dinero, el dinero lo puede todo.
—No olvides lo elegante, guapo que está. Aunque esté anciano, eso no le quita es belleza que posee, Tks.
Demir solo iba escuchando la conversación, siempre que los escucha hablar de esa manera del señor Myers, queda sorprendido.
—Bienvenidos, Joven maestro. Señorita.
—¿Dónde está el señor Myers?—Ivy le pasó el abrigo, guantes, al mayordomo canoso, ojos marrón.
—En la sala.
—¡Xander!—La elegante señorita de cabellera castaña, cejas rectas, ojos grises, con rasgos distintivos muy hermosos. Ese vestido rojo define su esbelta figura, se a balanzo sobre el alfa.
—¿Que haces aquí?—La esquivó rápidamente, Demir le tocó sostenerla porque al andar con tacones se desequilibró y casi besa el suelo—¿Que te dije el otra día, padre?
—¡Xander que esos modales! ¿Que cosa? La vejez ya me está afectado.
—Que lamentable que ya no funcione tu cuerpo, tendrás que tomar medicina para que rejuvenezca—Hablo sarcásticamente.
—Pfff—Ivy no evitó reírse por el comentario de su hermano y la expresión de su padre, era obvio que había entendido rápidamente a qué se refería.
—¿Entonces? ¿Que hace está mujer en mi casa?—Fruncio el ceño.
—Xander—Isela camino elegantemente hacia el alfa—El Maestro Myers, me invitó a quedarme una larga estancia en este lugar—Sonrío con timidez.
—¿Disculpa...qué? Podrías volver a repetirlo es que la falta de sueño no me permite escuchar muy bien.
—Que el Maestro...
—¡Era sarcasmo! claro que escuché las estupideces que estás diciendo. Cómo ya dije anteriormente, no pienso tener nada que ver contigo, no me gustas, eres demasiado simple, una loca obsesionada con la belleza, deberías ir al Psiquiatra, lunática.
Xander estaba más furioso de lo normal, el solo quiere dormir y luego darse un baño, preparar todo antes de irse a la villa.
Los ojos de Isela se tornaron llorosos, veía a Xander con una expresión dolorosa.
—No tenía porque ser tan frío y decirme esas hirientes palabras, yo solo...quiero...
—¿Por qué no tienes un poco de dignidad? Con mis desplantes de no querer verte tenías que entender que no estoy ni lo más mínimo interesado en ti, ¿Acaso no tienes orgullo? ¿Por qué sigues arrastrandote? Es desagradable—Subio las escaleras.
—¡Xander, ven a disculparte!—Hablo su padre.
—Hazlo tú, tu eres el culpable de todo. Yo no tengo nada que ver con esta mierda—¿Quién demonios está llamado?
Xander sacó de su bolsillo el celular "Lar Russo" ese era el nombre que aparecía en la pantalla.
—¡XANDER!—Su padre también se enfureció.
—¿Qué quieres?—Contesto la llamada, ignoró a su padre.
—Que~ dulce voz, casi me congelo. Me extrañas, estoy en la ciudad.
—Por primera vez me has dicho algo que me alegra escuchar, prepara una habitación para mí, estoy en camino—Corto la llamada, volvió a bajar las escaleras.
—¿Te vas?—Preguntó Ivy.
—Si, este lugar apesta y tampoco quiero que mi padre meta a alguien ha mi habitación mientras duermo.
—No te he dado permiso para que te vayas.
—Viejo, crees que me importa, si tanto te gusta ella puedes hacerla tu esposa, tal vez se queda contigo cuando ya no puedas ni caminar, sigue con las mimas mierda y nadie estará contigo cuando estés muriendo. ¿Crees que tus amantes o amigos estarán para ti como nosotros tus hijos?
—Si no te quedas yo tampoco—Ivy siguió a su hermano mayor.
El maestro Myers se quedó analizando esas palabras, es la primera vez que Xander le dice algo tan frío, Isela tiembla de lo humillada que el le hizo pasar.
—¿Dónde irás?—Sea abrochó el cinturón.
—Me quedaré a dormir en la casa de Lar—A bostezo, sus ojos los siente tan pesados—Pasare dejándote en tu casa.
—Esta bien, ¿Viste la expresión del viejo? Eso debió caerle como un balde de agua fría.
—Tal vez así deja de estar molestando tanto—Cerro sus ojos.
—¿Cuando se mudaran a la villa?
—Mañana.
—Si quieres puedo venir por tu equipaje.
—No es necesario, tengo todo lo que necesito en la Villa.
Siempre he renovado mi clóset cada año, estaba preparado ese lugar para ir a vivir algún día allí, no tenía aún el coraje de volver a ese lugar pero encontré esta oportunidad para volver a donde viví mi infancia y adolescencia.
—Entonces nos vemos mañana—Ya habían llegado a su casa, era muy bonita pintada de un color menta—Les ayudaré con la mudanza. Nos vemos—Ivy bajo del auto, demir volvió a poner en marcha el auto.
Podía quedarme en la casa de mi hermana, pero ella aún no quiere que toda la ciudad se entere que es hija de la familia Myers, y en su residencial las personas me conocerán por eso mejor me quedaré en la mansión de Lar.
¿Cuando volvió? ¿Se rendiría con ese omega o lo logró? Ese tipo no tiene ni una pizca de dignidad, muy arrastró ¿Si me enamora también me volvería como el? Un perro que menea la cola cada vez que ve a su amo. De solo pensarlo es escalofriante.
Demir estacionó el auto enfrente de la lujosa, exótica, mansión. Xander se bajó casi corriendo el solo quiere dormir.
—Bienvenido, joven maestro Myers. Él joven maestro Lar, lo espera en la sala—Informo el hombre de mediana edad, su cabello es de un tono canoso, ojos verdes.
—Gracias, Harold.
Tenia tiempo de no venir a este lugar, Lar se fue por casi seis años, el maestro Russo se puso furioso al saber que su hijo se había largado sin decir adios.
—Xander, te vez como la mierda—Lo abrazó con entusiasmo.
—Y así me siento, dejemos la charla para después ahora mismo solo quiero dormir, no he dormido en toda la noche....¿Quién es ese tipo?—Frunce el ceño.
En el rostro de Xander se podía ver el evidente desagradó por ver a esa persona, que le recuerda a Yael.
—Se más educado, el será tu cuñado—Sonríe—Te presento a...
—Dije que las presentaciones serían para después—Subio las escaleras—Y se quien es, es el hermano menor del hijo de puta que daño a mi pareja—Desaparecio en el pasillo del segundo piso.
Actuo como si esa mansión fuera de su propiedad, y a los señores Russo no les importaba tampoco.
—¿pareja? ¡¿esta saliendo con tu ex cuñado?!...Me disculpo por su comportamiento el es un tanto bipolar.
—No estoy enojado por su reacción, me sorprende más lo que dijo sobre klaus.
—¿Eso te molesta?—Frunce el ceño.
—No, al contrario es una buena señal y se que no es su pareja, Klaus aún no esta listo para eso pero tal vez con la ayuda de el joven maestro Myers, supere todo lo que esta viviendo.
¿Te arrepentirás hermano? cuando veas que Klaus Volvió a sonreír y tu no eres el causante de ella.
¡¿Qué demonios dije hace un momento?! Estoy loco, ¿como pude decir eso tan a la ligera ¿si Klaus se entera se molestara?
Xander tenía sus mejillas de un color escarlata, tenía mucha vergüenza por actuar de esa manera. Dejo de pensar en eso cuando su rostro tocó la almohada, el se quedó dormido rápidamente, por fin podía descansar.
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