capitulo 1

¿Qué demonios paso aquí? Parece que el ladrón en vez de robar, destruyó todo. Todo el lugar era un desastre, floreros rotos. El marcó de casi dos metros donde salen Klaus y Yael, esta hecho añicos.

—¡¡Hermano!! ¿Qué paso aquí?—Su preocupación es evidente.

Subí corriendo a la habitación de Klaus, estaba pensando lo peor, al llegar intenté abrir la puerta pero está con seguro. Al fondo se puede escuchar la melodía de Peace of mind (De imagine dragons.) Es demasiado lamentablemente.

—¡Klaus, abre la puerta!—Grito para que la escuchará, pero no hay respuesta.

Aquí es donde tengo que mostrás que soy cinta negra, lanze dos patadas a la puerta, me sorprende que haya funcionado.

Pero lo que vio a continuación la dejo en shock, Klaus esta acostado en la cama matrimonial, abraza una almohada como un salvavidas.

El verde en sus ojos se convirtió en rojo, eso se debía por tanto que había llorado. En su mirada puedes ver un  profundo dolor, tristeza.

Ese hermoso rostro con facciones hermosas, envidiado por algunos betas, esta demacrado, su piel de porcelana está un poco rojiza por tanto llorar.

Me arrodillé en el piso, jamás lo había visto tan vulnerable.

—Hermano, soy Tamara—Con mis dedos peiné su húmedo cabello, al parecer hace poco salió de bañarse—¡Klaus, hablame!—Suplico.

Si sigue así será malo para ambos, el doctor le advirtió que tuviera cuidado,.

Tamara apagó la música con el control remoto, tenía que sacar a su hermano de ese abismo.

—Klaus, recuerda que tienes que velar por alguien más, reacciona, por favor.

—Mara.—Solo así lo puedo traer de ese abismo de dolor—Hermana—Volvio a llorar.

—Si, soy yo. Ya no llores, si sigues así tus ojos se volverán dos tomates destripados. ¿Acaso al cuñado no le agrado la idea de ser papá?

—Ni siquiera pude decírselo—Sollozo con más fuerza.

—¿Entonces porqué estás así de mal?—Le limpio las lágrimas, podría sonar monótona, pero realidad está preocupada, molesta con la persona que lo hizo llorar.

—Me pidió el divorcio, duele tanto. No puedo controlar estás emociones...hasta el respirar me es difícil.

Tamara está en shock severo, no podía creer que esa felicidad, amor, que se mostraban terminará en un segundo.

Ese amor no era fingido, por dies años su relación era tan envidiada por nuestras amistades en común, como familiares. Muchos decían que un alfa y beta no pueden estar juntos, más cuando son dos hombres, ya qué no podían tener hijos.

Pero igual ellos dos eran lo que todos deseamos en un matrimonio, confianza, amor, fortaleza. ¿Cómo fue que todo eso se desmoronó?

—Si estabas así de mal, ¿Por qué me enviaste textos diciendo que estabas bien?—Mierda, le hubiera echo caso a mi instinto, no me importaría dejar mi trabajo botado y venir.

Tamara se siente muy culpable, ella es su hermana mayor por 4 años.

—No quería hablar sobre esto, no queria que me vieras en este estado. El dijo que ya no me ama, que estaba cansado de fingir, qué conoció a su destino hace una semana, y no le bastó con eso, también...me fue infiel—Me acosté boca arriba, observé el techo, me parecía tan vacío como me siento ahora mismo—No merecía tal traición, aunque sea me hubiera respetado antes de decirme todo.

Debería ir a partirle la cara a ese maldito, traicionó nuestra confianza, me da igual si conoció a su destinado. Tenía que ser lo suficiente hombre para decirle a mi hermano, y no fingir durante una semana.

—Hermano, no diré que esto pasara de la noche a la mañana porque eso sería mentira, el proceso será doloroso. Pero tienes que ser fuerte, por ti y ese bebé en tu vientre.

Tamara está furiosa, le está costando mantener controlada sus feromonas.

—Lo sé, pero es tan difícil. Esos 10 años no fácil de superar, quizás el destino se apiadó de mi y me regaló ese tiempo con Yael, para después devolverlo a quien pertenece.—Tambien se podría considerarse un castigo.

Debería estar agradecido, pero no siento así. Siento odio, dolor, frustración, impotencia.

—Klaus—No se cómo reconfortarlo, ¿Madre, que hago?

—Solo acuéstate aquí conmigo, quiero que me des un abrazo—La vio con ojos de cachorrito.

Subi a la cama, abracé a mi hermano menor.

—Llora, sacá todo ese dolor. Y cuando ya no tengas Lágrimas que derramar, te levantas, miras hacia delante. Por más que tu mente te diga que te rindas no le obedezcas. Tienes que dar pasos firmes por ti, y esa nueva vida en tu interior.

Klaus solo sollozaba descontrolado, la camisa roja de Tamara está empezando a mojarse.

—Tus amigos, mis amigos, y yo, estamos aquí para ti, no te dejaremos luchar solo. Recuérdalo, no estás solo.

—Duerme mi querido hermano, duerme, al despertar lo malo se abra calmado un poco. Duerme, adormece ese dolor—Los orbes verdes se cristalizan con cada frase que le susurra a su hermano, pero tenía que hacer dormir un poco a su hermano. Para que deje de pensar en esta situación.

Cuando sentí que la respiración de mi hermano se había vuelto dócil sin agitación, me bajó de la cama. Lo cubrí con la colcha.

Ella salió de la habitación, al llagar a la sala. Comenzó a golpear el sofá, Era la única manera de sacar su coraje. No podía gritar porque temía despertar a su hermano.

Suspiré profundamente al mismo tiempo que enrolle mi cabello en una cola de caballo, tenía mucho trabajo por hacer. No podía dejar éstos vidrios rotos en el piso. Fui a la cocina por las bolsas de basura, la escoba.

Tamara limpió hasta el último pedazo de vidrio, todo quedó reluciente, como si ese desatre nunca paso.

Ella limpio su bello rostro que está cubierto de sudor, esa limpieza la hizo dudar mucho.

Fuí a botar toda la basura al bote de a fuera, hoy es el día que pasa el carro recogiendola. Las fotos las aguarde, también quería votarlas, pero eso era una decisión que no me toca decidir.

Tamara volvió adentró de la casa, fue alabar sus manos. Se sirvió un vaso de agua. Luego volvió a la habitación de su hermano, tenía que vigilarlo, en este momento está muy sensible. Le es más difícil el pensar.

Me senté frente a la ventana, el cielo está pintado de un color amarillento entre anaranjado, indicaba que la atardecer esta por comenzar.

Ella le envié un mensaje a su prometido, explicado un poco de la situación y que vinera a la casa de Klaus.

Mamá, papá. Por favor denle la fuerza suficiente a Klaus para que pueda superar esto. Necesitara mucha.

La noche cayó tan rápido, tendré que llamar a mi jefe que busque mi remplazó. No podré ir a trabajar durante un tiempo, mi hermano es mi única familia en el mundo, tengo que estar con el.

—Mara—La voz ronca de Klaus llegó a sus oídos.

—¿Quieres un poco de agua?—Asistió. Tamara le pasó un vaso de agua.

Klaus la bebió toda, su mirada aún sigue perdida. Le volvió a pasar el vaso a su hermana. Tamara se sentó en el bordo de la cama.

—Asi que.. no fue una pesadilla—Con su brazo cubrió su frente—todo esto está pasando...—La voz se quebró a mitad de la conversación.

—Si, todo es muy real.

—Aun siento el dolor, no se marcha. La opresión en mi corazón se hace más fuerte, solo durmiendo no puedo sentir nada.

—Lo sé—Eso mismo sentí cuando nuestros padres murieron—Pero tienes que comer, aunque sea un poco de frutas.

—No tengo hambre, pero mi granito de arroz si necesita comer—Durante está semana, solo me levantaba a comer y luego volvía a dormir. Soy como un cadáver andante.

—Bajemos, prepararé un rico caldo de pollo.

—Suena bien—pero su rostro decía otra cosa.

Se dirigen directo a la cocina, klaus se sentó frente a la isla de la cocina. Tamara se puso un delantal, le ofreció a su hermano un vaso de jugo de fresa con leche. Cómo toda una profesional corto el pollo, lo puso en el agua hirviendo. 

—Mañana te irás a vivir conmigo—Corta la verdura que le echara al final al caldo.

—Si lo haces porque cometeré un locura, no te preocupes. No haría tal cosa, tengo que ver a mi granito de arroz nacer y crecer—Acaricio su abdomen plano, a penas tiene un mes.

—Esa es la primera razón, la segunda es Porqué si sigues aquí será más difícil. No digo que te desagas de todo, solo vive conmigo por unos meses. Por favor—Suplique.

—Pero tú solo llevas dos meses viviendo con el cuñado, no quiero ser mal tercio, ni abrumar su relación.

La verdad es que no quiero estar solo, siento que si lo hago me volveré loco, al despertar quiero hablar con alguien y tener mi menté ocupada.

Si no hago nada de eso, volveré a llorar hasta quedarme dormido. Solo durmiendo no hay dolor, y puedo crear mi propio ilusión donde todo sigue igual.

—Marlon lo entenderá, aparté sabes bien qué el es tu fan. Ama tus libros. Olvidas lo loco que se puso cuando te conoció.

—Como olvidarlo—Sonrio, pero para su hermana eso no era una sonreír—¿No le has llamado?

—Ya le envié un mensaje, no tardará en venir.

—Le dijistes sobre mi...—Se le es difícil decir divorcio.

—Si, no quería qué preguntará por ese maldito.—El timbre sonó, ese debía ser Marlon.

—Ire yo, tu continúa en hacer que eso quedé rico.

Klaus fue directo a la puerta, la cual abrió. Dejado ver a un bonito joven de cabello castaño. Sus gemas color avellana lo veían con un poco de tristeza, la que fue remplazada por felicidad.

—Cuñado, felicidades por tu embarazo—Lo abrazo, un abrazo que duro unos segundos—Te traje unas vitaminas, para que estés siempre saludable.

Marlon no dejaba de hablar, Klaus solo se queda observando como mueves sus manos al intentar explicar para que funciona cada vitamina.

—Gracias—las puse en la mesa secar de la puerta, los dos fuimos a la cocina, de verdad olía muy bien ese caldo, debe de ser por el hambre que siente mi pequeño grano de arroz.

—Huele bien—Alabo Marlon a su pareja.

—Estara en momento, tomen asiento.

Ellos obedecieron, como dos niños de kínder esperando su desayuno.

Por más que intento pensar en ello, más me invade los recuerdos donde compartía con Yael. Y el dolor se apodera de mi, pero lo finjo con una sonrisa que para mí es una, pero para mí familia no.

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