+18 capitulo 58
—¡Hermosa Oruga!—
Alke entra a la suite, busca por todos lados a su Omega, el último lugar al que entrá es a la habitación. Adei estaba ahí, acostado en la cama. Oliendo unas prendas de la ropa del alfa.
—¿O-Oruga?—Su tono de voz tembló.
El aroma en el aire era muy fuerte, los ojos de Alke cambiaron por completo, cerró la puerta con seguro. Intenta mantener la calma para no entrar en modo animal.
Camina hacía la cama, su nariz no deja de inhalar el aroma de su Omega. Mira fijamente a, Adei. Este tiene una expresión adolorida, mejillas sonrojadas, respiración agitada.
—A-Alke—Tira la ropa hacía un lado, se lanza sobré el alfa—¿Por qué tardaste?—Con una mirada lujuriosa empieza a desabrochar los botones de la camisa del alfa.
—Fui por tus alitas crujientes, favoritas.—Su olor es demasiado fragante, es más fuerte que una droga, pero más deliciosa.
Mi cordura está pendiendo de un delgado hilo, quiero tomarlo ahora mismo, ponerlo en diferentes posiciones vergonzosas. Entrar en el una y otra vez hasta que nuestros cuerpos convulsione de placer.
La respiración de Alke se está volviendo más agitada, sus manos también se ponen en movimiento, empiezan a desvestir al joven ansioso y frenético Omega.
—¡Dámelo rápido!—Desliza su shorts de algodón junto a su boxer.
Gatea hacia en medio de la cama, moviendo seductoramente sus delicadas y bonitas caderas. Alke lamió sus labios al ver cómo ese lugar se contrae y escurre mucho líquido que vendría siendo lubricante natural, producido por el Omega, quién estaba en celo.
—Pica mucho—Separa sus piernas.
Adei esta tan excitado que, cada vez que respira o habré sus labios, humo sale de ellos. Cómo si estuviera allá fuera, bajo la tormentosa nieve.
—A-Alke—Lo llama—¡Darte prisa!—Siseo.
—Dejame seguir apreciando de la maravillosa vista—Traga grueso, saliva se deliza por las esquinas de sus labios. En verdad, parecía un perro.
La cosa en sus pantalones de Alke, está palpitando violentamente, le grita que lo saqué de ese apretado boxer.
—¿Te gusta lo que vez?—Sonrie medió tonto.
—¡Si!—Alke se quita las últimas piezas de ropa.
En los ojos de Adei, se formaron unos corazones al ver esa gran espada que, se había estado escondiendo en los pantalones de Alke. Pero, que ahora está a la vista y al alcance de sus manos.
—Lo...quiero—Señala el erecto y duro miembro de Alke—Ponerlo aquí—Con timidez llevo sus manos a ese dilatado y mojado lugar, con los dedos separa la blanda carne.
Alke no podía retirar la mirada de ese lugar, ver cómo se expande con la ayuda de Adei, y de como se estremece y sale más líquido, eso encendió aún más al alfa.
A ciegas y con torpeza se puso el preservativo, era admirable que, aún embriagado de esas exquisitas feromonas, el seguía un poco racional. Cuando sentía que estaba perdido la cordura, se inserta las uñas, ya sea en los brazos o en las largas y seductoras piernas.
—Quiero seguir viendo este lado tuyo—Sube a la cama—Es tan sublime la manera en la que, te tocas para mí—Jadea—Pero no creó soportar más, ¿Tú tampoco puedes?—Se arrodilla en medio de las piernas de Adei.
—No, ya no puedo soportar—Jadea.
Es la primera vez que lo veo en celo, se ve tan malditamente sexy, desde su expresión hasta el estremecimiento de su bello cuerpo. Ese hermoso color de ojos, está nublado e inquieto por querer sentirme a dentro.
—Mmm~—Muerde un poco su labio inferior, Alke ingresó un dedo, quiere ponerlo ya, pero igualmente antes verifica si, está lo suficientemente dilatado cómo para entrar.
No quiere lastimar a su Omega. Adei es su invaluable tesoro, no iba a dañarlo por su excitación o las ganas de poseerlo en este instante. Pero al ver qué cuatro dedos enteraron sin problemas, el los retiro luego de jugar un rato en ese caliente interior.
Adei solo podía gemir y estremecerse cada vez que los largos y gruesos dedos explotaban su interior. El Omega apretó con fuerza, Alke solo sonrió al ver a su Adei, gemir una y otra vez. Le encantaba verlo en ese estado, derretido de placer.
—¡A-Alke!—Llama con dificulta a su alfa, enfoca su mirada en el rostro de Alke—Deja de jugar—Jadea—Te quiero dentro—Agarra esa fuerte y poderosa espada, pero no con las dos manos podía sostenerla adecuadamente, es grande.
Mi cuerpo se está quemando, todo pica, más ahí. Es incómodo, quiero que mi alfa me quite esa incomodidad. El celo es completamente diferente, los fluidos no paran de salir de ese lugar, puedo sentir muy bien en al manera que mi trasero palpita inquieto.
—Voy a llenarte por completo, no me detendré así, supliques. No sé hasta cuándo estaré cuerdo. Tú olor es demasiado embriagador.
—No pienso detenerte, solo hazme el amor una y otra vez. Así este cansado seguiré abrido mis piernas para que tú, sigas haciendo un desatre en mí.—Besa los labios del alfa.
Las intensas feromonas del alfa, se metieron hasta por los poros del Omega. Adei gimió de manera obscena al sentir como Alke, se deliza por sus cálidas y blandas paredes del palpitante interior del más joven.
La expresión de Alke es toda una obra de arte, la emoción y el deseó cumplido de poseer a su Omega, se ve perfectamente reflejado en ese hermoso rostro.
—¡Aaahng!—Muy profundo, se siente como la primera vez. Es difícil respirar bien, demasiada opresión en mi estómago...
—No entres en pánico—Besa la frente de Adei—Respira lentamente—Susurra dulcemente—Sígueme mi ritmo—Se ven directamente a los ojos—Inhala, exhala.
Adei obedeció a Alke, inhala y exhala al ritmo del alfa, estuvieron así, por unos dos minutos hasta que, Adei pudo tranquilizarse.
—¿Me muevo?—Esta muy tensó, eso hace que mi movilidad sea inconveniente por lo estrechó de su interior. Si me muevo sin que, se relajé. Puedo llegar a lastimarlo. Tendré que estimularlo.
Alke lame los erectos pezones del Omega, este se retuerce de placer, es muy sensible en ese lugar, lo vuelve loco en la manera que Alke, lo acaricia.
—S-Si—Se sostiene de los hombros del alfa—Moverte, mi alfa...¡Aaah!
Con cada embestida Alke llega muy profundo dentro de mí, puedo sentir cuan caliente esta esa tercera pierna, lo emocionada por explorar cada parte de mi, es tan placentero, mi cuerpo es un vórtice de ardientes placeres.
—Eres cálido...muy cálido—Embiste una y otra vez—Me estoy derritiendo.
Alke va en busca de los labios del Omega, los besa, muerde, succiona, sin piedad. Luego baja al cuello, en ese lugar se esta unos minutos oliendo y lamiendo con diligencia.
Adei se estremeció mucho al sentir la lengua de Alke, este lamía cómo si de un fragante filete se tratará. Pequeños espamos penetran el ser del Omega. Apretado así, el miembro del alfa.
—¡Ugh!~—Si sigue así, no tardaré en venirme.
Alke estaba llegando a su límite, Adei tampoco era la excepción, su miembro estaba más que solo goteando semen. El alfa al ver eso, llevo una se sus manos ahí. Dándole mucho cariño mientras el seguía moviendo sus caderas sin parar.
—¡Aah!
Los dos habían llegado a la cima del placer, Adei parecía un corderito herido por la manera en la que su cuerpo temblaba por emoción de ver llegado al clímax.
Sus respiraciónes eran como las de dos personas que habían terminado una carrera de ciclismo, muy agitadas. Sus ojos muestran una enorme felicidad.
—M-Muerde—Se giró, poniéndose en cuatro—Quiero.. quiero llevar tu marca en mi—Muestra su pálido cuello—No lo digo por el celo, estuve esperando por este día un alargó tiempo. Morderme, Alke.
Los colmillos de Alke sobresaltan en su boca, tanto él como el alfa que vive en su interior, también habían esperado mucho por este maravilloso momento.
Se quitó el preservativo para ponerse uno nuevo, le hubiera gustado dejar embarazado en este momento a su Omega. Pero, aún era demasiado pronto para eso, tienen que disfrutar su tiempo como pareja por un largo tiempo antes de dar ese gran paso.
—Mmm~—Estoy sensible, mis manos y piernas no tienen tanta fuerza, tenerlo nuevamente adentro es grandioso.
—Dolera un poco—Susurra al oído—No te resistas—Pone su mano sobre la de Adei. Lame el cuello del Omega—Te amo—Suavemente encajo sus colmillos.
—¡Uhg!—Duele, es inevitable el no volverme tesón
Los ojos de Adei se tornan llorosos y su respiración entré cortada. Alke de manera lamió la mordida en ese palido cuello, ambos podían sentir un gran cambió, era como si estuvieran aún más cerca de lo que, ya habían estado. Jurarían que podían ser capaz de sentir lo que el otro estaba sintiendo.
—Te amo—Expresó Adei—Besame y muévete mi alfa—Demanda.
Este lo complace, dándose así, un cálido beso mientras sus caderas se mueven lentamente, golpeado repetidamente ese dulce lugar llamado próstata.
Ellos se daban mucho amor y placer en esa espaciosa suite mientras que allá afuera, había un escándalo. Tanto Madre como hijo discutían. Jobim había llegado todo altanero queriendo hablar con Adei, pero fue detenido por los guardias de seguridad.
El momento que tanto había esperado Adei, había llegado, ver suplicar a Jobim, es su último deseo antes de meterlo tras la rejas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top