3
No puedo ser tu omega" es una obra original de Gii79-- cualquier reproducción total o parcial de la obra sin el permiso explícito de la autora incurre en un delito.
Esta es una adaptación de dicha obra para el fandom de BNHA 100% autorizada por la autora.
Por la mañana del sábado Izuku se encontraba exhausto, no había dejado de pensar en aquel alfa de piel pálida, cabello rubio y mirada de lava y en su jodido aroma. Había tomado dos supresores de calor porque sí, su celo se había adelantado, y no quería ni imaginarse el por qué.
Pero era sábado y como tal, sus cachorros se habían despertado más temprano que de costumbre y ya estaban listos para ir a la cafetería, Kirishima lo esperaba en la cocina con un jugo de naranja y galletas.
—Te ves terrible—el característico saludo de gran sonrisa lo recibió en la cocina.
— También me alegro de verte Kiri— Izuku se sentó y bebió de su vaso.
—Siempre es una alegría verte Izu ¿Qué sucede contigo? Hoy estas decaído...— una brisa entró por la ventana y Kirishima frunció el ceño — aterrorizadoi¿estás en celo?!
—Cállate—sentenció sin levantar la mirada—ya tomé dos supresores así que mi aroma no debería molestar a nadie—Pero soy un alfa, Izuku. ¿Estas seguro de ir a trabajar así?—Eijiro sintió a su lobo removerse con deseo dentro de él, no podía, era Izuku, isu amigo! Pero su aroma era tan adictivo, siempre lo había pensado pero ahora que lo percibía tan cerca no pudo evitar que un gruñido saliera de su garganta.
—¡Eijiro Kirishima! ¿Eso fue un gruñido?— Izuku se puso de pie y se alejó unos pasos.
Kirishima avanzaba hacia él, los ojos oscurecidos de deseo e Izuku pensó que no tenía que haberse tomado su celo tan a la ligera.
—Ve arriba a ponerte supresor en aerosol— murmuró entre gruñidos intentando controlar el deseo que burbujeaba en su vientre bajo impulsándolo a lanzarse sobre el omega para frotarlo con su olor a alfa y tal vez... marcarlo—ahora Izuku.
El omega no dudo ni un segundo en subir las escaleras, completamente agitado por la desesperación y vaciar una botella de aerosol sobre su cuerpo. Sentía su corazón querer salir de su pecho, sabía que Kirishima había usado hasta sus últimas fuerzas en mantenerse centrado.
Bajó luego de 15 minutos, cuando su respiración se normalizó y el corazón volvió a su ritmo normal. Tomó a sus cachorros que lo miraban confundidos y los abrigó. Salió para subir al auto sin decir nada, donde Kirishima ya lo esperaba con la pequeña Tsuyu asegurada a su asiento.
—Lo siento Izu —murmuró algo incómodo después de un rato—no quise portarme así.
—No te preocupes, yo... entiendo.
Y no volvieron a pronunciar ninguna palabra hasta llegar a "Yuuei".
—Estaré atrás con los niños, ayudaremos a decorar los pasteles a Neito —sonrió el omega un poco más tranquilo, su aroma se había neutralizadoquédate tranquilo, estaremos bien.
—Bien, acomodaremos todo con Kyoka y pueden salir a la hora de abrir.
Izuku llevó a sus niños a la cocina, la parte más divertida de sus sábados era cocinar los muffins con Neito para que luego los niños los decoraran con merengue de colores y granas de corazones. Eran los más vendidos del día, había clientes que amaban a los mellizos y llevaban sus creaciones por docenas. El omega disfrutaba orgulloso de esos momentos mientras que Kirishima enseñaba a Tsuyu a recibir a las personas que ingresaban con un "Buen día, disfrute su visita a Yuuei" y la pequeña había adoptado aquella característica sonrisa de su tío.
Por un momento Izuku se permitió fantasear. Esa era la familia que había soñado desde siempre, esa era la manera en la que quería vivir con su alfa, Kirishima se veía tan bien y tan amoroso con sus cachorros que se lamentó de no haberlo conocido un poco antes que a Dabi, pero rápidamente esfumó esos pensamientos, lo único bueno de haber estado con aquel alfa irresponsable eran sus tres hijos, que a pesar de todo no se arrepentiría nunca de aquello.
Rápidamente se hizo el mediodía, decenas de personas habían pasado por el local y casi no quedaban de los famosos pastelillos de los mellizos. Ahora Izuku tomaba un descanso en uno de los cubículos traseros mientras degustaba un café moca y ojeaba un libro, Neito y Kyoka habían llevado a los niños de compras. Kirishima trataba con unos preventistas para adquirir nuevos productos para el local. Las voces de sus bebes entrando por la puerta trasera le sacó una sonrisa.
—¡Te digo que Ironman no puede ganarle a Hulk nunca en la vida!- Retó Denki.
—¡Te digo que sí! Ironman es más fuerte que cualquiera—canturreo el menor.
—¡No lo es, no lo es, no lo es! Hulk lo aplastaría con su súper puño— gritó dándole un puñetazo a la mesa de la cocina.
—Pero Ironman lo soportaría con su armadura ies invencible!.
—Basta cachorros—-espetó Izuku entrado a la cocina—Tío Kiri está atendiendo a gente importante— se agachó a la altura de estos para acariciar sus melenas y darles una sonrisa-
—Lo sentimos papi, no pelearemos más—dijeron al unisono- ¿Podemos ver la nueva película de los Avengers que compro tío Neito mientras esperamos la comida?
—Sí, claro que pueden—Izuku se puso de pie y los llevó hacia el cuarto de juegos mientras sus amigos entraban con la pequeña niña y empezaban a acomodar los víveres en la despensa.
Izuku empezó a buscar los ingredientes para preparar lasaña, sorprendería a todos con la vieja receta de su madre. Una de las cosas que había adquirido durante su educación en la manada era habilidades para hacer las tareas del hogar y la que más había disfrutado era la cocina.
Cortaba los vegetales con una rapidez sorprendente, le había pedido a sus amigos que acomodaran la mesa para el almuerzo ya que él se encargaría de agasajarlos con la comida como muestra de gratitud, siempre buscaba la manera de devolverles un poco de tanto que recibía. La cafetería permanecía abierta, pero en ese horario no concurrían clientes porque solo se servía café, jugos y malteadas, por lo tanto no se preocupaban de recibir a nadie.
Estaba tan concentrado en la preparación que no escuchó la campanilla de la puerta sonar, pero cuando el aroma a alfa inundo sus fauces dejando sin efecto sus supresores sintió su cuerpo temblar en un éxtasis vibrante.
"Ooh " gimió para sus adentros y sintió sus sentidos adormecerse tomando una calada profunda de aire, dejo la preparación adentro del horno y salió hacia el salón buscando la procedencia del perfume.
Sus amigos estaban de espaldas a él tapando al origen del olor, pero cuando una carcajada salió del interior de el pelirrojo y se agachó sujetándose el vientre, el rostro de Bakugo Katsuki apareció con su sonrisa ladeada, con cierta malicia y brillante frente a él, ambos conectaron en una mirada profunda de unos segundos pero para ellos fue mucho más larga.
—¡Oh! Izu— llamó Kyoka cuando notó al omega parado detrás de la barra—Ven, te presentaré a alguien.
Izuku caminó tímidamente hacia ellos y Kyoka tomó la palabra.
—Izuku, te presento a mi hermano— señaló al rubio que aún mantenía su mirada fija sobre él—Bakugo Katsuki.
—¡¿Tu hermano?! —Kirishima e Izuku se sorprendieron al escuchar la afirmación de los labios de la joven beta.
—Un momento ¿de dónde se conocen ustedes?—preguntó confundida riendo por la casualidad aun si darles tiempo para hablar al recién llegado.
—¡¡Señor Bakugo!!- el grito y las pequeñas corridas posteriores de los hermanos mellizos llenaron el lugar de risas.
—Katsuki es el maestro de Denki y Tamaki — sonrió Kirishima mientras cargaba a Denki en sus brazos y
Katsuki hacia lo mismo con el otro cachorro.
—Oh, ya veo... que extraña coincidencia—exclamo la beta-—Katsuki estuvo el otro día aquí temprano y le ofrecí un café.
—El mejor maldito café que he probado debo decir— por fin hablo el alfa que sostenía a Tamaki.
—Oye estúpido no maldigas frente a los niños —regaño Kyoka a su hermano.
—No importa tía Kyo—exclamó Denki—lo hace todo el tiempo mientras da clase, es fantástico.—concluyó el cachorro con una sonrisa de complicidad, a lo que la beta negó con la cabeza.
Entre tanto la mente de Izuku trabajo rápidamente en unir las piezas, debió haber sido aquel día que el aroma por primera vez lo golpeo.
—¿Y ahora qué haces aquí, Kats?- interrogó la mujer de pie junto a él— Digo, está cerrado por si no lo viste...—se carcajeó
—Yo lo invité—Agregó Kirishima bajando a Denki de su brazo que corrió a enredarse entre las piernas de su maestro— Los niños me han hablado tanto de él que le ofrecí visitarnos aquí un dia que fui a buscar a los cachorros, aunque no creí que accedería tan rápido— rió.
—Bueno, no podía perderme una oportunidad como esta—sonrió mirando a Izuku que seguía de pie sin reaccionar ante la situación.
La escena era tan irreal que no podía salir de su asombro, pero se obligó a hacerlo cuando el temporizador del horno sonó. Se giró rápidamente mientras los demás seguían intercambiando información con respecto a quien sabe qué y volvió a la cocina para sacar del horno su creación. Olía delicioso, y estaba orgulloso de ello.
—¿Izu?— Neito apareció detrás de él ¿Todo está bien?
—Eh... ¿Si?— eso había sonado más a pregunta que otra cosa— digo ¿Por qué lo preguntas?
—No lo sé, tienes las mejillas sonrojadas y podría jurar que hasta yo siento tu aroma aquí y ten en cuenta que soy un omega como tú—sonrió
—Oh sí, estoy en celo...—pensó—gracias por avisarme, será mejor que me tome otro supresor. ¿Podrías llevar la comida a la mesa? —señalo la bandeja antes de desaparecer en el baño.
Izuku estaba confundido, quería huir lejos de ese hombre, se sentía en peligro, amenazado, pero al mismo tiempo tenía el impulso de saltar sobre él y hundir su rostro en su cuello permaneciendo ahí e impregnándose de su olor a macho. El miedo recorrió de punta a punta su medula enviando impulsos a su cerebro que volvieron en forma de un gemido ahogado. Todavía no se atrevía a salir al salón, aún sabiendo que sus amigos lo estaban esperando para comer y que él también estaría.
Buena idea Kirishima. Ironizó para si mismo.
Apoyó sus manos en la mesada y bajó su cabeza derrotado, saldría y enfrentaría sus instintos, solo era su celo. Eso era lo que tenía revolucionado a su lobo interior.
Cuando caminó a la mesa donde ya todos estaban sentados evitó mirar a aquel hombre pero sin duda el señor Bakugo lo miraba descaradamente, se sentó junto a Tsuyu para ayudar a comer a la pequeña y Kyoka sirvió las porciones en todos los platos.
Kirishima, generando un ambiente de comodidad y calidez, comenzó a contar anécdotas del café, como aquella vez que organizó el aniversario de la cafetería y todo terminó en una descontrolada fiesta o cuando los cachorros hicieron pasteles durante todas las vacaciones obteniendo las suficientes ganancias para una nueva consola para su cuarto de juegos.
Todos reían y Katsuki parecía disfrutarlo, sobre todo cuando Izuku sonreía al escuchar hablar a sus pequeños y los regañaba por mostrar su comida masticada en la boca. Kirishima amenazaba con ponerles baberos para que no ensuciaran su ropa aludiendo que el jabón para lavarla no era barato y que ellos eran tan delicados que solo podían usar el jabón hipoalergénico. La sensación de familia que emanaba de Izuku, Kirishima y los tres niños provocó a Katsuki una presión en su pecho, una angustia y pequeña decepción que lo abandonó completamente cuando Tamaki esquivó la servilleta que el otro alfa tenía en la mano intentando limpiar su boca al grito de:
"Yah, tío Kiri. Estoy limpio!"
Tío Kiri.
Tío Kiri.
Tío.
Y sintió a su lobo resucitar dentro de sí, pero aún había una pregunta en su interior. Si ese no era el alfa de Izuku.
¿Dónde estaba el padre de los cachorros?
Voten y comenten puppies, los leo.
😘😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top