24
"No puedo ser tu omega" es una obra original de Gii79-- cualquier reproducción total o parcial de la obra sin el permiso explícito de la autora incurre en un delito.
Esta es una adaptación de dicha obra para el fandom de BNHA 100% autorizada por la autora.
Izuku ayudaba Katsuki a acomodar sus cosas en su departamento, porque sí, Katsuki se estaba mudando con ellos finalmente, el alfa no quería arriesgarse nuevamente a exponer a Izuku a algún otro movimiento de Touya. Por lo menos si no estaba allí en todo el día podía dejar su marca por la casa. Además, quería tener muchos momentos familiares con Izuku y los cachorros, inconscientemente deseaba poder leerles algunos cuentos por la noches (porque la lectura es importante en los mocosos, eso lo sabía muy bien) ayudarlos con las tareas aunque sonara injusto porque él era su maestro, quería poder prepararles el desayuno y tomarlo junto a ellos cada día y ayudar a Izuku preparando la cena, quería ser parte de esa familia y no lo lograría hasta no vivir completamente con ellos.
El celular del omega comenzó con una vibración intensa sobre la mesa de luz, la pantalla señalaba "número desconocido" pero la insistencia de la llamada era tal que optó por contestar.
–¿Hola?
–¿Midoriya Izuku?
–S-Sí... soy yo–su voz tembló ante la voz grave del otro lado, Katsuki sintió el temor de su compañero y se acercó a verificar si todo iba
bien.
– Midoriya Izuku, tenemos información importante que lo puede ayudar contra Todoroki Touya, si le interesa podemos arreglar un encuentro.
El corazón del omega se paralizo una milésima de segundos ¿Sería una trampa? No lo sabía, pero la oferta sonaba tentadora.
–Está bien ¿Dónde lo veo?
Katsuki tomó un papel y anotó la dirección dictada por su pareja, no entendía muy bien pero esperaba que Izuku le explicara luego de cortar.
–Y Midoriya Izuku... traiga a sus hijos con usted.
El tono cortante avisó la finalización de la llamada. Le contó a Katsuki la petición que le hicieron y no dudaron en llamar a Hitoshi inmediatamente para contarle lo que había sucedido.
Algo no está bien con todo eso ¿Quién podría desear ayudarlos brindándole información en contra del alfa? Quizás alguien que resultaría altamente beneficiado con su fracaso y que estaba muy al tanto de la situación que vivían en esos momentos.
–Deku, cariño, esto podría ser una trampa ¿Lo sabes verdad?
–Lo sé, pero estoy dispuesto a intentarlo todo por mantener a mis hijos a mi lado.
–Está bien, pero no te precipites solo, debemos consultar con el ojeroso– envolvió a Izuku entre sus brazos.
–Sí, le enviaré un mensaje para que vaya al café mañana temprano. La cita es a la tarde. Tengo que llevar a los niños.
–¿Por qué a los mocosos?– Katsuki palideció, no le parecía bien exponer tanto a su familia ante un desconocido.
–No lo sé, esto me da mala espina pero ¿Estarás conmigo no es así?
–Siempre, cariño.
Izuku suspiró, algo importante se avecinaba, pero no sabía exactamente qué.
–Según lo que dices, es alguien que puede brindarnos información importante sobre Dabi, hemos considerado la posibilidad de que sea una trampa, pero por otro lado, ese bastardo tiene mucha gente que lo odia y que haría lo que fuera por verlo caer– Hitoshi hablaba con una seriedad de ultratumba, el alfa analizaba todas las posibilidades respecto a eso.
Izuku estaba frente a él en la mesa del café que siempre usaban.
–¿Tiene muchos enemigos?
–¿Cómo crees que llegó hasta dónde está? De la misma manera en la que hizo con ustedes, pisando cabezas y abusando de la bondad de otros.
Izuku sintió dolor en su pecho al imaginarse que solo había sido un peldaño más en la vida de Dabi para ayudarlo a conseguir su objetivo y ahora sus hijos se convertían en peones de ese maldito juego, pero él no lo permitiría.
–Iremos, sea quien sea el que está detrás de todo esto, si tiene información para darnos será bien recibida.
–Creo que será mejor que te acompañe, no queremos que te enreden en alguna farsa– sentenció el alfa–muéstrame la dirección.
El omega sacó del bolsillo de su abrigo el papel donde Katsuki había escrito la dirección y se la extendió a Hitoshi. El abogado leyó el papel y frunció en ceño para luego volver a ver a Izuku.
–Esto no está en Seúl...– dijo extrañado alzando la nota entre su índice y el pulgar.
–¿No?–Izuku se estiró para recuperar el papel y volvió a mirar con asombro al abogado.
–Esto es Busan.
–¿Busan?
–Este lugar se encuentra en la manada de dónde vengo–su cara de horror era clara, Izuku no podía volver a la manada, no después de todo lo que le había hecho vivir y menos con sus cachorros–¿Cómo no pude darme cuenta cuando me estaba diciendo la dirección?
–Tranquilo Izuku, es lógico que no lo hicieras, tu cabeza está llena de cosas en estos momentos.
–Sí, lo está.
–¿Entonces? ¿Iremos?
Izuku lo miró con el labio entre sus dientes, temía por lo que fuera a pasar en ese lugar, temía por sus cachorros, por tener que exponerlos a algo que no estaba seguro que iría bien.
–Está bien–exhaló toda su angustia–vayamos.
–Todo irá bien, pequeño, estaré a tu lado por cualquier cosa– Hitoshi presionó el hombro del omega para reconfortarlo, comprendía el miedo de Izuku y aún seguía sorprendiéndose por la valentía que poseía, era capaz de enfrentarse a todos sólo por defender la felicidad de sus hijos. Esa era la clase de omega que quería en su vida en un futuro, alguien que no tuviera miedo de enfrentar al mundo por lo que ama.
Detrás del exhibidor Neito acomodaba sus últimas elaboraciones meticulosamente, podía ver a Hitoshi reconfortando a un triste Izuku, el toque no era intimo pero aún así algo burbujeaba dentro de él, algo que no podía contener.
–Alfas, son todos iguales, aprovechan cualquier oportunidad–susurró para sí mismo.
Hitoshi sintió una mirada inquisitiva quemándole la nuca, miró sobre su hombro para encontrarse al dulce pastelero totalmente molesto, con sus abrumadores labios sobresaliendo uno sobre el otro y la nariz arrugada con desprecio. Era tan jodidamente sexy que estaba usando toda la fuerza de voluntad que poseía para no saltar la barra, correr tras él y hacerlo suyo, o bien, eso haría si no fuera porque el abogado se volvía estúpidamente tímido cuando lo tenía cerca. Bueno, un poco de celos no le hace mal a nadie, ¿no? Pensó el alfa y tiró un poco más de Izuku sobre él.
Neito abrió sus grandes ojos grises hasta sus límites, se puso de pie y cerró la pequeña puerta del exhibidor con fuerza y se marchó para no tener que ver el atrevimiento del abogado. Entró maldiciendo entre dientes a la cocina ¿Cómo podía ese endemoniado hombre abusar así de la situación de su pequeño amigo? Porque era eso, estaba molesto de que el abogado aprovechara cualquier oportunidad para sobrepasarse con Izuku.
No, él no estaba celoso de ninguna manera, pero repentinamente tuvo la inspiración para crear una nueva tarta, buscó los ingredientes necesarios y con más fuerza de la necesaria comenzó a trabajar en su nueva preparación guiado únicamente por sus emociones del momento: Tarta de frutos secos, frambuesas rojas muy, muy rojas como la sangre y chocolate negro amargo. La llamaría: "Tarta maldito aprovechado"
–Denki, cariño ¿Estas bien?–Izuku controlaba la temperatura de su pequeño hijo por tercera vez en la tarde. Desde el día anterior que llegó de su paseo al centro comercial había permanecido callado, totalmente desganado y por la mañana notó que su temperatura había subido un poco por lo que permitió que faltara a la escuela, también le avisó a Jiro que no iría a trabajar ese día para poder cuidar de él, además de preparar lo necesario para su reciente viaje.
Denki no decía nada, estaba enroscado sobre sí mismo, parecía triste, muy muy triste. Izuku se preocupó, se preguntaba si había pasado algo con Touya, pero Tamaki y Tsuyu estaban muy felices, incluso habían traído juguetes nuevos y Denki tenía una patineta, que sabría que le daría bastantes dolores de cabeza, pero aún así el pequeño permanecía inerte en la cama.
–Bebé, ¿quieres que papi te prepare algo delicioso? Puedo hacerte unas donas, o un poco de chocolate caliente– Izuku trataba con todo su corazón de consolar a su pequeño pero nada funcionaba.
El timbre del departamento sonó e Izuku caminó para atender, lamentándose por no poder hacer nada por su pequeño niño.
–Ah, hola Kiri ¿Qué haces aquí? Avisé a Jiro que no podía ir hoy a trabajar porque tu no atendías el teléfono.
–Hola Zuzu, si está bien, es decir, yo. ¿Está Denki en la escuela?
–¿Eh? ¿Denki? No, él no, está un poco enfermo hoy, así que estoy cuidando de él.
–Oh, lo supuse–susurró entre dientes–¿Puedo pasar a verlo?
–¿A Denki? Eh, sí claro, pasa, está en su cuarto. Izuku se movió de la puerta, algo raro estaba pasando pero no entendía que, vió un destello de culpa en los ojos de su amigo pero no sabía que era, lo dejó entrar mientras él preparaba algo para levantar los ánimos de su cachorro.
Eijiro se dirigió a la puerta azul y la abrió lentamente, observó con cautela y sintió sus huesos doler con la imagen del cachorro. Desde el día anterior su lobo había estado inquieto y no entendía porque. Su celo estaba próximo así que había estado buscando a alguien para pasarlo juntos pero cuando por fin había encontrado a Itsuka, Denki había aparecido frente a él con esa extraña escena. No conocía mucho de niños, solo lo suficiente como para no dejarlos morir por accidente, pero de emociones infantiles nada, por alguna razón sitio una fuerte necesidad de consolar al lobito.
–Kiki–canturreó mientras se acercaba al pequeño cuerpecito tendido en la cama, pero lo vió acurrucarse aún más mientras estaba allí.– Tranquilo bebé, soy tío Kiri ¿Estas bien?
Denki no respondió pero dejó escapar un suspiro, estaba temblando, su pequeña espalda encorvada por la posición en la que se encontraba. Eijiro se dejó llevar simplemente por instinto, se sentó en la cama junto a él y un poco dudoso llevó la mano hacia la cabeza del cachorro y comenzó a acariciarlo lenta y suavemente. Después de un rato notó como el menor empezaba a destensar el cuerpo, estaba funcionando por lo que no paró.
–¿Te sientes mejor?–le susurró, pero Denki no respondió solo se limitó a asentir con un movimiento de cabeza.–¿Podrías decirle a tío Kiri que te sucede? Al parecer no tienes fiebre y no pareces estar enfermo, solo...solo triste
–Estoy triste–su vocecita salió quebrada sin entusiasmo alguno, sin el brillo que siempre traía consigo al hablar.
–¿Por qué estas triste, bebé?
–No lo sé, yo solo...–Suspiró–me duele aquí.
Eijiro no podía ver bien pero asumió que se estaba tocando su corazón por la altura en la que se encontraba su bracito.
–¿El corazón? Eso podría ser grave ¿quieres que los acompañe al médico?
–No, solo quédate aquí un poco más, alfa.
Era la segunda vez que Denki lo llamaba alfa, no tío, no Eijiro, ni Kiri, estaba reconociendo su lugar en la jerarquía y lo que sea que ello pudiera significar le provocaba escalofríos. Sería mejor ir al médico, pero por ahora solo quería recostarse junto al niño y abrazarlo, quería mucho a esos pequeños cachorros pero Denki tenía algo especial, una pequeña luz de alegría que podía llegar a calmar cualquier dolor sólo con una sonrisa y una mirada tenaz que emanaba valentía y fortaleza por cada poro, no había duda que en un futuro sería un hermoso hombre.
El alfa acercó su espalda a la cabecera y se apoyó en ella relajándose un poco sin detener sus mimos en el cachorro, de repente Denki giró sobre sí mismo y se abrazó fuerte de su abdomen sorprendiéndolo y ocultándose en él, Eijiro lo miró y luego posó su mano en la espaldita del cachorro. Lentamente ambos cayeron en un sueño totalmente relajado.
Izuku entró unos minutos después con algunas galletas y contempló la tierna imagen.
Amaba a su amigo, siempre era de gran ayuda y adoraba la manera en la que velaba por sus hijos, sonrió para sí mismo y retrocedió en silencio para salir de la habitación, pero se quedó estático unos segundos, había algo extraño en el ambiente ¿olía a gardenias y miel? Era delicioso, no le dio mayor importancia, quizás era un nuevo perfume del alfa, cerró la puerta tras de sí. Eijiro se removió un poco y sonrió dormido, se sentía cálido, se sentía feliz.
La cosa se pone buena y para los que son cacha fallas y capas sin héroe, no hay pedofilia aquí, no vayan a comenzar un alboroto antes de tiempo 😜😜
Voten y comenten cachorros, los leo.
😘😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top