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No puedo ser tu omega" es una obra original de Gii79-- cualquier reproducción total o parcial de la obra sin el permiso explícito de la autora incurre en un delito.
Esta es una adaptación de dicha obra para el fandom de BNHA 100% autorizada por la autora.
Este capítulo incluye contenido sexual explícito +18. Tengan precaución según su edad por favor.
Disfruten su lectura.
Al abogado le pareció graciosa la escena de aquel alfa que intentaba marcar su territorio, sobre todo cuando, aunque al principio le había llamado la atención Izuku, ahora estaba absolutamente loco por ese sensual pastelero de allí atrás. Sin embargo y solo para molestar más al muchacho respondió guiñándole el ojo a Izuku para luego decir:
"Lo siento amigo, este omega ya está ocupado"
Izuku sintió que un rojo furioso subía hasta su rostro y sintió la energía de su pareja volverse tres veces más iracunda que nunca.
–Katsuki, él es el abogado que llevará nuestro caso–usó su voz conciliadora para tranquilizarlo mientras se ponía de pie para darle un beso que lo calmara, pero Katsuki sin prestarle atención correspondió apasionadamente a aquel contacto, prácticamente comiéndole la boca al menor.
–Sé que está jodidamente apartado... porque es mío– respondió tomando la cintura de Izuku posesivamente. Hitoshi solo lo miro mientras enarcaba la ceja derecha y subía ligeramente la comisura de la boca.
–¡Lo sé, lo sé hombre!– dijo mientras extendía su mano para estrechar la del alfa– tú debes ser Bakugo Katsuki, soy Shinso Hitoshi, su abogado.
Katsuki aún así no podía bajar sus niveles de cólera, ningún puto alfa por importante que fuera tenía derecho a apreciar la belleza de su novio.
–¡¡Papi!!– Denki y Tamaki llegaron corriendo y gritando con sus overoles y sus mochilitas de Hulk y Iron Man colgando por la espalda, aligerando el ambiente.
–Hola mis bebés– el omega los recibió con la brazos abiertos y besó sus mejillas con un ruidoso beso que ellos luego limpiaron de sus rostros con cara de asco pero igualmente felices– ¿Cómo se portaron hoy?
–Como dos angelitos– respondió, Tamaki.
Izuku negó con la cabeza mientras volvía su vista a los alfas en la mesa que se lanzaban tiros con los ojos, Katsuki más serio que el de pelo índigo.
–¡Aish!– rezongó el menor–Kacchan– ¿podemos hablar un minuto? ¿Nos disculpas Hitoshi?
–Adelante bebé, ve tranquilo– se burló Hitoshi e Izuku rodó los ojos y negó con la cabeza conteniendo la risa, ya se había dado cuenta de que el alfa lo hacía a propósito para molestar a su pareja que se desarmaba en gruñidos.
Los mellizos se quedaron observando al desconocido, lo escaneaban con los ojos mientras el otro jugaba con su teléfono a la vez que sus padres se perdían en el deposito trasero. Hitoshi se sintió incomodo ante el escrutinio al que estaba siendo sometido.
y los miro fijamente con una de esas muecas siniestras para ver si con eso se alejaban, pero ambos niños lo seguían mirando en profundidad, como si pudieran leer su mente, era algo demoníaco que tenían sus ojos, los dos se movían sincronizadamente y eso le puso la piel de gallina.
–Hola–los saludó para ver si obtenía alguna respuesta.
–¿Eres un alfa?
–¿Qué? Sí, lo lo soy– ¿Por qué tartamudeaba?
–¿Tienes un omega?–el otro niño habló.
–No–rió pensando en Neito y de pronto tuvo la repentina idea de sacarles información a los pequeños– pero me gusta alguien. ¿Quieren trabajar para mí?
–¿Trabajar?– exclamaron los dos con una sonrisa y luego mirándose entre si, lo había logrado.
–Sí– sacó una tarjeta del interior de su saco y se las extendió.–Soy Shinso Hitoshi, abogado... necesito gente de confianza que me brinde información sobre alguien pero tiene que ser confidencial–ésto último lo susurró acercándose a los menores.
–¿Cuánto?
–¿Eh? ¿Cuánto qué?
–¿Cuánto ganaremos nosotros?
El alfa rió, esos niños eran unas verdaderas fieras.
–Diez grandes– musitó cruzándose de brazos.
–Diez mil me parece bien– respondió Tamaki escondiendo un poco su cara con algo de vergüenza, para sorpresa del mayor que en realidad hablaba de diez dólares.
–Eso es mucho dinero para un par de cachorros. ¿No lo creen?
–¡Ya sé, ya sé!– de pronto Denki pareció tener una idea- Queremos ir a la convención de comics.
–¿Un par de entradas?
–No– afirmó Denki- queremos que nos lleves y pagues nuestros gastos.
El mayor pareció pensarlo, eran ambiciosos para ser tan pequeños y se lo atribuyó a los genes de Touya y pensó por un minuto que no sería mala idea que ese par se quedara a cargo del negocio familiar de su padre.
–Son un par de eficientes negociadores– sonrió ladino– están contratados. Necesito información...–susurró mientras los tres se acercaban más para hacer de la conversación un secreto– de su pastelero... Neito.
–¿De tío Neini?–se sorprendió el menor de oír aquel nombre y luego sonrió mostrando sus dientes delanteros.
–Eso es muy fácil.
–¿Jefe?– rió, ese par lo haría morir de ternura– si es tan fácil pueden empezar ahora, quiero saber todo de él. Si tiene pareja, lo que le gusta, lo que odia, cuáles son sus pasatiempos, todo lo que me pueda llegar a interesar.
–¿Te gusta tío Neini, jefe?
–Eso...–acarició sus cabellos acomodandolos en el acto–eso es confidencial.
Tamaki y Denki sonrieron, ya estaban planeando muchas formas de conseguir esa información, realmente querían ir a esa convención, sus héroes favoritos se presentarían allí y no habría otra oportunidad.
Mientras tanto en la despensa trasera Izuku trataba de calmar a un molesto alfa que iba y venía por la pequeña habitación trazando un círculo a su paso, respirando fuertemente por la nariz y gruñendo por la rabia haciendo que las venas de su frente latieran a punto de colapsar, en un universo paralelo estaría sacando explosiones de las palmas de sus manos del coraje.
–Kacchan, tranquilízate, ya sabes que es nuestro abogado.
–Por una mierda, Deku ¿Viste al tipo allí afuera? ¡Te comía con los ojos!– respondió molesto–apuesto lo que sea a qué ese maldito ojeroso de mierda te haría control mental si pudiera.
–Tengo la impresión que lo hizo para molestarte, fue muy amable conmigo toda la mañana.
–"Fi miy imibli cinmigi tidi li miñini"– lo imitó sarcásticamente poniendo una mano en su cintura- me importa una reverenda mierda, ese maldito zombie no llevará éste caso, me niego a dejarte a solas con él y ¿Desde cuándo los putos abogados tienen que ser atractivos?
–Estas siendo muy infantil, Bakugo Katsuki. El sujeto prácticamente lo está haciendo gratis y por lo que estuve averiguando es un muy buen abogado- Izuku se cruzó de brazos contagiándose del enojo del mayor.
–Claro que lo hará gratis ese hijo de puta, ¡porque se lo cobrará contigo! No Deku, no lo permitiré.
–¿Y tú crees que yo sí?– se paró con el cuerpo a la defensiva– veo que no me conoces lo suficiente si piensas así de mí, soy un omega marcado por si no lo recuerdas– dijo mientras señalaba la marca en su cuello.
La voz de tristeza que emitió el omega hizo drenar toda la irritación de su sistema. Izuku le dió la espalda, ahora el que estaba irritado era él. Katsuki detuvo su andar y se colocó detrás, besando suavemente sus hombros a modo de disculpas, posó sus manos en su cadera y suspiró en su oído.
–Es que eres tan malditamente hermoso. ¡Ahhhh!– exclamó derrotado y dejó caer su frente en el cuello de Izuku– No puedo ni siquiera imaginar que otro pueda apreciar todo lo que yo veo en ti, siento a mi lobo rasgar mis entrañas cada vez que pienso que otro alfa puede cortejarte.
–¿Sabes algo Kacchan?– Respondió el menor casi en un susurro y el "clack" del seguro de la puerta resonó en todo el lugar– me excita verte así de celoso, mi lobo y yo nos encendemos completamente–le dijo Izuku con una mirada sensual.
💚💙💚💙
El alfa se sorprendió por la confesión y antes de que pudiera reaccionar, Izuku se puso de frente envolviendo sus manos en su cuello para atraerlo hasta sus labios, Katsuki miraba atónito la imagen del rostro de Izuku, poseído por la lujuria, ojos cerrados, sus mejillas pecosas sonrojadas y rasgos dulces, aprisionó más aún su cuerpo al suyo y le devolvió el beso con la misma ferocidad con la que Izuku lo atacó, pronto el lugar solo eran jadeos, chapoteos de lengua, suaves gruñidos de placer y cuerpos rozando a través de la ropa.
–Estamos en la cafetería– jadeó Katsuki cuando Izuku soltó sus labios para continuar mordiendo el lóbulo de su oreja con un deseo salvaje y jugueteando con su deliciosa lengua en él.
–Lo sé y me importa un carajo–susurró haciendo su piel crisparse, ni siquiera podía mantener los ojos abiertos por la fogosidad, no esperaré a llegar a casa para tener tu pene enterrándose en mi, así que tendrás que apurarte.
Le encantaba cuando le hablaba sucio, lo empujaba a los límites de su excitación. No supo en que momento sus pantalones estaban abajo e Izuku se encontraba con las manos apoyadas en la pared, ojos lagrimosos del deseo, exponiendo su rosada entrada suplicando entre gemidos ser tomado por el pene del alfa que saltaba en sus bóxers casi ahorcándolo.
–Aaamor...–gimió–Kaaacchan, tómame, soy tuyo, cariño date prisa.
Katsuki se acariciaba a si mismo mordiéndose los labios, queriendo guardar esa imagen dentro de su mente para inmortalizarla en un cuadro, en su museo personal de "por qué Izuku es jodidamente follable". Su rostro denotaba placer, sufrimiento, dolor, era la perfección misma. Si tuviera que buscar un sinónimo de perfecto, ese sería Izuku Midoriya.
El alfa se aproximó a él mirando su culo. Como amaba ese maldito trasero en forma de durazno lleno de pecas, lo besó y mordisqueó con vehemencia, dejando la huella de su lujuria en forma de una leve mordida rojiza que luego seguramente se pondría violácea.
–Te voy a dar tan duro que no podrás caminar, cariño...–masculló antes de colocarse sobre el afiebrado cuerpo de su omega, calor con calor, piel con piel, corazón con corazón. Se inserto de una estocada arrancándole un agudo y corto gemido.
La sangre en el cuerpo del alfa recorría como lava ardiente por sus venas, quemando y sacando sus instintos animales más primitivos, montaba el trasero de Izuku con una fuerza y una adrenalina que sería capaz que destrozar cualquier cosa, sostenía ligeramente la pequeña y suave cintura de su pareja entre sus grandes manos, enterrando sus dedos en ella e impulsándose para adentrarse cada vez más, sus mismos labios expedían sonidos lascivos por su calentura, solo quería ver el mullido culo moteado de Izuku cubierto y chorreando su semilla.
¿Pero no se vería mejor con un tono carmín contrastando con él?
No lo pensó lo suficiente pero al siguiente segundo ya había estampado su mano abierta en ese precioso trozo de carne a su disposición.
–¡Maldita sea! dame más de eso!– gruño entre dientes Izuku, conteniendo sus gritos de placer entre ellos y rebotando mientras sus manos se aferraban a la pared como si su vida dependiera de ello.
–Ah, maldición Deku, pídelo como se debe.
–Fui malo... Kacchan, azótame con tus grandes manos.
Ese era su omega, su ardiente omega y de nadie más.
Mordiendo sus labios al punto de lastimarse y probar el sabor metálico de su propia sangre, tensó los músculos de las piernas para arremeter con más velocidad y rogando, interiormente, que sus piernas soporten el acto mientras endulzaba sus oídos con los angelicales gemidos retenidos que profería su omega debajo de él. Katsuki le impartió una serie de nalgadas elevando el color rojizo sobre él y los lloriqueos necesitados del menor resonaron por el deposito, envolvió con una de sus manos el miembro desatendido de su pareja mientras seguía bombeandolo por detrás y con un par de tirones Izuku se vino con fuerza entre un mar de quejidos y jadeos ahogados, haciendo presión sobre el pene del mayor dentro de su cuerpo por los espasmos de su orgasmo.
–Kacchan– jadeo suplicante- no me anudes o no podremos salir de aquí en un buen rato.
–¿Eh?
Prácticamente no podía entender lo que Izuku le pedía, con el hilo de cordura que poseía no podría controlar su nudo cuando estuviera cerca. El menor lo comprendió por lo que usó sus dotes sensuales para mantener la fogosidad de su alfa.
–Este bebé quiere probar la leche de su papi quiero que papi me dé su semen en la boca.
–¡Maldición, Deku! ¿Cómo puedes ser tan caliente?– se desarmó ante el puchero de Izuku que, en lugar de verse tierno, se veía inhumanamente obsceno. Salió de su interior con premura, dejándolo arrodillarse frente a él, ojos cerrados, boca abierta y su húmeda lengua afuera a la altura de su glande esperando ser embadurnada de su liberación mientras él continuaba masturbándose. No pudo con esa imágen y tomandolo de sus rizos alborotados acercó lo suficiente su boca para que todo cayera dentro de ésta.
Cuando volvió su rostro para mirar a su lindo y caliente omega sentado sobre sus propios muslos, este seguía bombeando semen en el interior de su boca, Izuku le guiño un ojo atrevidamente y relamiendo sus labios para no dejar nada afuera tragó todo. Katsuki rió mientras negaba con su cabeza incapaz de dejar de sorprenderse por la cantidad de emociones que podía sentir cada vez que lo veía siendo tan osado.
💛💚💛💚
–¿Te gustó? ¿Sigues celoso?–Izuku preguntó mientras se ponía de pie ambos abrochandose los pantalones.
–No, creo que ya no tengo cabeza para pensar en otra cosa que no seas tú tragando mi semen– lo abrazó para atraerlo a él, nunca podía obtener suficiente de Izuku.
–Qué bueno, entonces ¿Lo hice bien?– Y ambos rieron, todo había sido tan alucinante que sería un pecado preguntar por ello.
Mientras Katsuki era regañado por Izuku, como lo pensó Hitoshi, el abogado se encargaba de entrenar a sus pequeños discípulos para su nueva tarea, había puesto sus ojos en Neito y él nunca dejaba ir una presa. Bebió una nueva taza de café confiando en las habilidades tiernas de ese par de cachorros para ganar algunos puntos con el pastelero, nunca perdía una presa. Cuando ponía sus ojos en algo que le interesaba terminaba por tenerlo a cualquier precio.
Neito, en su lugar de trabajo, apenas tenía cabeza para pensar siquiera en una relación amorosa es por ello que inconscientemente había construido muros alrededor de su corazón, impidiendo la entrada de cualquier posible candidato, él tenía otros sueños, ambiciones que quería cumplir antes de atarse a algún tipo de pareja y mucho menos si se tratara de un demandante alfa no lo soportaría. Tomaba medidas contra eso y usaba litros y litros de supresores de aroma mensualmente, solo para ocultar su esencia de omega. Había visto a su madre rogarle amor a un alfa de sentimientos fríos, conformándose con recibir las migajas de su amor y luego conoció a Izuku cuya vida fue brutalmente arruinada por uno también. No, definitivamente no quería esa vida. No para él. Aún había mucho en el mundo para ver.
A Hitoshi le costaría bastante ganarse el corazón de ese hombre.
Voten y comenten cachorros, los leo.
😘😘😘😘
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