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"No puedo ser tu omega" es una obra original de Gii79-- cualquier reproducción total o parcial de la obra sin el permiso explícito de la autora incurre en un delito.


Esta es una adaptación de dicha obra para el fandom de BNHA 100% autorizada por la autora.


Las noches que prosiguieron a ese día fueron difíciles, Izuku sentía que no había nadie además de él que pudiera cuidar de sus niños, no quería dejarlo ni un minuto solos, ni aún con Katsuki, no porque no confiara en su compañero, sino porque cualquier cosa podría venir de su ex pareja. Dabi había hablado con la policía, se presentó como su propio representante legal y abogó por sus derechos como padre legal de las criaturas, como Izuku nunca había hecho una denuncia no había nada en contra de él. Ahora incluso estaba buscando obtener la patria potestad de los cachorros y nada le había dolido más y a Izuku que todo aquello, porque dentro de él sabía que Touya solo hacia eso por recuperar su maldito estudio.

Denki no le dirigía la palabra a Tamaki, había visto a su padre llorar nuevamente por culpa de ese alfa y ahora veía a Izuku distanciarse de Katsuki, no comprendía porqué su hermano lo traicionaba de esa manera. Todos en casa lucían tristes. Katsuki veía a Izuku tan sumido en sus pensamientos que luchaba por darle su espacio. Estaba herido, no pudo proteger a su familia y ahora todos estaban sufriendo.

Los cachorros se habían ido a la cama. Solo quedaban los dos en la cocina, mientras Izuku jugaba con una cuchara intentando atrapar una uva de su ensalada de frutas, Katsuki lo observaba de pie junto a la encimera.

–Deku.

–¿Mmm?

–Te extraño...

–No he ido a ningún lado – respondió sin mirarlo a la cara y con el tono tan monótono que sólo provocó dolor en el pecho del alfa.

–Pero tampoco estas aquí.

Izuku sonrió sin ganas y aún sin mirarlo.

–Puedes irte cuando quieras Bakugo Katsuki.

¿Qué?

–Que mierda, no quiero ir a ningún puto lado– respondió aturdido y sin entender.

–Siempre supe que no estaba hecho para el amor, no tengo nada para ofrecerte más que problemas, no espero que te quedes a aguantar esto.

Katsuki se acercó y lo abrazó por detrás, rodeando su cintura y apretándolo contra su pecho. "No voy a ir a ningún maldito lugar, ni ahora ni nunca. Mi lugar es junto a ustedes en las buenas y en las malas" susurró en su oído y por primera vez, el omega, pudo destensar su cuerpo.

–Vamos a la cama ¿sí?– murmuró Izuku dejándose guiar por la relajante esencia de su hombre.

Se acostaron bajo las sabanas sin decirse nada, solo mantenían el contacto de sus pechos desnudos y las suaves caricias de los dedos de Katsuki sobre su cabello.

–Te amo, Deku–murmuró el mayor entre los cabellos con aroma a cocoa de su niño.

E Izuku se refugió aún más en su pecho. Tal vez no debería pasar por todo esto solo. No hacía falta luchar solo cuando tenía a su alfa, debía darle la oportunidad a Bakugo Katsuki.

Después de la denuncia de Izuku a Touya hubo una audiencia en el tribunal de familia en el cuál tuvieron que asistir y comparecer ante un juez que escuchó las dos versiones de la historia sobre la ausencia del alfa. Izuku no había podido escuchar la versión de Dabi, pero Katsuki si y no sabía cómo hizo para controlar su rabia cuando el bastardo acusó a Izuku de arrebatarle a su familia.

"Yo lo amaba, secuestro a mis hijos, los alejó de mi lado y lo encuentro dos años después emparejado con otro alfa" fueron exactamente sus palabras.

Las probabilidades de que ganara eran altas, pero no se lo diría a Izuku, lucharían hasta el final. Si tan solo hubiera alguien que atestiguara a su favor, si algún miembro de esa horrorosa manada de lobos ultraconservadores dijera la verdad, pero a juzgar por la posición económica de la Familia Todoroki sabía que eso sería muy difícil.

Katsuki y Touya se cruzaron en el baño de hombres, el más alto tenía una sonrisa triunfante que cambió a una de repugnancia cuando sus ojos se posaron sobre el maestro que lavaba sus manos meticulosamente.

–Así que Bakugo Katsuki ¿eh?... eres el que se atrevió a marcar a mi omega– musitó mientras se acercaba al mingitorio.

–Izuku no es tu puto omega, dejó de serlo hace mucho– respondió entre dientes– precisamente desde el día que lo perdiste por revolcarte con cualquiera.

–Oh. Así que el maestrito de escuela sabe mucho de mí, esto es realmente interesante– rascó su barbilla fingiendo pensar– creo que ese es un juego que pueden jugar dos ¿no? Bakugo Katsuki, 28 años, pésimo control de la irá en su juventud, maestro de escuela primaria, alfa, blablablá, muchos títulos en educación– se burló– padres originarios de Gwangju de aproximadamente unos 52 años, viven solos– Katsuki se estremeció mientras lava caliente recorría sus venas; una hermana: Bakugo Kyoka, beta, soltera, imposibilitada para concebir debido a un accidente causado por ti.

Katsuki exhalaba pesadamente, estaba controlando su irá y las ganas de partirle la gran boca a ese hijo de puta ¿Cómo podía ese hombre saber tanto de su vida?

–¿Qué quieres bastardo cabrón? ¿A qué mierda volviste?– los puños del maestro se mantenían apretados mientras despedía fuego por los ojos.

–¡¿No lo sabes?! No creí que Izuku tuviera secretos con su alfa temporal– rió con malicia.

¿Temporal?

–Oye... Katsuki– pronunció con asco– ¿crees que Izuku querrá quedarse a vivir en Seúl cuando vuelva a mi lado?

–Izuku... Izuku nunca volverá a tu lado.

–Oh– fingió un puchero– veo que no conoces lo suficiente a mi lindo Zuzu... te explicaré, cuando logre obtener la patria potestad de mis bellísimos hijos, Izuku no querrá permanecer lejos de ellos– se lavó las manos mientras lo observaba por el espejo– ¿resultado? Volveremos a ser la familia feliz que nunca debimos dejar de ser.

Quería golpear su feo rostro contra el espejo, quería que su lobo arrancara su yugular con sus dientes, los ojos de Katsuki estaban completamente rojos a punto de estallar, pero no quería darle ese gusto al otro alfa.

–Tú no amas a Izuku. No serias capaz de hacerlo feliz.

–¿Quién dice que no lo hago?– el rostro de esté se volvió serio de pronto y Katsuki cayó en la sorpresa, realmente no esperaba aquello– ¿Nunca escuchaste la frase "el primer amor nunca se olvida"? el solo pensar en el delicioso cuerpo moteado de mi niño sobre mí, gritando por más, pidiendo ser llenado por mi semilla para darle un par de cachorros más, me hace querer tomarlo donde sea ¿No te pasa igual?

–¡Eres un grandísimo hijo de puta! No hables así de Izuku– Katsuki perdió el control y estrelló al mayor contra una de las paredes ahorcándolo con sus manos aunque fuera varios centímetros más bajo, se las ingenió para acorralarlo contra el muro.

El golpeteo reiterado de la puerta del baño lo volvió en sí y lo bajó mientras Touya tosía para recuperarse del golpe. Bakugo Katsuki retrocedió al ver lo que estuvo a punto de hacer y se volvió hacia la puerta para salir con la rabia instalada en su pecho.

–¡Yo nunca pierdo Katsuki!– gritó desde adentro Dabi y Katsuki golpeó con todas sus fuerzas la pared del pasillo que conducía al baño. Aunque le hubiera gustado que ese golpe estallara y derribara un par de dientes del otro.

La vida para sus cachorros tenía que seguir lo más normal que pudiera, no quería afectarlos por la reciente llegada de su padre a sus vidas nuevamente. En lo único que se diferenciaba su nueva rutina era en que Izuku iba todos los días a dejar y buscar a sus niños a la escuela. Eijiro lo acompañaba en auto y el resto del tiempo volvía al café.

Katsuki no lucia igual, aún no le había contado a Izuku su encuentro con su ex pareja, ese alfa le había dicho que Izuku tenía secretos con él y eso hizo que su lobo se molestara, eran pareja ahora ¿Cómo es que Izuku no podía confiar completamente en él? Ya no volvía temprano por las tardes para pasar tiempo con él, además de que el omega estaba demasiado irritable últimamente y no correspondía a sus caricias como antes, intentaba entenderlo y darle su apoyo, pero Katsuki también sufría, quería ayudar y no sabía cómo. No le temía a Touya pero con todos estos sucesos no sabia que esperar.

Ahora se encontraba en su oficina, intentando concentrarse en las planificaciones de sus clases pero todo lo que había en su cabeza era Izuku, Deku siendo distante, Deku rechazándolo, Deku volviendo junto a Touya y solamente Deku. Él sabía de los riesgos de tomar a un omega con familia y lo aceptó y seguía haciéndolo, pero no podía solo. Rascó su cabeza con frustración, ya eran cerca de las siete de la tarde y aún no se había comunicado con su pareja. Tal vez debería darle su espacio, sabía que estaba estresado y no quería ponerle encima el peso de su relación. Tomó su celular y envió un texto

"Dormiré en mi departamento esta noche. Los veré por la mañana. Te quiero"

Izuku tomaba una ducha, quería relajarse, últimamente el estrés le estaba afectando mucho. Incluso había notado algunos cabellos en la bañera haciéndolo preocupar, solo perdía cabello cuando estaba en demasiada tensión. Odiaba a Todoroki Touya con todas sus fuerzas, algunas lágrimas cayeron confundiéndose con el agua enjabonada. El humor de sus niños tampoco estaba igual que antes, incluso la pequeña Tsuyu, la cual era ajena aún a todo aquello, mantenía sus sonrisas resguardadas para sí misma.

Cuando el omega leyó el mensaje de Katsuki sintió todo colapsar ¿él lo había alejado? Sólo en ese momento tomó en cuenta su actitud con su alfa estas últimas semanas, desde que se emparejaron no habían dormido separados y sentir la ausencia de su lobo hacía que su omega interior aullara intentando llamarlo. No habían tenido mucho tiempo de conocerse antes de todo que siguió pero muy dentro de él sabía que si el destino los había juntado es porque estaban hechos el uno para el otro y no había más que cuestionar. Por otro lado, trataba de protegerlo, sabía de lo que Touya era capaz de hacer y no quería involucrarlo en un problema que desde el principio no le correspondía a él.

La noche estaba fría y más que nunca sentía la necesidad de arroparse con la piel desnuda y tibia de Katsuki, pero él no estaba ahí. Quizás estaba enojado o molesto, tal vez solo se había cansado y quería dejarlo ¿Qué haría sin Katsuki a su lado? Aunque no lo demostrara, el maestro se había convertido en un fuerte soporte en estos momentos. Hizo lo que pensó que debía hacer.

Al cabo de media hora ya estaba en el auto de Eijiro conduciendo al antiguo hogar de su pareja, porque su lugar ahora estaba junto a ellos. Nunca había estado por allí, sin embargo las calles eran tranquilas. Su mejor amigo había aceptado gustoso de permanecer con sus hijos esa noche, ya que había pasado mucho tiempo desde que los cuidaba y realmente los extrañaba.

El timbre sonó pero nadie atendió, lo presionó una y otra vez. Izuku comenzaba a desesperarse, las luces de arriba estaban encendidas y se escuchaban ruidos, luego una risa de mujer y no supo cuando había empujado la puerta y estaba subiendo las escaleras hacia las habitaciones. Mil cosas se le pasaron por la cabeza, incluso el día que vio a Momo envuelta en los brazos de Dabi. Rogaba internamente que su cabeza solo lo estuviera traicionando, no Katsuki, no su Kacchan, no podía ser él.

Se paró de pie delante de una puerta cerrada de la cual procedían las voces, presionó fuertemente sus ojos y tomó la perilla de la puerta, intentaba controlar su respiración pero no podía, la idea de su alfa engañándolo golpeaba su pecho, no quería hacerlo, no quería perder a Katsuki porque esta vez sí sería su culpa, su actitud sería lo que empujara al alfa a buscar compañía en otros brazos que no fueran los suyos.

"Así, así... ahí mismo, eso es continua así..."

La voz femenina y la risa cómplice de Katsuki detrás de la puerta le dieron el impulso que necesitaba para abrirla.

Sus piernas se aflojaron y su mandíbula cayó pesadamente.

Izuku rió con gracia.

–De– ¿Deku?- la voz de Katsuki llegó a él mientras lo miraba confundido– ¿Qué haces aquí, cariño?

El alfa se puso de pie rápidamente y corrió a los brazos del omega que permanecía con la cabeza baja y lo abrazó.

–Yo, lo siento... lo siento tanto...- se disculpó el mayor buscando la mirada del otro–no quería hacer esto, solo pensé que necesitabas tu espacio y no quería presionarte...

–Kacc... ¿te estas disculpando por estar jugando "God of War" con tu hermana?– Izuku rió con más fuerzas, liberando toda la tensión, se sujetó el estómago para calmarse, empezaba a doler.

Katsuki lo miraba atónito y Kyoka también empezó a reír, primero no entendía nada pero ver al omega ahí la hacía comprender la situación.

–Izuku, hazme el favor de llevarte a Katsuki de aquí, el solo hecho de jugar con este perdedor me hace dudar de que realmente sea de mi familia– dijo la beta parándose de donde se encontraba sentada sobre la alfombra.

Katsuki le clavó una mirada de muerte mientras sostenía a Izuku que intentaba recuperar la respiración por tanto reír.

–Creí que este era tu cuarto Kacchan– el omega miró extrañado todo a su alrededor.

–¿Qué dices Izuku? Katsuki es una nena, no podría tener una consola de juegos y una colección de figuras de acción en su cuarto, este es mío– respondió Kyoka ante la sorpresa de su amigo.

–Ven, te llevaré a mi cuarto–exhalo el alfa guiando a Izuku fuera de ahí. Ciertamente Izuku creyó que ese cuarto sería el de su alfa pero cuando supo que era el de su amiga, no se sorprendio, de hecho ella se veía algo friki y pronto recordó que Eijiro tenia un departamento bastante similar a ese solo que el suyo también incluía aparatos de ejercicio.

El alfa guió a Izuku a otro muy diferente, bastante simple y muy limpio pero con estilo, todo decorado en blanco y negro. La esencia de Katsuki se respiraba en cada rincón e Izuku se apresuró a llenar sus pulmones y pronto estuvo relajándose sobre un pequeño sillón.

–No volviste a casa hoy– susurró aún con los ojos cerrados mientras su pareja lo miraba desde un rincón de la habitación.

–Te envié un mensaje– su voz sonó tan cortante que le causó escalofríos al menor.

–Lo- lo sé– tartamudeó, de pronto recordó que cabía la posibilidad de que Katsuki estuviera cansado de él –pero quise venir a verte, quería saber si estabas bien– le dijo mientras jugaba con sus dedos, sentía como su cuerpo se encerraba en si mismo.

El mayor al ver la actitud que tomaba su pareja, suavizó su gesto y se inclinó para abrazarlo, él también lo necesitaba, quería regodearse en su cachorro y cuidar de él. De repente ambos estaban besándose con suavidad, regalándose pequeñas caricias sobre sus rostros y cuellos, recordando con sus manos cada parte que no haya sido descubierta aun.

–Deku, lamento no haber vuelto a casa– el alfa juntó sus frentes mientras seguía acariciando a Izuku con sus pulgares– es solo que no estoy siendo de mucha ayuda y no quiero saturarte, sé que lo que estas pasando es muy difícil y yo, realmente no sé cómo apoyarte.

–Perdóname.

–No pidas perdón, cariño.

–Sí, fui muy egoísta, perdóname Kacchan– le susurró– debí haberme apoyado más en ti.

Dicho eso Katsuki lo cubrió con su cuerpo, estaba desesperado por contenerlo, después de todo, su vida sin Izuku ya no significaba. Ya no podía hacer nada, estaba completamente perdido por su omega.

–Iremos a Gwangju.

–¿Qué?

–Los llevaré a unas pequeñas vacaciones, como familia y conocerán a mis padres.

Izuku sonrió. Ese era su alfa y estaba y orgulloso de él. Esa noche solo durmieron aferrados fuertemente el uno al otro, en la cama donde Katsuki pasó su vida, bajo la luz tenue de una lámpara de lava, Izuku cruzando sus piernas sobre las de él y acurrucándose en su pecho y dejándose mimar por su lobo.

Solo hubo una semana de tranquilidad, donde la familia pudo recuperar la estabilidad, cuando una carta llegó al departamento del omega.

Katsuki la recibió pero no fue hasta que Izuku llegó que se dispusieron a leerla. Era del tribunal de familia de la ciudad. La presencia del alfa fue una bendición cuando el rostro de Izuku empezó a palidecer y el llanto lo desbordo completamente.

El papel tenía la clara orden de concederle a Todoroki Touya el derecho de visitas sobre Midorya Denki, Midorya Tamaki y Midorya Tsuyu tres veces por semana fuera del horario escolar por un mínimo de cuatro horas mientras se debatía el asunto de la patria potestad de los niños que le darían la completa custodia al padre. Izuku se desarmó en los brazos de su pareja. Sabía que Dabi ganaría ese derecho porque tenía contactos y él solo era un omega de pueblo, no tenía conocimientos sobre cómo debían hacerse las cosas, nunca lo supo y es por ello que se encontraba en esta situación. Si tan solo él hubiera sido menos ignorante.

–Tranquilo amor, nunca permitiré que ningún hijo de puta aleje a los niños de ti... aunque tenga que ir a prisión por descuartizar a ese pendejo lobo– calmaba mientras acariciaba la espalda de un desbordado Izuku– no sigas llorando, los niños volverán en cualquier momento y no queremos que te vean así ¿verdad? Solo son visitas.

–Kacchan, él no quiere a mis bebes y... y yo los he cuidado tanto, siempre quise protegerlos de este tipo de cosas y por mi maldita culpa, solo por mi ignorancia están padeciendo todo esto... yo no sé cuánto pueda seguir– sollozaba mientras las lágrimas no dejaban de descender por su rostro.

–Seguiremos hasta el final Deku, no me abandones ahora– suspiró– debemos conseguir un abogado cuanto antes. Mis padres tienen buenos contactos, durante estas visitas podemos pedirles algún consejo.

Voten y comenten cachorros, los leo.  😘😘😘😘😘

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