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No puedo ser tu omega" es una obra original de Gii79-- cualquier reproducción total o parcial de la obra sin el permiso explícito de la autora incurre en un delito.
Esta es una adaptación de dicha obra para el fandom de BNHA 100% autorizada por la autora.
Tamaki se apresuró a pararse al lado del alfa, tomando su mano con real entusiasmo. Miró Denki que aún tenía dudas en sus pequeños y afilados ojos ambar.
–Kiki– canturreó el menor lleno de alegría. Solo es papá.
Denki miró a su hermano un poco molesto con éste por su falta de memoria, ese alfa al que le tomaba la mano era el mismo que los habia abandonado durante mucho tiempo, el mismo que habia hecho llorar a su papi y que ahora aparecía de la nada cargando enormes regalos como si eso fuera suficiente.
–Este alfa no es nuestro padre Tamaki, Katsuki lo es– sentenció cruzándose de brazos.
–¿Katsuki?– Por primera vez el rostro de Touya lucía realmente confundido– ¿Quién es Katsuki, cachorro?
–Es nuestro nuevo papá– sonrió Tamaki– es el alfa de papi.
"El alfa de papi"
¿Izuku tenía una pareja? Eso no podía ser posible, la última vez que habia conversado con el omega no habia indicios de alguna marca y no tenia el aroma de otro lobo más que su exquisita y relajante fragancia a lavanda y cocoa. Tendría que averiguar sobre eso. Pero por ahora su prioridad era tener a sus hijos de su lado, los cachorros eran pieza fundamental en su objetivo de recuperar lo que le pertenecía.
–Bien ¿Qué les parece un helado? ¿Todavía te gusta el helado de frutos rojos, Tamaki?
El pequeño asintió con mucha energía, había extrañado tanto a su padre, había soñado cada noche con volver a verlo y ahora que lo tenía sentía que su corazoncito quería salir de su pequeño pecho, quizás él no entendia muchas cosas de la vida, pero sabía lo que era amor cuando lo sentía y él amaba a su padre.
Touya les abrió la puerta a los asientos traseros donde Tamaki se apresuró a subir mientras el mayor le ajustaba el cinturón de seguridad.
–¿Vienes, rayito?– le extendió la mano a su hijo mayor pero este no aceptó ni respondió a su llamado, en cambio se dirigió a su hermano menor que ya estaba comodado en el lujuso asiento de cuero.
–Estabamos esperando a papá, Tamaki, soy tu hermano mayor y te ordeno que bajes. Harás enojar a papi.
–No quiero Kiki, quiero ir con papá... Estoy seguro que papi Zuzu no se enojará.
–Y no tiene por qué enojarse mi niño, son mis hijos después de todo– apoyó el alfa con una sonrisa, el tiempo pasaba y mientras más esperaban corría más riesgo de ser descubierto.
–No iré... y tú tampoco deberías Midoriya Tamaki– Denki tenía una voluntad de acero para ser tan pequeño.
No se dijeron más, Touya colocó sus lentes y rodeó el automóvil para entrar en la parte del conductor, no sin antes darle una mirada de desaprobación a Denki.
El auto negro arrancó dejando atrás al cachorro mayor de pie entre una estela de humo que salia del caño de escape. Quería llorar, se sentía traicionado por su hermano menor, siempre habían hecho todo juntos incluyendo muchas travesuras. Pero esta vez Tamaki habia faltado a su pacto. Ahora estaba solito, sentado en una piedra bajo un enorme árbol conteniendo sus lágrimas con todas sus fuerzas.
Diez minutos más tarde, Katsuki, apareció agitado por correr y con el paso de la culpa de haberlos dejado esperando.
–Lo siento cachorro... el director quería que leyera unos informes ¿Me perdonas? ¿Dónde... donde está Tamaki?– el alfa comenzó a buscar al menor de sus hijos por todos los costados, casi no habían niños alrededor y no había rastros del cachorro.–¿Denki?
El rubio mantenía la cabeza baja y el ceño fruncido mientras balanceaba sus piernitas en el aire porque no llegaban al piso.
–¿Cachorro, Kiki? ¿Todo va bien?– Katsuki se arrodilló delante de éste para poder capturar su atención– ¿Dónde está tu hermano, acaso ustedes pelearon?
Denki asintió mordiendo su pequeña boca, Katsuki lo abrazó para contenerlo, sabía que Denki guardaba demasiado dentro de si, habia tenido que asumir un rol que no le correspondia al proteger a Izuku y su familia aún con su corta edad, pero eso no evitaba que dejara de ser un niño indefenso. Lo supo cuando empezó a sollozar y sus lágrimas empaparon su camisa pero aún así permanecía en silencio.
–Tam... Tamaki...– sollozó.
–Eso es cachorrito, dime que pasó con Tamaki acarició su espalda, el alfa suponía que el menor estaría en baño o en alguna parte de la escuela en las mismas condiciones que se encontraba Denki.
–Tamaki... él me desobedeció... me traicionó.
–¿Eh?
–Midoriya Tamaki se fue con ese alfa.
Katsuki sintió como la sangre se helaba en sus venas.
–¿Alfa? –despegó levemente a Denki de su hombro para mirarlo a los ojos totalmente desconcertado– que mierda ¿Con qué alfa se fue Tamaki, Denki?
El llanto del niño se hizo más profundo y lastimero y Katsuki empezaba a desesperarse, tenía en la punta de la lengua todas las maldiciones de su repertorio pero no quería asustaste más a Denki, el solo hecho de pensar en un extraño llevándose al pequeño cachorro lo desesperaba.
–Tamaki se fue con Touya- el llanto brotó con fuerza de sus pulmones.
–Denki ¿Quién es Touya? Habla cachorro– empezaba a perder la paciencia mientras lo sostenía de los hombros.
–Touya es papá, es nuestro padre.
Los brazos del alfa cayeron a sus costados ¿Qué mierda era todo eso? ¿Cómo que el padre de los cachorros estaba aquí? Debía llamar a Izuku urgente. Abrazó a Denki y lo levantó en sus brazos. Besando su sien para que se calmara.
–Tranquilo cachorro, encontraremos a Tamaki– él realmente quería creer lo que le estaba diciendo al niño. El menor se acomodó entre sus brazos calmándose con el aroma de Katsuki, le creía cuando decía que todo estaría bien, lo podía ver en su aura, él los protegería, ese era el alfa al cual consideraba su padre.
Katsuki subió a su auto y marcó el número del móvil de Eijiro para hablar por el altavoz, no tenía ni idea de lo que debía hacer Denki se encontraba en la parte de atrás cabizbajo por el reciente hecho. Pensó en que quizás Izuku podría tener una crisis si es que le daba la noticia por teléfono, lo mejor sería comunicarse con el alfa, el tal vez podría ayudarle a entender todo esto.
–¿Kirishima?– preguntó para asegurarse que fuera él.
–Katsiki ¡Hey bro! Llegan tarde para el almuerzo– se oyó del otro lado de la línea.
–Lo sé, Kirishima, necesito que me escuches con atención y me ayudes a entender esto– la voz de Katsuki era tan seria que el alfa del otro lado del teléfono no pudo evitar poner sus sentidos en alerta.
–Habla.
–Denki vio a un alfa, su nombre es Touya, el sujeto se llevó a Tamaki. El cachorro dice que es su padre ¿tienes alguna idea de esto?
–Maldita sea, Izuku– se quejó Eijiro, más para sí mismo que para ser escuchado– Sí, ese tipo es su padre, pero esto no es nada bueno Katsuki, apresúrense en llegar. Debemos arreglar esto cuanto antes.
–Estoy en camino– aseguró antes de cortar. Al parecer habia muchas cuestiones que aún no sabía y que iba a tener que enfrentar, para empezar, quería saber que demonios hacia el padre de los niños tan cerca de ellos, escuchó a su lobo grunir con rabia, miró por el espejo retrovisor y notó que sus ojos comenzaban a cambiar a un rojo infernal, sobre todo por aquella imagen indefensa de Denki sufriendo. Destrozaría a ese alfa con sus propias manos si se atrevía a atentar contra su familia, no importaban los títulos o las cantidades de veces que se metió en problemas y peleas, nadie se meteria con los suyos.
Nunca antes habia conducido tan rápido a ningún lugar, pero en menos de quince minutos ya habia aparcado a las afueras de Yuuei. Tomó a Denki en sus brazos y cruzó la puerta, el aroma de su omega lo recibió logrando que se calmara solo un poco. Eijiro lo miraba desde el otro lado preocupado y por la sonrisa serena que les ofreció Izuku al entrar, supo que aún no sabía nada.
Los ojos del omega que se curvaban por la sonrisa de su rostro se tornaron serios repentinamente.
–¿Y Tamaki?– indagó sorprendido de no verlo con ellos y por el semblante decaído de su hijo mayor que seguía en los brazos del alfa.
–Deku, vamos atrás... debemos hablar– ordenó el mayor mientras dejaba al pequeño en los brazos de Kyoka que lejos de bromear comprendió que por el rostro que llevaba su hermano, algo no tan bueno estaba aconteciendo. Izuku tragó en seco y siguió a Katsuki hacia la despensa mientras un dolor se alojaba en su pecho.
Estaban solos en la parte trasera, sus amigos se encargaban de distraer a los niños para que ellos pudieran hablar.
–¿Qué sucedió con Tamaki? Habla de una vez que me estas matando– gimió Izuku mientras se envolvía a sí mismo en sus brazos conteniéndose de lo que sea que su alfa tuviera que decirle.
Katsuki caminaba de un lado a otro con el entrecejo profundamente contraído pero se detuvo cuando pudo formular más de dos palabras en su mente.
–¿Sabías que el padre de los niños estaba aquí, en Seul?– el corazón de Izuku se detuvo unas milésimas de segundos al escuchar eso– Denki dijo que un jodido alfa, más precisamente Touya se llevó a Tamaki de paseo... dime Deku ¿Lo sabías?
Izuku palideció de repente, él lo sabía, sabía que tanta felicidad no podía ser posible, no para él. Sus piernas se debilitaron y fue sujetado por Katsuki antes de que se golpeara contra el piso.
–Deku, Deku amor.... Está bien, mierda Deku puedes decírmelo, soy tu alfa ahora. Estamos juntos en esto. Pero por favor, no me ocultes información, es por tu bien y el de nuestra familia.
El pecho de Izuku vibraba bajo la taquicardia que le había producido la noticia, conocía a su ex pareja y sabía que sería capaz de hacer cualquier cosa por dinero, incluso llevarse a sus cachorros lejos de él, eso se lo había dejado claro, entonces ¿Por qué se había confiado?
–Debo ir por Tamaki– dijo mientras intentaba ponerse de pie y soltarse del agarre de su pareja que lo aprisionaba contra su pecho– suéltame, debo encontrar a mi niño– el nudo en la garganta amenazaba con salir en forma de un crudo llanto.
–Deku, puta madre, Deku espera... cuéntame por favor– Katsuki suplicó.
–¡¿No entiendes?!–su voz estaba llena de histeria– ¡Debo ir por Tamaki! Debo cuidarlo de su padre, yo... no puedo... no, le fallé a mi hijo... ¡le fallé a mi familia!
Pronto el alfa se sintió mucho peor de lo que estaba, su omega estaba sufriendo y no había nada que él pudiera hacer.
Izuku lloraba y el lobo de Katsuki se revolvía en su interior.
–Deku– acarició su espalda, era poco lo que podía hacer y se sentía un completo inútil– ¿Sabes dónde podemos encontrarlo? Dímelo cariño.
Izuku secó sus lágrimas, no sería un omega débil... tenía que cuidar de su manada y de alguna manera agradecía que Katsuki estuviera allí.
–¿Debemos llamar a la policía? Creo que eso sería lo más acertado en estos momentos– la voz de Eijiro entrando en esos momentos por la puerta logro calmarlo, después de todo era su amigo el que siempre había estado allí para él durante estos dos años y nadie mejor que él conocía lo que había padecido día a día por su familia.
–Sí, iré a buscarlos... llama a la policía. Dabi no puede hacernos esto.
–Sabes dónde está su oficina, puedes llevar a la policía allí para que te respalden– Eijiro realmente pensaba bien, incluso Katsuki se sentía mal de no poder analizar con calma la situación pero no conocía tan bien a Izuku como su amigo y una punzada de celos se clavó en sus estómago. Sobre todo cuando Izuku se abrazó de Eijiro. Le dolió, pero no quiso exponer sus celos, no en un momento así.
Pronto Katsuki estuvo conduciendo su auto al otro lado de la ciudad, escuchaba al otro alfa calmar a su omega y el solo presionaba el volante del automóvil con impotencia, tenía que ser él el que calmara a Izuku. Pero debía concentrarse, esto era por los niños. Incluso él mismo necesitaba calmarse, había tantos interrogantes en su mente que no lo dejaban pensar con claridad y se topó con una parte de su naturaleza que el mismo no conocía, la rabia y la posesión jamás habían estado tan presente como en estos momentos, a pesar de ser un alfa siempre había estado tranquilo, pero no ahora.
Cuando estuvieron afuera de un enorme y lujoso edificio se detuvo. Vio a Izuku bajar como rayo, le encantaba que su pareja fuera tan determinado cuando se trataba de su familia, Eijiro iba detrás, mientras él pronto los alcanzaba.
Cuando entró, Izuku se habia perdido en uno de los pasillos que llevaba a la oficina, ver a su omega tan cabreado lo excitaba, pero no podía pensar en eso, tenia que protegerlo, aunque pareciera que no necesitara del cuidado de nadie. La figura de una mujer se presentó ante ellos, tenia el porte de una señora y despedía olor a omega mezclado con whisky.
–Más te vale decirme donde está Dabi porque juro que voy arrancar tus asquerosas extensiones de tu cabeza–amenazó Izuku que al parecer conocía a la mujer.
–Tranquilo, cachorro... aunque supiera no te lo diría– rió con sorna lo que parecía enojar mucho mas al omega.
–Llamé a la policía, vienen para acá– Eijiro apareció junto a los demás.
–Gracias por adelantarte, querido, es justo lo que pensaba hacer por semejante escena que este niño está tratando de hacer– respondió la mujer.
–Deja de jugar Momo y llama a tu alfa, dile que vengo por mi hijo.
–Veré si me puedo comunicar con él– dijo antes de desaparecer en una oficina que Izuku reconoció como la de su ex pareja.
Touya había llevado a Tamaki por un helado al centro comercial, quería obtener información de su vida después de dos años de haberlos abandonado. El cachorro no había tardado en soltar la lengua. Ahora sabia que Izuku estaba en pareja recientemente con el maestro de los mellizos, aún no vivian juntos pero el alfa parecía haberse ganado el corazón de sus hijos, tenia cierta curiosidad en conocer al hombre que ahora gozaba de lo que él no habia sabido aprovechar.
Su orgullo se vio herido, aunque él no quisiera enfrentarlo, después de mucho tiempo de no tener contacto con su lobo, por primera vez lo sintió removerse en su interior bastante enojado, pero su parte humana habia logrado domar a su animal.
–¿Sabes que yo soy tu papá, verdad cachorro? No me gusta que le digas papá a ese alfa.
Tamaki apretó el vasito de helado entre sus manitas ¿Por qué no podía decirle papá a Katsuki? Eso no era justo
–¿Por qué?
–Porque me enojaré contigo si lo haces, solo yo puedo ser tu papá.
–Pero él... él es bueno con papi y nos hace reír... tú...
–¿Yo que?
–Tu hiciste llorar mucho a papi y también a Denki. Yo te extrañe mucho todo este tiempo.
–Lo sé mi pequeño, pero papá estaba ocupado con trabajo y no podía verlos, pero ahora estoy aquí y no me iré a ningún lado– le sonrió mientras acariciaba su cabeza y los ojos timidos del menor brillaron mientras sonreía.
–¿Qué tal si volvemos? Creo que esto será suficiente advertencia para tu papi.
–¿Advertencia?
–Olvídalo, ¿nos vamos?
Tamaki saltó de su asiento para tomar la mano de su padre, tenia la sensación de que algo no iba bien, pero se permitió disfrutar de esa figura paterna que tanto había necesitado en el pasado y tenerlo de nuevo llenaba un poquito su corazón.
Su papá recibió la llamada de una mujer mientras estaba conduciendo, Tamaki jugaba con la figura de Iron Man pero iba atento a la conversación.
"Cariño, la policía está aquí y tu ex parece que va a explotar"
–Perfecto, esto será más fácil de lo que pensé. Estaré allí en unos minutos– respondió su padre mientras reía.
¿Su papi estaba con la policía? Quizás estaba en problemas por desobedecer a su hermano. Se aferró al muñeco entre sus brazos y rogó porque su papi no se enojara con él.
Cuando entraron al imponente edificio lo primero que divisó fue a su papi siendo abrazado por Katsuki mientras hablaba con dos hombres vestidos de policía. Izuku se veía muy triste. Eijiro fue el primero en notar la presencia de Touya en el lugar, hubo tensión entre sus miradas, pero los ojos del alfa de traje viajaron a la figura de Izuku que era sostenido por un hombre que asumió seria el famoso "Sr. Bakugo". Dejó escapar un gruñido que no pasó por alto entre los presentes.
Cuando Izuku miró la entrada se le formó un nudo en la garganta, la imagen de Touya tomando la mano de su pequeño hijo le devolvió una serie de recuerdos que lo dejaron sin aliento. Corrió hasta el pequeño cayendo de rodillas frente a él y abrazándolo, había estado tan preocupado que ahora solo quería llenarlo de besos y abrazarlo.
–Papi, lo siento, lo siento, yo no quería preocuparte.
–Tranquilo amor– decía mientras lo besaba– estas con papi ahora, todo está bien– Izuku repartía besos en todo su rostro causándole algunas cosquillas– estaba tan preocupado Tamaki, no le hagas esto a papi nunca más ¿sí?
–Sí papi, lo siento– bajó el rostro apenado por causarle angustia a su papá.
El omega se puso de pie, con la tranquilidad pintada en su aura, tenía a su niño sano y salvo, pero eso no hacía que se olvidara del maldito alfa. Enfrentó a Touya con toda la furia en sus ojos, pero al parecer el alfa tenía sus ojos en otro lugar.
Si, Touya estaba atónito contemplando la rojiza marca en el cuello de su ex pareja, no podía ocultar su molestia, incluso él mismo se sorprendió de lo que estaba sintiendo, pensó que dentro de él no quedaban rastros de lo que alguna vez llegó a sentir por el pequeño hombre de cabello verde parado frente a él pero al parecer no era asi. Touya miro más allá de Izuku, sobre su hombro y quiso saltar sobre ese alfa que ahora era la pareja de su antiguo omega. Quería dejar salir a su iracundo lobo y que destrozara al maldito maestro de escuela que se había atrevido a poner las garras en su pequeño.
Al mismo tiempo Katsuki intentaba respirar, en verdad nunca había sentido tanta irá contenida y vaya que él era un experto en eso, sentía la amenaza en el aire, del otro lado del salón se encontraba el bastardo pendejo que había hecho sufrir al amor de su vida, aunque ese sea el motivo por el cuál ahora estaban juntos quería destrozarlo, el sentimiento tan visceral que tenía alojado dentro suyo estaba luchando por salir. Su lobo aruñaba y sabía que si no alejaba a Izuku de ese hombre no podría controlar más a su lobo.
–Tranquilo bro– susurró Eijiro al parecer notando su estado- sabes que Izuku es tu omega, debes confiar en él.
Katsuki exhaló con pesadez. La policía se acercó al Touya para interrogarlo, Izuku ya había dado su versión e incluso Katsuki había testificado. Pero observar al alfa desenvolverse tan bien con los agentes le dejó claro que ese tipo era un abogado y seguramente de los peores. No pudo resistir la tentación de acercarse a Izuku y envolverlo con sus brazos, marcando su aroma y consolándolo por sus momentos de aflicción, ya todo había pasado, esperaba realmente que fuera así. Pero algo le decía que todo esto recién era el comienzo.
Aquí estamos poniendonos al corriente.
Voten y comenten, los leo. 😘😘😘😘
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