11
No puedo ser tu omega" es una obra original de Gii79-- cualquier reproducción total o parcial de la obra sin el permiso explícito de la autora incurre en un delito.
Esta es una adaptación de dicha obra para el fandom de BNHA 100% autorizada por la autora.
Katsuki despertó más temprano que cualquier día, observó el rostro relajado de Izuku a su lado, su respiración acompasada y tibia saliendo de sus labios. Era tan perfecto. Contemplo la marca de sus colmillos en su cuello, rojiza e hinchada por ser tan reciente aún y se sintió orgulloso, no pudo evitar sonreír y pensar en lo afortunado que era, aunque todo pasaba demasiado rápido sabía que Izuku era exactamente lo que había necesitado toda su vida, el omega le daba dosis justas de felicidad. Podía decir que ahora se sentía completo. El vínculo había traído con él un nuevo inicio, para ambos y para su nueva familia. Acunó más a su precioso lobo junto a su pecho y aspiró su aroma recordando las eróticas escenas de esa noche, conoció una parte de ese tierno hombre que nunca se hubiera imaginado ¡fue tan erótico! Estaba extasiado con esa actitud infantil y sumisa y al mismo tiempo cargado de lujuria. Era la combinación perfecta.
Izuku se removió y abrió lentamente los ojos
–Mi alfa– susurró mientras se acurrucaba más contra su pecho aún desnudo.
–¿Cómo durmió este sensual lobo bailarín?–acarició su cabello alborotado tratando de no reír al verlo colorearse de rosa, a su ver parecía una fresa.
–Ni se te ocurra mencionarlo Kacchan– habló entre las costillas del mayor produciendo cosquillas por la vibración de su voz.
–Claro que no Deku– levantó su barbilla para mirarlo a los ojos–solo serás mi maldito bailarín personal dentro de la habitación donde yo puedo ser tu Kacchan y castigarte cuando seas traviesos.
Su voz áspera provocó que su pene diera un salto bajo las sábanas, ¿como es que un hombre tan malediciente era tan guapo? No dudo ni una milésima de segundos en saltar hasta su apetitosa boca y devorarla intercalando sus labios con los de su alfa, todo empezó siendo un saludo de buenos días y al siguiente momento estaban restregándose uno contra el otro duros como piedras y jadeando por más, todo hasta que la puerta se abrió e Izuku saltó al costado de la cama envolviéndose a sí mismo con una de las mantas.
–¿Papá?–la adormecida voz de Tsuyu lo calmó, estaba con su pijama de ranitas, de pie en el umbral de la puerta mientras masajeaba sus ojitos–¡Papi!–gritó entusiasmada cuando pudo enfocar la mirada y corrió hacia la cama, Izuku estiró sus brazos esperando que la niña saltara a ellos pero para su sorpresa subió y se acurrucó en el hombro del rubio.
–Buenos días traviesa– le susurro Katsuki mientras se acomodaba correctamente en la cama y besaba su frente.
–Papi ¿harás el desayuno?
–Papi hará el desayuno ¿Qué te parece si vas a despertar a tus hermanos y bajan a esperarnos?
–¡Siii!–asintió la niña mientras bajaba de la cama y corría por el cuarto hacia afuera.
Katsuki sonrió por la reciente muestra de afecto, la pequeña Tsuyu lo estaba reconociendo como el alfa de su manada y nada le había resultado tan tierno jamás, miró a Izuku que seguía de pie junto a la cama, sus ojos perdidos en algún punto entre las almohadas.
–¿Pasa algo, amor?
–Ella realmente te dijo "Papá"... me siento, feliz pero... desplazado a la vez.
Katsuki comprendió, siempre había sido Izuku con sus pequeños contra el mundo y de repente llegaba él. Se puso de pie y caminó hasta su omega tomándolo entre sus brazos.
–Soy tu alfa ahora, y ustedes son mi familia, a la cual pretendo proteger a costa de todo, cualquier maldito bastado que intente hacer algo tendrá que pasar sobre mi.
"Proteger" esa palabra le recordó la amenaza de Touya por unos momentos pero las caricias y el beso que dejó sobre su marca en el cuello le devolvieron la tranquilidad.
–¿Qué dices si vas a asearte mientras yo les preparo un delicioso desayuno a ti y a nuestros cachorros?
Izuku sonrió.
–Eso suena realmente genial– besó sus labios mientras era sujetado por la cintura– por fin podré ducharme tranquilo.
–Tomate tu tiempo Deku– susurró al tiempo que le daba una nalgada en el trasero.
–Alfa... tu olor no es el mismo de ayer ¿has marcado a papi?
Vaya, Denki era mucho más perspicaz de lo que esperaba, desde que entró a la cocina no le había quitado los ojos de encima al mayor, incluso mientras comía los deliciosos panqueques con miel, sus ojos parecían querer resolver alguna especie de enigma. Ahora comprendía el porqué de esa actitud, Denki solo trataba de cuidar a los suyos. Incluso Tamaki lo miró curioso antes de poner también los ojos en el alfa, que no pudo evitar reír por los nervios al sentirse tan expuesto bajo el escaneo meticuloso de los dos niños..
–Bueno, yo tal vez...– estaba balbuceando, ¿como jodidos podían ponerlo tan nervioso unos cachorros?–sí pequeño mocoso, tu papi y yo estamos vinculados ahora. Realmente somos una pequeña pero linda manada, de hecho somos la mejor– dijo mientras sujetaba su taza de café en alto y sonreía con arrogancia.
Conocía a los niños y sobre todo se jactaba de conocer muy bien a esos mellizos. Entendía de sus miedos y de sus dolores.
–Ustedes pueden llamarme Katsuki, ya no es necesario que me digan "Sr. Bakugo" cuando estemos en casa.
– ¿Y no quieres que te llamemos... "papá"?– la ternura e inocencia de Tamaki era tan hermosa.
–Nada me haría más feliz que me llamen "Papá" pero solo si eso quieren–¡mierda! Todo iba mejor de lo que esperaba.
–Somos felices con eso... pa- pá– murmuró Denki y el mayor pudo advertir el pequeño brillo de sinceridad en sus ojitos ámbar.
–¿Le darán un abrazo a papá ahora?
Ambos cachorros se miraron y saltando de los asientos corrieron a los brazos de Katsuki que los esperaba.
–Seremos la envidia de los demás niños– de pronto murmuró Denki y conociendo las ocurrencias de esos dos, el alfa supo que de seguro no le sería fácil explicar su nueva relación ante sus directivos en la escuela, pero qué más daba, en ese o en cualquier otro lugar defendería a sus hijos.
Ni bien entró a la cafetería fue rodeado por sus compañeros y amigos, los tres lo arrastraron a la cocina.
–¡Estas marcado!– acusó Neito– tu aroma tiene una sutil mezcla de café bastante intenso para ser sincero–dijo olfatenado el aire a su alrededor.
–Este... pues si, yo...–Izuku no podía formular una respuesta.
–Y los golpes de la pared anoche me dice que la pasaste bien mientras te marcaban– Eijiro codeó a Izuku levantando las cejas en la insinuación– dime hermano, ¿le bailaste?
–¡Yah! ¡Kiri!– el omega no pudo evitar ocultar su rostro entre sus manos.
–¿Marcado, eh? Ese alfa sí que es rápido, mira nada más la profundidad de esa mordida–rió Eijiro mientras observaba el cuello de su compañero esos son muchos dientes.
–Así que oficialmente eres mi cuñado ahora–la mirada de Jiro era un poco intimidante
–Sí, bueno... yo...
–No te pongas nervioso Zuzu... estoy más que feliz por ustedes, aunque sigo sin saber que viste en Katsuki, es un idiota con un carácter horrible.
–Cálmate niña, no sabes acaso que el amor es ciego–fue el turno de Neito de hablar.
–Y estúpido... pero bueno, eso no nos importa ¿verdad? Bienvenido a la familia Izuku, muero por ver la cara de mis padres cuando sepan que son abuelos de tres niños– la carcajada que salió de la boca de la joven beta le erizó la piel, ciertamente no habían hablado de muchas cosas con su alfa y debían y sentarse a conversar, solo esperaba no estar apresurando las cosas y terminar equivocándose por segunda vez.
Todo lo demás fue hermoso, su marca dolía un poco pero las imágenes de Katsuki penetrándolo con delicadeza y la sensación de sus palmas golpeando en sus nalgas lo estaban excitando y agradecía estar parado detrás del exhibidor donde nadie podía notar la rigidez en sus pantalones.
"Kacchan, ya quiero verte esta tarde..."
Las clases estaban a punto de terminar y nunca antes había sido tan feliz por eso, normalmente era de los que se quedaban después de hora para organizar su trabajo del día siguiente, pero la cantidad de adrenalina en su sangre había conseguido que terminara todo incluso antes de hora. Sentía grandes dosis de ansiedad por volver a casa junto a su familia, tal vez almorzar todos juntos y robarle besos a su pareja mientras los niños toman una siesta.
No había nada que lo preocupara ahora, quizás conseguir una casa más grande para vivir con su familia ¿Izuku querría tener un par de lindos cachorritos más con él? Eso sería fabuloso. ¡Ah! no debía olvidar de presentárselos a sus padres, su vieja estaría orgullosa de que estuviera vinculado con un omega tan hermoso y su viejo amaría a esos pequeños ya que había heredado el amor por los niños del curioso alfa. Es muy pronto pero ¿si tal vez le proponía matrimonio? ¿Estaría bien su omega con eso? Después de todo ya lo había marcado y no era como el fuera ir a algún lugar. También quería conocer más a los niños fuera del ámbito escolar ¿Y unas vacaciones? Podría organizar un viaje sorpresa para todos ¿una casa rodante estaría bien? Sí, eso sería lo mejor, de paso podrían pasar tiempo juntos y viajar a Gwangju a casa de sus progenitores. Bakugo Katsuki estaba feliz y su cabeza no dejaba de girar en torno a cientos de cosas que quería probar junto a su familia, tan perdido en sus pensamientos que no habia notado que los mellizos estaban a su lado dirigiéndose a la salida.
–¿Vamos a casa, papá?– dijo Tamaki mientras sujetaba su mano libre del maletín.
–¿Qué les parece si les llevamos unos dulces a su papi?–les sonrió de lado y los mellizos se miraron con enormes sonrisas en sus rostros.
–¡Si!– comenzaron a festejar mientras lo arrastraban a la puerta principal de la escuela– De chocolate para papi y de frambuesas para Tsuyu, son sus preferidos– dijo Denki mientras acariciaba su barriga y se relamía los labios.
Katsuki rió, hoy Eijiro no iría a buscarlos ya que el mismo los llevaría a su hogar.
–"Sr. Bakugo"– lo llamó una de sus colegas desde la administración–El director lo solicita en su oficina unos segundos.
Katsuki miró a la omega de manera seria y afirmó deteniéndose en su lugar. Se agachó a la altura de los cachorros "espéreme un momento mocosos, regreso enseguida" Con esa orden corrió hasta la enorme oficina vidriada desde donde podía contemplar toda la escuela y en la cuál su directivo lo esperaba.
Tamaki y Denki siguieron caminando hasta la puerta donde lo esperarían para volver a casa, ambos sonreían mientras sujetaban las correas de sus mochilitas con ambas manos intentando controlar el revoltijo que hacían las mariposas en sus estómagos..
El menor de los mellizos sonreía abiertamente, cuando el sol le pegó en el rostro y sus pequeños ojos brillaron pero esa sonrisa se desvaneció al ver al hombre apoyado en la barra de seguridad de la escuela, pero aun asi lo reconocia. Denki aún no se habia percatado de su presencia en el lugar, seguía sumido en su alegría.
–¿Pa...?
–¿Eh?– Denki miró a Tamaki que mantenía su mirada fija al frente, lucia asustado... siguió con sus ojos la línea de la mirada de su hermano y de pronto algo dentro suyo vibró con fuerza, un ardor en su garganta dejó que se le escapara un gruñido
–¿Qué hace aquí?– arrancó el mayor con una posición claramente defensiva mientras cubría el cuerpo de su hermano con el suyo.
El alfa frente a ellos los miró con una sonrisa ladina mientras se quitaba los anteojos negros, con su traje de etiqueta impecablemente acomodado y el cabello hacía atrás en un prolijo peinado. Se agachó a su altura y con su penetrante mirada los recorrió.
–¡Mis bebes! Los he extrañado tanto ¿No le darán un abrazo a papá? –Dabi los esperaba con los brazos abiertos.
–Tu ya no eres nuestro padre– las palabras ácidas saliendo de la boca de Denki le provocaron un nudo en el estómago.
–Sé qué hace tiempo que no nos vemos pero... ¿saben?– el alfa corrió hasta la parte de atrás de un auto negro estacionado sacando grandes paquetes de su interior bajo la atenta mirada de los niños-–papá les trajo regalos.
Los mellizos se miraron entre sí no sabían cómo reaccionar ante todo aquello. La mirada dura de Denki analizaba cada movimiento, podía observar la luz oscura que emanaba su cuerpo y no permitia que su hermano cayera en ella, notaba la ansiedad en el cuerpo de Denki que quizás moría de ganas de saltar y abrazar al alfa que tanto habia extrañado. Dabi dejó tres grandes paquetes frente a ellos esperando que los tomaran aunque ninguno de los dos se movían, pero el alfa era inteligente y ya había previsto que algo así podía pasar.
–Les compré estos regalos, no voy a presionarlos... también hay uno para mi princesa ¿quieren que los lleve a casa?
Denki apreció algo de sinceridad en sus palabras y dudó por un minuto. Tamaki tembló cuando su padre le acarició el cabello y sintió un ápice de calidez en el contacto dejándose mimar. Tal vez no todo era tan malo ¿pero qué pasaría con su nuevo alfa, su padre? Denki podría ser un niño que no entendia muchas cosas pero sabia que Dabi no era confiable, no después de haber hecho llorar tanto a su papi Izuku, porque aunque el mayor lo ocultara el podía percibir su tristeza.
–Vete, alfa. Ya no te necesitamos.
–Mi lindo cachorro, cuidaste bien de tus hermanos y de tu papi ¿verdad? Pero ya estoy aquí, no necesitas seguir haciéndolo. Papá ha vuelto– le dijo a Denki sin dejar de mimar al cachorro menor.
Y con estas palabras Tamaki dejó caer todas lagrimas que guardaba en su interior, meses de haber extrañado a su padre y de llamarlo en silencio por las noches, esquivó el agarre de su hermano y trepó a la cintura del alfa entre pequeños sollozos. Dabi sonrió mientras acariciaba la mata de cabello añil.
–Shh mi pequeño... papá esta aquí.
Denki miró a los costados ¿Dónde estaba Katsuki maldiciendo cuando lo necesitaba? No quería que ese hombre se los llevara, no le daba buena espina. Y sabia que Izuku no iba a estar contento con eso.
–¿Qué dicen? ¿vamos por un paseo?
Bueno no se puede culpar a un niño por querer a su papá, ellos a veces no dimensionan las cosas y su mundo se reduce a un momento.
Voten y comenten cachorros, los leo. 😜😜😘😘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top