Capítulo 81: No me gusta nada

—¡¿Que qué?! —exclama Justin abriendo los ojos como platos. Yo no puedo evitar sonreír y encogerme de hombros.

—He firmado un contrato con Epic Records para grabar una canción con The Chainsmoker y tal vez más tarde grabar algunas de mis canciones —repito.

—¿Cómo has podido hacer eso sin tan siquiera decírnoslo? —pregunta mi hermano, frunzo el ceño.

La verdad es que no me esperaba la gran reacción. Pero en ningún momento me lo imaginaba mirándome decepcionado. Llevo mi mirada a Daya que no ha dicho nada desde que les hice sentar en el salón para contarles la noticia. Ella tiene una cara de circunstancias y no deja de intercambiar su mirada entren mí y Justin.

—No quería emocionaros para que luego me lo contagiarais a mí. Pero ya veo que eso no hubiera pasado —Daya hace una mueca y Justin continúa con la misma expresión severa.— ¿Acaso no estáis contentos por mí?

—No es eso... —murmura mi amiga

—Es lo inmadura que has sido por haber firmado sin haber nos dicho.

—Justin. Es mi trabajo, mi vida y mi decisión. Nada de lo que me digáis va a hacerme cambiar de opinión.

—Kat, nosotros no queremos que cambies de opinión —dice Z levantándose. Gira su cabeza mi mira a Justin.— Yo por lo menos...

—¿Entonces porque os ponéis así?

—Los contratos en la música siempre tienen trampa. Muchas personas caen en los engaños de las discográficas, incluso los famosos —ruedo los ojos.

—No me han engañado.

—No lo sabes. Si conocieras a un abogado que podría haber ido contigo y supiera sobre esos temas tal vez lo sabrías... Oh, espera. ¡Pero si tú hermano es uno! —espeta Justin, suelto un quejido.

—Leí el contrato de arriba a abajo, tal y como tú siempre me pides. Todo estaba en orden.

—J tiene razón. Es mejor firmar contratos con alguien que sepa del tema. Yo lo hago siempre que firmo un nuevo proyecto —dice Daya con un tono calmado.

—¡Ves! —Z y yo miramos mal a mí hermano, el impertinente.

—¿Sabéis qué? Voy a irme de aquí unas horas, haber si se os pasa un poco la paranoia.

Camino hacia el pasillo dejando a Justin y a Zendaya en el salón. Subo a mi cuarto para cambiarme y coger mi bolsa de baile.

No tengo ninguna clase pero necesito salir a despejarme. Además, seguro hay algún aula libre para ensayar.

Escasos minutos más tarde ya estoy saliendo de casa sin despedirme, habiendo cogido primero las llaves del coche en la entrada. A eso de las siete aparco el coche a unas calles de la escuela y camino en su dirección. Al entrar me encuentro con Sandra, la secretaria. Ella me dedica una sonrisa con la cabeza ladeada.

—¡Katherine! Hola, no sabía que hoy tenías clase.

—Hola. No tengo clase pero he venido a practicar un poco. ¿Hay alguna clase libre?

—Déjame y te lo miro un segundo... —pasa las páginas de su gran libreta, mira el horario y levanta su mirada con una sonrisa.— Está libre la sala 2B el resto de la tarde.

—Muchas gracias —la contesto sonriendo también.

Camino por el pasillo hasta entrar en la sala 2B. Enciendo la luz y observo el lugar. Es la clase más pequeña de las seis que hay pero no necesito más espacio. Dejo la bolsa en una esquina, conecto mi móvil con el altavoz y comienzo a calentar.

Una vez entrada en calor comienzo a seguir la música y fijo pasos que puedan encajar con esta canción en concreto. Mi móvil cambia a la siguiente canción de la lista pero yo la pongo en repetición para que no deje de sonar.

He pensado en proponerle a Lucas que se la enseñemos al grupo de los mayores cuando acabemos de enseñarles técnica. Pero claro primero tendría que mostrárselo a él y si quiere añadir algún paso.

Mientras estoy concentrada haciendo el último ocho que he creado, oigo y veo cómo se abre la puerta. Al ver a Kyle entrar me acerco a mi móvil y paro la música.

—Hola —le digo con la respiración un poco agitada.

—Hey, Sandra me ha dicho que estabas en esta sala. ¿Estás haciendo coreo nueva? —asiento con una sonrisa mientras abro mi botella de agua.

—Sí. Si a Lucas le parece, quiero enseñársela a mi grupo —doy un largo sorbo.

—Guay —dice con una sonrisa.— Hoy era tu día libre, ¿Cierto?

—Sí, pero necesitaba venir a destensar me.

—Bueno, si necesitas algo yo estoy en mi clase —asiento y él se va.

Vuelvo a poner la música y me concentro al completo, de nuevo.

Me paso alrededor de una hora sin parar, sumando aún más pasos a la secuencia y dando matices al resto. Pero en el mismo momento que estoy haciendo un "pas de bourrée" seguido de un giro, la puerta se abre de nuevo.

Pienso que se trata de Kyle otra vez, pero me sorprendo al ver una cabellera rubia.

—¿Qué haces tú aquí?

—Vaya recibimiento... —ladea la cabeza y arruga las cejas mientras anda hacia mí con las manos en sus bolsillos. Ruedo los ojos.

—Tonto —yo también me acerco a él y le doy un beso corto.— Ahora en serio, ¿Qué haces tú aquí? —le doy la espalda y voy hacia mí mochila para coger mi botella de agua.

—Kyle me ha dicho que estabas aquí —me giro lentamente y le miro con una ceja alzada.

—Kyle —Harrison asiente.— ¿Lo conoces? —pregunto sorprendido soltando una pequeña risa.

—Sí, es mi amigo. Creía que lo sabías —dice con el ceño fruncido.

—¿Desde cuándo lo conoces? —inquiero curiosa.

—Mmm... Pues desde hace ya algunos años. De una fiesta de unos amigos en común.

—¿Tom?

—No, ellos se conocen por mí —levanto las cejas.

—Pues no tenía ni idea... —frunzo el ceño.— Espera, ¿Y por qué te ha dicho que yo estaba aquí? —toma una bobada de aire.

—Verás... —anda unos pasos y apoya su espalda en la pared.— No es por ser inseguro o algo... —divaga.

—Al grano —le exijo con una ceja alzada. Él me mira unos segundos con una mueca.

—Me ha preguntado si te pasaba algo porque te notaba extraña. Así que he venido por si acaso...

—¿Por si acaso?

—Por si volvías a tener un accidente... —tardo unos segundos en darme cuenta de lo que habla y destenso mi rostro. Pero en seguida este se vuelve a tensar.

—¿Es en serio? —Hazza asiente.— Qué tontería —contesto negando con una risa amarga, me acerco a mi bolsa y comienzo a guardar mis cosas.

—¿Que te pase algo o que tengas otro accidente? —se incorpora y se acerca. Levanto la vista molesta y dejo mis manos encima de la mesa en la que está mi mochila.

—Que tenga otro accidente —respondo seria.— Lo que pasó fue por una situación que me sobrepasaba.

—¿Y no podría pasarte de nuevo mientras bailas? —le doy una mirada asesina. Percibo por dónde está yendo esta conversación y no me gusta nada.

—Si piensas que el baile puede ser peligroso para mí estás muy equivocado —digo cruzándome de brazos.

—No es eso —resopla mirando a otro lado.

—¿Entonces? —él se acerca y pone sus manos en mis brazos.

—Solo que tengas cuidado.

—Eso ya lo sé —pongo una mueca. Los dos nos quedamos en silencio varios segundos, hasta que descruzo los brazos y cojo mi móvil para ver la hora.— Son casi las nueve... Ni siquiera me he dado cuenta del tiempo que llevo aquí.

—¿Te llevo a tu casa?

No puedo evitar poner una mueca. A casa... con Justin y Zendaya.

—¿Qué pasa?

—Les he contado a J y a Z lo del contrato.

—¿Qué han dicho?

—No se lo han tomado bien.

—¿En serio? —pregunta sorprendido, asiento.

—Dicen que debería haberles pedido su opinión antes de firmar porque ellos saben de eso.

—No les falta razón —le doy una mirada de lado.— Es verdad.

—Ya bueno, pero solo he firmado un papel para que comenzarán a organizar todo. El miércoles es cuando firmo el contrato definitivo —cojo mi mochila y me la cuelgo en el hombro.

—Bueno no te preocupes. Cuando vayas puede acompañarte Just o Daya para que se queden más tranquilos —sonrío de lado.

—Tal vez —vuelve a cortar la distancia entre nosotros y me da un beso en la frente. Al separarse pone cara de asco.

—No era consciente que estabas tan sudada.

—¡Hazza! —no dudo en levantar mi brazo para darle un golpe en el hombro. Este comienza a reír.

—Anda vamos.

Haz pasa un brazo por encima de mis hombros y caminamos hacia la salida. Antes de salir nos despedimos de Samantha, quien ya estaba recogiendo sus cosas para irse.

—No hace falta que me lleves, he venido en coche —digo cuando llegamos a la salida.

—¿Te apetece quedarte a dormir en mi casa? —sonrío abiertamente.

—Me encantaría —él también sonríe.— Pero Justin mañana tiene que trabajar temprano y se lleva el coche.

—¿Y si dejamos el coche en tu casa y luego nos vamos? —pregunta con la cabeza inclinada a un lado y con morritos suplicantes, me río y asiento con la cabeza.

—De acuerdo. 

__________

Solo puedo decir que siento no poder actualizar sin que haya pasado más de un mes, pero es que desde hace mucho apenas tengo tiempo. 🙃

Ya sabéis... Si tenéis alguna pregunta, teoría u opinión, sois libres de compartirlo.

Os amo 3000 💙

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top