Capítulo 80: Bastantes dudas
Si estás leyendo mi otra historia "Yellow Hearts💛" y no quieres hacerte spoiler, te recomiendo que leas hasta el capítulo 78 de esa historia.
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—¿Te acostaste con ella? —pregunto en un tono de voz elevado. Lucas me pega un golpe en el brazo.
—¿Quieres ser más discreta? —me dice entre dientes mirando al resto de personas que están en el vestuario. Echo un vistazo a la habitación y me doy cuenta que hay varias personas atentas a nuestra conversación.
—Perdona... —me acerco a él y susurro.— ¿Te acostaste con ella? —Lucas levanta la vista al cielo.
—Sí, idiota —dice un poco sonrojado, a mí se me dibuja una sonrisa en la cara.
—Ya era hora —Lucas gira la cabeza mirándome con el ceño fruncido.
—¿Qué?
—Oh venga, te falta un poco de acción desde hace tiempo —él rueda los ojos, se cuelga su bolsa al hombro y comienza a andar hacia la salida del vestuario. Yo le sigo por detrás.
—No sé porqué, pero sigo sintiéndome mal por ello —los dos salimos al exterior de la escuela y comenzamos a andar al restaurante al que solemos ir cuando comemos juntos.
—¿Porque le sacas...? —me pongo a contar con los dedos.— ¿Cuatro años?
—Mayoritariamente —dice con los ojos bastante abiertos.
—Pues no deberías estarlo. En cualquier caso es mayor de edad.
—Ya bueno...
—¿Te gusto? —le pregunto dándole golpecitos y bromeando.
—Katherine, por favor —dice mirando al cielo, yo me río.
—Venga ya paro. Pero si la respuesta es afirmativa deberías proponerle volver a quedar. Te vendría bien.
—Vale. Hasta aquí han llegado tus consejos amorosos.
—De acuerdo, tú te lo pierdes —digo riendo y encogiéndome de hombros.
Minutos más tarde ya estamos sentados en el lugar y esperando nuestros platos principales. Y aunque en un principio iba a dejarle en paz decidí seguir con la conversación.
—¿Puedes dejar de entrometerte en mi vida amorosa? —me pregunta él con tono severo pero riendo.
—Si yo no me preocupo, nadie más se preocupara —él rueda los ojos.— A ver, yo llevo diciendo durante varias semanas que hay chicas en la clase de las mayores que tienen echado el ojo. ¿Por qué con Rooney sí y con ellas no? Debe de tener algo especial —digo intentado que me de más conversación.
—Que tiene dieciocho y las demás no.
—Pequeñeces...
—¿Acaso me entrometo yo en tu vida amorosa?
—Adelante, eres libre de hacerlo —digo con una gran sonrisa.
—Era una forma de hablar.
—Aja...
—Por cierto, no quiero ningún comentario... Pero después de irme de la casa de Alyssa me la encontré junto con Tom en la entrada del portal.
—¿En serio?
—Sí, cuando ella se fue hablé un poco con él y parecía estar más relajado de lo que me imaginé.
—Tal vez fue cosa de Alyssa.
—¿Tom ha contestado a Harrison?
—Ni idea —suspiro mirando mi vaso.
—¿Cómo que ni idea? —hago una mueca.
—No hablo con Harrison desde el jueves.
—¿Y eso? —me encojo de hombros.
—No sé —la camarera se acerca y nos entrega nuestros platos. Le damos la gracias y se va.— Creo que está guardando las distancias conmigo después de la discusión con Tom.
—Bueno, no le conozco pero ya se le pasará. Al igual que Tom.
—Eso espero...
*****
Después de comer con Lucas volví a casa para ducharme y cambiarme de ropa. Tras haberlo pensado mucho, he decidido firmar el contrato de Epic Records. Definitivamente es una gran oportunidad que no puedo dejar ir a la ligera. Tanto como si sale bien como si sale mal, termina siendo experiencia.
Me meto dentro del coche y llevo la llave al bombín de arranque. Pero antes de girarla, se me ocurre llamar a Harrison. Busco mi móvil en el pequeño bolso que llevo, lo conecto al coche y busco su número entre mis contactos. Arranco el coche, comienzo a conducir y, tras oír varios tonos, oigo un silencio de unos segundos.
—¿Kat?
—Hey. ¿Qué tal?
—Hola. Bien, supongo... —me quedo callada unos segundos.
—¿Has intentado hablar con Tom de nuevo? —Hazza suelta un suspiro.
—Sí, pero no me contesta. Ni a las llamadas, ni a los mensajes.
—¿Has intentado ir a su casa?
—No, tampoco quiero ponerle en una situación complicada.
—Siento decirte, pero ya está en una situación complicada.
—Lo sé... —pienso en decirle algo más, sin embargo no encuentro nada en mi cabeza que le pueda aliviar.— ¿Y tú?
—Bien, esta mañana he tenido clase de Kyle y luego he ido a comer con Lucas. ¿A qué no adivinas el nuevo cotilleo? —le digo sin evitar que se me escape una sonrisa.
—¿El qué? —pregunta él con tono divertido.
—Lucas y Rooney se acostaron el jueves.
—¿Qué? —pregunta sorprendido.
—Como lo oyes.
—¿No crees que deberías haberte guardado eso? —dice riendo.
—Tal vez pero eres tú, así que no hay problema contándotelo —oigo cómo se vuelve a reír.
—Por cierto, ¿te apetece quedar dentro de una hora?
—Esta tarde no creo que pueda. ¿Te parece si mejor cenamos?
—No puedo más tarde de las ocho. Aunque no le guste, sigo siendo el asistente de Tom y hoy tienen que filmar unas escenas por la noche.
—Sí, es cierto que me lo dijo Z. ¿Entonces lo vas a ver hoy?
—Sí, no le queda otra.
—Bueno, lo que sea me cuentas. Podemos quedar mañana.
—¿Tienes baile esta tarde?
—No —tomo una bocanada de aire.— Ahora mismo estoy conduciendo hacia la discográfica.
—¿Vas a firmar?
—Sí... —Harrison se queda callado unos segundos.
—Me alegro —dice con un tono alegre, suelto un suspiro.
—Por un momento he pensado que ya no estabas a favor de ello.
—Tranquila, sé que en el fondo te mueres por firmar pero te preocupabas por nuestra opinión. Ya se lo habrás dicho a Justin y a Daya —me muerdo el labio.
—Pues...
—No lo has hecho.
—No he tenido tiempo...
—Ah, ¿no? —pegunta con tono burlón.
—Bueno, ni tiempo, ni ganas
—¿Por qué?
—Tiempo porque cuando alguno de ellos decide poner un pie en casa, yo me tengo que ir. Y ganas porque no sé cómo van a reaccionar.
—Está claro que van a reaccionar bien, son Just y Daya. Los dos quieren lo mejor para ti y esto lo es.
—Ya...
—Bueno, ¿entonces quedamos mañana?
—Sí. ¿Te parece para comer?
—De acuerdo.
—Adiós.
—Adiós. Te quiero —sonrío como una tonta.
—Y yo a ti.
Tardo unos veinte minutos en llegar hasta allí y al darle mi nombre, el secretario me guía al despacho de Ellie una vez más. Es una sala con el suelo y las paredes de color negro de un material que refleja un poco la luz. Los muebles también son la mayoría de colores oscuros, pero la enorme luz que entra por el ventanal evitan que la habitación sea deprimente.
Ellie se encuentra en uno de los pocos muebles de color blanco, una silla de despacho, vestida con un traje negro, una camisa blanca y con su pelo rubio liso recogido en una coleta baja. Al verme, ella sonríe de oreja a oreja.
—Pensaba que ya no ibas a venir, Katherine —me dice levantándose de su asiento, el chico sale de la habitación cerrando la puerta.
—Me dijiste que tenía hasta mañana, ¿no? —la pregunto con una sonrisa.
—Cierto. Pero sinceramente pensaba que vendrías al día siguiente. Teniendo en cuenta el contrato tan bueno que te ofrecí —bromea, ella extiende la mano señalando la silla que está enfrente suya y me siento en ella.
—Tenía bastantes dudas.
—¿Por qué? —pregunta ella apoyándose en el escritorio con las manos entrelazadas.
—Bueno... Nunca he estado en Nueva York y mucho menos he trabajado allí... Además no me gusta mucho la idea de separarme de mi pareja.
—¿Hablas de Tom Holland? —abro los ojos como platos.
—¿Qué?
—Oh, lo decía por las fotos que aparecieron hace ya bastantes semanas —suelto un suspiro.
—No, no... Él es... Un amigo —ella levanta las cejas.
—Ya... Bueno, igualmente Katherine voy a darte un consejo. No dejes que ningún hombre vuelva a condicionar cualquier decisión en tu vida. Si fuera por mi ex-marido, él hubiera sido el único que trabaja en casa y yo hubiera cuidado a Carol y a nuestro hijo más pequeño —abro los ojos sorprendida.
—Él me apoya en la decisión —digo un poco a la defensiva.
—Yo no he dicho lo contrario pero la próxima vez decide por ti y no por él.
—Claro... —susurro.
—¿Y bien? —dice apoyando su espalda en el respaldo.— ¿Es un sí definitivo? —tomo una bocanada de aire y asiento.
—Sí —contesto con una sonrisa, ella sonríe igual.
—Me alegro mucho de ello. En un principio el 4 de septiembre viajaremos las dos allí. Nos instalaremos en el hotel Le Méridie, cercano a Central Park, y al día siguiente comenzaremos con el trabajo.
—¿Entonces grabaré la canción con The Chainsmoker? —pregunto emocionada, ella sonríe.
—Así es, pero en el primer día te enseñaremos la base de la canción y solo haremos pruebas de sonido contigo. El segundo o tercer día vendrán ellos, os conoceréis y Andrew Taggart cantará contigo la parte conjunta —asiento con una sonrisa.
—De acuerdo.
—Bueno, pues... —Ellie abre uno de sus cajones y saca de él un papel.— Tienes que firmar este documento consintiendo que podamos empezar a preparar el vuelo, la estancia y el equipo que trabajará contigo. Siéntete libre de leerlo entero y con tranquilidad —me entrega el papel y un boli.
—Gracias.
—Dentro de unos días te avisaré para que vengas a firmar el contrato oficial donde aparece el porcentaje de dinero que ganarás, dependiendo de las ganancias de la propia canción —asiento y comienzo a leer cautelosamente que todo esté en orden.
Gracias a Justin siempre he sabido detectar los documentos que no parecen muy ilícitos, así que tras unos minutos me decido por firmar.
—Ya está —me dice Ellie, al cerrar el capuchón del bolígrafo. Se levanta y extiende su mano, yo la imito.— Oficialmente hemos comenzado el proyecto.
—Oficialmente hemos comenzado el proyecto —repito sonriendo y sacudiendo su mano.
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Ya sabéis... Si tenéis alguna pregunta, teoría u opinión, sois libres de compartirlo.
Os amo 3000 💙
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