Capítulo 69: No vas a conseguir más que esto

Poco a poco, abro los ojos. Veo como la tele está encendida y con el menú de una película de Star Wars.

¿Star Wars?

Yo no he visto Star Wars.

Pero entonces me doy cuenta de algo.

Me encuentro recostada sobre algo. Más bien alguien, concretamente sobre su pecho. Me giro para ver qué se trata de Harrison, quién me rodea la cintura con su brazo y está durmiendo.

Sin pensar, me incorporo rápidamente, despertando a Harrison. Él se despierta poco a poco mientras yo extiendo mi mano para coger mi móvil de la mesa.

Mierda...

Son la una y cuarto de la mañana.

-¿Has oído a Zendaya y a Justin venir en algún momento? -pregunto aun con la mirada en mi teléfono.

-No. Ni siquiera sabía que no estaban en tu casa.

-Mierda. Tengo que colgar la ropa de la lavadora -me digo a mi misma, llevándome una mano a la cara.

-Puedo ayudarte si quieres.

-¿No te duele el pie? -pregunto levantando una ceja. Harrison se quita el hielo del tobillo y se levanta lentamente.

-Me duele un poco, pero puedo soportarlo -suspiro.

-Está bien.

Voy abajo a sacar la ropa de la lavadora y la subo en el cesto. Cuando llego arriba, Harrison ya se encontraba en el jardín. Sin decir una palabra, los dos comenzamos a tender la ropa. Después de unos minutos ya hemos terminado con toda la ropa.

-Creo que ya debería irme. Pero si me dejas, prefiero salir por la puerta en vez de por el muro -suelto una risa y me quedo unos segundos mirándole.

-Vale. Te acompaño hasta la puerta.

Los dos andamos hacia el interior, Harrison coge su móvil y le acompaño hasta la entrada de la casa, Harrison sigue cojeando mucho.

-¿Estás seguro de que puedes irte con el pie así?

-Sí, sí, sí... Tranquila.

Llevo mi mano a la manilla de la puerta, pero cuando la muevo esta no se mueve.

-Justin y Zendaya han cerrado la puerta con llave antes de irse a dormir -digo girándome a verlo.

-¿Y las llaves?

-En mi habitación -me quedo pensando unos segundos.- Acompáñame arriba, tengo algo tuyo que darte.

-Vale.

Los dos subimos las escaleras de mi casa y llegamos al piso de arriba. Cuando entro en mi habitación, ni me molesto en encender la lámpara porque entra suficiente luz de la luna y de las farolas de fuera. Me giro para ver a Harrison entrar y me cruzo de brazos.

-¿Pero a ti no te dolía el pie cuando lo apoyabas? -digo con el ceño fruncido. Harrison abre los ojos sorprendidos.

-¿Y-yo?

-¿Me has engañado? -él aprieta sus labios.- Idiota -digo acercándome a golpearle en el brazo.

-Si no te hubiera dicho eso, no me habrías dejado entrar -me dice riendo.

-Pues no -digo intentando sonar molesta, pero me cuesta aguantar la risa.

Me acerco a mi armario y busco entre mi ropa doblada. De ahí saco la camiseta de Harrison que encontré hace unos días.

-Toma -digo entregando la camiseta.-Te la dejaste el último día que dormiste aquí -él coge la camiseta.

-Antes de tu accidente... -dice Hazza con una mueca.

Estoy a punto de decir "Antes de que Olivia te besara", pero me controlo y me limito a asentir con la cabeza mirando al suelo.

-¿Cómo fue? Cuando... Cuando te desmayaste -tomo aire profundamente y me siento en mi cama, mirando a mis manos.

-Pues... Fui a clase de Kyle, como todos los jueves. Cuando todos se fueron yo me quedé bailando sola. Ahí fue cuando comencé a tener problemas con la respiración y... Llegaste tú -digo levantando la mirada. Él me miraba apenado y con las cejas ligeramente fruncidas.

-¿Por qué no paraste? -Harrison se ha agachado hasta quedarse de rodillas enfrente de mí.

-No quería. Y tampoco me dí cuenta hasta que me fue imposible calmarme -nos quedamos los dos en silencio, yo mirándole y él en sus pensamientos mirando el suelo.- Me llevaste al hospital, ¿Cierto?

-Sí. Cuando te vi caer, fui rápidamente a intentar cogerte. Pero no llegué a tiempo y te diste un fuerte golpe en la cabeza -Harrison levanta la vista, mueve su mano hasta la altura de mi cara y aparta unos mechones de mi frente.- En parte, creo que fue por eso porque te quedaste inconsciente -Harrison deja su mano ahí. Su mirada es intensa y puedo ver que tiene culpa en ella.

-Gracias -susurro sin apartar la mirada, él frunce el ceño.

-¿Por qué? Fue todo mi culpa -niego con la cabeza.

-No fue tu culpa. Y si no hubieras estado ahí, nadie se habría dado cuenta de lo que me había pasado -sin darme cuenta, bajo la mirada a sus labios.- Así que... Gracias.

Levanto la mirada unos segundos y veo que él también se encuentra mirando mi boca entreabierta. Sin pensarlo más me acerco a él, con un poco de lentitud, hasta unir nuestros labios. Él me responde, es un beso suave y calmado, pero para mí estaba cargado de sentimiento.

Obviamente no sé qué es lo que va a pasar entre nosotros dos a partir de ahora. Ni siquiera sé bien lo que ha pasado estas últimas semanas. Pero sin lugar a duda, sé que lo amo y desearía eliminar la pesada voz de mi cabeza que piensa que es una mala idea estar con él.

Mientras continuamos besándonos, moviendo nuestros labios y nuestras lenguas, Harrison tenía su mano derecha en mi mejilla y su izquierda en mi costado derecho. Mis manos estaban apoyadas en su pecho y poco a poco comencé a arrugar su camiseta.

-Quédate -digo separándome un poco de él. Al verle en la semioscuridad, pude ver que tenía los labios ligeramente rojos e hinchados. Harrison bajo la mano que tenía en mi mejilla y la dejó apoyada en mi cama.

-Kat, no sé si...

-Quédate -susurro cortando su frase y subiendo mis manos hasta su mandíbula. Me quedó unos segundos mirándolo fijamente hasta que vuelvo a besarle.

Tardó unos segundos, pero él acabó respondiendo de nuevo. Esta vez nuestros besos eran más rápidos. Harrison comenzó a levantarse y yo me eché hacia atrás, apoyándome en mi cama.

-Vale. Me quedo a dormir -dice interrumpiendo el beso.- Pero solo a dormir -frunzo el ceño y giro mi cabeza a un lado.

-Pero...

-¿Acaso no tuviste suficiente con ayer? -Harrison me corta, impidiéndome continuar. Trago saliva, pensando en una respuesta. Tiene una sonrisa divertida en sus labios.

-¿Y tú? -pregunto mordiéndome el labio. Él suelta una risa por lo bajo.

-No me tientes... -mueve su mano derecha y vuelve a apartar un poco de pelo de mi frente.- Kat. Yo quiero volver a intentarlo. Y para eso quiero hacerlo con cuidado.

-Está bien -susurro levantando las cejas. Él suelta otra risa.

Se separa de mí, permitiéndome levantarme. Camino hacia la puerta de mi habitación, la cual habíamos dejado abierta, y la cierro con delicadeza.

Vuelvo hacia la cama y la abro, dejando las sábanas en los pies de la cama. Sin previo aviso, Harrison se quita su camiseta.

-¿Quieres dormir sin camiseta? -le pregunto con la ceja levantada.

-Sí, hace calor.

-Pero me estás tentando demasiado... -digo mirando sus abdominales, sin cortarme un pelo.

-Tú llevas tentándome todo el rato con ese pijama.

-¿A sí? -pregunto acercándome lentamente hasta él. Pongo mis brazos alrededor de su cuello y junto nuestros labios en un beso lento. Él envuelve mi cintura con sus brazos.

-Creo que no vas a conseguir más que esto -dice separándose con una sonrisa triunfante.

-Creo que podré conformarme -vuelvo a besarle, intentando provocarle. Pero parece que no va a funcionar.

Los dos nos tumbamos en mi cama. Él está detrás de mí, rodeando mi cintura con su brazo izquierdo. Estamos en forma de cucharita.

Una vez los dos estamos colocados, me giro para verle a la cara. Le doy un beso corto y me separo, mirándolo por unos segundos.

-Te quiero -una gran sonrisa se dibuja en sus labios.

-Yo también te quiero -él se acerca a besarme y me giro para volver a la posición en la que estábamos para dormirme.

*****

Estaba durmiendo tranquilamente, cuando el sonido de un teléfono móvil empezó a sonar. Como no se trata de mi tono de llamada, decido ignorarlo y concentrarme en volver a dormir. Pero el brazo que se encontraba en mi cintura se mueve, dejándome una extraña sensación de frío. El sonido del móvil deja de sonar.

-¿Diga? -oigo decir a Harrison con una voz ronca y dormida.

Me giro con los ojos cerrados, muevo mi cuerpo para acercarme más a él y apoyar mi cabeza en su pecho. Rodeo su cuerpo con mis brazos, abrazándolo, y no puedo evitar sonreír al notar sus abdominales. Él coloca su mano libre en mi espalda, abrazándome.

-¿Qué? Sí... -aunque esté intentando quedarme otra vez dormida, oigo involuntariamente la voz de una chica al otro lado de la llamada.- Mierda... Lo había olvidado.

Harrison se incorpora rápidamente, dejando caer mi cabeza a la colcha. Entreabro los ojos molesta y veo que ya se encuentra de pie, colocándose las zapatillas, sosteniendo su teléfono con el hombro. Me incorporo y me quedo sentada mirándole.

-Que sí, que sí, que ya voy... Te dejo. En un cuarto de hora estaré allí -cuelga la llamada y se mete su teléfono en el pantalón.

-¿Te vas a ir? -pregunto con el ceño fruncido.

-Sí. Había olvidado que hoy por la mañana tenía algo que hacer -termina de colocarse la otra zapatilla.

-¿Así que va a pasar igual que ayer? -susurro molesta.

-Hoy no te voy a echar de tu propia casa -dice sonriendo a forma de broma, pero yo no me río y me quedo seria. Su sonrisa se esfuma al verme y se acerca a sentarse en la cama, justo enfrente de mi.- Lo siento. Pero tengo que irme.

Yo asiento sin decir nada con una expresión neutra. Se acerca a besarme y sale de la habitación con sus dos camisetas de la mano.

__________

¿Cómo creéis que está ahora mismo la relación entre Kat y Hazza?

Ya sabéis... Si tenéis alguna pregunta, teoría u opinión, sois libres de compartirlo.

Os quiero 3000 💙

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top