Capítulo 54: Sin sentido
— Esto, yo... —digo quitando la mano del pomo rápidamente.
— Creo que usted no tiene permiso para entrar en la habitación —dice la enfermera señalando la puerta.
— Perdone, señora —Justin se acerca para hablar con ella.— Sé que usted y el doctor dijeron que nadie podía pasar a la habitación de mi hermana, además de mi familia y nuestra amiga. Pero...
— Si esas reglas existen, es por una razón. Tu hermana debe estar en ambiente calmado y sus amigos no pueden pasar así como así. Esto no es un bar, es un hospital.
— Lo sé pero... —continúa hablando Justin. Pero yo le toco el brazo para que pare.
— Justin. Déjame a mi... —dirijo mi mirada a la mujer, ella se cruza de brazos.— Perdone pero... Katherine es mi novia y... Yo fui quién la trajo aquí al hospital. Dentro de unas horas debo irme por un viaje de trabajo y temo que la última imagen que tenga de ella, durante estas semanas, sea de como la alejaban de mí en una camilla, comprobando su respiración y pulso —suspiro.— Solo quiero estar cerca de ella unos minutos...
La enfermera me mira analizando mis palabras con una expresión impasible. Y después de unos segundos suspira y relaja su rostro.
— De acuerdo... Pero solo puede pasar usted —la enfermera mira a Justin.— Si el doctor o un auxiliar de enfermería pasa a la habitación dirá que usted es el hermano. ¿Está bien? —sonrío ampliamente.
— Muchísimas gracias —Justin me sonríe.
— Aunque no sé si prefiere recordarla cuando se la llevaban en la camilla inconsciente o en el estado que se encuentra actualmente —frunzo el ceño ante sus palabras y miro a Justin. Este ya no sonríe sino que mira al suelo apretando sus labios.
— Creo que me arriesgare... —la enfermera asiente.
Vuelvo a girarme en dirección a la puerta de la habitación. Con la mano un poco temblorosa, giro el pomo y abro la puerta con miedo. No sé cómo me voy a encontrar a Kat.
Ando hacia el interior y cierro la puerta tras de mí. Al verla noto como mi corazón se encoje. Katherine se encuentra en la típica cama de hospital sentada pero con el respaldo muy reclinado. Sus ojos están cerrados, tiene puesta una mascarilla para el oxígeno y su rostro se ve muy pálido, en comparación a la normalidad. Tiene puesta ropa de hospital y también tiene unas vías intravenosas en el ante brazo.
Noto como mis ojos vuelven a ponerse húmedos. Me acerco a ella lentamente y me dejo caer en el asiento que está al lado de su cama. También se pude ver en la pantalla su pulso constante.
Junto mis manos delante de mi cara. No me imaginaba para nada encontrármela en este estado. Creo que mi subconsciente esperaba verla sentada, despierta y esperando a que yo entrara a verla. Soy un tonto...
Mis lágrimas ya caen por mis mejillas. Tapo mi cara con las manos para intentar calmarme, pero me es imposible.
Todo esto es mi culpa... Justin está equivocado. Si hubiera ido a hablar con Kat no hubiera pasado esto. Kat no estaría conectada a esos chismes y no hubiera dejado de respirar durante tanto tiempo.
Apoyo mis brazos en mis rodillas y bajo mi mirada a mis manos. Juego nervioso con mis dedos hasta que veo mi muñeca.
Sonrío triste cuando veo, de nuevo, el brazalete de Kat. Me lo quito y miro el mensaje de dentro mientras me paso la mano por la nariz.
"Mi salvador"
Suelto una risa. Es posible que Kat tenga razón... Aunque fue mi culpa que ella se desmayara, sino hubiera ido buscarla... No quiero pensar en que podría haber pasado...
Levanto la mirada y vuelvo a ver su rostro, que, a pesar de todo, me sigue pareciendo hermoso. Estiro mi brazo y entrelazo mis dedos con los suyos.
— Lo siento, Katty... Lo siento... —susurro con la voz entrecortada por mi llanto.
*Flashback*
Narra Kat
Tras casi tres horas de trabajar en la cafetería, al fin estoy de camino a casa.
Espero que Justin, Daya y Chloe no hayan avanzado muchos capítulos sin mí. Aunque estoy segura que tendré que vérmelos yo sola en otro momento. O con Justin...
También espero que la próxima vez que Chloe me vea no intente matarme por dejarla sola con Justin y Daya. Obviamente se lleva muy bien con los dos, pero creo que a nadie le gusta ser la tercera rueda de una bicicleta.
Por suerte, cuando Justin, Daya y yo estábamos juntos funcionábamos más como un triciclo.
No puedo evitar reír por lo bajo con mis pensamientos.
Voy caminando tranquilamente por las calles. Hace frío pero mi abrigo cumple perfectamente su función y solo tengo frío en la cara.
Entonces, de pronto y sin pensarlo, dirijo mi mirada a unos soportales por los que siempre paso cuando vuelvo del trabajo. Un chico y una chica se están besando fogosamente mientras que la chica está apoyada en la pared. Iba a apartar la mirada, avergonzada por haberme quedado mirándoles tanto tiempo, pero mis ojos se quedaron clavados en el rostro del chico.
Me paro en seco cuando veo que el chico es Claudio.
Sí, es él. No hay duda. Reconozco perfectamente su cara, su pelo, su complexión y su ropa.
Noto un nudo en la garganta y las lágrimas en mis ojos.
¿Qué? ¿Por qué Claudio está...?
No. No puede estar pasando... Pero está claro que es él.
Inconscientemente continuo mi camino como si nada hubiera pasado, pero llorando como una magdalena. Noto como el frío no ayuda, y mis mocos se caen por mi nariz. Intento absorberlos pero es complicado porque me cuesta respirar por mis sollozos.
*****
Minutos más tarde llego a mi edificio. Con los ojos nublados y aun llorando cojo mis llaves del bolso. Con dificultad consigo meter la llave del portal en la cerradura.
Entro y me dirijo al ascensor para entrar en él y luego pulsar el botón de mi piso. Miro hacia mi derecha y veo mi horrible aspecto. Tengo los ojos y la nariz rojos como si fuera Rudolf y me hubiera drogado. Pero no prestó atención a mi apariencia más de cinco segundos.
Cuando el ascensor llega salgo escopetada hacia mi piso. Voy mirando al suelo, sin pensar en absolutamente nada.
Pero cuando levanto la vista mis piernas dejan de caminar.
No, no, no...
Mi respiración empieza a acelerarse.
Harrison está delante de mi piso y no se encuentra solo. Esta con Olivia y se besan con gran intensidad.
No tiene sentido. Nada tiene sentido. Mi cabeza empieza a experimentar pequeños pinchazos.
Mi respiración y mi pulso están acelerados. Voy caminando hacia atrás lentamente, sin dejar de mirarles.
Dejan de besarse y se quedan juntando sus frentes.
Harrison abre los ojos y me ve de reojo. Se gira soltando a Olivia.
— Katherine... —se acerca lentamente a mí.
— ¿Qué es esto? ¿Qué es todo esto? —le pregunto intentando controlar la respiración.
— No es lo que crees.
— No, no, no... —digo negando con la cabeza. No entiendo lo que pasa...
Harrison se adelanta rápidamente y me coge de las manos.
— Lo siento, Katty... Lo siento.
Estoy confusa. Muy confusa.
¿Pero qué pasa? ¿Harrison y Claudio?
Mi cabeza me duele. Y mis lágrimas caen por mi cuello...
Cierro los ojos y mis piernas se doblan, haciéndome caer de rodillas. Harrison se pone de rodillas al igual que yo.
— ¿Katherine?
Entonces, por fin, abro los ojos.
__________
...
Mmm... ¿algo que comentar?
¿Confuso?
Ya... bueno. Digamos que esto es lo que ha estado soñando Kat mientras está inconsciente...
¿O debería decir "estaba"?
Venga, ahora os dejo con la intriga. 🥴🤗
Os quiero 3000 ❤
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