Capítulo 23: Tarde de película (parte 2)


Narra Kat

Tras una media hora de viaje por culpa del tráfico llegamos a la casa de Haz. Él me ha dado la misma ropa que utilice cuando me quede a dormir para dejar a secar un poco mi ropa que está totalmente empapada. Salgo del baño y me dirijo a la cocina donde Haz tiene ya el té listo. El extiende su brazo y me entrega mi té.

- Gracias- digo sonriendo por la linda sensación de calor de la taza en mis manos.

- Es lo menos que puedo hacer. Siento que tuvieras que estar por tanto tiempo bajo la lluvia.

- No pasa nada. Es normal. Te estaban rodeando como si fueras carne fresca para zombies- él ríe.

- Hiciste muy bien haciéndote pasar por ellas.

- ¿Ahora me vas a decir que también tengo talento para la actuación?- digo riendo.

- Lo has dicho tu no yo- rió mientras bebo del delicioso té- Kat, ahora te lo digo en serio, ¿nunca has pensado en dedicarte a eso?

- Si, bueno. Pero... siempre lo he visto imposible, inalcanzable...

- ¿Q-qué? ¿Por qué?

- Yo es que... no sé. Toda mi vida he visto el éxito de Daya y... No creo poder llegar a ser igual de buena... Siempre he sido la mejor amiga de x. Nunca he sido x...

- Kat. Te entiendo, perfectamente la verdad. La gente no me conoce por lo que soy. Me conoce por ser el mejor amigo del niño de Lo Imposible, de Spider-man, de Tom Holland...- entonces me di cuenta. A Haz le pasaba lo mismo que a mí.

- Yo no lo había pensado...

- Mira Kat. No deberías dejar que el miedo al fracaso te impida intentar lo quieres. Si fallas en algo debes levantarte y volver a intentarlo, no dejar que te gane. Además siempre te van apoyar tus padres, Tom, Justin, Zendaya y... yo- levante la vista a Harrison. Me acerque a él en silencio. Su profunda mirada estaba clavada en mí. Pase mis manos a su nuca.

- Gracias- los dos unimos nuestros labios.

Nuestros labios se mueven a la par y siento como un escalofrió recorre toda mi columna. Pero este sentimiento no es malo, todo lo contrario me llena totalmente. Puede que Harrison y yo tengamos problemas a la hora de tener libertad en nuestra relación, pues ninguno de nuestros amigos pueden saberlo. Pero cuando estamos los dos solos es diferente. Tenemos total libertad y es increíble. Nuestro beso cada vez va más rápido, con más intensidad.

- ¿Y si... vamos a tu habitación?- digo recuperando el aire, noto como mi cara esta roja como un tomate.

- Claro- dice él con una gran sonrisa en su rostro.

Cuando llegamos rápidamente nuestros rostros vuelven a unirse con la misma intensidad. Yo tengo las manos en su pecho y él me agarra de la cintura. Mis manos bajan lentamente notando sus marcados músculos hasta el borde de su camiseta. Yo la levanto y con su ayuda consigo quitársela, dejando al descubierto el esculpido abdomen de Harrison. No puedo evitar morderme un labio. Harrison sonríe y vuelve a unir nuestros labios. Mis manos están apoyadas en los abdominales de Haz provocándome querer más de él. Siento un gran cosquilleo en todo mi cuerpo, particularmente en mis ingles. 

Haz tiene su mano derecha en mi mejilla haciendo que nuestro beso sea aún más profundo. Entonces, sin darme cuenta, acabo pegada a la pared. Haz baja sus labios besando mi mandíbula delicadamente hasta llegar a mi cuello. En este Harrison no para de darme besos y morderme. No puedo evitar soltar varios suspiros, me estaba volviendo loca. Harrison vuelve a poner la atención en mis labios. Me separo de él y me quito su camiseta, quedando solo en mi sujetador. Harrison me mira con un brillo en los ojos que expresa deseo. Yo vuelvo a acercarme a él, pero esta vez él me levanta y me coge por las piernas de forma que estas acaban rodeando su cintura. Haz me llevaba hasta la cama y en ella los dos caemos, él encima de mí. 

Mientras nos besamos mis manos no pueden evitar acariciar cada centímetro de su cuerpo. Su abdomen, su pecho, sus hombros, sus brazos musculados hasta llegar a sus manos que se entrelazan con las mías. Como él está arriba tiene mayor control así que con un movimiento rápido decido cambiar eso. Yo le miro pícaramente mordiéndome el labio mientras él está tumbado y le acaricio el pecho. Él me mira desesperado para que nuestros labios vuelvan a unirse pero yo solo me limito a provocarlo. Me acerco lentamente para volver a besarlo cuando oímos el ruido de la puerta principal cerrarse.

- Harrison, ya llegue- ¡era la voz de Tom desde el salón! Harrison y yo nos miramos con los ojos como platos. ¡¿Qué c*** hacia Tom aquí?!

- ¿Qué hace aquí?- digo en un susurro levantándome.

- No lo sé. Corre escóndete en el baño- Harrison se levantó rápidamente de su cama y volvió a ponerse la camiseta. Yo asentí y me dirigí al baño no sin antes coger la camiseta que Harrison me había lanzado. Cierro la puerta y suelto un suspiro mientras me encuentro apoyada en la puerta. Espero que no haya ninguna prueba de mi presencia en casa de Harrison. Mi ropa aún un poco húmeda está aquí en el baño y... espera ¡mi teléfono se encuentra en el salón!

Narra Harrison

- Ey, tío. ¿Q-qué haces aquí?- digo nervioso entrando en el salón.

- Necesitaba desconectar un poco de mi familia y de las grabaciones. Sabes que amo pasar tiempo con mi familia pero estos dos últimos días, el poco tiempo que he pasado con mis padres, no han parado de decirme que tenga muchísimo cuidado con los gemelos en el viaje. Y que son mi responsabilidad- Tom se sienta en uno de los taburetes que se encuentran al lado de la encimera.

- ¿No son los gemelos mayores ya? Tienen 17 años.

- Lo sé pero ya sabes cómo son mis padres.

- Bueno, podrías haberme avisado antes de venir.

- Te he avisado, por mensaje. Varias veces. ¿No los has visto?

- N-no. Tenía el teléfono aquí y estaba durmiendo en mi cama antes de que tú vinieras.

- Pero sin son las 10 de la noche.

- ¿Q-que, en serio? Me he quedado dormido.

- Por cierto. ¿Por qué tienes dos tazas de té casi completas?

- E-em esta mañana he salido de casa muy rápido porque llegaba tarde y no la he terminado. Luego, cuando he vuelto a casa me he preparado otra sin recordar que ya estaba la otra.

- Aaam.

- Bueno, ¿y qué tal con tus padres?

- Bien, están muy emocionados por el hecho de que estemos los dos aquí en LA. Aunque nos echan de menos. Paddy dice...- estaba escuchando a Tom cuando mi vista se topó con el celular característico de Kat que tenía una funda rosa palo bastante reconocible. Desafortunadamente se encontraba justo en el taburete que nos separaba a Tom y a mí. Era imposible cogerlo sin que se diera cuenta- ...pero Kat les agrado...- en cuanto oí su nombre volví a hacer caso a mi amigo.

- ¿Q-que dijiste?

- ¿Acaso me escuchas? Harrison, estas actuando muy raro. ¿Te encuentras bien?- mi amigo apoyo su mano en mi hombro.

- S-si, Holland. Es solo que...- mierda Harrison rápido piensa en algo- Puede que lo vuelva a intentar con Olivia- ¡Harrison acaso eres idiota! ¿No se te ocurría una excusa peor?

- Wow, eso es... impresionante. ¿En serio?

- Bueno, no es que lo tenga muy claro. Por qué no estoy seguro de que pueda funcionar y...- Harrison se te acaban las ideas.

- En todo caso me alegro por ti. Siempre he pensado que hacíais buena pareja- yo le dedique la mejor sonrisa que pude esbozar- Bueno, ¿Qué te parece si vamos a cenar por ahí?

- Esto yo...

- Oh, venga Harrison. Por favor- Tom puso las manos en modo suplica, yo bufe.

- Está bien.

- ¡Sí!- entonces me acorde de Kat.

- Pero quiero ir con mi coche. Mmm... busca las llaves por la mesilla al lado del sofá, deben de estar por ahí. Yo mientras voy a cambiarme de camiseta.

- De acuerdo- Tom se levantó y fue al sofá. Al momento cogí el teléfono de Kat y me dirigí a mi habitación. Abrí la puerta del baño donde se encontraba Kat, ella pego un saltito.

- Me has dado un susto de muer...- yo lleve mi dedo a sus labios para callarla mientras que hacía lo mismo con mi otra mano en los míos.

- Tom sigue en la casa- digo susurrando.

- ¿Qué?- dice en un susurro casi inaudible- ¿Qué hace aquí? ¿No se supone que estaba en las reuniones con Kevin?

- Sí, pero dice que tenía que desconectar o algo así. Mira ahora nos vamos a ir a cenar los dos. Cuando oigas la puerta podrás salir del baño.

- Está bien... ¡Harrison! Mi móvil esta...- extendí mi mano y se lo entregue, ella sonrió.

- Gracias- puso su mano en mi nuca y me beso con delicadeza. La sensación de sus labios con los míos me hechizaban e ignoraba todo al mí alrededor. Ella se iba a separar pero yo agarre su cintura para que no nos separásemos. Pero segundos más tarde ella me empujo suavemente- Debes ir...- yo gruñí.

- Tienes razón...- le di un último corto beso y salí del baño. Cogí una camiseta limpia y las llaves del coche, que desde un principio sabía que se encontraban en mi habitación, y fui salón con mi mejor amigo.

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