Capítulo 1: El encuentro


Hola, mi nombre es Katherine Black Martin. Pero todos me llaman Kat. Tengo 20 años y soy de Oakland, California. Mi padre es Richard Black y mi madre es Laura Martin. 

Mi padre es originario de Inglaterra mientras que mi madre proviene de España. Eso me convierte a mí y a mi hermano Justin en estadounidenses medio británicos medio españoles. Menuda combinación. 

Mi hermano Justin es tres años mayor que yo. Justin y yo además de ser hermanos somos mejores amigos. Aunque suene increíble siempre hemos sido súper cercanos. Alguna vez nos han llegado a preguntar si éramos gemelos.

— ¿Kat? ¿Me estas escuchando? —escuché decir a Justin. Él y yo siempre hablamos en español entre nosotros para no perder el idioma.

— ¿Q-qué? Sí, claro. Por supuesto que te estaba escuchando —dije mirando a Justin conduciendo. Este aparto la mirada de la carretera para mirarme de forma recriminatoria. — Okey, okey. Es posible que no estuviera cien por cien metida en la conversación. ¿De qué me estabas hablando?

— Pues te estaba preguntando si tenías planes para este viernes —dijo Justin volviendo a posar su mirada en la carretera.

— Nop. ¿Por qué lo preguntas? —Justin se giró a mí con los ojos como platos.

— ¿No recuerdas lo que ocurre el viernes?

— Eeem. No.

— Kat, no sé qué voy a hacer contigo —dijo mi hermano mientras que hacia un face palm con el que estoy segura que se hizo daño. — ¡Este viernes se estrena Civil War!

— E-espera. ¿¡Qué!? Dios mío es verdad. ¿¡Cómo se me ha podido olvidar!?

Mi hermano y yo siempre hemos sido unos amantes del cine y más aún si hablábamos de cine de superhéroes más concretamente Marvel. Desde muy pequeños Justin y yo hemos sido unos frikis de Marvel. 

Siempre nos disfrazábamos, él de Spiderman y yo de Gwen Stacy (Spider Gwen). Mi madre no es muy fan de las películas la verdad pero mi padre sí. En realidad, es fan incluso de los comics. Él fue el que nos mostró ese maravilloso universo ficticio en el que puedes adentrarte para evadirte de la realidad. 

Por eso esta nueva película era muy importante ya que Spider-Man iba a juntarse por primera vez con los vengadores en la pantalla grande.

— ¿Y bien puedes venir? ¿O vas a tener que estar todo el tiempo con Daya?

Otra de las personas más importantes de mi vida. Zendaya. Además de ser una actriz famosa sobre todo por ser una chica Disney, Zendaya es mi mejor amiga. Mi familia y su familia han sido amigos desde que nosotras nacimos. Sus padres y mis padres están siempre juntos y no paran de salir por ahí o incluso irse de vacaciones. Básicamente es como una hermana para mí y yo para ella ya que es hija única.

Nota de la autora:

En esta historia Zendaya es hija única y sus padres no están divorciados.

Aunque cuando era más pequeña siempre la extrañaba ya que ella siempre estaba audicionando o grabando una nueva serie para la compañía. Pero Just siempre estaba ahí para acompañarme y no dejarme sola. 

A mí también me apasiona la idea de ser parte del mundo de la actuación. Debido a eso Z y yo fuimos a la misma escuela. Pero ella dio el salto al estrellato mientras que yo me quede siendo solo su mejor amiga. 

Hace un tiempo, al acabar con mis estudios, Z me propuso convertirme en su asistente personal. En realidad sus verdaderas intenciones son pasar el mayor tiempo juntas ya que su trabajo lo dificulta. Yo seguía pensando en su propuesta. Y ella vendría el viernes a visitar a sus padres y así aprovecharíamos para pasar tiempo juntas.

— ¿Daya podría acompañarnos al cine?

— ¿Q-qué? Claro. ¿Acaso no es parte de la familia?

— Okey, se lo diré hoy en la videollamada.

*****

Justin aparcó en frente de nuestro portal, bajamos del coche y acto seguido nos subimos en el ascensor para llegar a nuestro apartamento. 

Justin y yo alquilamos este apartamento hace unos meses para poder independizarnos de nuestros padres. No estamos muy lejos de su casa en verdad y solemos ir a comer con ellos allí los sábados. 

Algunas semanas suelen unirse los padres de Daya. Este sábado obviamente íbamos a continuar con la tradición pero la diferencia es que esta semana Zendaya estará.

Cuando llegue a nuestro piso me fui directa a mi habitación para cambiarme. Hoy tenía que ir a trabajar. 

Era camarera en una cafetería cerca del piso. Aunque no me gustaba mi trabajo debía trabajar para que Just y yo tuviéramos el dinero suficiente para pagar el alquiler del piso y demás necesidades.

— ¿Quieres que te lleve al trabajo? —me propuso Just en cuanto me vio con mi uniforme.

— No. Creo que prefiero ir andando.

— Okey. Pero puedo recogerte. Sabes que no me gusta que estés sola en la ciudad tan tarde.

— Está bien pero solo porque tú me lo pides —dije mientras agarraba mi bolso para salir. Le di un beso en la mejilla y me despedí. — Adiós, te quiero.

— Adiós, yo igual. Y mándame un mensaje cuando salgas.

Llegue a la cafetería y me puse mi delantal. Saludé a Stuart, mi jefe, y empecé a tomar nota a los clientes.

*****

Ya eran las nueve en punto y me tocaba cerrar a mí la cafetería. Me quite el delantal y lo deje en mi casillero. Agarre mi móvil y le escribí un mensaje a Justin.

*Mensaje*

— Ya voy a salir. 

— Ok. He ido a comprar unas pizzas en cuanto pague salgo a por ti.

— Va. Yo te espero en la puerta.

— Puede que tarde bastante. Hay una señora mayor delante de mi. Y hay bastante trafico en la ciudad. Fácil me lleve quince minutos.

— ¿Qué hago me voy andando?

— De ninguna manera tú quédate ahí.

*Fin del mensaje*

Cogí las llaves de la cafetería y me dispuse a cerrar la puerta. Cuando salí, cerré y cuando me di la vuelta me encontré de frente con una silueta de hombre.

— ¡Ahhh! —grite del susto. — ¡Justin que susto me has dado!

— Hola, Kat —esa voz no era la de Just. Un segundo después la reconocí. No podía ser. Era la voz de Claudio, mi ex. 

Claudio fue mi novio durante más de un año. Él era posesivo y controlador. La gente de mi entorno siempre me decía que no era buena persona. Pero yo estaba ciega y no pensaba que sus actos fueran malos apropósito. Pero después de tener una fuerte discusión con él, le dije que debíamos terminar.  Claudio enfureció y no paraba de gritarme. Pero, afortunadamente, Just llego y empezaron a pelear. Desde ese día, hace seis meses, no le había vuelto a ver. Al recordar todo lo sucedido empecé a temblar como una hoja.

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