Capítulo Tres
Incapacidad de mostrar los sentimientos del corazón por medio de palabras.
La primera semana de clases se fue demasiado rápido para mi gusto, era viernes y como tal, a primera hora del día se entregaron los papeles de la especialidad elegida. Blue había elegido la especialidad de fotografía, la cuál se ajustaba para su sueño de grabar algún día una película exitosa. Yo elegí letras, deseaba poder praticar mucho mas mi redacción —la cual era un completo asco— y poder seguir de cerca mi visión de ayudar a otros escritores.
Respecto a Mateo, nuestro contacto se esfumó, después de dos días donde intercambiamos intensas miradas y unas cuantas palabras, nuestras vidas regresaron a la normalidad. Nos veíamos en el autobús, pero nada más a eso.
Blue llevaba sus audífonos con todo el volumen en medio del transitado pasillo, íbamos a la cafetería en busca de algo para desayunar. Sus audífonos daban la impresión de querer explotar en cualquier momento, así que me inclino y le quito uno de ellos escuchando su música latina.
—Vas a quedar sorda. —la reprendo, enviandole una mirada severa.
—Si planeo quedarme sorda, que sea con Mala Fama de Danna Paola. —infla su pecho orgullosa y me quita rápidamente el audífono para regresar a su mundo.
Puedo ver como sus caderas se mueven al compás de la música y como gira sin importarle las miradas de burla de los otros. Amaba su personalidad, sin miedo a expresar cuando algo le gustaba, sin miedo a mostrar quién era realmente.
Llegar a la cafetería no fue un verdadero problema, el camino se formaba por los divertidos pasos de mi mejor amiga escuchando su música movida. Ambas nos acercamos a la cola ansiosas por beber un buen café, comer algún postre e ir a las clases siguientes.
La profesora de letras me saluda con una amplia sonrisa al lado de la máquina del café, le devuelvo el saludo solicitando un café grande con leche. Ella era muy tierna, tendría aproximadamente unos 70 años, su piel blanca con arrugas, su rostro arrugadito con un poco de maquillaje le daban un aspecto tierno, su corte de cabello pixie le quedaba de maravilla y ni hablar de sus largas falas y blusas que iban acorde a su edad. Todo en ella me provocaban esas intensas ganas de abrazarla.
—¿Cómo se encuentra? —le pregunto tomando la taza que me entrega con el café.
—Realmente feliz, he logrado encontrar una solución a tu problema. —me hago a un lado para que los demás estudiantes puedan tomar su café.
—¿En serio? Siento con un peso menos sobre los hombros.
—Sí, debo de estudiar si la persona puede cumplir un buen papel como tutor y si desea tomar el puesto, pero fuera de ese inconveniente, será un gran apoyo para ti. —aplaude emocionada, acentuando las arrugas en su rostro.
—Muchísimas gracias, de verdad.
Blue toma mi brazo arrastrandome a una mesa solitaria, era una batalla por conseguir la dichosa mesa antes que otro grupo, muevo mi mano como despedida a la profesora y me dejo arrastrar por mi mejor amiga. Dejo mi mochila en una de las sillas y me siento en la otra, Blue toma el asiento frente al mío.
Sus ojos me miran directamente, bebo del café tranquila, ignorando por completo su extraña actitud, pero la miro horrorizada cuando saca de pronto su móvil y escucho el sonido de que ha tomado una fotografía.
—¿Qué haces? —indago escandalizada.
Solo se había inclinado a mi derecha y tomado la fotografía, como toda una profesional.
—Este outfit debe de quedar en la historia amiga. —señala mirando la foto, pareciera que la hace zoom para admirar cada detalle.
—¿De qué hablas? —pregunto de regreso.
Ella es rápida en mostrarme la dichosa fotografía y mi respiración se contiene por segundos. Oh por Dios, no podía creerlo. Sus dedos se posan sobre mi barbilla cerrando mi boca ligeramente y mis mejillas se sonrojan con fuerza al caer en cuanta sobre la reacción que tuve con la foto.
—¿Cómo puedes fingir que él no existe? —musita molesta, tomando de regreso su móvil.
Mis ojos permanecen abiertos, no puedo salir de mi estado de sorpresa. La foto era de Mateo, vistiendo una chaqueta de mezclilla, camisa blanca debajo de esta y su cabello con rulos desordenado. Era simplemente él, sentado unas mesas lejos mirando por la ventana, el sol que daba en su piel le daba el efecto perfecto a la fotografía para resultar sus facciones y sus oscuros ojos. Era una imagen imposible de borrar de mi mente, permanecía viva y clara.
Mi móvil resuena dentro del bosillo de mi jean, lo tomo dejando de lado el café y veo que es un mensaje de Blue, lo tomo ingresando a WhastApp, encontrandome con la foto de Mateo.
—Te obligo a tenerla de fondo de pantalla. —sentencia, mirándome fijamente.
—¿Estás loca? No lo pondre. —bloqueo el móvil y lo regreso a mi bolsillo.
—Bien, pero debes de admitir que ese chico es muy guapo. —me señala con su dedo amenazante, poso mi barbilla sobre mi mano, mirándola detenidamente.
—Sí, no esta mal.
—¿Qué no esta mal? Todo en él esta bien Veronica. —suelto una fuerte carcajada al escuchar su molestia—. Mira a los simples mortales que nos rodean, es obvio que él es el mejor en todo el instituto.
Asiento de acuerdo, los chicos del equipo de Lacrosse no estaban nada mal, pero se emparejan automáticamente con las porritas, por lo tanto, debíamos de conformarnos con las personas que quedaban. No habían rostros ni lindos ni feos, simplemente no me llamaban la atención y Mateo... bueno, él si captaba mi atención, pero me había prometido alejarme.
El timbre resuena acabando con el discurso de Blue admirando el estilo y belleza de Mateo. Sería un día largo repleto de nueva materia.
(...)
Dejo caer mi mochila en la sala de estar, la casa estaba vacía, mis padres se encontraban en la cafetería, Tyler estaba en su departamento con su novia Tina y bebé.
Me acerco al equipo de música, lo enciendo seleccionando la opción del Bluetooth, lo conecto a mi móvil y elijo Daechwita de Agust D. Paso a mi galería mirando que fotos borrar que enviasen en el grupo de familia y la misma Blue que rellena mi galería con sus memes.
Mi dedo pica la foto de Mateo, pienso en mirar como se vería de fondo, voy a la opción y observo el resultado.
—Nada mal.
Presiono la opción de aceptar y me entretengo mirando lo bien que luce como fondo de pantalla. Nadie sabría de este pequeño secreto si lo ocultaba debidamente. En el proceso de admiración a la foto de Mateo, escucho la notificación de un nuevo relato de Winter, presiono el aviso y espero a que cargue el nuevo trozo de arte que regala esta persona.
...
En la soledad de mis pensamientos, en ocasiones tu rostro viene a mi mente.
Tan hermosa, tan tierna y tan delicada, ¿quién pensaría que alguien con esas características sería capaz de hacer tanto daño?
No importa el pasado, importa el presente, donde ambos somos felices, sonriendonos mutuamente.
...
Chillo como toda una fangirl al terminar y presiono con velocidad el corazón a la espera de poder transformar ese amor en apoyo monetario a Winter por el arte que regala con sus relatos. Esperaba que mostrase su rostro en algún futuro, deseaba darle las gracias en persona por todo lo que escribe y transmite.
Dejo el móvil de lado, subo el volumen de la música a todo lo que me es posible y canto con palabras inexistentes a esta gran obra de arte.
(...)
La primera clase de letras tarda en llegar, estas se imparten los viernes por la tarde, siendo las últimas en mi horario. Estaba emocionada por conocer a los compañeros de ese curso, conocer las actividades que realizaría la profesora y la oportunidad que encontro para ayudarme con mi problema de redacción.
Ingreso encontrandome con rostros conocidos del último año y en el fondo visualizo a Mateo, inmerso en su mundo con los audífonos y recostado en el escritorio con los ojos cerrados. Me siento en el otro extremo de la sala, en los primeros asientos con tal de evitar cualquier contacto con él. El timbre suena y la profesora ingresa con una amplia sonrisa mirando al curso, eran pocos en comparación a otras especialidades, pero ella se mostraba entusiasta.
—Bienvenidos a su primera clase de letras. Soy su profesora Ofelia Mendes, es un placer tenerlos a todos en esta clase y realmente deseo que nos llevemos de maravilla. —saluda desde su escritorio, pronto se levanta y se coloca en el centro del salón—. Les explicaré un poco sobre que haremos en las próximas clases, los objetivos que espero cumplir y el concurso que se realiza a nivel del país para destacar.
》—Como sabrán, acá se fortalecera su habilidad al redactar cualquier tipo de documento, desde el mas pequeño hasta el mas extenso, a analizar la profundidad que expresa el escritor al redactar su historia, los mensajes que se pueden llegar a transmitir con palabras bonitas, cuando se puede estar transmitiendo un mensaje distinto. —toma una gran bocada de aire, realmente disfrutaba del hablar sobre este tipo de cosas, se notaba en el brillo de sus ojos—. Con respecto al concurso, cada año se realiza un concurso que tiene cuatro fases, estas son: institucional, cantonal, regional y nacional. El fin de este tipo de actividades es premiar el talento que todos poseemos y encontrar posibilidades en el proceso.
》—Mi objetivo principal como su profesora es ayudarles a mejorar sus habilidades en aquellos aspectos que esten fallando o les falte esa última pincelada especial para pulir sus trabajos. Tendrán mi apoyo incondicional en todo este proceso y contarán conmigo en el momento que me necesiten, no deben de sentir vergüenza. —aplaude animada y se acerca su escritorio donde hay un par de hojas apiladas—. He escuchado del caso de dos compañeros que tienen algunos problemas para continuar con la especialidad debidamente, por ello me tomaré el atrevimiento de pedirle el apoyo a dos estudiantes para que tomen el papel de sus tutores.
Camina entre los asientos, dejando una hoja rayada sobre el escritorio de cada estudiante, la miro sin entender que pretendía hacer la profesora con esto.
—Medire su desenvolvimiento en la clase con un pequeño cuento, los dos propietarios de los cuentos que mas me impacten tomaron el papel de tutores de las dos personas que solicitaron ayuda. Aunque quiero aclarar que los dos tutores ya fueron estudiados por mí y esta actividad es para medir sus capacidades. —nos da una mirada detenida—. El tema sera libre, den su mayor enfuerzo. Mucha suerte. —se deja caer en la silla y abre un libro.
¿Qué podía hacer? ¿qué podía escribir? Eran pocas las veces que escribía y la mayor parte de esos relatos eran una basura. Tomo una fuerte respiración y trato de concentrarme. Podía expresar que me hacia feliz, nada complicado y fácil para mis pequeñas habilidades.
Saco un lápiz de mi mochila y cuando me dispongo a comenzar a escribir, dos personas se levantan a dejar el cuento sobre el escritorio de la profesora Ofelia. Mateo y otro chico más. Niego rápidamente, era cuestión de talento y no de velocidad.
"Éxtasis de Felicidad"
Mi mente quedo en blanco tan pronto escribí el título. ¿Y ahora qué? Dejo caer de golpe mi cabeza contra el escritorio, no podía hacer esto. ¡Mi mente estaba completamente en blanco! Y a dudar por la mirada de la profesora, ella ya se esperaba que me sucediera esto en su primera clase.
El tiempo pasa y los estudiantes van dejando uno a uno sus cuentos. Soy la última dejando la hoja vacía, únicamente con el miserable título.
—Bien chicos, quiero dejar en claro que esta no es una competencia para demostrar quién es más y quién es menos, esto es solo un proceso que he decidido realizar para ayudar a sus dos compañeros. —acomoda los cuentos en su escritorio y los guarda dentro de una carpeta—. Los leeré y la próxima clase les daré sus resultados, ahora comencemos con las verdaderas clases.
Suspiro con fuerza. Ya me dolía la cabeza. El lado bueno era que hoy es viernes y estaba a horas de ser libre.
Feliz sábado. =)
¿Qué piensan de este nuevo capítulo? ¿Alguna teoría para el próximo?
¡Besos! Y gracias por leer.♡
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