Capítulo Treinta y Dos
La semana se escurrió de mis dedos, pasando a la siguiente en donde los exámenes amenazaron por acabar con las pocas neuronas vivas dentro de mi cerebro al recibir prácticas de todo tipo para prepararme y luego dejarme en el único modo disponible: Dedicándome a respirar. No es cosa fácil, es algo complicado que llega al espacio de un nuevo modo, uno mundialmente conocido por Army y ese es Jungshook. No voy a mentir, el dedicarme a respirar es una excusa cuando mis ojos se quedan fijos en un espacio sin sentido, sin pestañear y con la mente en blanco. Respirando, pero en Jungshook. Toda una habilidad que se genera en mí cuando paso demasiado tiempo mirando contenido de Kookie. Es algo que aparece y luego se va.
Como en este momento, mis ojos están mirando fijamente una silla dentro del salón escuchando a lo lejos a Ofelia hablar sobre la situación del pronto viaje, mirando a la nada pensando en nada. ¿Hobi habrá comido algo? ¿Los chicos se están alimentando bien? ¿Están bien? ¿Necesitan un abrazo? No voy a negar que las ganas de tomar mi mochila y salir del salón para irme a casa a mirar memes es tentador, aún más cuando la campana de fin de clases tarda en sonar, ¿falta mucho?
Varios eventos están a la vuelta de la esquina. El evento de la última ronda es el próximo lunes y la boda de mi hermano le pisa los talones con mis padres corriendo de un lado al otro ayudando a la futura pareja con los preparativos.
Salgo de mi estado cuando un rostro que se inclina desde la derecha aparece en mi campo visual y me dedica una pequeña sonrisa antes de regresar a su sitio.
-Me gusta tu sonrisa. -opino en voz alta, cubro mi boca con ambas manos abriendo los ojos cuando escucho la suave risa de Mateo a mi lado.
Me gustas tú.
-¿Así? ¿Tan de pronto? -cuestiona divertido, puedo detallar un suave rubor en sus mejillas.
-No debí decir eso. -musito contra la piel de mis manos, mis mejillas no tardan en tornarse rosadas.
-¿No te gusta mi sonrisa?
-No, es que... o sea, si me gusta, pero no era algo que debí de comentar en voz alta, era más como un secreto propio, pero ahora lo sabes y... que pena. -oculto mi rostro entre mis brazos apoyándolos sobre el escritorio.
Trato de tranquilizarme tomando profundas respiraciones, pero mi corazón es un vuelco cuando escucho la silla de Mateo moverse un poco y el suave toque de su dedo contra el muro que me divide de él, el mundo, mis brazos. Giro mi rostro con cuidado y abro un pequeño espacio entre mis brazos mirarlo directamente, su mirada tiene su suave brillo que vuelve cálido mi corazón, ya no late descontrolado, ahora simplemente es feliz de recibir esa mirada tan dulce.
No dice nada, ninguno parece querer hacerlo, solo nos quedamos mirándonos, uno frente al otro, miradas infinitas que pueden significar tanto que abruma mis sentidos. ¿Mi mirada le expresa todo aquello que guardo en secreto? ¿Esos sentimientos novedosos que poseo hacia él? ¿Se percata del efecto que tiene sobre mí?
-¿En qué tanto piensas? -indaga con su suave voz, hipnotizante que me cuesta responder.
En ti, en esto que siento hacia ti. Mis pensamientos se resumen y giran en torno a ti.
-En nada. -me apresuro a decirle robándole una risilla.
-¿Quieres cenar en casa? -mis ojos se abren un poco y él relame sus labios nervioso- Logan ha estado de arrogante toda la semana diciendo que va a preparar una gran comida. -aclara volviendo a lamer sus labios.
-Sí, me gustaría cenar contigo -en esta ocasión es él quién abre un poco sus ojos sorprendido-, Logan y tus padres. -aclaro robándole otra linda sonrisa.
-¡Chicos, presten atención! -Ofelia da dos fuertes golpes a la pizarra llamando la atención de los alumnos. Enderezo mi espalda de golpe al escucharla-. Deben siempre recordar estas reglas gramaticales, son de gran importancia y... -la alarma anuncia el final de clases interrumpiendo su clase-. Feliz fin de semana. -se despide luciendo un poco cansada.
Uno a uno los estudiantes abandonan el salón despidiéndose de la cansada mujer, sus días han estado de locos con exámenes y la organización del viaje. No es sencillo ser profesora a su edad, pero aún así ella logra andar por los pasillos con una radiante sonrisa.
-Puntuales el lunes chicos. -nos detiene antes de que salgamos del salón. Me giro para asentir-. Recuerden llevar todo lo que necesitan, en esta ocasión el viaje será aún más largo y por eso nos iremos temprano, ¡nos vemos! Disfruten del fin de semana con sus familias.
-Gracias, igualmente para usted. -respondo dedicandole una pequeña sonrisa.
-Gracias. -dice Mateo.
Su mano se posa sobre mi cintura girandome con suavidad a la salida. Suelto una pequeña risa por el repentino movimiento, pero no me quejo cuando me lleva fuera sin dejar de sostenerme por la cintura. Podría acostumbrarme a esto, aunque no es algo sano para mi corazón.
-Hasta el lunes. -se despide con una sonrisa ladeada.
Su mano en mi cintura me guía a la salida del instituto, pocos estudiantes se encuentran en los pasillos charlando entre ellos o siguiendo el mismo camino que nosotros. El sol de la tarde ilumina el oscuro pasillo cuando las grandes puertas anuncian mi libertad y cuando estamos fuera, veo el auto de los padres de Mateo con Logan fuera de él, recargado, vistiendo una camisa ancha rosa pastel, los bodes van dentro de su pantalón negro y unas tenis del mismo color. Él eleva su mano saludandonos y yo respondo con el mismo gesto, pero salto de pronto cuando la mano de Mateo presiona mi cintura generando costillas.
-¡Mateo! -chillo indignada viéndolo correr hacia Logan y escondiéndose detrás de él.
-Estoy demasiado mayor como para cuidarte de nuevo Tete. -se queja Logan, separándose del chico.
Evito reír por su expresión exagerada. Estoy segura de que él cuando tenga 70 años no poseerá ninguna arruga y yo tendré demasiadas.
-Oh hyung... -se queja de regreso el mencionado con un puchero pronunciado en sus labios.
-Al auto, debo de pasar al supermercado a comprar unos ingredientes que me han faltado. -ordena señalando el transporte, Mateo no tiene más que caminar al asiento del copiloto y la mirada severa de Logan recae en mí. Me siento pequeña bajo su mirada-. Tu también Veronica.
Asiento subiendo rápidamente al asiento trasero, Logan sube al auto y conduce rumbo al supermercado, no tarda mucho en llegar y ordenar que es una responsabilidad de ambos acompañarlos dentro del local ya que él cocinará la cena. No encuentro fallas dentro de su lógica y por ello, soy la primera en bajarme de un salto del auto apresurandolos a bajarse. Logan es el segundo en bajarse, lo sigo de cerca mirándolo tomar un coche y Mateo es rápido en detenerse cerca mío, ambos seguimos a Logan dentro del local.
-¿No quieren comprar algo para ustedes? -indaga mirando unas salsas en el pasillo.
Mateo deja caer su mano en mi cintura y asiente animado, como un niño pequeño cuando se le ofrece un dulce.
-¿Chocolate? Ve a buscarlo Tete, yo lo compro -dice Logan, sin dejar de buscar el producto que quiere-, también tu Veronica.
-Muchas gracias. -respondo con una pequeña sonrisa en mis labios.
Mateo me invita a caminar cuando sus pies se dirigen al sitio que desea. Sus ojos buscan entre los pasillos detenidamente y mi ceja se eleva cuando lo veo pasar del área de dulces, sin ir a tomar el chocolate que según Logan piensa él quiere comer. Lo sigo sin decir una palabra, después de todo el amor de su vida se puede equivocar.
-¿Harías algo por mí? -pregunta de pronto, ingresando al pasillo de la repostería. Asiento sin más- ¿un brownie? -se gira a mirarme con sus ojos brillantes
-Claro, no es la gran cosa. -me alzo de hombros caminando con él sosteniendo mi cintura a tomar la mezcla.
(...)
Suelto otra fuerte carcajada cuando la nariz de Mateo se frunce mostrando una mueca asqueada al ver como Logan toma entre sus manos un pescado sin guantes.
-No me vayas a poner un dedo encima con ese olor tan repugnante. -sentencia severo, alcanzandole un cuchillo.
-Me bañare antes de dormir, así él puede dormir tranquilo abrazandome. -articula divertido Logan tomando el utensilio.
-¿Qué dices? -pregunto entre risas.
Ambos llevan rato discutiendo por cualquier estupidez para terminar riendo conmigo. Los señores Jefferson se encuentra en su habitación esperando a que la cena este lista. Logan se gira para mirarme, su delantal rosado con flores blancas es lo primero en captar mi atención, pero esta recae en su rostro cuando se dispone a hablar.
-Tiene una costumbre muy tierna, necesita abrazar algo para dormir. -anuncia sonriendo amplio con sus ojos cerrados.
Mi corazón se derrite con la imagen de Mateo acurrucandose contra Logan para conciliar el sueño o abrazando una almohada. Lo miro con una sonrisa tierna y él mira de reojo a su amigo serio.
-¿Algún otro secreto que quieras revelar? -indaga con sarcasmo.
-¡Demasiados! ¿por dónde empezar? -musita pensativo Logan- ¡oh! Tal vez por el más novedoso y es que... -él no puede decir nada, la gran mano de Mateo impide que pueda continuar su oración.
Suelto fuertes carcajadas levantandome de mi lugar en el desayunador a la sala de estar para dejarlos continuar con la cena porque a este paso no habrá nada de comer. Tomo mi móvil e ingreso al chat de Blue.
Blue =)
¿Llegaste sana y salva a casa?
16:00 p.m.
Todavía estoy con Cole, ira en un rato a dejarme a casa.
16:00 p.m.
Avísame cuando estés en casa, por favor.
16:01 p.m.
Claro.
¿Cómo va la cena?
16:01 p.m.
Estoy en casa de Mateo.
Él y Logan están cocinando.
16:01 p.m.
OMG, esa debe de ser una gran imagen.
¿Foto? No seas egoísta con tu mejor amigaaaa
16:02 p.m.
Medito la idea, es tentador guardar una fotografía como esa, no es algo que se vea todos los días y muchos menos a Mateo dentro de la cocina, pero él es cruel no me dejará probar un bocado. No es una gran idea.
Si tomo una fotografía, no cenare.
Para otra ocasión, te amo.
16:03 p.m.
Egoísta, pero también te amo♡
16:04 p.m.
-¿Veronica? -alzo mis ojos del aparato al escuchar el llamado de Mateo- ¿me ayudas con esto? -sus ojos señalan fastiado su cabello.
-Sí, déjame buscar algo que pueda ayudarte. -bloqueando mi móvil tomo mi mochila en busca de una diadema ancha negra que suelo cargar dentro del bolso.
Me acerco a él con ella entre las manos, él deja el cuchillo y los vegetales en su lugar para girarse, sus rodillas se doblan un poco para que no me sea difícil colocarle la diadema en su cabello y que este no caiga sobre sus ojos.
-Muchas gracias. -su rostro de pronto se acerca al mío y roza nuestras narices.
Mis piernas tiemblan ante su movimiento tan repentino y con Logan en la misma habitación.
-Deja de coquetear con Veronica y termina tu labor para que pueda hacer el postre Mateo. -lo reprende el chico.
Mis mejillas se enrojecen con fuerza al escucharlo decir la palabra coqueteo y mi corazón corre como desquiciado al verlo girar sus ojos fastidiado antes de retomar su trabajo. Logan me mira soltando fuertes carcajadas, su risa particular -similar a ese sonido cuando se limpia un vidrio- y yo lo acompaño con una risa nerviosa.
Regreso a mi lugar en la sala de estar y me dedico a mirar algunos vídeos de los chicos, soltando risas al verlos hacer sus tonterías, sonriendo como una enamorada cuando aparecen fotos tiernas o cambiando mi expresión a una seria al ver fotos de ellos con su rostro serio sobre el escenario.
-La cocina es toda tuya Veronica, iré a ducharme. -anuncia Logan saliendo de la cocina mientras se saca el delantal.
-Gracias. -respondo con la vista fija en una foto tierna de Hobi.
¿Cómo le hace para ser tan lindo?
-Veronica.
¡Es demasiado tierno!
-Vero.
¡Y talentoso! No es solo una cara bonita.
-Mini.
Es realmente apasionado en lo que hace y... ¡me llamó Mini!
Alzo mis ojos de golpe del móvil para mirarlo formar un puchero y entre sus manos sostiene la mezcla del brownie.
-Sí, voy, voy. -respondo dejando el móvil de lado.
Feliz viernes con V de 뷔♡
¿Notaron que la historia ha llegado a los 300 votos? ¡Estoy realmente agradecida por la oportunidad que le han brindado a la historia! Muchas gracias, de verdad, ¡los amo!♡
Soy fan de las interacciones entre Mateo y Veronica, ¿ustedes?
¡Adoro a Logan! CÁSATE CONMIGO
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top