Capítulo Cincuenta y Siete

—Es un verdadero orgullo para nosotros entregarle la preciada vida de la reina de la casa a Tyler. Un chico valioso que, tal vez en un principio no supo apreciar la belleza de nuestra chica, pero cuando comprendió su error luchó con fervor por el amor de Tina y miren ahora, una hermosa familia se esta formando. —el padre de Tina eleva su copa—. Salud.

Todos responden de la misma forma dando un sorbo al vino para ver a mi padre levantarse y aclarar su garganta.

—Del mismo modo, quiero agradecer la presencia significativa de Tina en la vida de nuestro hijo. Tyler no fue un excelente chico en su adolescencia, cometió muchos errores, pero cuando su vida se vio entrelazada con la de Tina dio un cambio radical. Ella le ayudó a tomar un buen camino en su vida, uno donde no estaba perdido entre alcohol y mujeres. Ahora es un verdadero ejemplo a seguir para su hermana menor y futuras generaciones. Muchas gracias Tina por rescatar a nuestro hijo. Salud. —finaliza papá elevando su copa.

Todos respondemos al unísono tomando otro sorbo de la copa, puedo ver a Tina tomar la servilleta de tela blanca para limpiar las lágrimas que se escapan de sus ojos y Tyler acariciar su mano por sobre la mesa. Veo la silueta del padre de Mateo levantarse para tomar la última palabra del discurso de despedida. Faltan pocos minutos para que la pareja recién casada tome rumbo a su luna de miel.

—Para nosotros es un orgullo ver que ambos han logrado luchar contra las adversidades que se presentaron en sus caminos para convertirse en la hermosa pareja que son ahora. Es espléndido ver que no dejaron que los errores de su pasado los perjudiquen para no retomar una relación, una donde los pilares de la confianza y amor reinan, mostrando que cuando se pone todo de sí para recuperar a una persona importante, se puede lograr. —Tina solloza audiblemente robandome una sonrisa de ternura cuando Tyler limpia sus lágrimas. Mis ojos pican, no voy a llorar—. Salud por un prospero matrimonio.

Tomo de golpe lo que queda del vino en mi copa viendo a mamá tomar mi servilleta para limpiar sus lágrimas y sostenerla en su pecho tratando de controlar sus emociones, acaricio su espalda brindándole una sonrisa cuando sus ojos brillantes de lágrimas me dan una corta ojeada. Tina se levanta de la mesa tirando de Tyler al frente de su mesa, Lisa llega cargando un enorme globo negro y lo deja al frente de mi hermano. Inclino mi rostro a la izquierda sin entender a que viene ese repentino acto. No recuerdo que Tina mencionara algo con un globo.

—¿Puedes reventarlo? —pide Tina entregandole una aguja a un confundido Tyler. Él toma el objeto mirando a los chicos con sus cámaras acercarse— Dentro hay una maravillosa sorpresa para ti.

Tyler igual de confundido a la multitud lleva la punta de la aguja contra el globo negro, un fuerte estruendo resuena dentro de la carpa cuando estalla, de él salen millones de trozos de papel rosa y azul. Llevo ambas manos a mi boca sorprendida y ahogo un chillido como gran parte de los presentes, Tyler parece decirle algo a Tina, pero no soy capaz de entenderlo cuando los invitados aplauden con fuerza y los hermanos mayores de Tina gritan emocionados, como si de un partido de fútbol se tratara.

¡Un nuevo bebé en camino! Mamá a mi lado llora desconsolada, solo puedo recordar la ocasión cuando se enteró de la existencia de Sebastián y lloro durante una semana completa por la emoción de la noticia.

Me apresuro a abrirme paso entre los invitados para envolver mis brazos alrededor del cuello de mi hermano sintiendo la risa que suelta al recibirme gustoso.

—¡Otro bebé! —chillo cerca de su oído debido al bullicio.

—No puedo creerlo Vero. —responde estrechandome con fuerza.

—¡Créelo! Eres un padre increíble, otro pequeño bebé no va a ser un problema para ambos.

Dicho eso me separo sintiendo sus labios dejar un rápido en mi mejilla, me giro buscando a Tina y cuando la encuentro suelto un par de lágrimas contagiada de su emoción al rodearla con mis brazos, la sonrisa en su rostro es tan radiante que sus ojos llorosos solo la hacen ver más contenta. Le digo un par de palabras de felicitaciones como admiración por la familia que esta creando al lado de mi hermano para alejarme de la multitud enloquecida con la noticia.

Salgo de la carpa en busca del aire fresco de la noche sin poder salir de la sorpresa ante la repentina noticia. ¡Otro bebé en camino! Y seré tía de nuevo. Lejos escucho tres voces masculinas y me acerco cuando veo a los camarografos charlar entre ellos sentados sobre el césped, supongo que se encuentran descansando después de haber tomado las fotografías de la repentina noticia de Tina y la misma boda.

—¡Valeria!

Oh, todo es cuestión de acostumbrarse a la peculiar personalidad del novio de Kate. Saludo a Keydan con un movimiento de mi mano caminando hacia ellos.

—Chicos, ¿comieron lo suficiente? ¿Necesitan algo de tomar? —pregunto amablemente al terminar de acercarme.

—La comida estuvo deliciosa. —responde Christopher con una pequeña sonrisa.

—Fue una hermosa boda. —halaga Nicolas llamando mi atención.

—Definitivamente lo fue. —concuerdo escuchando un par de pasos detrás mío.

Miro sobre mi hombro sonriendo amplio cuando mis ojos se encuentran con los pasos seguros de Mateo, él viene hacia acá. Su mano tira del nudo de la corbata aflojandola, quiero controlar mis pensamientos, pero Dios, se ve demasiado guapo haciendo ese gesto, aunque guapo no es una palabra que se ajuste realmente, pienso más en una que comienza con ardi y termina en ente.

Sí, esa es una palabra que se ajusta tan bien a Mateo Jefferson.

—Ahora que los veo, no tomamos ninguna foto de ambos. —comenta Keydan pensativo.

Lo miro curiosa sintiendo la mano de Mateo rodear mi cintura, brindándome un cálido calor al acercarme a su cuerpo y veo a los tres chicos levantarse del césped.

—¿Les gustaría una foto de ambos? —propone Nicolas tomando una cámara que se encuentra sobre una silla.

Alzo mi rostro en la dirección de Mateo con una amplia sonrisa.

—Yo si quiero esa foto. —reconozco sin despegar mis ojos de su perfil.

Él asiente sin dudarlo.

—Ustedes dos, recojan las demás cosas que nos vamos después de estas fotografías. —ordena serio mirando a los dos castaños.

—Conduces Key. —indica Christopher lanzando las llaves en la dirección el pelinegro.

Keydan las atrapa guardandolas en el bolsillo de su pantalón negro, toma la cámara que le ofrece Nicolas y se gira para darnos una bonita sonrisa.

—Posen ahí. —dice señalando el arco de las fotografías que quiso tener Tina.

Entrelazo mi mano con la de Moni tirando de él hacia el sitio para no hacer esperar a los chicos. Deben de estar muertos del cansancio como todos los demás. Me alejo un par de pasos al costado sin soltar su mano y lo miro con una amplia sonrisa cuando me encuentro con sus ojos oscuros, él imita mi expresión y el flash de la cámara no tarde en iluminar nuestro alrededor. La segunda pose es sugerida por Mateo cuando me envuelve entre sus brazos dejando mi espalda recargada contra su pecho, elevo un poco el rostro cuando siento sus labios presionarse en mi mejilla y el flash no tarda en llegar. Me remuevo sin saber que hacer, estoy en blanco. Mateo envuelve su brazo alrededor de mi cintura acercando nuestros cuerpos levemente y sus dedos toman mi mentón, me encuentro con sus ojos de nuevo, me pierdo en esa oscuridad cálida que me brinda fácilmente con gestos, palabras y acciones. Keydan toma la fotografía soltando una pequeña exclamación que me hace separar lentamente los ojos de Mateo para darle una mirada curiosa.

—Esta es una de mis favoritas. —reconoce mirando la pantalla de la cámara con una expresión tierna.

Las siguientes poses son divertidas acompañadas de muecas ridículas y en algún punto de la noche reímos a carcajadas los tres debido a las expresiones que quedan guardadas en la memoria de su cámara.

Keydan suspira apagandola y extiende su mano en nuestra dirección, Mateo es el primero en estrechar su mano.

—Fue un gusto volver a verte, Matías. —comenta el chico soltando su mano para estrechar ahora la mía. Le muestro una gran sonrisa de agradecimiento—. Mi bonita me habló mucho de ti, espero verte más seguido Valeria.

—Lo mismo digo Keydan. ¡Salúdame a Kate! —respondo amable soltando su mano, de pronto un recuerdo cae en mi cerebro haciendo que una expresión preocupada se pose en mi rostro—. Disculpa la pregunta, pero ¿cómo se encuentra Dana?

Keydan suspira pesadamente y en sus labios se traza una línea recta, puedo detectar tristeza y dolor en su mar azul. Me remuevo expectante por lo que tenga por decirme, la salud de su hermana menor se me hizo preocupante cuando vi la sangre en mis dedos.

—Esta estable. —dice mirando unos segundos sus manos—. Ella esta luchando fuertemente contra su padecimiento, no va a rendirse, es una chica especial.

—Es muy fuerte. —aseguro brindándole una gran sonrisa y sin dudarlo lo abrazo, sus manos me rodean con delicadeza—. Son muy fuertes.

—Gracias Veronica.

Asiento alejándome y con un asentimiento de su parte, sale del patio trasero para encontrarse con sus amigos. Miro a Mateo que sigue el camino por donde se fue Keydan con una expresión preocupada en su rostro. No soy la única asustada por la salud de Dana.

—¿Qué crees que tenga Dana?

—Depresión.

—Es una chica fuerte.

—Lo es.

Suspiro apoyando una mano en el hombro de Mateo, su brazo me sostiene de inmediato por la cintura cuando me ve sacarme los tacones con una mueca. La falta de costumbre esta asesinando lenta y silenciosamente mis pies. Me agacho tomando ambos tacones con una mano y le doy una mirada al pelinegro.

—Iré a dejarlos a mi habitación.

—Te acompaño.

Sin más por decir, tomados de la mano avanzamos por el patio trasero mirando a los pocos invitados que quedan despidiéndose de los recién casados, ingresamos a la oscuridad de mi hogar y conociendo el camino a la perfección llegamos al pasillo fácilmente, doy un par de pasos internandome en la penumbra del lugar sintiendo la mano de Moni tirar de la mía evitando que siga caminando.

—¿Pasa algo?

Él me mira con su expresión neutra bordeando la diversión acortando la distancia y sin más, inclinarse y tomarme en sus brazos, un chillido de sorpresa se escapa de mis labios tensando el agarre en los tacones para rodear su cuello sorprendida por el repentino movimiento. Me inclino cerca apoyando mi cabeza en su pecho, cierro los ojos disfrutando de la cercanía de nuestros cuerpos, la seguridad y tranquilidad que me envuelve cuando estoy junto a Moni. Acerco mi nariz a su cuello al sentir el suave movimiento de sus pies caminando a mi habitación y la acaricio en esa zona fascinada por el aroma, dejándome llevar por la atmósfera entre ambos.

—¿Alguna razón en especial para cargarme? —pregunto escuchando la puerta de mi habitación abrirse y cerrarse.

Mateo suelta una risa baja estremeciendo mi cuerpo debido a la vibración de su pecho y percibo el golpe de su aliento chocando contra la piel de mi oreja.

—Vengo por mi recuerdo. —anuncia suavemente, sus labios acariciando mi oreja al pronunciar cada palabra.

No puedo responder cuando mi cuerpo es dejado delicadamente sobre las cómodas sábanas azules de mi cama, mi respiración se mezcla con la suya cuando se inclina sobre mí, acariciando nuestras narices y dejo caer los zapatos al suelo. Cierro los ojos disfrutando de las bonitas sensaciones que se extienden en todo mi cuerpo terminando en mi vientre al sentir un camino de besos suaves en mi mandíbula regresando lentamente a mis labios.

—¿Cómo piensas reclamar el recuerdo? —cuestiono sintiendo su sonrisa extenderse contra la sensible piel de mis labios.

—Podría hacerlo de tantas maneras. —susurra tan bajo que su voz se pierde en la tranquilidad del momento.

Sus labios se encuentran con los míos, rodeo su cuello con mis brazos profundizando el dulce y lento beso, la caricia de su lengua en mi labio inferior me hace sentir perdida en medio de sus brazos, bajo su cálido cuerpo, como si estuviera cayendo en un profundo abismo creado por Mateo, en el momento que nuestras lenguas se acarician, un suspiro se pierde en el suave movimiento de nuestros labios y comprendo de nuevo que cuan perdidamente enamorada estoy de este chico. Su rostro se aleja del mío, un ruidito de queja abandona mi boca cuando termina el beso y me encuentro con su mirada oscura.

—Podría solo disfrutar del sabor de tus labios —dice perdido en sus pensamientos dejando pequeños besos en mis labios e ignorando mi queja—, aunque también podría disfrutar de la suavidad de tu piel —comenta bajando por mis labios llegando a la piel de mi mandíbula y acabando en la zona del cuello. Inclino mi cabeza en la dirección contraria disfrutando del fino roce de sus labios y mi corazón revolotea emocionado al recibir toda esta atención del único chico que lo satisface— o podría simplemente hacer ambas.

Un suspiro se escapa de mis labios cuando siento el tacto de sus largos dedos en el borde superior del vestido, tonteando entre el borde de dejarlo en su lugar y deslizarlo hacia abajo. Tomo su rostro entre mis manos acercando sus labios a los míos y lo beso. Lo beso expresando todos estos sentimientos hermosos que tienen mi vientre revolviendose entre sí debido a la fuerza de estas emociones.

—¿Estás tratando de quitarme el vestido Mateo Jefferson? —pregunto con el fuerte rubor en mis mejillas sintiendo sus dedos tirar vacilante de la tela.

—Estoy tratando de conseguir mi recuerdo. —responde mirándome con sus ojos brillantes, subiendo esa mano que tanteaba mi vestido para acunar mi rostro delicadamente—. Hoy te veías hermosa. —comenta bajo como si alguno de los dos temiera arruinar el momento con el volumen de nuestras voces.

Una gran sonrisa se abre paso en mis labios y me siento sobre la cama cuando su cuerpo se aleja del mío, sentándose a mi lado.

—Gracias Moni. —susurro dando una delicada caricia juguetona en su mentón.

...

Mi hermano viajó ese fin de semana con su hermosa esposa a Hawaii para pasar una relajante luna de miel, Sebastián viajó a Latinoamerica con los padres de Tina para pasar esos días con su otra familia, pocas veces lo ven y esta oportunidad fue la perfecta para conseguirlo.

Las cosas volvieron a la normalidad la siguiente semana, la decoración de la boda fue regresada a sus verdaderos propietarios como la comida desapareciendo poco a poco en casa y lo preparativos para la graduación están a la vuelta de la esquina. Literalmente hablando, porque al girar en el pasillo me encuentro con el grupo que se ha encargado de llevarle seguimiento al proceso, indagando sobre mi presencia al baile de graduación y la misma que decliné. ¿Qué sentido tiene ir sin Blue o Mateo? Es probable que la rubia asista con su idiota novio y Mateo desde el inicio del año se desligó al evento.

Algunos rumores en la boda me comentaron de la presencia de Blue en la celebración, pero al estar tan inmersa en mi mundo o yendo de un lado al otro ayudando con los invitados su presencia pasó inadvertida por mí. Todavía me duelen los pies a pesar de ser miércoles por la tarde, ya han pasado tres días y mis pies se niegan a superar las horas de pie con tacones.

Doy los pasos restantes para ingresar a la cafetería y comprar mi café merecido de la tarde. Mi cerebro necesita cafeína para sobrevivir a las últimas clases. Llego rápidamente al mostrador, compro la bebida y salgo por las puertas que dan al patio trasero rumbo a las áreas verdes donde Mateo me avisó que estaría pasando el rato.

Lo veo recostado contra el tronco de un árbol, su cabeza se encuentra tirada ligeramente hacia atrás con los ojos cerrados y el rostro relajado. Apresuro mis pasos para dejarme caer a su lado y dar un toque en su cintura haciendo que sus labios se curven en una pequeña sonrisa.

Llevo el vaso dando un sorbo al café y él me mira esperando que se lo entregue para también beber. Lo dejo en sus manos mirándolo tomar.

—¿Irás al baile de graduación? —pregunta lamiendo sus labios húmedos por la bebida.

Niego recibiendo el vaso, al llevarlo a mis labios lo veo inclinar su cabeza confundido.

—¿No? Pensé que irías.

—No tengo interés. —respondo simplemente dejando el café sobre el césped.

Me acerco a Mateo sintiendo sus manos rodear mi cintura y haciendo un espacio entre sus piernas, logro sentarse en ese espacio apoyando mi espalda en su pecho. Cierro los ojos un instante disfrutando de su cercanía cálida y las suaves caricias de su pulgar en mi cintura, sobre la tela.

—¿Cuándo vendrán tus amigos? —cuestiono tomando el vaso y llevarlo a mis labios.

—Esta noche. —siento su barbilla apoyarse en mi cabeza—. ¿Puedes cuidar a Tete este fin de semana?

—Claro, ¿a dónde irán?

—Logan alquiló un departamento para pasar el fin de semana juntos, como solíamos hacer antes. —me explica atrayendo un poco más mi cuerpo al suyo—. Yo quería llevar a Tete, pero Logan piensa que los chicos van a prestarle mas atención al cachorro que a mí, eso y Tete es débil de estómago.

Suelto una carcajada cuando visualizo mentalmente la imagen del pobre perro vomitando en el asiento del auto de los padres de Mateo y Logan teniendo un ataque por el desastre.

—Nos vamos tres días y dos noches, ¿podrás sobrevivir sin mí? —bromea tomando del café.

—Un descanso. —aseguro escuchándolo quejarse y dejar el vaso vacío a nuestro lado—. ¿Me enviarás fotos?

—Todas las que quieras. —contesta apoyando su mentón de nuevo en mi cabeza.

No voy a mentir, desde que las cosas entre Mateo y yo han fluido mejor su compañía todos los fines de semana se hicieron vitales para mis horas. Compartimos grandes momentos mirando la televisión, hablando o cocinando y fracasando en el intento. Son solo tres días, puedo sobrellevarlo.

—Ya quiero conocer a los chicos. —digo tomando sus manos y comienzo a jugar con ellas—. Tengo curiosidad.

—Son los mejores.

—No lo dudo Moni.

Sus dedos se entrelazan con mi mano robandome una gran sonrisa.

—La inauguración del restaurante de Logan es el lunes en la noche, ¿verdad? —indago notando que inconscientemente nuestra respiración se ha acompasado.

Lo siento asentir suavemente.

—¿Te veré hasta en la noche? —un pequeño puchero se abre paso en mis labios.

—Sí, pero te llamaré todas las noches para desearte las buenas noches, ¿te parece?

—¿Con una fotografía?

—Pensé que esas ya venían incluidas. —bromea riendo por lo bajo—. Una llamada y fotos, ¿parece justo? —asiento rápidamente—. ¿Qué recibo yo a cambio? —indaga cerca de mi oído.

—También te enviaré fotos. —susurro con los nervios a flor de piel cuando sus labios se presionan en mi cuello.














Feliz viernes con V de 뷔!

Confieso que tuve que detenerme con este capítulo, pudieron pasar muchas cosas 7u7 pero no es el momento.

¿Qué opinan de la boda? ¿Les gustó? ¡Otro bebé en camino para la familia Adams! Que emoción :)

Mateo en mi cabeza casi me provoca un paro cardíaco. Es tan bello *c muere*

Deseenme suerte, pronto aplicaré para el examen de la universidad y estoy nerviosa. Dejen su fighting!

Muchas gracias por llegar hasta aquí y nos leemos la próxima semana♡

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