Capítulo Cincuenta y Cuatro

Mateo parpadea sorprendido cuando ve las manchas rojas en mis dedos, ambos enmudecemos al comprender que algo no está del todo bien con Dana y la forma de actuar tan rápida de la profesora Ofelia y Daniel demuestra que ellos son conscientes de este peligro, pero ¿cuál peligro específicamente?

—Llama a Keydan. —ordena Logan tocando el hombro de Mateo.

Él reacciona casi que de inmediato sacando su móvil del bolsillo de su pantalón, lo desbloquea, comienza a buscar el número del chico que Logan mencionó y luego se lleva el teléfono a su oreja. Veo a Logan acercarse y tomar mi mano delicadamente, observo que me muestra una toalla húmeda, miro mis dedos, luego el objeto y entiendo el mensaje que me está enviando. Acepto la toalla limpiando mis dedos y observo a Mateo que continúa esperando a que atiendan el teléfono al otro lado de la línea.

—¿Keydan? ¿Ya te avisaron? Perfecto, mucha suerte. —miro la expresión preocupada del pelinegro pasar a una de relajación cuando obtiene una respuesta positiva.

Dejo en el cesto de basura la toalla sucia pensando en que he escuchado ese nombre en alguna parte, pero soy incapaz de recordar dónde exactamente o hace cuánto tiempo atrás. Logan me mira negando levemente.

—Es el novio de Katherine, Dana es su hermana menor. —me informa y la preocupación por Dana aumenta a otro nivel.

Katherine es una persona muy especial para mí, por lo tanto las personas que la rodean también son un motivo de preocupación. Es uno leve, pero persistente, uno que se vuelve preocupante cuando el tiempo puede transcurrir sin noticias de lo acontecido. Suspiro mirando mi mano limpia, ¿por qué Dana esta herida? ¿Tuvo un accidente en el instituto y no fue atendida? ¿La golpearon? ¿Qué sucedió realmente?

—Va a estar bien. —me dice Logan al percibir la tristeza que comienza a desbordar mi cuerpo.

Asiento mirando que Mateo le pide a Keydan que lo mantenga informado sobre el estado de su hermana y una vez el pelinegro cuelga la llamada, comenzamos a caminar en silencio al auto emprendiendo rumbo a casa.

Solo deseo desde lo más profundo de mi corazón que Dana este bien y nada grave este sucediendo con ella.

La mano de Mateo se encuentra con la mía, siento su pulgar acariciar suavemente mi mano como muestra de apoyo y le agradezco con una pequeña sonrisa regresando mi mirada a la ventana del auto.

Logan nos deja en la casa de Mateo y se despide anunciando que esta terminando los últimos preparativos para la apertura de su restaurante que será una semana después del matrimonio de Tina y Tyler. Me acerco a la puerta principal escuchando los ladridos eufóricos de Tete al otro lado de la madera, la puerta es abierta por la señora Jefferson y el cachorro pasa bajo mis piernas corriendo a los brazos de su amo.

—¿Cómo les fue en la dirección? —indaga la señora Jefferson besando mi mejilla como saludo.

—Supongo que bien. —respondo mirando a Mateo juguetear con Tete que no deja de ladrar a pesar de tener toda su atención.

—¿Te quedas a tomar el té? —pregunta mirando también a su hijo con una expresión completa de amor de madre.

—Claro. —le digo animada, la miro con una gran sonrisa.

—Mateo cámbiate esa ropa, no te saludare si estas lleno de pelos de perro. —advierte la mujer mirando al pelinegro sentarse en el pasto, su cabello cae sobre sus ojos y una gran sonrisa se forma en sus labios.

—No pensaba saludarte. —bromea Mateo acariciando la cabeza de Tete que se sienta en su regazo.

—No te daré de comer. —refuta la señora Jefferson ingresando a la casa.

La expresión de Mateo se torna sorprendida cuando escucha las palabras de su madre y haciendo a un lado al cachorro, se levanta corriendo al interior de la casa seguido por las pisadas apresuradas de Tete.

—¡Mamá! ¿cómo podrías hacerle eso a tu único hijo?

—Pruebame.

Rompo a carcajadas cuando los sigo al interior de su hogar mirando la expresión suplicante de Moni, Tete esta sentando a su lado mirando la escena con su cabeza ladeada a la izquierda y la señora Jefferson mira a su hijo con los brazos cruzados.

—Tienes cinco minutos jovencito. —sentencia la mujer y Mateo no duda en correr escaleras arriba.

Niego todavía riendo y tomo a Tete entre mis brazos sentándome en el sofá mirando las escaleras, el pelinegro aparece con un chándal negro y poniéndose una camisa del mismo tono al bajar las escaleras apresurado, sus pies descalzos lo dirigen a la cocina y rodea con sus brazos el cuerpo de su madre desde la espalda y apoya el mentón divertido en su hombro.

—Ya estoy limpio.

—La comida sigue en juego. —bromea ella girando sus ojos cuando ladea el rostro se encuentra con los ojos brillantes de su hijo—. ¿Crees que merezca comer algo en la tarde Veronica? Piensa que si su relación es duradera, tendrás que vivir con él.

—Mini jamás me negaría un plato de comida, ¿verdad linda?

Finjo meditar la pregunta de la señora Jefferson en conjunto con la de Mateo. ¿Negarle un plato de comida al adorable chico que puede cambiar su expresión en segundos a una seria? ¿Yo? No me creo capaz de hacerlo y si pensara en esa posibilidad, Mateo lograría salirse con la suya para obtener lo que desea. Acaricio el lomo de Tete, su pelaje suave y su respiración tranquila desvían mi atención de los dos Jefferson en la cocina.

—Lo esta pensando mucho, seguro no quiere vivir contigo. —canturrea la señora Jefferson desde la cocina.

—¡Veronica! —se queja Mateo, lo miro y el gran puchero en sus labios me causa ternura.

—No podría negarle su comida. —respondo mirando la sonrisa de suficiencia en el rostro del chico para girar a mirar a su madre.

—Igual lo pensó mucho. —se carcajea ella liberándose del agarre del pelinegro—. Los llamaré cuando el té este listo —asiento escuchando sus palabras— ¡fuera de la cocina Mateo! —grita mirando que el chico ha robado una galleta del horno.

Mateo se lleva la galleta a sus labios y la mastica gustoso, su madre al contrario da algunas palmadas en su trasero empujándolo fuera de la cocina. Lo veo acercarse en donde me encuentro, tomar mi mano y tirar de mi lejos de la sala de estar hacia las escaleras. Lo sigo divertida subiendo por las escaleras, pasando por el pasillo y llegando a su habitación, me lanzo a su cama tomando una almohada en el proceso para abrazarla. Lo veo cerrar la puerta relajado y niego recordando cuando Logan estuvo por tumbar al puerta.

—Logan estará muy molesto cuando vea esa puerta cerrada.

Al contrario de esperar una expresión divertida el chico se tumba a mi lado, ambos quedamos acostados de costado, nuestros ojos se encuentran y la mano de Mateo acaricia mi cintura suavemente.

—Logran no vendrá hasta entrada la noche.

Niego incrédula al escuchar sus palabras y acuno mi mejilla con la palma de mi mano para prestarle especial atención.

—¿Me dirás por qué te golpeaste con Simon? —indago mirando la mueca en sus labios al escuchar la mención de ese chico.

—Cuando te fuiste del comedor tenía que encontrarme con Logan en la entrada principal para explicarle una dirección y en el camino la noticia del vídeo de Sophie se esparció de inmediato. Simon me envió el vídeo, no tuve que verlo para saber que se trataba de Blue, cuando estaba en la entrada se interpuso en mi camino diciéndome que haría uno igual de ti. Lo golpee por decir eso, ¿quién se cree que es para faltarle el respeto de ese modo a mi chica? —pregunta fastidiado y estiro mi mano apartando los mechones que se interponen en sus ojos.

Seguro que mis ojos brillan al mirar el rostro de Mateo fastidiado al recordar las palabras de Simon y yo en lo único que puedo pensar es en cuan afortunada soy de tenerlo a mi lado. Moni es un gran chico, puede tener sus defectos como cualquier ser humano, pero trata de encontrar una solución para los problemas y tomar las decisiones correctas. Me inclino besando sus labios, un roce lento, suave que me hace suspirar enamorada de Mateo Jefferson, su mano me sostiene desde la cintura trazando círculos con su pulgar y me alejo apoyando mi frente con la suya.

—Eres un gran chico Mateo. —le digo feliz, mucho.

Él me mira atento antes de rozar nuestras narices como el hábito que se creó desde la primera vez que sucedió. Un encuentro significativo entre nosotros, algo nuestro, propio.

...

Un día después de ese alocado y sorpresivo jueves, el siguiente día comienza con normalidad, los estudiantes no han olvidado lo ocurrido con Sophie, pero ella no se presentó este día a clases. La entiendo al tomar esa decisión. Tampoco se presentó Dana o Daniel. Mi preocupación por ambos aumenta cuando indago sobre ellos entre los estudiantes de generación obteniendo la misma respuesta que supuse, nadie sabe porque faltaron. Luego están Cole y Simon, según se rumorea en los pasillos del instituto fueron suspendidos y tendrán que repetir el año.

Al final del día, la verdad sale a la luz a su debido tiempo.

Y el karma actúa.

Miro la ventana, la luz del sol de un hermoso atardecer se cuela por las cortinas blancas de mi habitación antes de que escuche el llamado de Tyler en el jardín trasero seguido de las pisadas apresuradas de un cachorro. Guardo el trabajo final de biología moviendo mi cabeza al ritmo de Serendipity antes de cerrar Spotify y apagar la computadora, salgo de las sábanas blancas de mi cama encontrándome con Tete sentado a los pies de la cama.

—Cachorrito bonito, ¿hace cuánto no te veo? —digo enternecida tomándolo en brazos y acariciando su esponjoso pelaje.

Supongo que mis palabras son exageradas porque lo vi anteayer.

—¡Veronica! —vuelve a llamarme Tyler desde el jardín trasero, su voz se percibe desesperada.

Lo ignoro estrechando entre mis brazos a Tete y el dulce aroma que desprende su pelaje hace que acerque mi nariz a él aspirando el olor. ¿Cómo un perro puede oler tan bien? Es el primero que tengo en mis brazos que tiene un aroma dulce como este.

—Te extrañe tanto. —susurro sin soltarlo de mis brazos, su cabeza se gira en mi dirección lamiendo mi mejilla.

Suelto una risita encantada con el perro de Mateo. La puerta de mi habitación se abre por completo, Mateo aparece con una camisa café oscuro ancha, una bermuda verde oscuro, chanclas y el cabello recogido desde atrás con una improvisada coleta. Me levanto dejando al perro sobre la cama que se acurruca entre las sábanas acercándome a besar los labios del chico.

—Tu cabello esta muy largo. —reconozco cuando me alejo para inspeccionar la coleta más de cerca.

No es tan larga, pero tampoco tan corta. El mullet de Mateo está aumentando su cabello y volumen por culpa de sus rulos, pero eso no evita que se vea muy bien.

—Logan quiere que lo corte. —me dice rodeando su brazo en mi cintura.

—Lo que te hagas esta bien —aseguro caminando por el pasillo junto a él—, pero voy a extrañar tus rulos.

—Pensaba teñirlo, ¿qué color me favorece? —indaga cuando pasamos por la sala de estar, desde acá se escuchan las carcajadas de mis padres cuando Tyler maldice.

—Todos.

Mateo gira sus ojos y agita su mano a la espera de que le nombre un color.

—Rubio puede ser un buen color para ti.

—Lo tomare en cuenta. —responde guiñandome su ojo oscuro.

—¡Maldita carpa hija de puta! —grita Tyler desde el patio trasero, mis padres ríen a carcajadas al escucharlo.

Niego divertida saliendo rápidamente al patio trasero, observo que las luces de bombillas ya fueron colocadas a lo largo del patio trasero, las sillas y mesas se encuentran en una esquina a  la espera de que la dichosa carpa sea armada, pero Tyler gruñe furioso lanzando lejos las piezas que sostiene en sus manos y me mira con reproche. Quiero reírme fuerte al ver la vena que se marca en su frente debido al enojo. Esa cosa puede explotar en cualquier momento.

—Y tu —me mira, sus ojos me lanzan cuchillos por no estar aquí ayudándolo— mueve ese flojo trasero aquí y me ayudas con esa mierda. —dice lentamente con tono amenazante.

Me acerco tomando las instrucciones que se encuentran tiradas en el suelo y miro el desastre de piezas tiradas.

—Tu también Jefferson, no creas que por ser el novio no te vas a librar, es más, recae mayor responsabilidad en ti. —sentencia Tyler, puedo escuchar la risa de Mateo al acercarse y darle una ojeada al papel que tengo entre mis manos desde mi espalda.

—Está fácil. —digo girandome para mirar a mi hermano, su espalda se encuentra recargada contra las piernas de mamá y masajea su cien.

—¿Te pregunté? Solo arma esa carpa, no quiero ver una nunca más en mi vida. —musita abrumado.

Niego y le señalo la primera parte de las instrucciones al pelinegro detrás mío.

—Empecemos por armar la base, ¿sí?

—Lo que ordene mi chica.

Lo miro, seguro mis ojos brillan como las mismas estrellas antes de inclinarme a tomar las piezas señaladas en el manual. No tardaremos mucho en darle forma a la carpa para la boda de mañana.

Y sí, puede que Tyler se encuentre al mil de estresado por cubrir todos los detalles un día antes de su boda, pero la culpa recae en él al hacer las cosas un día antes, como sus proyectos importantes de la universidad. Mañana a tempranas horas los floreros, comida, pastel y demás cosas llegarán, y lo mínimo que debe de hacer es ordenar las mesas, sillas y carpa.














Feliz viernes con V de 뷔!

La boda se acerca, ¡qué emoción! No puedo esperar para encontrarme con los invitados y shippear a Vero con Mateo =)

¿Les gustó el capítulo?

¿Qué habrá pasado con Dana? Pobre chica :(

¡Mateo rubio! ¿Se lo imaginan? A sus pies porque no podría con tanta belleza♡-♡

Nos leemos la siguiente semana. Gracias por llegar hasta aquí, leer, comentar y votar, iluminan mis días con estos detalles tan especiales para mí♡

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