Capítulo Cinco

Un imbécil que se cree payaso + Veronica + Blue= Resultado desconocido.

Mateo bajó por las escaleras varios minutos después, trate de no mirarlo demasiado, debía de mantener mi postura de molestia, pero era difícil, aún mas al verlo vestido de traje. El chico en sus días normales era apuesto, pero con el traje gris a medida, la camisa blanca con los bordes dentro de su pantalón gris, sus zapatillas negras brillantes y su rostro serio sin darnos una sola mirada, le daban un aire superior. Desapareció por el camino a la cocina, con Tete siguiendolo de cerca, Blue fue rápida en golpear mi brazo y me miro con los ojos abiertos.

—¿Acabas de discutir con ese chico? —musita por lo bajo, incrédula.

Ella siempre me apoyo en todo mi proceso por superar la amistad de Mateo, actualmente estaba libre de todo mal, pero con Blue y sus constantes comentarios de la belleza de Mateo no me ayudaban a ignorarlo, al contrario, me obligan a mirarlo con mayor detenimiento, sintiéndome atraída por él.

Y suena estúpido, ilógico porque estas cenas siempre se han dado en nuestras vidas, viví el cambio de Mateo de cerca, pero Blue este año le presto mayor atención al chico y eso me esta perjudicando mentalmente.

—¡Acaba de discutir con él, Blue! —chille por lo bajo indignada—. Seriedad, confianza y...

Los golpes en la puerta me detuvieron de la charla de Amiga date cuenta, Mateo apareció por el pasillo de la cocina y ni siquiera nos miro al dirigirse a la puerta principal. ¿Cómo lo había dañado tanto como para cambiar su personalidad? Realmente me sentía como la misma mierda, sin las ganas del inicio del día para ir a la exposición, lo único que deseaba era ir a mi casa, esconderme bajo las sábanas y replantearme mi vida entera.

Tyler y Tina ingresaron por la puesta apresurados a tomar a su bebito, despedirse e irse en el taxi que los esperaba fuera.

Mateo no cerro la puerta en cuanto mi hermano se fue, todo lo contrario, parecia que charlaba con alguien, pero ambas nos rehusabamos en ir a ver con quién.

—Mi padre acaba de llegar. —ingresa apagando las luces y tomando las llaves de la casa.

Tomo el brazo de Blue arrastrandola fuera de la casa, ambas subimos a los asientos traseros del auto del señor Jefferson y esperamos a que Mateo saliese para dirigirnos a la galería.

(...)

La exposición fue larga y aburrida, debíamos de ver todos los cuadros que se exponían esa noche antes de llegar al de la señora Jefferson, que resultaba ser la último. Blue y yo suspiramos cuando la exposición finalizo y todos pudieron desplazarse con libertad dentro del lugar. Mi amiga me tomo del brazo tratando de subirme el ánimo, pero no era tan sencillo.

El enterarme de todo el sufrimiento por el que pasó Mateo después de romper nuestra amistad, sin ninguna explicación y esa impotencia que debió de sentir al no conocer las razones —aquellas que yo tampoco conocía con claridad— debieron de ser una dura etapa para él, aún mayor al cerrarse por completo, sin buscar el apoyo de su familia y tampoco amigos, porque él no los tenía, yo fui su única amistad.

Mire la galería tratando de despejar mi mente, si continuaba por ese hilo de pensamientos mi humor caería aún más. Era una amplio espacio, con los cuadros colgando prolijamente en las paredes color beige, se escuchaba música clásica de fondo, el techo era de vidrio, con hermosos candelabros colgando, dando una iluminación tenue a toda la larga sala, algunas plantas en determinadas zonas rellenando espacios vacíos, olía a la repostería de mis padres desde la entrada hasta el final de la galería y frente a una obra de arte Mateo se encontraba totalmente ajeno a su alrededor.

Su rostro estaba por completo neutro, sus oscuros ojos miraban con tanto detenimiento la pintura, sus manos permanecían dentro de los bolsillos de su pantalón gris, su cabello en esta ocasión no estaba tan ruloso como días atrás, despejando un poco su vista. Todo en él, su pose relajada, pero imponente, sus oscuros ojos analizando todo a su alrededor, pero en ocasiones cálidos, todos esos detalles lo envolvían hasta transformarlo en alguien intimidante, pero que captaba tu atención sin problema alguno.

—Cierra la boca linda. —la mano de Blue se posa sobre mi mentón cerrando mi boca.

Parpadeo rápidamente quitando mis ojos de Mateo, para observar a mi mejor amiga.

—Vamos a la zona de comida. —su mano se enreda en mi brazo sin dificultad y tira de mí hacia esa zona—. Escuche que están vendiendo recuerdos hermosos, quiero llevar alguno a casa.

El puesto de mis padres estaba en una zona aparte con otros puestos, cada uno de ellos ofrecia distintos productos. Vi a la señora Jefferson charlando animadamente con un hombre de cabello rubio frente a un retrato curioso. Era una mujer, lo entendía por su largo y ondulado cabello rubio, pero la zona de su rostro estaba cubierta por una explosión de colores, eran muchos los colores, pero el que dominaba la pintura era el negro.

—Debemos de ir a felicitar a la señora Jefferson por su gran trabajo. —le dije a Blue, tratando de captar su atención.

Blue deja de tirar de mi brazo para ver donde se encuentra la señora Jefferson, suspira con fuerza meditando mis palabras. Primero debíamos de ir a agradecerle a la señora Jefferson por brindarnos la oportunidad de estar en este sitio.

—Esta bien, pero luego venimos por la comida y un recuerdo. —susurra Blue frunciendo ligeramente sus labios.

—Lo prometo. —la miro divertida por su actitud de niña chiquita.

Esquivamos a todas las personas que se interponen en nuestro camino, al estar cerca de la señora Jefferson, el hombre rubio nos mira antes de decirle algo y ella se gira, nos mira con una amplia sonrisa.

—¡Chicos! —parpadeo varias veces sin entender, tan solo éramos Blue y yo—. Acerquense, les presentaré el organizador de esta maravillosa actividad.

Percibo el aroma del perfume de un chico, miro hacia mi derecha y me encuentro con el cuerpo de Mateo. Miro al frente, dando los últimos pasos hasta donde se encuentraba la señora Jefferson con el hombre de cabello rubio y un poco de barba adornando su rostro.

—Les presento a Maxwell Henning, es realmente encantador y talentoso. —el rubio sonríe ampliamente frente al halago.

—Irina no exagere por favor, tan solo expreso mi arte de un modo único como todos los artistas. —le responde tranquilamente, se notaba que ambos se conocían desde hace tiempo—. Mucho gusto, Irina me ha hablado mucho de tu talento Mateo y debo de admitir que estoy asombrado. —ambos se estrechan sus manos.

—Gracias.

¿Talento? ¿Mateo también pintaba?

—No crean que Irina las ha dejado de lado chicas. —bromea soltando una risilla, sus ojos se achican ligeramente mostrando unas cuantas arrugas—. Debo de admitir que la solicitud de Irina como sugerencia para que tus padres vendan sus productos fue una grandiosa idea, señorita... —deja la frase en el aire a la espera de que me presente.

—Veronica Adams. —me presento extendiendo mi mano, él la acepta al instante.

—Y tu amiga, ¿cuál es tu nombre? —suelta mi mano y mira a Blue.

—Sophie Blue. —mi amiga termina estrechando su mano.

—Es un gusto tenerlos aquí, espero y disfruten de la estadía y el arte que se ofrece. Si me disculpan, debo de retirarme. —Maxwell nos da una última sonrisa antes de alejarse rápidamente.

Puedo ver como se acerca a una pareja de jóvenes. Una chica de largo cabello castaño, puedo notar que sus ojos azules miran todo a su alrededor fascinada, señalando con su dedo cada pintura que ve al chico que sostiene su mano delicadamente, a él no puedo detallarlo mucho, pero tiene un aire similar al del señor Henning.

—Disfruten chicos, debo de ir a firmar unos documentos. Nos vemos en la sección de la comida. —se despide la señora Jefferson, sacandome de mis pensamientos.

(...)

El lunes no comenzó bien.

Me desperte tarde, tuve que correr a ducharme, buscar mi ropa, preparar la mochila y salir a tomar el bus sin lograr desayunar, luego al llegar al instituto la profesora de letras me fue a buscar en la primera clase del día, entregandome un papel con el nombre de mi tutor que por suerte no se trataba de Mateo y la severa petición de pasar todo el tiempo necesario con tal de llevarnos mejor y poder ser un mejor equipo al escribir.

Blue miro el nombre desde su asiento y me dijo que era alguien de los otros grupos, pero no tenia ni idea de quién era.

Mi estómago rugia pidiendo algo de comer, me era imposible concentrarme con el hambre que tenía y una vez el timbre notifico el primer receso, salí corriendo a la cafetería en busca de algo para calmar mi hambre. Puede que eso causara mi primer error del día, no desayunar en casa.

Como era costumbre, la profesora estaba sirviendo el café, pero en esa ocasión charlaba con un chico, pude identificarlo al instante, percatandome que era el chico que termino al mismo tiempo que Mateo.

A simple vista parecía agradable, este pudo ser mi segundo error, juzgar por la aparencia.

Hice mi pedido con normalidad y me acerque a tomar mi café.

—¡Veronica! Te presento a Simon Cowell, él sera tu tutor. —nos presenta la profesora Ofelia entusiasmada.

Este proyecto realmente le hacia mucha ilusión. Blue paso de largo de donde me encontraba directo a buscar alguna mesa libre.

—Quiero que pasen el mayor tiempo posible juntos, que se hagan amigos. Expresar en letras es algo íntimo para las personas, por lo tanto, la confianza entre ambos se debe de percibir con facilidad. —aconsejo la profesora y yo asiento.

—Sí, no tengo problema con pasar un poco de tiempo con Simon. —le aseguro con una sonrisa.

—Gracias por confiar en mí profesora, le aseguro que no se arrepentira. —Simon le da una sonrisa a la profesora y luego me mira.

Cabello castaño, ojos color miel, piel blanca, camisa blanca, chaqueta deportiva, jeans desgastados, tennis negros y una sonrisa amigable. Normal y amigable, esa era mi primera impresión. Aunque su belleza no se comparaba en nada a la de Mateo, eso debía de dejar en claro.

—¿Desayunamos juntos? —me alzo de hombros sin darle mucha importancia.

—Vamos, mi amiga fue a buscar una mesa. —ambos nos despedimos de la profesora y caminamos hasta donde se encuentra Blue.

Mi amiga me mira extrañada al ver el chico que me acompañaba, me siento al lado de Blue y el chico frente a ambas. Comenzamos a comer sin esperar a entanblar conversación, estábamos muertas del hambre, hablar con el desconocía podía esperar.

—¿Veronica Adams? —me pregunta y yo asiento bebiendo de mi café sin quitarle la mirada de encima.

Espere que mi corazón se acelerara como lo hace cuando Mateo me habla en cualquier mínima ocasión, pero no hubo efecto alguno.

—Te conozco de algún lado. —musita entrecerrando sus ojos, mirándome atento.

Dejo de lado mi comida escuchando con cuidado sus palabras, intercambie una mirada con Blue encontrandome con sus ojos azules igual de confundidos como yo. Simon transformo su rostro a uno pensativo, con la mirada estudiando cada detalle en mi rostro y los brazos cruzados.

Incómodoooooooo.

—¡Ah, ya lo recordé! —chasquea sus dedos, Blue a mi lado salta sobre su asiento sorprendida—. Eres amiga de Mateo, siempre están juntos, son inseparables...

El calor abandona mi cuerpo. ¿Era necesario toparme con alguien que recordara mi infancia? No pude pasar por alto como hablaba en presente, ya que Mateo y yo nunca hablamos en el instituto, únicamente en los almuerzos familiares para pasarnos algo de la mesa.

—No, ya no somos amigos. —interrumpo sus palabras.

—¿Ya no? —exclama sorprendido. No puedo evitar mirarlo desconfiada, presentía una segunda intención en su conversación—. Me parece que fue una de las mejores decisiones que pudiste tomar en tu vida.

—¿Disculpa? —pregunto sorprendida, no me lo esperaba.

Mateo siempre fue un gran chico conmigo, nunca me arrepentiria por haber sido su amiga. Blue desde su asiento me mira detenidamente, estira su brazo hasta dejar caer su mano sobre mi espalda, comenzando a bajarla y subirla lentamente.

—Sí, el chico siempre ha sido un rarito. —parpadeo incrédula por lo que escucho.

La ira comienza a crearse dentro de mi cuerpo, no permitiría que este desconocido hablara mal de Mateo. Sí, no hablábamos. Sí, no éramos amigos. Sí, él me dejo en claro anoche que no quería tener nada conmigo, pero eso era algo muy distinto a que permitiría que dijesen mentiras de él.

—Y no me refiero a solo en el pasado cuando no lograbas despegarlo de ti, en la actualidad es mucho mas raro. —suelta una carcajada y mi rostro se transforma en una mueca, la ira arde fuerte dentro de mi cuerpo—. Recuerdo cuando no ibas a clases, el chico no hablaba con nadie, ni siquiera notabas que estaba en el salón, me daba lástima.

Respiro profundamente. ¿Todavía existen personas que se ríen de Mateo? Paciencia, paciencia, porque la estoy perdiendo.

—Ni hablar del presente, estoy agradecido por no tenerlo de compañero en el salón, pero desgraciadamente seremos compañeros de especialidad. —señala con su barbilla a mi derecha, en ese sitio, varias mesas lejos se encontraba el mencionado comiendo tranquilamente—. Tal y como en el pasado, ni siquiera eres capaz de percatarte que esta en las clases, no hablaba con nadie y cuando alguien se acercaba a hablarle era un completo idiota, recuerdo tener un par de discusiones con él por su actitud, pero siempre me ignoraba.

Sacudo un poco mi espalda enviandole la señal a Blue para que aparte su mano de mi espalda. Aclaro mi garganta lista para dejar en su sitio a este payaso sin neuronas con la ira ardiendo en todo mi cuerpo. Me podía comparar en este instante con Furia de Intensamente, con su cabeza en llamas.

—Ya puedo entender porque razón Mateo evitaba discutir contigo. —le respondo mirándolo con toda la molestia que mis ojos me permiten enviarle—. Eres tan idiota por venir a juzgar a un chico en el pasado por solo extrañar a su mejor amiga y aún más idiota, oh no, espera, que ahora asciendes a imbécil por hablar mal de una persona solo por su forma de ser.

—¿Es que no te parece un poco extraño? —señala con su dedo a Mateo—. Míralo, desde que ingresó al instituto no habla con nadie y no tiene amigos.

—¿Acaso eso tiene algo de raro idiota? —pregunto alterada, levantándome de mi asiento y tomando mi mochila—. No puedo creer que tenga a un tutor sin neuronas.

Me levanto dispuesta a irme antes de comenzar un escándalo con alguien que no vale la pena. Estaba segundos de gritar en la cafetería y prefería no hacerlo. Blue se levanto enseguida, lista para seguirme fuera.

—Veronica, tienes que dar... —me giro y me acerco amenazante hasta quedar a centímetros de su rostro.

—No lo volveré a repetir ni una vez más Simon —golpeo mi dedo índice en su pecho, sus ojos me miran a la expectativa—, te escucho burlarte de nuevo de Mateo y tu vida sera un infierno completo. —sentencio molesta, demasiado molesta.

—No lo creo linda. —sus manos se posan en mi cintura, miro a Blue espantada por su acto de confianza.

—Sueltame. —gruño, mi amiga posa una de sus manos sobre mi hombro.

—Te ofrezco un trato. —me da una sonrisa seductora. Mi estómago se retuerce, este payaso me estaba enfermando—. Tú me aceptas un par de citas y yo acepto dejar a Mateo de lado.

—¿Y qué si no quiero aceptar tu estúpido trato?

—Tu vida y la de Mateo se volverán un infierno. —sentencia.

—Para tu desgracia Simon —interviene Blue, eliminando el agarre del chico de mi cuerpo—, ni siquiera sabíamos quién eras hasta hace diez minutos, así que intenta hacer sus vidas una miseria como dices, porque no te creo capaz. —sentencia mi mejor amiga.

—¿No hay trato? —me mira a la expectativa, ignorando a Blue.

—Obvio no —estoy por alejarme cuando recuerdo las clases de tutoría— y por cierto, no pierdas tu tiempo con las clases de tutoría, me las arreglare sola. —le muestro mi dedo de en medio y ambas salimos del comedor.

Por nuestro bien nadie en el comedor se percato de la discusión, pero tenia la ligera impresión de que Mateo si se percato de todo cuando Simon lo señaló.

Sentía como era capaz de regresar y golpear sin cansancio a Simon por sus estúpidas críticas a Mateo. ¿Tenía algo de malo estar solo? ¿tenía algo de raro no tener amigos? ¿era extraño no hablar con nadie? Entre mas vueltas le daba a la discusión, las burlas de Simon, su atrevimiento por señalar al mismo Mateo y juzgarlo, me alteraban aún más.







¡Buenos días/tardes/noches!

¿Cómo se encuentran? Espero que todo este bien en sus vidas.♡

¿Les gustó el capítulo? ¿qué opinan de Simón? ¿será capaz de joderle la vida a Mateo y Veronica?

¡Le envió un gran abrazo! Muchas gracias por su apoyo. =)

Pd: Sexy look de Mateo en multimedia.

Ya hubiese deseado estar en ese museo para ver tan hermosa obra de arte... =(

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