Habia pasado una semana, yo ya estaba seguro de que mi vida anterior no importaba, Gumball seguía explicándome todo lo relacionado con cómo sería nuestra vida juntos... Claro que él se refería a ser hermanos el resto de nuestras vidas aunque yo quisiera algo más. Al menos él seguía abrazándome y tomando mi mano cada segundo.

Me habia llevado por toda la escuela con nuestras manos entrelazadas, me presentó a Tobias y Joe, no conocía a mucha gente porque no era muy popular y la gente lo empalagaba mucho. También me habló del vecino de al lado, el Sr. Robinson, siempre lo molestabamos, lo espiabamos y lo hacíamos enojar, yo sólo lo hacia porque a Gumball le gustaba hacerlo y no sabia que le molestaba al Sr. Robinson. Debo admitir que me daban algo de celos porque era pequeño y en realidad no me importaba mucho la diferencia de edad, además mis celos no venían de la nada, a Gumball en serio le agradaba estar molestandolo.

Pero con el tiempo Gumball cambió, seguía haciendo sufrir al Sr. Robinson, pero no por diversión, la mayoría de las veces era accidente y tardaba mucho en suceder, incluso habia diferencia de meses, lo bueno es que ya no tenia que fingir tanto. El problema es que no fue lo unico que cambió en Gumball, también habia perdido interés en darme tantos abrazos y llevarme de la mano siempre, y esa si era una enorme desventaja.

Aunque no era tan malo, cuando me abrazaba o me decia que me queria después de haber crecido un poco lo hacia hermosamente, podria llenar el vacio que estaba creando.

Recuerdo cuando tuvo que usar un vestido de novia, aparenté no saber que era él, pero ¿Cómo no iba a reconocer esos hermosos ojos? Se veía muy lindo...

En otra ocasión le pedí dejar de ser su "secuaz" pues siempre tenía que estar siguiendolo y haciendo lo que el pidiera. El me imitó para demostrar mi personalidad, tenía una cara con ojos brillantes y una voz supuestamente dulce, al menos tomó mi mano otra vez, finalmente después de todos esos años, pero sólo lo hizo para burlarse diciendo que queria tomar su mano por el resto de nuestras vidas, fingí que no pero me dolió su comentario, porque era cierto, extrañaba mucho los dias en que el lo hacía. Así que esa noche decidí decirle lo que sentía

GUMBALL: ¿Porque estas tan enfadado? Yo sólo intentaba mostrarte que era mejor siendo el líder.

DARWIN: No estoy molesto por eso, fue tu imitación de mi, no puedo creer que no lo recuerdes

GUMBALL: ¿Recordar que?

DARWIN: La razón por la que me gusta llevarte de la mano (dije sonrojado)

GUMBALL: Yo no sabia que habia una razón que te importaba tanto

DARWIN: ¡Lo olvidaste!

GUMBALL: Darwin, lo siento (el me tomó de la cintura y atrajo mi cuerpo al suyo) si me lo explicas lo entenderé y... Tal vez lo recuerde.

DARWIN: Pues yo (estaba demasiado sonrojado y nervioso) ... Cuando éramos más pequeños siempre me abrazabas y me tomabas de la mano, para lo que fuera y, de pronto un día dejaste de hacerlo...

GUMBALL: Darwin...

(Yo lo miré, estaba muy cerca de mi, tomó mi barbilla, se acercó lentamente hasta que nuestros labios se juntaron, luego su lengua trató de introducirse en mi boca, yo me aparté un poco, porque Gumball seguia tomándome de la cintura)

DARWIN: Gumball, no.

GUMBALL: ¿Que pasa? ¿No quieres?

(Gumball cambió su voz a una más seductora y comenzó a bajar la altura de sus manos)