La fiesta por el cumpleaños del omega era grande y Jimin solo sonreía a los invitados y se tomaba fotos junto con su alfa para las revistas. Jimin estaba feliz de disfrutar al fin un cumpleaños feliz al lado de la persona que amaba mucho y ese era Yoongi, cuando la fiesta terminó Jimin se puso a abrir los regalos junto con el alfa en la cama, sus regalos iban desde joyas caras, ropa de marca, perfumes, dinero y otras cosas.

—Fueron buenos regalos. —hablo Jimin. —pero me gusta más el regalo de mi alfa.

Yoongi sonrió avergonzado porque había practicado mucho en el piano para poder hacer una canción al omega el cual quedó fascinado por la hermosa canción que el alfa le dedicó. Jimin se subió sobre el pálido y lo besó de manera lenta, dejando cortos besos en sus labios, mejillas, en su nariz y frente para volver a los labios.

—Gracias por venir a mi vida Yoongi. —le dijo Jimin.

—Tú llegaste a mi vida Jimin. —habló Yoongi mientras le acariciaba los labios. —soy yo el que debe de agradecer.

Jimin negó y lo abrazó para quedarse así un rato, pero al sentirse un poco caliente se movió un poco captando la atención del alfa el cual supo que el omega había entrado en celo por lo cual lo miraba con lujuria y amor a la misma vez.

—Te deseo tanto Yoongi. —le susurro. —por favor dominame Yoongi.

Yoongi sonrió y lo giró dejándolo debajo de él y le fue quitando la ropa como Jimin lo hacía con la suya, Yoongi beso cada parte del cuerpo del omega dejándole marcas en su cuello y pecho, beso su vientre y muslo. Jimin gemía de placer al sentir los besos húmedos del alfa en su piel y como esté lo preparaba de manera lenta y cuidadosa, cuando Yoongi lo sintió listo saco sus dedos y miró al omega el cual le sonrió y se agachó para masturbarlo de manera lenta sin despegar su vista ni por un segundo con el alfa.

Jimin miro el cuello del alfa era ese momento adecuado para poder marcarlo y que esté fuera suyo completamente, Jimin sonrió y le dio un beso para que Yoongi entrará  ya en él y así lo hizo. Ambos gimieron al sentir como sus pieles se encontraban y cómo ardían el uno por el otro, las caricias y los besos eran lo que se escuchaban en esa madrugada del día jueves donde un alfa y un omega se entregaban por amor.