III: Regresa a Sally

La chica tenía curiosidad de lo que estaba pasando.
Pero antes de que pasaran todos esos extraños acontecimientos, y también antes de que llegaran aquellos niños...

Arriba de un árbol se encontraban 3 chicos; Masky, Hoodie y Ticci Toby.
Su jefe, el Operador, les había dado un día libre después de una semana de mucho trabajo.

Masky fumaba, Hoodie miraba el paisaje y Toby miraba un edificio, mejor dicho, un orfanato.
Sentía la curiosidad de saber cómo manipulaban y torturaban a los niños de ese lugar, su jefe les había contado que los niños sufrían demasiado allí por el trato que se les daba.

—Sally aún no regresa, el Operador dijo que la esperáramos aquí. —habló Masky mientras miraba su cigarrillo—.

—No tardará. —dijo Hoodie asegurándolo—.

—¿No creen que es muy temprano como para que ella hubiera ido a su invocación?. —preguntó Toby sin dejar de mirar aquel orfanato—.

—Tienes algo de razón. —respondió Masky— Pero el Operador dijo que ella sabía lo que hacía.

—No es cierto.

Los tres chicos miraron a su jefe.
Aquel humanoide con traje elegante y sin cara alguna estaba algo molesto. No con sus Proxys, si no con quien sea que hubiera invocado a su pequeña niña.
Aquella niña había sido llevada por error a aquel orfanato que tanto miraba el chico de googles.
Debía enviar a uno de los tres para traer de vuelta a la niña, por suerte tenía a alguien que le interesaría ir, claro, a Ticci Toby.

—¿A qué se refiere, Operador?. —preguntó Masky algo confundido—.

—Se llevaron a Sally a aquel orfanato, aún no se dan cuenta de que ella está muerta, creen que solamente se tratan de heridas comunes.

—¿A cuál orfanato?. —preguntó con curiosidad Toby—.

—Me alegra que te interese. —hizo una pausa— El orfanato que se encuentra en este bosque, además quiero que tú vayas.

—Traeré a Sally. —sonrío con malicia— Además de que mataré a todos.

~~~

Pov Toby:
Llevaba un rato mirando aquel lugar, una señora algo mayor había recibido un autobús en donde iba Sally, parecía confundida con lo que estaba pasando.
Todos entraron, decidí que era mejor entrar por la parte trasera del orfanato, los sorprendería y me llevaría a Sally de vuelta con el Operador.

Me escondí en los árboles de lo que parecía el patio trasero, pero no pude llevar a cabo mi plan. Había una chica de cabello algo corto junto a una fuente.
No era algo de lo que debería preocuparme, solamente debía matarla y ya.
Tomé mis hachas pero no pude ir a matarla, estaba inmóvil.
~Es raro que todo se vea tan tranquilo y ella esté aquí~. Pensé.

La chica miró hacia donde yo me encontraba, al parecer me había visto.
Se iba acercando hacia donde yo me encontraba, pero pude reaccionar y me alejé un poco, escondiéndome.
Ella se quedó por unos momentos allí de pie. Suspiró algo nerviosa y regresó a la fuente.
Después de un rato aquella señora, que había recibido a los niños, se acercó a la chica algo molesta.
Cuando terminaron su conversación, la chica se retiró y aquella señora se quedó allí, mirando como se iba.

—Así nunca podrá dirigir este lugar, debe madurar, solamente es una niña caprichosa. —suspiró— Debo corregirla lo más pronto posible.

Aquella señora se retiró.
Sonreí de manera involuntaria, la vida en un orfanato era más interesante de lo que imaginé.
Ahora quería investigar a cada uno de los que estaban en este lugar, pero sobre todo, a la futura directora del orfanato.

~~~

Pov _____:
Ya era la hora de dormir.
Quería ir a la habitación en donde se encontraba Sally para darle las buenas noches.
Noté la luz de su habitación que estaba encendida, me acerqué a la puerta y llamé por esta.

—¿Sally?. —escuché los pasos de ella acercándose—.

—¿Si?. —abrió la puerta y me miró— Hola _____, ¿está todo bien?.

—Si, solo venía a darte las buenas noches. —sonreí—.

—No debiste molestarte solo por eso. —sonrió un poco—.

—No te preocupes.

Me agaché a su altura y la abracé.
Después ella se fue a su cama, yo apagué la luz y cerré la puerta.
Miré el reloj del pasillo; 11:30 p.m.
Suspiré y me dirigí a mi oficina, debía recoger algunos papeles y ordenarlos para entregarlos mañana a mi madre.
Al llegar cerré la puerta y me dispuse a hacer mi trabajo.

Después de unos minutos terminé.
Caminé hacia la puerta, la abrí y salí apagando la luz, además de cerrar de nuevo la puerta.
Me dirigí hacia las escaleras del siguiente piso, donde se encontraba mi habitación. Subí por estas y caminé por el pasillo un poco iluminado hasta mi habitación.

Antes de entrar pude sentir una brisa demasiado fuerte y fría apoderarse del pasillo. Di media vuelta y miré la ventana abierta.
Caminé hacia esta y la cerré, no la había visto abierta. Me encogí de hombros y fui hacia mi habitación.

~~~

—Buenos días _____. —habló la voz de mi madre un poco positiva—.

—¿Eh?. —me incorporé en la cama y tallé un poco mis ojos— ¿Qué hora es?. —pregunté aún sin acostumbrarme a la realidad—.

—Falta media hora para comenzar con tu trabajo, deberías ir a desayunar y prepararte. —suspiró—.

—Si, si, iré a bañarme.

Me levanté de la cama y tomé lo necesario para tomar una ducha.
El agua ahora era algo cálida, por lo cual mi ducha había sido relajante.
Me puse una blusa de color gris, un pantalón de color azul y unas zapatillas deportivas.
Bajé al comedor y me fue servida una sopa de letras con agua pura.
Busqué algún lugar para sentarme, sonreí un poco al ver a Jimi y a Jerry llamándome para que me sentara junto a ellos. Y así lo hice.

—Buenos días _____-Chan. —saludó Jerry con una sonrisa—.

—¿Chan?. —pregunté un poco confundida—.

—Es _____-San. —Jimi golpeó un poco el brazo de Jerry—.

—Lo diré como quiera. —respondió Jerry molesto—.

—¿Y desde cuando ustedes hablan así?. —reí un poco—.

—Desde... —Jimi una pausa y miró el techo buscando alguna respuesta— ¡Ah si!. —me miró— Desde ayer. —sonrió—.

—¿Qué opinas?. —preguntó Jerry curioso—.

—Deben aprender más. —sonreí—.

Levanté la mirada buscando a Sally, no podía encontrarla por ningún lado.
Le pregunté a los chicos y ambos dijeron que no la vieron salir de su habitación.
Me levanté de mi asiento y les pedí que me disculparán ya que iría a buscarla.
Llegué a su habitación y llamé a la puerta.

—¿Sally estás despierta?. —no recibí respuesta alguna— ¿Sally?. —apoyé mi oído sobre la puerta y no escuché ningún sonido— Voy a entrar.

Al decir esto abrí la puerta con algo de brusquedad.
Quedé en un estado de shock al mirar su habitación; había sangre, las cosas estaban rotas o fuera de lugar de una manera brusca, además de que Sally no se encontraba. Solamente estaba el señor D, su peluche.

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