El chico de cuerpo pequeño y curvilíneo se encontraba otra vez encerrado en su cuarto, su madre cocinaba abajo, su padre estaba en el trabajo y su perro Mello se encontraba recostado en el frío suelo de cerámicos. Como siempre el cuarto de aquel chico de cuerpo pequeño se hallaba totalmente organizado, los libros estaban en una repisa ordenados por colores, la ropa perfectamente organizada en su armario, sus zapatos bajo la cama y solo un poco de ropa sobre esta, el uniforme escolar y su bolso. Se encontraba sobre la cama con un brazo en su frente, amenazando con cubrir sus ojos.
En sus oídos había un zumbido que se iba intensificando, sus mejillas ardían conforme lágrimas caían una tras otra, con leves suspiros comenzaba a sorberse la nariz y respirar lentamente para calmarse. Imágenes borrosas llenaban su mente, mientras su corazón se retorcía y quebraba, le dolía mucho el pecho, sentía un vacío inmenso y su cabeza dolía como nunca. La imagen de un chico de cuerpo tallado, cabellos negros como la noche y ojos celestes cual diamantes se hizo presente, su corazón latió muy fuerte, deseando escapar de esa jaula en la que se encontraba, soltó un grito ahogado, mordió su labio y volvió a llorar.
Aquella imagen horrenda de ese chico a quien entregó su corazón lo lleno, haciendo su alma completa doler y su pecho quemar, lágrimas frías y llenas de odio por el mismo se deslizaban por aquellas rosadas mejillas, para colarse en sus orejas y luego, empapar la cama.
Podía sentir como volvía a tener doce años, como unos gruesos y amargos labios chocaban con los suyos, sentía como algo en el se quemaba, algo ya no estaba ahí, no algo, sino, alguien, y ese alguien se llamaba Toshio Takeru, el chico a quien amo en sus doce años.

FlashBack
_p-pero amor... n-no e-estoy listo..._ se quejaba el chico de cuerpo curvilíneo.
_¡oh vamos! ¡Me llevas provocando todo el día! ¡Ahora no te vayas a negar!_ gritaba el histérico novio del pequeño de grandes caderas.
_¡E-eso no es v-verdad!_ el pequeño curvilíneo simplemente seguía negándose a entregar su cuerpo.
_¿¡Sabes que!? ¡Vete a la mierda!_ grito aquel chico de cabellos negros y ojos celestes_ ¡Eres sólo un maldito maricón! No se como pude salir con alguien tan repugnante..._ sentenció para luego tomar sus cosas y marcharse dando un portazo.

Fin del FlashBack

Las lágrimas heladas le caían una tras otra cuando de repente se oyó una voz que lo trajo otra vez al espantoso mundo real.

_¡Mi amor ven por tu desayuno que llegaras tarde al colegio!_ vociferó la madre del chico de pequeña estatura.

Ya que su madre y padre no sabían nada sobre su "enfermedad", decidió cambiarse el pijama de rayas color salmón antes de bajar. Se colocó el uniforme, fue a mirarse al espejo y chequear que se veía bien. Su camisa blanca abotonada correctamente, la corbata roja perfectamente anudada, los pantalones bien planchados, el abrigo cerrado hasta la mitad y el cabello castaño claro (algo grisáceo) bien peinado.
Ni bien salió del baño y junto su bolso bajo corriendo las escaleras rumbo a la cocina, simulando que no se había pasado la mañana llorando. Se despidió de su madre con un beso en la mejilla, tomó la bandeja de comida y corrió fuera de la casa.
Al llegar al colegio se chocó con un chico "nuevo", que se disculpo y entro a toda velocidad siendo perseguido por varias chicas.