1 capítulo

Bracea...

Patea...

Respira...

No te canses...

¡Tú puedes!...

Eso es lo que pienso mientras compito. Cuando termino, me quito los lentes y reviso mi tiempo. Si me va bien sonrío, si me va mal...Si me va  mal pienso en lo que me irá a decir mi entrenador. La queja de siempre es la cantidad de tiempo que tardo en dar las vueltas.

Pero por dicha esta vez me fue bien. Bajé mi tiempo y quedé de primera. Más feliz no podría estar. Este era mi último evento para que termine la competencia. Pero cuando salí de la piscina  en lo único que  podía pensar era que podría comerme la casa completa del cuento "Hansel y Gretel".

Cuando llegué donde mi entrenador, él levantó su mano para que choquemos los cinco.

—Bien hecho.—dijo con una sonrisa—
Pero tienes que bracear con más agresividad.

—¡Eso hice!—Dije moviendo mis manos exaltada.

—Si claro—me respondió en un tono sarcástico.—Ya te puedes ir a cambiar, nos vemos mañana.—me despedí con la mano  y me fui.

Mejoré mi tiempo y
lo hice bien, me molesta que siempre haya algo malo pero sé que Jack, mi entrenador, tiene razón.Sé que la única forma de mejorar es seguirme esforzando y rectificar mis errores.

Una sensación en mi estómago me acordó que tenía hambre. Entonces comencé a caminar rápido a los cambiadores.

Estaba pensando en qué podía comerme al llegar a mi casa cuando mis deliciosos pensamientos fueron interrumpidos al chocar contra alguien.

—Perdón—me disculpé sin despegar mi mirada del suelo.Iba a seguir caminando, pero me petrifiqué al escuchar esa hermosa voz.

—Tranquila—dijo nada más y nada menos que Noah Morris. Mi amor platónico desde que tengo memoria. Él es sólo dos años mayor que yo. Tiene los ojos verdes y el pelo castaño. Es  pechista y nunca le logran ganar en las competencias.

Levanté la mirada para poder mirarlo a los ojos pero me sonrojé enseguida. El me dió una sonrisa muy arrogante y yo salí corriendo. Tenía miedo de  que si seguía ahí mirándolo iba a babear en frente de él.

Al llegar a los cambiadores me metí en el primer vestidor que encontré libre. Puse mi mochila en la banca que había en frente mío y tendí la ropa que me iba a poner, por encima de la puerta.

En ese momento tenía  puesto mi traje negro arena de competencia, de tanto usarlo ya se le cayó el sello FINA pero siempre lo uso cuando tengo que competir el 200 dorso, es como "mi amuleto de la suerte". Como todos los vestidos de baño de competencia, este me aprieta demasiado, siento que mis hombros están por salirse y mis piernas por explotar. Bufo de frustración al no haber podido quitarme el traje pero cuando me lo logré quitar me sentí tan libre que podría haber cantado la canción de Frozen "Libre soy".

Comenzé a buscar en mi mochila la ropa que me quería poner, pero no estaba. Me acordé que la había tendido en la puerta del vestidor pero tampoco estaba ahí.

—"¡¿Dónde está mi ropa?!"—me digo a mí misma desesperadamente.

Me di la vuelta para buscar en la ropa que había dejado colgada en la puerta, pero ya no había nada ahí. Entré en pánico. Por dicha mi paño estaba en mi mochila entonces saqué mi paño y me envolví en el para salir del cambiador en donde estaba, seguro mi ropa se cayó al otro lado de la puerta.

Al salir del baño me encontré con la grata sorpresa de encontrar a gente grabándome(noten mi sarcasmo).

Enfrente mío estaba Leyla con mi ropa puesta y mi brasier en sus manos. Sentía que me salía humo de mis oídos. ¡Ella no sabe con quién se metió!





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Holaaaa!❤️

Lean eso porfa!!!

Gracias a las personas que han leído este capítulo y espero que les guste y por favor voten y comenten mi historia.¡Graciaaas!

-Hannah

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