Capitulo VII
Narra Argentina:
Habian pasado unos tres dias desde que habia asistido a la cena en casa de Rusia y desde que casi me coge el comunista de la URSS.
Estaba recostado, con dolor de cabeza luego de haberme ido a una joda con algunos paises en casa de México. Bostecé con cansancio y sueño, estaba por volver a dormirme hasta que noté que no estaba solo, pegué un brinco hermano, que por suerte no hice que se despertara la otra nación, refrege mis ojos y me pellizque pero no, no era un sueño o alguna pesadilla.
Me había costado reconocer quien era al principio, estaba rezando con que no fuera alguna potencia más y mi suerte me sonrió a medias...
El que estaba recostado a mi lado el segundo trillizo de los tricolores sudamericanos, así es, era Venezuela.
Me quería matar, voy a estar en el horno cuando Colombia se entere. Puse mi puño en mi boca sin saber que hacer, podía escapar de la situacion pero no quiero dejar al estrellitas solo viste... queda mal además de que me lo garché, espero no haberle dicho algo como "Sos re lindo" "Te amo" y esas cosas, no es de malo si no de que por ahí que se yo llega a pensar que me gusta o algo.
En lo que pensaba que hacer, mi curiosidad me invadió mientras observaba al venezolano que dormía plácidamente a mi lado, me dijeron que la curiosidad mató al gato... pero yo no soy un gato así que no me puedo morir. Saqué de encima las sábanas que cubrian su cuerpo y de apoco podía ver algunas cicatrices que decoraban su espalda más un tatuaje de estrellas que le hacían referencia a la bandera de su nación, quería ver si ocultaba algo más, noté algunos piercings en sus orejas y una cicatriz que empezaba desde la parte izquierda de la mandíbula hasta terminar en su ceja.
No podía ver nada más ya que estaba boca abajo, sentí algo de pena, ni yo estaba tan hecho pija desde que fui a la guerra contra el piratita del orto.
Puse mi mano sobre la cabeza... no recuerdo nada de anoche, ¿que motivos tendría yo para meterme con Vene? O mejor ¿Qué tan borracho tenía que estar para meterme con Vene? De pedo no apareció México, Chile o Brasil en vez de Venezuela... creo igual habían otros países como Estados Unidos, Canadá, Jamaica, Cuba... Supondría que Holanda ya que estaba Jamaica pero no lo vi en ningún momento.
Hundí mi cara en la almohada, entre más quería recordar más me pegaba la resaca, no podía empezar mejor el día boludo...
- Arge...?-. Salí de mi "zona de quejas" para levantar la mirada y ver a quien me llamó, me causó gracia la cara de dormido que tenía el de pelo café.
- Buen día Vene-. Le sonreí y él me devolvió la sonrisa para acto seguido apoyarse de sus brazos para quedar semi recostado.
- Chamo que noche más loca... no recuerdo nada de lo que pasó-.
- Yo tampoco recuerdo una pinga de anoche... Apenas me acuerdo quienes estaban boludo-.
El venezolano se levantó de la cama y se puso a buscar su ropa, parece estar tranquilo, y eso me inquieta un toque.
- Che boludo, ¿seguro que no te acordaras de nada? Porque estás re tranqui a pesar de lo que creó que pasó -.
- Seguro, y además chamo, nos echamos los palos-.
- Decime la verdad "chamo", ¿te acostaste conmigo apropósito o porque casualmente terminó así?-. Sonreí mientras me ponía de pie.
- Nah chamo, estás muy bagre para mi, no estaba en mis planes terminar contigo-. Me dio la espalda, parece como si no quisiera verme a la cara.
Levanté una ceja y me acerqué a él, lo abracé por su espalda y apoye mi mentón sobre su cabeza.
- Ajá, si estoy horrible para vos ¿Porqué seguis acá conmigo?-.
Nos quedamos en silencio, yo esperando su respuesta y él sin saber que decir. Sentí algo de ternura por ello, por lo menos creo que la puse yo esta vez, tomen putos que dijeron que no iba a ponerla.
- Coño vale! Si fue apropósito... pero no recuerdo nada de anoche, te lo juro-.
- Mmm, bueno te creo... pero mentime una vez más y no vas a creer lo que te voy a hacer-.
Sentí un leve rubor crearse en mis mejillas cuando escuché una risa venir del de ojos carmesí. Le di un beso en su mejilla y me fui a poner la ropa.
Una vez ya vestido me fui del cuarto junto con Venezulea y de paso nos encontramos con México y Chile que tenían una cara de ortiva, es como si no hubieran dormido.
Me despedí de los pibes y me fui de la casa del norteamericano.
Narrador:
Argentina estaba caminando por la calle, no planeaba ir a su casa ya que tenia ganas de pasear un rato.
En el camino, cruzó en frente de la casa de una potencia que él conoce bien pero no le presto mucha atención por lo distraído que iba hasta que un bastón con una curva al final (como un bastón de caramelo) se puso en el cuello del argentino y lo jaló hacia atrás, haciéndolo toser.
- Ay que hijo de puta-. Se puso su mano en su cuello y miró hacia donde estaba el bastón pero se encontró con los ojos verdes de un curioso británico que lo miraba sonriendo.
- O-Oh... Hola UK! Perdonáme no, no medí mis palabras pero tampoco sabía que eras vos y no vi que pase enfrente de tu casa y bueno, ¿que querés de mi?-.
- Do you mind to enter and take a cup of tea with me? I'm sure you don't have to do nothing now (¿Te importaría entrar y tomar una taza de té conmigo? Estoy seguro que no tienes que hacer nada ahora)-. Argentina se sorprendió ante la invitación del británico.
- Eh... tenia cosas que hacer en casa...-.
- It won't take you too much (No te tomará mucho tiempo)-.
El latinoamericano pensó que no pasaría nada si esquivaba la invitación pero por algún motivo en el fondo de su persona le parecia descortez rechazar la invitación, se rindió ante él mismo y tomó una decisión.
- Bueno, pero apenas termine de tomar la cosita esa trucha tuya me rajo de acá-.
- Always so rude Argie (Siempre tan grosero Arge)-. Sonrió mientras en sus mejillas se podía admirar un claro color rojizo.- You know where the door is (Ya sabes donde esta la puerta)-.
Volteó su mirada en dirección a la puerta y se dirigió hacia ella. Agarró el picaporte y lo giró para ya entrar a la residencia del británico.
No había mucho que comentar, era la típica casa de chetitos que podes llegar encontrar en Nordelta, aunque si habría que destacar era la decoración que podía considerarse del estilo "retro" como dicen los jóvenes (jaja que decia).
Se cruzó de brazos luego de cerrar la puerta, para al segundo encontrarse de frente al británico quien llevaba cara de cumpleaños, como si la visita de Argentina fuera lo mejor que le hubiera pasado en el mundo.
El latino no estaba sorprendido que estuviera contento si se podía decir así, ya que todos en el mundo parecían felices de su bendita existencia, cuando hace algún tiempo casi nadie le daba bola.
- Follow me to the living room please (Sígueme hacia el living por favor)-.
"Me esta dando algo en el pecho" pensó el rubio, le parecia extraña los modales finos del angloparlante pero por parte le gustaba que le tratara con "delicadeza"... que necesitado que es Argentina por dios.
El antes mencionado siguió al británico hasta dar con la sala de la casa, que estaba decorada con unos sofás negros, una chimenea que tenía restos oscuros con pizcas blancas de troncos quemados en el espacio donde se los coloca, unas lámparas, mesas con alguna que otra chuchería encima para llamar la atencion y una alfombra debajo de los sofás. El británico le indicó tomar asiento en el sofá en lo que él hacía el té y preparaba las cosas, Argentina espero a que dejara la habitación para luego cubrir su cara con las manos.
¿Qué estaba haciendo? No tuvo que aceptar la invitación por el hecho de que la relación con Reino Unido era para él una cagada, pero ¡hola! El señor "Hora del Té" parecia enamorado de él... aunque supuestamente escuchaba desde antes que este sentía una atracción a su persona, cosa que no le parecia por las cortantes charlas que llegaban a tener, se preguntaba si era por cosa de esta "maldicion" amorosa que esta enamorado o simplemente ya lo estaba desde antes.
- Argentina?-.
- Estoy bien por si las dudas-. Sacó sus manos de la cara y miró en dirección al británico quien estaba demasiado cerca de él.- No te acerques tanto que te puedo robar un beso-.
- Will you dare to do it, darling? (¿Te atreverías a hacerlo, cariño?)-. Sonrió. Argentina ahora mismo tenía pintada la cara de payaso, se olvidó que este hombre no sabe sobre esos tratos homosexuales entre compañeros.
- Eh... si- para digo no-. Estaba pensando que decir, hasta que vino la palabra a su mente que toda persona en este siglo usaria para escapar de una situación así.- Uh, era ba-. Algún día Argentina, te dejaran hablar y no te van a interrumpir.
El británico besó al argentino, que iba a usar la técnica del "Era bait" para sacar pero ya fue tarde cuando se le ocurrió decirlo. No iba a separarse, no iba a apartarlo, no iba a hacer nada porque nunca funcionaba. Siguió el beso solo por ser su única alternativa a acabar rápido con su "sufrimiento", que exageración...
Al separarse, se digno únicamente a ver hacia abajo. Estaba sonrojado, y no fue por eso que bajó la mirada, si no fue porque... le gustó el beso al pelotudo arromántico de mier-
- No me digas nada, ni que soy lindo ni que nada-. Se cruzó de brazos.
- How childish (Qué infantil)-. Rió.
- ¡No soy infantil!-. Lo miró a los ojos como si aquello que dijo fuera lo peor para el latino.
El británico sonrió y puso una de sus manos en su mejilla con una delicadeza que hizo bajar un escalofrío por la espalda del argentino, como si a un perro hubiera encantado. Se sentía relajado por algún motivo extraño, le parecia algo empalagoso y muy dulce al sus preferencias.
- ¿Qué me estás haciendo boludo?...-.
- Nothing, you calm down yourself (Nada, tú solo te calmaste)-. Estaba maldiciendo haber aceptado la invitación.
- Bueno al carajo todo-.
Dicho eso, agarró al británico de su corbata y lo pegó a él, juntando sus labios en un tierno beso. Volteó a su contrario dejandolo debajo suyo, recostado en el sofá, fue precipitado hacer eso y que bueno que fue salvado por el poder del guión.
El ruido de alguien llamando a la puerta hizo que se separaran, de inmediato el arrepentimiento le llegó al sudamericano haciendo que se salga de encima del europeo y lo ayude a levantarse.
- Perdonáme por eso-.
- Who told you to stop? (¿Quién te dijo que pararas?)-. Lo agarró del cuello de su remera y nuevamente se besaron, ignorando el llamado a la puerta.
Hubieran llegado más lejos pero una voz resonó en el pasillo.
- ¿UK? ¿Estás en casa, cielo?-.
El argentino quedó helado, se había olvidado, -como siempre- Reino Unido no estaba solo, él estaba en una relación con Francia.
- Bloody hell... (Maldicion...)-.
Un sentimiento de "rompehogares" invadió el frágil corazón del argentino, ahora no había solución, se sentía culpable y se le generó un nuevo recuerdo horrible que lo atormentará por milenios.
"Tuve que haberme quedado en casa de México, tuve que hacerle caso a mi cabeza y no al ambicioso concha de su madre de Uruguay" pensó en su parálisis. Iba a seguir lamentándose en lo que su final se acercaba hasta que un golpe en su cabeza lo despertó.
- Stop dreaming and follow me, quickly (Deja de soñar y sígueme, rápido)-. Agarró la mano del argentino y lo llevó a la cocina, que estaba conectada a la sala.
- ¿Y yo que pija hago ahora?-. Susurró con nervios.
- Use the backyard's door and go away (Usa la puerta del patio trasero y vete)-.
- Ah, si si, ya voy... eh, gracias UK-. Sonrió apurado, ya yéndose de la par del inglés.
- See you later Argie-. Se despidió el británico sonriendo para ya irse de la cocina.
Volviendo con nuestro protagonista, quien ya se había ido por el patio y escapó de la residencia de la pareja europea. El latino corrió, corrió y siguió corriendo hasta tropezarse con sus cordones y caer seco al asfalto agrietado.
No sabía dónde estaba, se arrodilló en su lugar y miró a su alrededor, buscando algún cartel que le diera una respuesta, o alguna casa que le fuera conocida. Se levantó y siguió su camino con más tranquilidad hasta que en su largo caminar llegó a arribar a la casa de un buen amigo suyo.
Conocido como Perú.
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Esta vez si me tarde, discúlpenme mis compatriotas pero estaba con fiaca y sin ideas, pero ya voy a actualizar los otros libros. Si es que puedo hoy.
Espero les haya gustado y nos vemos en otro episodio.
2216 palabras.
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