Capitulo III

Narra Argentina:

Estaba yendo calle arriba hacia la casa de Uruguay.
Durante mi corrida me quedé pensando, ya iban tres países que actuaron de forma extraña conmigo... bueno, no extraña, más que nada con una necesidad sexual conmigo.- Ya se igual que soy re lindo y todo pero hay que bajarle tres cambios a eso-.
Me preguntaba, si todos los países actuarían así con él o solamente los que podrían ser considerados "potencias".

Me detuve en seco cuando vi delante mio la casa de mi hermano, sonreí esperando que sea normal y que no actúe como los otros tres.

Toque la puerta con algo de fuerza y esperé mientras miraba el alrededor, estaba algo nervioso con lo que me deparaba, si hay un Dios que por favor no me complique más la cosa.
La puerta había sido abierta y detrás de esta se encontraba un chico de pelo rubio corto y ojos verdes. Sonreí cuando hizo su gesto de siempre, cruzarse de brazos y mirarme con cara de infeliz mientras que de su boca preguntaba "¿Qué querés ahora, Argentina?"

Su actitud era normal, era el de siempre. Mi alivio y alegría eran tan altos que lo abracé, acción que fue impulsada por mi corazón.

- Eu, eu cálmate, ¿Qué te pasa? ¿Ganó boca de nuevo o que?-. Cuando sentí que estaba intentando apartarme me relaje aún más y lo solté.

- No, no es eso es que... seguís siendo vos-. Le sonreí como si fuera a entender lo que estaba pasando, me hizo una mueca de confuso y de que estaba loco.

- ¿Te fumaste algo?-.

- Pará ahí te explico pero primero pasa dale-. Empujé sin fuerza al más pequeño haciéndolo entrar en la residencia, entre después de él y cerré rápidamente la puerta mientras le ponía llave.

Agarré a Uruguay y lo senté en una de las sillas del comedor para luego yo apoyar las manos en la mesa.

- No me vas a creer lo que esta pasandome pero igual te cuento... esta mañana había ido a comprar al mercado de allá cerca de mi casa y cuando me estaba volviendo a la casa me agarró Brasil y me beso-.

- Pensé que solo eran amigos de fútbol-.

- Después de eso me quedé en la casa pensando porque carajo hizo eso y alguien llamó a mi puerta, fui, la abrí y estaba el flaco capitalista, me agarró y casi que me coje pero le metí una piña que le hizo ver las 50 estrellas de la cara y me salvé-.

- ¿Y después que paso?-.

- Apareció Rusia, lo sacó al flaco de mi casa y viste que yo me llevo re light con Rusia... voy al freezer a sacar una botella de vodka para dársela y cuando estoy inclinado en el freezer viene y me pone la chota en el culo-.

- ¿Literal? O como?-.

- O sea, se me puso contra el culo y yo me paro bien y lo empujo, ahí el me agarra contra el freezer y me besa pero yo ahí lo hago a un lado y me fui, y termine acá en tu casa-.

- Resumiendo... ¿tenes tres países queriendote cojer?-.

- Algo así, si...-.

- ¿Y que querés que haga?-.

- Que se yo pero a mi casa no me vuelvo hasta más tarde... o siquiera vuelvo para mi casa-.

- Pará... Brasil, USA, Rusia... son países con onda de potencia-.

- Si, ¿y?-.

- Tienen plata pedazo de cornudo-.

- Aah... Y vos queres que me acueste con ellos como si fuera una puta y que les saque plata. No lo voy a hacer cajetudo además, dos son mis amigos de toda la vida-.

- No digo que te acostes con ellos bobo, pero digo que podes aprovechar esto que te esta pasando, te pueden regalar cosas para conquistarte pero puede que si... tengas que dar cosas a cambio de ello-.

La cara de mi hermano mostraba seriedad, en serio no creía que me lo estuviese diciendo posta.
Es una locura pero... lo pensé un poco, y podría valer la pena. Pero si, me volvería una puta si me copo con esta idea... ay, lo que se debe hacer en tiempos de desgracia.

- Mmm... pero tendría que fingir con al menos alguno de ellos un cierto enamoramiento ¿no?-. Puse mis manos detrás de mi cabeza mientras miraba al uruguayo.

- Si pero tranqui, que careta ya sos así que te va a ser re fácil si es que le das a la idea esta-.

- Qué hijo de mil que sos pero bueno... voy a ver si puedo hacer algo con eso-.











[ . . . ]

Narrador:

Argentina se había quedado hasta el anochecer en la casa de Uruguay, jugando, tomando mate y haciendo alguna que otra pelotudez pero estaba con la idea de su hermano dándole vueltas a su pequeño cerebro.
Pensar en lo que tendría que hacer le daba algo de asco ya que lo hacía sentir sucio a pesar de siquiera haber hecho nada pero ya tenía en mente lo que haría.

Dio un último sorbo al mate mientras volvía su mirada al uruguayo, le entregó el mate y se levantó de su asiento.

- Ya me voy Uru, creo que voy a ir a callejear un rato antes de llegar a la casa y tirarme a dormir-.

- Espero no encontrarte tirado en un callejón sin ropa-. Rió el uruguayo.

- Ja. Ja... muy gracioso, pero bueno, nos vemos mañana si es que sigo vivo-. Se dio media vuelta y se fue de la casa del uruguayo nervioso con lo que le podría esperar durante la noche.

Dio algunos saltitos en su lugar como motivación a que estaría bien y se marchó para algún lugar abierto. Tenía ganas de tomar alguna bebida energizante, así que se fue calle abajo a un kiosco que estaba abierto 24/7.

No pasaba nada interesante en el camino al kiosco, no sentía miradas, no veía a nadie en la calle, parece que en esa parte de la ciudad dormían temprano.

Cuando llegó al lugar, ingresó y se dirigió hacia las heladeras. Allí encontró variedad de bebidas, alzó sus hombros y sacó tres latas de speed, cuatro de monster y una lata de Pepsi.
Quedó pensando en si comprar algo más pero negó con la cabeza al recordar que no podía comprar todo lo que quisiera por el tema de la plata que, la tenia justa para lo que agarró.

Se acercó a la caja y pagó las cosas, salió del lugar abriendo una lata de speed y empezó a tomar mientras miraba las casas y edificios del alrededor.
Le resultaba una noche tranquila, tal vez podría descansar de todo lo que le pasó durante el día. Hubiera sido así si no hubiera chocado contra un joven más pequeño y flaco que él, de pelo corto y negro.
El argentino se ahogo con la bebida al asustarse con el choque, haciendo que empiece a toser y a cagar a puteadas a la speed.

- ¿Estás bien weon?-. Preguntó el chico, que intentaba no reírse del argentino.

- U-Uh... No podías ser vos la concha de mi madre-. Recuperó el aliento mientras miraba a los ojos oscuros del contrario.

- Ya po, también estoy feliz de verte una vez más-.

- Callate conchudo... ¿Qué haces a estas horas boludo? Dudo que sea casualidad como los otros...-.

- Tengo insomnio weon, no duermo desde ayer-. Refregó su cara con sus manos en señal de cansancio.

- Chile con insomnio... nada nuevo, che igual no tenes que estar vagando por la calle... y menos con insomnio, mira si te dormis y después te secuestran-.

- Nah weon, no creo... quería pasear de todas formas-.

- Bueno... yo digo que te vuelvas a la casa, pero ahí ya ves vos, yo me voy-. Diría mientras esquivaba al chileno para ya irse para otro lado pero fue detenido por el otro al ser agarrado del brazo.

- ¿Me puedo quedar contigo weon? Al menos hasta que te vayai' a tu casa-.

- Uh... no sé chabón, si te dormis después te tengo que llevar a tu casa que queda para el lado contrario de la mía-.

- O si no me dejai' dormir en tu casa-.

Argentina miró algo temerario a la idea, por un lado podría salir bien y por otro no... ya estaba desconfiando demasiado, no creía que Chile le fuera a hacer algo.

- Mmm... bueno dale, te podes quedar pero nada raro por que sino te dejo paralítico de una patada-.

- Nada raro, lo prometo weon-. Sonrió el chileno. Cosa que le dio algo de confianza al rubio.



Ambos latinos caminaron por las calles vacías de la ciudad en la que vivían, llevaban hablando desde que el argentino dejó que Chile lo acompañara en su caminata de desvelo, ambos la estaban pasando bien, el pelinegro en ningún momento se le acercó de forma indebida al rubio hasta mantenía una distancia considerable con él.

- Eu, juguemos al jueguito ese de con quien te casas, a quien te cojes y a quien matas-.

- Ya po, tira nombres-. El argentino utilizo este juego como ruleta rusa, el arma era Chile y las balas los nombres. Sería como un toca toca la suerte loca para ver como empezar con la idea de Uruguay.

- Brasil... eh, Rusia y.... no sé, Estados Unidos-. Intentó hacer que recién se inventaba los nombres.

- Que opciones más pico weon... déjame pensar...-. Miró al suelo pensando como responder al juego.- Creo que sería en el orden que dijiste weon-.

- Brasil, Rusia y USA... uh, si creo que haría lo mismo-.

- A ver weon, me toca... um, México... Australia y...-. El chileno hizo una pausa para pensar-. Y no se weon, China-.

- Y a ver... sería... Australia, México y China-. Alzó sus hombros ya que lo había dicho sin pensar.

- Pensé que matarias a México-. Miró al argentino.

- Lo dije sin pensar pero bueno, es un juego-.

- Bueno weon, pero mira si se vuelve realidad-.

- No digas pelotudeces, maricon-.

Se cruzó de brazos y miró hacia el cielo mientras ponía las manos en sus bolsillos. Aunque lo que dijo le parecia en cierto grado posible después de todo.

- No es mi turno pero si fuera... entre Brasil, México y yo, ¿que harías?-.

- Te mato, ahre no. Y no sé... a ver, para mi sería vos primero, después Brasil y al último México-. Miró al chileno algo inseguro de lo que dijo, de todas formas era solo para quedar bien enfrente suyo.

El chileno quedó satisfecho o al menos eso pensó el argentino al verlo con una pequeña sonrisa.
Tal vez si eligió bien los puestos, terminó de tomarse la speed y la dejo en una ventana que estaba abierta de una casa.
El chileno río cuando dejó la lata pero se quedó helado al notar que era la casa del rey de Roma.
Agarró la lata de speed y se la tiro al argentino, quien reaccionó sobandose la cabeza y dando un quejido por el golpe.

- ¿Y eso a que vino?-.

- Weon, es la casa del Reino Unido pendejo culiao'-.

- ¿Y qué? Está dormido, la hubieras dejado ahi pelotudo-. Agarró la lata y la dejo de nuevo en la ventana, el argentino aun sentía algo de rencor hacia el británico después de todo lo que le hizo.

- No weon, no está durmiendo... mira-. Agarró al argentino y señaló una luz prendida que venia de la sala de la casa. El argentino mantuvo la calma y dirigió su mirada al chileno quien parecía asustado.

- Pero no se acercó nadie a reclamar algo, así que déjalo ahí, no se va a dar cuenta que fuimos nosotros-. Eso fue lo que dijo antes de volver su mirada a la lata pero en vez de eso se encontró frente a frente con un hombre rubio bien vestido que lo miraba seriamente. Argentina saltó de un susto hacia atrás y hasta se dio cuenta de que Chile se había esfumado del lugar.

- Are you going to explain me why are you throwing your trash in my window, Argentina? (¿Vas a explicarme el por qué estás tirando tu basura en mi ventana, Argentina?)-. Preguntó el británico agarrando la lata del latino.

- Eh... es algo difícil de explicar UK... mucha taurina en el cerebro viste... no pienso las cosas con claridad antes de hacerlas-. Puso sus manos detrás de su espalda con una sonrisa nerviosa.

- Uh huh, whatever... what are you doing here alone? (Lo que sea... ¿qué estás haciendo aquí solo?)-. Preguntó el británico, no tenía nada que hacer así que se intereso en el argentino que por azar del destino aterrizó en su ventana.

- Estaba con Chile en realidad pero... parece que tuvo que irse temprano a su casa-. Miró su entorno buscando a su amigo tratando de no liberar su enojo contra el británico. Quien había agarrado su bastón para agarrar al segundo del cuello y acercarlo a él, dejando al de piercings bastante confundido.

- How can I trust your words? (¿Cómo puedo confiar en tus palabras?)-. Preguntó el europeo con una sonrisa interesada.

- Y no sé flaco, yo por mi parte te estoy diciendo la verdad... ahí ves si me crees o no... aunque prefiero que me creas por si acaso-. Sonrió nervioso y algo forzado, trataba de mantenerse tranquilo pero tenía miedo de las acciones que podían estar pasando por la mente del angloparlante.

- I would like to trust you... and I do (Me gustaría creerte... y te creo)-. El argentino suspiro aliviado mientras el británico retiraba el bastón de alrededor de su cuello mientras sonreía de forma burlona.

- Ay... gracias UK pero ya me debo ir yendo para la casa, ya como que es medio tarde y eso.. vos entendes-. Dijo ya retrocediendo mientras señalaba el camino a su casa.- Nos vemos UK-. Se despidió apresurado y se fue corriendo.

- Goodbye Argie-.











































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Hasta acá el tercer episodio... Ahora estoy por subir las imágenes de la apariencia de los países que se van encontrando hasta ahora.

Y nada, ando vicio chicos.

Pero ustedes vayan a dormir y descansen.

2317 palabras

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