𝑷𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐.
—Cuando tú salir, venir Noah para llevarte a casa —Jungkook le recordó— Yo salir tarde hoy. Mucho trabaja, mucha junta con socio viejo.
Jimin bufó, pero luego sonrió.
—Puedo irme solo, ya no necesito un chófer.
—No. Noah llevar a donde tú querer ir.
Estaban fuera del instituto donde estudiaba Jimin. Esa mañana, Jungkook había decidido que quería manejar y pasar a dejar él mismo a su chico.
—Ash —volvió a soltar un bufido— Así no es divertido. Quiero salir a divertirme con los chicos sin tener a un chofer esperando por mí.
—Todavía no saber qué piso viver los dos y querer ir solo por calles —regañó— Luego tú perder y yo preoca por tú —Jimin no pudo evitar que las comisuras de sus labios se torcieran en una preciosa sonrisa y Jungkook frunció el ceño.
—Me encanta que te preocupes por mí, sabes. Pero está bien, los llevaré a casa y haremos algo divertido.
—Ya. Buen chico.
—Siempre lo soy. Ahora debo entrar —tomó su bolso y se acercó para besar rápidamente los labios de Jungkook— Te amo.
—Yo a tú, muy. Tener buen día.
—Tú también, Jungkookie —se despidieron y Jungkook vió como Jimin caminaba hacia un par de jóvenes que, aparentemente lo esperaban.
Manejó alrededor de unos quince minutos hasta que llegó a la empresa, estacionó su deportivo negro en el lugar que era especialmente para él, tomó su portafolios y bajó del auto, caminando tranquilamente hasta llegar a su oficina. Cuando llegó al quinto piso, caminó hasta donde estaba el puesto de su secretaria, ella lo saludo amablemente como era de costumbre.
—Buenos días, señor Jeon —se levantó de su asiento e hizo una pequeña reverencia.
—Buenos días, Mina. ¿Alguna novedad el día de hoy? —preguntó sin detenerse y ella lo siguió.
—Sí, su madre lo espera en la oficina —Jungkook se detuvo y suspiró— Además le recuerdo que en cuarenta minutos más, comienza la reunión con el señor Walker y su equipo.
—Sí, lo sé. La sala de reuniones debe estar lista a esa hora.
—Lo estará —aseguró— Tengo todo arreglado y los documentos que me pidió ya los tengo listos.
—Perfecto —sonrió al escuchar a su eficiente secretaria— ¿Por qué no te he dado un aumento?
—Ya lo hizo, señor Jeon —le recordó, sonriendo.
—Verdad. Mi madre... ¿Hace cuanto me espera?
—Apenas hace unos quince minutos.
—¿Cómo se veía? Ya sabes, su cara... —necesitaba saber que le esperaba ahí dentro.
Mina suspiró, dando clara señal de que nada bueno le esperaba a su jefe.
—No se veía para nada feliz, señor.
—Bien. Quiero un té y algo dulce.
—Se lo llevo enseguida, señor.
—Gracias —dijo, y giró el plomo de la puerta para finalmente ingresar a su oficina.
—Al fin llegas —habló su madre con voz firme, sin apartar la mirada del periodico.
—Buenos días, querida madre —avanzó hasta su escritorio y dejó su portafolios a un lado para tomar asiento. Encendió su laptop y miró a su madre— ¿Qué te trae por aquí, mamá?
—Sabes porque estoy aquí —lo miró con dureza— ¿Cuando pretendes ponerle fin a esa ridícula relación?
Jungkook molió sus dientes para no decir nada incorrecto, contó hasta diez mentalmente y luego suspiró.
—Mamá, ya hablamos de esto...
—No hablamos nada, Jungkook. Te di un plazo y ya llevas más de lo esperado —se levantó del sofá y caminó hacia Jungkook— La otra semana hay una celebración importante donde debes ir, ¿Piensas llevarlo? —preguntó, sonando realmente alterada.
—Mamá, creo tener la edad suficiente como para decidir con quien quiero estar, y realmente no necesito tu aprobación —mintió, él esperaba que su madre le diera una oportunidad a Jimin— Por más asqueroso que te parezca, por más ridículo que suene. No lo voy a dejar, a menos que él así lo quiera —vio cómo el ceño de su madre se frunció aún más— Y sí, lo llevaré conmigo a la celebración.
—¡No puedo creerlo, Jungkook! Tu padre se debe estar retorciendo bajo tierra, al saber que su heredero está siendo un completo irresponsable —espetó con rabia.
—No lo estoy siendo, mamá. Deja de ser tan exagerada —se sobó la sien con ambas manos y su madre clavó la mirada en aquel reluciente anillo.
—¿Qué es eso? —lo miró, sin dejar de fruncir su ceño.
Jungkook apartó las manos y levantó la vista para encontrarse con el rostro totalmente ardiendo en rabia de su madre.
—¿Qué cosa? —preguntó al no entender a qué se refería.
—Lo de tu dedo, Jeon.
—Aaah... —no pudo evitar sonreír— Es un anillo.
—Claro que lo es, no soy estúpida. ¿Esto es en serio? ¿Realmente llegaste hasta este nivel con ese muchacho?
—Sí, mamá. Aunque no lo creas, ya estoy sobre ese nivel.
—¿Qué vendrá después? ¿Lo pasarás por el registro para que sea parte de la familia?
Era lógico que si las cosas seguían tan bien como estaban, él no dudaría en hacer esos trámites. Pero no respondió a las preguntas de su madre, no quería ser la causa de una larga discusión.
Cuando Jungkook se dispuso a decir algo la puerta sonó.
—Pase —dijo en un tono neutro.
—Disculpen —Mina se asomó y miró a Jungkook— Señor Jeon, su té— dijo y caminó hasta el escritorio de su jefe, dejando las donas y el té con cuidado— Los ejecutivos ya llegaron —informó.
—¿Ya?
—Sí, señor. Preguntan si la reunión puede empezar antes.
—Ya, en cinco minutos puedo. Lleva mi café a la sala, por favor.
—Bueno. Los haré pasar a la sala de reuniones, entonces. Con permiso —se retiró haciendo una reverencia y cerró la puerta.
—Mamá, no quiero que vuelvas a cuestionar mi relación —habló serio— Soy un hombre adulto, lo suficientemente responsable como para hacerme cargo de mis propias acciones, y estoy capacitado para tomar las decisiones que crea que son mejores para mí. Jimin, sin duda es una de ellas y aunque te opongas, nada cambiará —se puso de pie y acomodó su traje— Te adoro, mamá, lo sabes— dijo en un tono suave— Pero Jimin es mi pareja y por primera vez estoy inmensamente feliz. Tú deberías alegrarte por verme así, no pedirme que me aleje de mi felicidad.
—Por supuesto que tu felicidad es la mía. Eres mi único hijo, después de todo —se acercó a Jungkook y acomodó su corbata— Pero una relación entre dos hombres... no es natural, hijo.
Jungkook no pudo evitar hacer una mueca de disgusto ante las palabras de su madre, con su mandíbula tensa, se apartó para salir de la oficina, pero ella lo detuvo.
—Escucha... —suspiró y relajó su postura— Debes entender, soy una mujer mayor que no está acostumbrada a esto. Cuido bastante mi imagen y la tuya.
-Mamá...
—Cállate —lo cortó— Te quiero, eres mi hijo y tu felicidad siempre será lo más importante para mí —Jungkook no pudo evitar sonreír— No me mires así. Pero quiero que sepas que no lo acepto, pero no volveré a meterme en tu relación —terminó por decir.
Jungkook sonrió aún más y besó la mejilla de su madre. Sí, su madre no había aceptado del todo su relación, pero que no interfiriera era un gran paso.
—Te adoro, eres la mejor —dijo, en un tono infantil, haciendo que su madre sonriera levemente.
—Ahora, date prisa que tienes bastantes que hacer hoy —ambos salieron de la oficina y tomaron distintas direcciones. Jungkook estuvo hasta tarde con los inversionistas y otros conocidos. Un día completamente ajetreado y agotador.
***
Cuando llegó a casa, ya eran las diez de la noche y todo estaba en completo silencio, por lo que pensó que Jimin debía estar durmiendo. Caminó en dirección de las escaleras para subirlas y llegar a su dormitorio, encontrándolo totalmente vacío.
—¿Jimin? —lo llamó, pero nadie respondió.
Salió del dormitorio y caminó hasta la pequeña oficina que había dos puertas más allá de donde estaba y al abrirla, lo encontró ahí. El escritorio estaba lleno de papeles con tareas a medio resolver, Jimin dormía encima de ellos mientras un pequeño hilo de baba caía desde su boca hasta uno de los paneles.
Sonriendo, Jungkook lo tomó entre sus brazos con sumo cuidado y de inmediato, Jimin se acurruco contra su cuerpo, sin siquiera despertar. Lo llevó hasta el dormitorio y lo dejó en la cama, quitó el exceso de ropa y lo arropó bien, se fue al baño y se dio una buena ducha para luego meterse a la cama y abrazar a Jimin.
Dormir abrazados era algo que Jungkook disfrutaba bastante.
—¿Ju-Jungkookie? - habló Jimin, con su voz somnolienta.
—Yo —se metió en la cama, apagó la lamparita que tenía en su mesita de noche y se acercó al tibio cuerpo de Jimin— Aún ser noche. A dormir —cerró sus ojos y abrazó a Jimin, quien de inmediato se acurrucó en su pecho.
—Bienvenido a casa... —bostezó— Buenas noches, Jungkookie.
—Buenas noches, bonito.
—Te amo.
—Te amo —respondió, antes de caer en su sueño profundo.
***
Un pequeño ritual se repetía todos los días, el cual consistía en llenar de besos a Jungkook hasta lograr despertarlo en su totalidad. Esta era en definitiva, la mejor manera de empezar un día lleno de trabajo y de estudios.
La navidad estaba a solo dos semanas y la señora Jeon siempre la pasaba junto a su hijo y unos amigos de la familia. Este año sería lo mismo, pero con Jimin incluido, aún cuando la idea no fue de su total agrado, ella terminó aceptando.
Era viernes y para suerte de Jimin, era su último día de clases, necesitaba descansar y dejar de pensar en exámenes, su cerebro se estaba cocinando con sus clases intensivas de coreano. Inglés había sido más fácil y cada día mejoraba un poco más.
Los meses que llevaban juntos eran como un sueño, nunca hasta ahora habían discutido, no tenían desacuerdo, no se ponían celosos el uno del otro, no se entrometieron jamás en no debían, respetaban completamente sus tiempos y espacios sin el otro.
La relación perfecta.
Cuando Jimin llegó a casa luego de un día sumamente estresante y con algo de frustración al estar más que seguro que reprobó el examen, entro de malas ganas y tiro todo al sofá para luego dejarse caer y sacar su celular.
Yo.
17:24
Holo.
Luego recordó que, si ahí eran las cinco de la tarde, donde estaban sus amigos serían las cinco de la mañana, por lo que no tendría una respuesta hasta dentro de unas horas más.
Suspirando, lanzó su celular al otro extremo del sofá y se levantó para ir en busca de algo para comer. El sonido de la puerta lo detuvo y cuando esta se abrió por completo, pudo ver al único hombre que era capaz de nublar su juicio.
—¡Jungkookie! —canturrió emocionado y corrió hacia sus brazos. Jungkook lo recibió y trastabilló al recibir todo su peso de golpe— No pensé que llegarías temprano —se alejó un poco para poder mirarlo— bienvenido a casa.
—Ya estar en casa —se acercó y unió sus labios para dar un corto, pero necesitado beso— Yo te extrañar el día de hoy —dijo, sonriendo y cerrando la puerta, sin alejar a Jimin de sus brazos.
—Y yo a ti; todo el día, todos los días —sonrió y sus mejillas se tiñeron de carmesí.
Jungkook depositó un último casto beso en el peligris y luego caminaron juntos hasta la habitación para ponerse más cómodo y dejar de lado su traje.
—¿Tú tener hambre? —preguntó Jungkook, mientras quitaba su camisa y la lanzaba al cesto de la ropa sucia.
—Mucha.
—¿Comers pasta hoy? Yo conocer un lugar buena y con vino buena.
—Vamos —respondió, sin poder apartar sus fanales miel del maravilloso cuerpo frente a él.
***
Una vez que les tomaron el pedido, Jimin observó el lugar y cada detalle era precioso, un lugar sumamente fino y bien diseñado.
—Es todo muy bonito —dijo en voz baja.
—Sí, muy. Comida muy bueno —le sonrió— ¿Cómo ir en examen? —ante aquella pregunta, Jimin no pudo evitar hacer una mueca.
—No lo sé —desvió la mirada.
—¿No saber? —cuestionó rápidamente. Jungkook no necesitó pasar años con Jimin para conocerlo bien.
—Uhm. Creo que no me fue muy bien.
Jungkook lo observó y recordó que lo vio estudiar hasta tarde en más de una ocasión, si Jimin reprobaba no era porque no pusiera de su parte.
—No pasar nada —le habló con cariño y tomó su una de sus manos que descansaba en la mesa— Todo ir bien próxima vez —le animó.
—Sí, eso espero.
La comida llegó y el olor que salía de sus platos era exquisito. Jimin en cada bocado sonreía y hacía sonidos de felicidad ante tan deliciosa comida.
—Quiero comer esto de nuevo —habló con sus cachetes llenos.
—Vale, no ser problema. Poder venir otro día
—¿Y si no quiero salir de casa? —hizo un puchero.
—Yo llevar a casa.
—¿Y si tienen cerrado?
—Yo hablar con dueño.
—¿Y si el dueño se niega?
— Yo Comprar lugar y así yo ser dueño —respondió con orgullo.
Jungkook sonrió y bebió un sorbo de su vino mientras Jimin soltaba una risita divertida. Comieron todo lo que había en sus platos y luego disfrutaron de un rico postre.
—¿Bien? —preguntó Jungkook— ¿Tú querer algo más?
—No, estoy lleno.
—Entonces, ir a casa.
—Sí, vamos —se levantaron de sus asientos y pagaron, luego salieron del local y caminaron hacia el estacionamiento.
Cuando llegaron al estacionamiento, Jungkook le abrió la puerta a Jimin para que subiera, pero antes de eso, lo tomó de la cintura y lo apegó a su gran cuerpo para tomar sus labios con fervor.
Luego de unos cortos minutos, Jungkook se separó de manera violenta y miró a Jimin, quien tenía su respiración agitada y si antes estaba totalmente sonrojado.
—V-vamos a casa Jungkookie —pidió Jimin, completamente mareado por la excitación. Jungkook dio otro pequeño beso y se fue hasta el otro extremo del auto para ingresar y encenderlo.
Cuando iban camino a casa, el teléfono de Jimin sonó, anunciando la notificación de mensajes.
Lis~
20:07
AAAAAAHHHH
SI NO ES EL
INGRATOOOO
Jackie~
20:07
AJSJSJDNDN
un milagro
dice 🤣
Lis~
20:09
ya lo había dado
por muerto 😫
Yo.
20:10
🙄
Estoy más vivo que sus sueños,
solo que andaba con exámenes
:c no quiero estudiar mas ajaja
Jackie~
20:10
Yo por eso no estudio.
Lis~
20:12
JAJAJAJAJAJA
PERO JACKIEEEEE.
Jimin, no le hagas caso,
estudia y luego nos enseñas
Ladnwkdkdkf
Jackie~
20:13
Pero clases
gratis ajsjajsba
Yo.
20:15
Me iré a dormir
:c
luego nos
leemos
Lis~
20:15
¿A dormir? 😏
Jakie~
20:16
Así se dice. Espera
¿Por qué la cara?
Ay no me jodas Lis
AJAJAJAJAJAA
adios.
Lis~
20:17
Descansa jimin y
no nos dejen en visto
>:c
Yo.
20:20
YO? JAJAJAJAJA
nunca más :c ahora si,
gud nai ♡.
Guardó su teléfono una vez que lo bloqueó en el bolsillo de su pantalón. Cuando bajaron del auto, Jungkook tomó de la mano a Jimin y subieron tranquilos hasta que entraron a su departamento.
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