𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒔𝒊𝒈𝒖𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒗𝒊𝒅𝒂.
—¿Crees que en nuestra vida pasada, estuvimos juntos?
—Yo no saber. Pero si haber otra vida después de esta, yo encontrate nuevamente. Es el destino.
—Y-yo también. Te buscaré y te encontraré en nuestra siguiente vida... Y en la que sigue después de esa, y así hasta encontrarte. Y cuando lo haga, volveré a ser tu chico. Y tú serás mío nuevamente.
—Sí, yo siempre ser tuyo. Siempre.
El sonido del llanto de un bebé hizo que Jimin abriera de golpe sus ojos.
salió de la cama sin pensarlo, en medio de la oscuridad mientras tropezaba con uno que otro juguete en el camino.
—¡Mierda! —se quejó bajito al pisar quien sabe qué cosa.
Al llegar al dormitorio que estaba al lado del suyo, encendió la hermosa lámpara de conejito que había en una mesita de noche junto a la hermosa cuna de su bebé, una luz tenue que no molestaba al ser encendida.
—Hola, mi vida. Papá está aquí —habló con ternura al tomar entre sus brazos y con mucho cuidado a su bebé de tan solo tres meses de nacido— ¿Tienes hambre, amor? Papá te dará una rica lechita —arropó un poco más al pequeño y tomó el termo que dejaba cada noche en la habitación para tener todo a mano, agitó el biberón con la leche, tomó asiento en un cómodo sillón que había en el dormitorio y posicionó a su pequeño entre sus brazos para darle su leche— Eso es, buen chico —lo observó hasta que se bebió todo el contenido.
Se levantó del sillón con cuidado, dejó el biberón en la mesita y comenzó a dar pequeños golpecitos en la espalda para sacar los gases de su precioso bebé, cosa que hizo con éxito. Luego de un rato cambió el pañal y lo acomodó nuevamente en la cuna, le pasó su mantita de conejo que Jungkook había comprado desde el momento en que les avisaron que había un bebé de tan solo cuatro días de nacido y que estaba listo para ser adoptado.
—Eso es bebé, cierra tus ojitos y duerme un poco más —pidió doltando un suspiro. Estaba realmente agotado, pero a la vez completamente feliz— Papá tiene sueño —sonrió al ver que su pequeño apretó una de las orejas de su mantita y comenzó a cerrar lentamente los ojos.
Cuando comprobó que el pequeño Junín estaba completamente dormido, salió de la habitación y se fue directo a su cama, se metió rápidamente y se apegó su espalda contra el gran cuerpo de Jungkook, quien aún dormía plácidamente. O eso creía.
—¿Amor? —murmuró bajito el mayor mientras lo abrazaba— ¿Conejito despertó?
—Ya está durmiendo, ahora yo igual quiero dormir —se giró para quedar frente a él.
—Yo iré cuando vuelva a despertar...
—No hace falta, ademas, más rato trabajas y son las tres de la madrugada. Duerme que debes descansar —lo besó en el mentón— Yo también quiero dormir, tengo sueño... —cerró los ojos para conciliar el sueño, pero le fue imposible.
—Pero estás cansado, tienes ojeras... —bostezó. Él realmente estaba cansado y su trabajo lo mantenia jodidamente ocupado estas semanas por lo qie llegaba tarde a casa— ...además, verlo es trabajo de ambos —depositó un beso en la frente de Jimin— Debo ayudarte, es mi hijo y quiero cargar con la mitad de lo que tú haces...
—Te amo —soltó al escucharlo hablar— Realmente te amo —lo abrazó un poco más fuerte.
—También te amo —sonrió— Amo lo que tenemos; nuestro conejito, nuestros desastrosos perros, nuestra bonita casa llena de tus plantas, aun cuando me obligas a regarlas y no me gusta. Amo nuestra vida —habló ya estando completamente despierto— Sin duda, eres lo mejor que me pasó en la vida, amor —sonrió, aun cuando Jimin no podía verlo.
—M-me vas hacer llorar —apoyó su frente en el pecho del mayor.
Jungkook solto una risita y tomó con ambas manos las mejillas de Jimin para obligarlo a levantar la vista.
—Te amo, te amo, te amo —comenzó a repartir besitos en todo su sonrojado rostro— Te amaré ahora y siempre, amor. Nunca lo olvides.
—¿Que nunca olvide qué cosa? —preguntó en un tono inocente. Jimin adoraba cuando Jungkook le decía que lo amaba, porque cada vez que pronunciaba esas palabras, salían completamente sinceras y llenas de amor.
Jungkook enarco una ceja, sabía lo que Jimin estaba intentando hacer, lo conocía mejor que nadie.
—No olvides que te amo —lo besó— Nunca lo hagas —volvió a besarlo y Jimin sonrió aun más.
—Me haces cosquillas con tu barba —llevó sus manos a los cabellos oscuros del mayor y lo acarició— Nunca lo olvidaré, lo prometo. Ahora dime... ¿Qué es lo que más amas de mí? —preguntó pícaro y Jungkook no pudo borrar su sonrida de los labios.
—Amo todo de ti, amor. Tus preciosas curvas, tu cabello alborotado, tu encantadora sonrisa, tus hermosos ojos miel, tus sensuales labios que me vuelven loco, tu mal carácter, tu estatura —sonrió al ver la mala cara de Jimin por escuchar lo de su estatura— tu inteligencia y ahora tu faceta de papá protector.
Jimin sonrió satisfecho al escuchar aquellos, juntaron sus labios y se besaron por un largo tiempo, Jungkook metió sus manos por debajo del pijama del menor, haciendo que este soltara pequeños gemidos al sentir las yemas de los dedos fríos es su piel caliente, estaban entrando a su burbuja de amor y lujuria cuando un sonoro llanto les apagó toda llama de pasión.
Se separaron rápidamente y Jimin encendió la luz que había a su lado y se sonrieron. Jungkook se levantó de la cama y comenzó a buscar sus pantuflas, unas que Jimin le obligaba a usar ya que eran de pareja.
—¿Realmente quieres otro bebé, amor? —preguntó sin abandonar su sonrisa.
—Tres, quiero tres.
—No creo poder soportar esta abstinencia por mucho tiempo y los rapiditos no me satisfacen —intentó hacer un puchero, pero Jimin se levantó rápidamente para darle un corto beso en sus labios.
—Solo es hasta que se aprenda a regular el sueño, luego dormirá toda la noche —aseguró.
—¿Y eso cuándo es?
—No lo sé —se encogió de hombros— Quizás al año o los dos, algunos no lo hacen hasta los seis años por lo que leí —miró la cara de Jungkook y estalló en risa.
—Creo que con Junín basta y sobra —caminó hacia la puerta para ir por su pequeño.
Jimin negó con la cabeza mientras aún sonreía, solo era cosa de acostumbrarse y aprender a conllevar el día a día con un bebé, hacer los tiempos y aprovecharlos al máximo.
No era tan difícil como sonaba, solo necesitaban aprender ya que ellos eran padres primerizos.
Se acomodó en la cama y cerró los ojos, realmente estaba cansado y quería dormir profundamente. Por suerte, lo hizo.
Despertó asustado al darse cuenta que la habitación estaba completamente iluminada por el sol que se filtraba por la ventana.
—¿Jungkook? —llamó al no escuchar ningún ruido en el lugar y salió de la cama para ir en dirección de la habitación de su bebé.
Cuando miró desde la puerta pudo ver que el pequeño dormía plácidamente y uno de sus doberman alzó la cabaza y agitó su cola emocionado al verlo, pero Jimin le hizo un gesto con la mano para que no hiciera ruido y el perro, muy obedientemente volvió a acomodarse en el suelo de la habitacion para seguir con su siesta.
—Amor —habló Jungkook de repente y Jimin se asustó.
Caminó hasta la sala y ahí lo vio.
—Jungkookie, me asustaste. ¿Qué haces ahí? Está helado.
Jungkook estaba con una taza de café, las ventanas de la sala estaban abiertas y él estaba apoyado en la baranda del balcón acompañado de su otro perro, quien descansaba a sus pies.
—Te amo —dijo de repente Jungkook.
—También te amo —respondió con una hermosa sonrisa.
—Eres el amor de mi vida —habló mientras se acercaba a Jimin.
—También lo eres —aseguró sin titubear.
—¿Nunca me dejarás, verdad?
—Amor, ¿qué pasa? —preguntó preocupado— Nunca lo haré, te amo por sobre todo —Jungkook sonrió.
—Tendremos una niña —dijo finalmente.
—¿Qué? —preguntó sin entender.
—Hace una hora me llamó la asistente social, tiene un mes y llegó en no muy buenas condiciones al orfanato hace unos días, está con medicamentos y ya está mejorando, me dijo que lo hablara contigo pero le dije que sí de inmediato... —dijo lo último algo preocupado al haber tomado esa decisión sin antes consultarle a Jimin— Pero... pero si no quier... —fue silenciado con un beso.
—¡Sí, sí quiero! —soltó emocionado— ¡Seremos padres de nuevo! —gritó no tan alto para no despertar a su pequeño— Hay que contarle a nuestro conejito, hay que pensar en un nombre, necesitamos ropa, cuna... —se mordió el dedo pensando, Jungkook lo miraba con ternura al verlo tan feliz— ¡Necesitamos preparar su habitación, Jungkook! ¿Dónde dormirá?
—Amor, hay tres habitaciones desocupadas en la casa, podemos arreglar una de ellas y mientras tanto dormirá en nuestra habitación.
—¡Sí! —saltó sobre Jungkook y entrelazó sus piernas en la cintura de este— Te amo, Jungkook. Amo a nuestra familia. Te amo —susurró contra los labios del azabache— Realmente te amo.
—Lo sé, lo sé. Te amo mi vida, nunca lo olvides.
No olvides que te amo.
Nunca lo hagas.
Te amo.
Familia feliz ♡.
Gracias a todos los que llegaron aquí, significan mucho para mí.
💜
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