𝑴𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂𝒔.
El lugar era sin duda algo de otro mundo. Jimin no tenía palabras para describir aquel restaurante tan elegante.
Pero era tan lujoso que se sintió fuera de lugar y se cohibió un poco, avergonzado de su apariencia tan simple.
Mordió su labio inferior ante los nervios y siguió a Jungkook hasta la entrada. La puerta fue abierta por uno de los trabajadores, el cual les dio una agradable bienvenida. Les indicaron la mesa que había sido apartada para ellos y luego llegó un mesero, el cual les extendió sobre la mesa la carta del menú a cada uno.
Jimin la miró y su ceño se frunció de inmediato.
—Uhm...
—Yo puede pedir, ¿qué gusta? —preguntó Jeon al verlo totalmente confundido, pero luego pensó en cómo lo preguntó y se dio cuenta de que quizás Jimin no lo entendería - Tú dime, yo ordena —volvió a decir.
Jimin le sonrió de forma genuina e inconscientemente, Jeon, mordió su labio inferior.
—No entiendo nada, todo está prácticamente en inglés —frunció sus labios en una mueca. Él era horrible en inglés.
—Hay pollo, mo-ma...risco, carne —intentó ayudarlo a elegir.
—Pollo suena bien. Pollo y papas fritas —Jungkook frunció el entrecejo y Jimin soltó una risita divertida.
Bien, pedir pollo con papas fritas en un lujoso restaurante no era la mejor de las opciones.
—Pide lo que sea, pero que lleve pollo, por favor.
—Okey. ¿Ti gusta vino? —preguntó con interés y Jimin le volvió a sonreír.
—Sí, me gusta.
—Bien —miró hacia un lado y de inmediato apareció un camarero, el cual literalmente memorizó el pedido y se retiró para ir a la cocina donde debía informar los platos que se debían preparar.
Jimin miró con curiosidad todo el lugar y por un momento se arrepintió de haber acertado la cena. Estaba claro que ese no era un lugar para él.
Soltó un suspiro ante los nervios.
—Tú... —habló Jeon con cautela— ¿Tú no quieres aquí? —bufó para sí mismo al no poder expresarse como lo deseaba— ¿Aquí, conmigo?
Jimin lo miró e intentó entender.
El camarero llegó con dos copas y una botella de vino tinto. Sirvió en silencio una de ellas y se la extendió a Jeon para que lo degustara y aceptara que sirviera la otra copa. Jungkook hizo un gesto de aprobación.
Una vez que el camarero se retiró, Jimin se llevó la copa a sus labios y probó el vino.
Era jodidamente delicioso.
—Mmm... —tarareó gustoso— Está rico.
—Rico —repitió Jeon.
—Sí.
—Tú poe-puedes pedir más.
—Gracias —Jimin vio a Jeon beber otro sorbo de su copa— ¿Quién te enseñó a hablar en español? —quería saber más de él, aun cuando no sabía como hacerlo, por lo que se aventuró y simplemente preguntó.
Jungkook pensó un momento antes de responder.
—Solo. No tiempo para estudiar, debo hacerlo yo, solo.
—Oh... ¿Es muy difícil?
—Muy. No sé como pru...pro...ninciar bueno.
—Pronunciar bien —le corrigió, y Jeon le sonrió avergonzado.
—Sí. No sé y cuesta muy —Jimin ni dejaba de sonreírle. Escucharlo arrastrar las palabras era malditamente tierno.
—¿Por qué quieres aprender si llevas contigo a alguien que te traduce todo? —habló lento para que Jeon le entendiera.
—A mí gusta aprender. También en compañía, muchos socios de países.
—Oh... ¿Entonces hablas otros idiomas?
—Sí, pero no bueno. Solo habla bueno Coreano, Inglés y japonés —Jimin lo miró y escuchó atentamente— Español malo, chino mucho malo.
—¿También chino? —preguntó sorprendido, con sus ojitos bien abiertos.
—Sí, mucho socios de país de...diferente —comentó arrastrando cada palabra.
Antes de que siguiera hablando, fueron interrumpidos nuevamente por el camarero quien colocaba los platos en la mesa.
—¿Ti gusta? —preguntó Jungkook, en cuanto Jimin probó el primer bocado del pollo bañado en una salsa blanca.
—Uhum... —masticó lento y se deleitó con la explosión de sabores que invadieron su cavidad bucal— Esto está muy rico, gracias por pedirlo.
—Bien, esto igual —señaló su plato. Era un filete cocido a término medio, una salsa de la misma carne sobre ella y papas salteadas con algunas especias.
—Se ve rico.
Comieron unos minutos en silencio, disfrutando de la música de fondo, del vino y la cena hasta que Jimin se aventuró a preguntar más.
—¿Qué edad tiene? —tomó la copa y dio un sorbo sin dejar de mirarlo. Jeon se limpió la comisura de sus labios con una servilleta antes de responder.
—Tre... —pensó. Los números no se los sabía muy bien y antes de quedar en verguenza, se fue a la segura— Thirty one —respondió en cambio y Jimin frunció el ceño, pero antes, soltó una risita.
Gracias al cielo, Jungkook usó sus dedos señalando los números.
Jimin era malo en inglés y aunque los números eran algo sencillos, necesitaba al menos quince minutos en unir todo y lograr comprender.
—Tienes treinta y uno —le dijo— Woow, yo tengo veinticinco —también usó sus dedos para explicarle.
—Menor. Tú más menor.
—Sí, soy menor que tú —sin entender el por qué, sus mejillas se sintieron calientes y supo que estaba sonrojado— ¿Dónde vives? —se aventuró en otra pregunta.
Jeon masticó lo de la boca, se lamió los labios y luego respondió.
—Corea de sur.
—Vaya, mis padres igual son de ahí. Mis tatarabuelos eran de Corea del Norte, pero uno no logró escapar y ya no se supo más de él —le contó.
—Eso ser triste —su voz sonó repentinamente más suave ante tal información.
—Pero ya pasó. Cuéntame más de ti —le regaló otra sonrisita— Eres alguien interesante.
—Uhm... Yo solo tiene mamá, no hermanos y tengo compañía mía, yo dueño.
—¿De qué va tu compañía? —preguntó más interesado en el tema.
—Venta de pru...prudictos...
—Productos —le ayudó.
—Eso. Pru...productos tac...tecnológicos —logró decir y bufó fastidiado para sí mismo.
—Vaya, que genial.
—¿Sí?
—Lo es.
—Jimin... —le llamó luego de unos minutos. Habían vuelto al silencio mientras avanzaban la cena, Jimin alzó la vista y lo miró atentamente.
—¿Sí?
—¿Yo pa-puedo hacer prregunta? —lo miró atentamente mientras mordisqueaba su labio inferior.
—Claro, adelante —concedió.
—Tú... —pensó en las palabras correctas que debes usar, por lo que tardó unos segundos en volver a hablar.
—¿Yo?
—¿Tú solo? —Jimin frunció el ceño. No estaba entendiendo— Yo quiere decir si tú con alguien. Uhm..., yo solo, sin nadie. ¿Tú solo, sin nadie?
Oh. Pensó Jimin cuando entendió la pregunta.
—Síp. Yo muy solo —respondió con una sonrisa dulce que llegó como un flechazo al corazón de Jeon.
—¿Por qué?
—Porque sí —se encogió de hombros— Y tú, ¿por qué estás solo?
—Uhm... yo mucho trabaja, poco tem...tiempo.
—Trabajar tanto hace mal.
—Sí, pero yo solo —se encogió de hombros y suspiró— No hay nadie esperando para mí en casa.
—Por mí —corrigió.
—Eso —sonrió.
Terminaron de comer lo poco que les quedaba en sus platos y las copas fueron rellenadas un par de veces más. Para sorpresa de Jungkook, Jimin toleraba bastante bien el alcohol.
Cuando los platos fueron retirados, Jungkook pidió de postre unos cortes de tarta de chocolate y un café para Jimin.
—¿No vas a tomar café?
—No gustar, ser mucho amargo —arrugó la nariz en desagrado— No gustar.
—¿Tomarás otra cosa?
—té verde —fue lo que había pedido.
Cuando el reloj marcó quince para las doce, Jungkook pidió la cuenta y esperó a que Jimin se acabara el último bocado del pastel.
—Creo que comí demasiado —dijo Jimin y palmeó su estómago— Pero no me arrepiento de nada.
Jungkook soltó una risita.
—Me alegra que ti gustó. ¿Vamos? —miró su reloj— Ser tarde.
—Vamos.
El mismo auto esperó por ellos y el chofer les abrió la puerta.
Una vez dentro del auto y en movimiento, Jimin desvió la vista de la ventana para mirar a Jeon.
Antes de preguntar algo, Jungkook se le adelantó.
—¿A ti... —hizo una mueca de frustración y se rascó la sien— ¿Yo poder verte de nuevo? Así, cena tú y yo. O no cena, lo que tu quiere —dijo, luego de un rato intentando buscar las palabras correctas.
—¿Por qué? —preguntó curioso.
—¿No puede?
—Claro que sí, sólo quiero saber por qué.
Ver a un hombre de treinta y un años sonrojarse levemente y mordisquear su labio inferior a causa de los nervios. Definitivamente era lo más tierno del mundo.
—Por... tú a mí gusta —soltó notablemente avergonzado.
—¿Qué? —preguntó de inmediato y sus ojos se abrieron bastante ante la sorpresa de las palabras del azabache— ¿Eres ga... —se detuvo antes de terminar la pregunta— Soy hombre, no sé si lo notaste —sus mejillas se volvieron violentamente rojas en menos de un segundo.
Jungkook le sonrió, mostrando sus perfectos dientes.
—Yo sé, no ser ciego —se aclaró la garganta— Lo siento, no quiero inca...incomodar.
—No. No lo haces, tranquilo.
—Okey.
—Entonces, ¿te gusto?
Bien, saber que le gustaba a un hombre mayor era bastante interesante, más cuando a él le atraía ese hombre.
¿Y a quién no? Jeon era un puto dios del olimpo.
—Sí.
—¿Desde cuándo?
—Yo te veo, siempre —Jungkook vio la cara de sorpresa de Jimin— P-pero yo no acoso, yo solo te veo —aclaró rápidamente.
***
El auto se detuvo y Jimin logró ver por la ventana que el auto se habia estacionado frente al edificio donde vivia. La puerta a su lado fue abierta.
—Bueno, llegamos. Gracias por la cena de hoy, estuvo todo maravilloso.
—No agradecer.
—De todas formas, gracias. Nos vemos, Jungkook.
Antes de que Jimin saliera del auto, Jungkook lo tomo con delicadeza por la muñeca y Jimin se volteo a verlo.
—¿Podemos ir de nuevo? —preguntó soltando la muñeca del peligris— A cena. ¿Podemos?
—Claro, podemos —sonrió Jimin.
—Okey. Descansa.
—Tú igual.
***
Jimin caminó hasta el baño y cepilló sus dientes. Se quitó la ropa y se puso su cómodo pijama para finalmente entrar a la cama. dio varias vueltas en ella, pero por alguna extraña razón, su mente no dejaba de pensar en ese elegante y jodidamente atractivo hombre llamado Jeon Jungkook.
Yo
00:48
Oigan...
Lis~
00:55
👀
Jackie~
00:57
👀
Yo
01:02
Creo que...
Maldita sea akdnf
Creo que soy gay(?
O bi akfjdj ay no sé 😖
Jackie~
01:13
AJAJAJAJAJAJ felicidades por salir del closet, bro(?)
Lis~
01:17
AJSJAJDBSNDN
Mañana quiero detalles 😏
Ya es tarde así que duerman.
Jackies~
01:19
Detalles 😏🔥
Estaba por responder a sus amigos cuando le llegó un mensaje de alguien desconocido.
Numero privado.
Gracias por aceptar salida de hoy, buenas noches.
Claramente, supo de inmediato de quien se trataba y como un adolescente hormonal, sonrió feliz.
Esa noche, Jimin no pudo pegar un maldito ojo.
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