𝑫𝒆𝒔𝒑𝒆𝒅𝒊𝒅𝒂.

La luz entraba por aquella cortina de tela fina que cubría la ventana, los pájaros cantaban anunciando un nuevo día y Jimin aún estaba enrollado entre sus sábanas, luchando por seguir con su placentero sueño cuando su celular sonó.

De forma perezosa, estiró un brazo y tomó el aparato que estaba bajo su almohada y contestó, sin siquiera mirar quien era el que llamaba.

—¿Uhm? —murmuró con el teléfono pegado en su oreja y sus ojos aun cerrados.

¿Tú durmiendo? —la voz ronca que habló al otro lado de la línea, lo hizo abrir sus preciosos ojos miel de golpe.

Jungkook y su voz ronca y varonil causaban algún tipo de efecto en Jimin, uno que aun no lograba descifrar, pero no importaba. Jimin comenzaba a amar ese efecto en él.

—¡No! —mintió— Y-yo ya desperté —una risita se escuchó del otro lado de la línea y Jimin sintió como su cara se calentaba de repente.

Yo ya camino a casa.

—¿Qué? —se sentó rápidamente en la cama.

Yo llegando.

—V-vale —aclaró su garganta reseca— Me avisas cuando o solo sube, ya sabes cual es el departamento.

Sí. Yo subir.

—Bien.

No vemos pronta.

—Nos vemos —dijo y colgó.

Oh, mierda. 

Jimin abandonó la cama tan rápido como le fue posible. Abrió las ventanas y ordenó el desastre que había en su pequeño departamento para finalmente ir al baño y ducharse. El baño fue rápido y sacó de su armario un jeans gris oscuro que estaba algo rasgado, pero que se ajustaban bien a sus piernas, una polera blanca ancha y unos calcetines negros para andar descalzo en el departamento. 

Se miró al espejo una vez que estuvo listo y mientras acomodaba su cabello, se sonrió a sí mismo. 

—Hombre, pero que guapo te has puesto —le dijo a su reflejo en el espejo, sin dejar la boba sonrisa que había en sus labios.

Su teléfono, anunciando una notificación de mensaje y Jimin salió en su búsqueda rápidamente. Tomó el aparato entre sus manos y leyó el mensaje que había llegado.

Jungkook🖤🐾
11:23

llevo algo para comer
ya voy llegando.

Yo
11:24

Yaaaaa! muero de hambre ajjaajaj.

Respondió y dejó su teléfono a un lado para encender el televisor mientras esperaba. 

No pasaron más de quince minutos cuando el timbre sonó y Jimin caminó hacia la puerta para abrirle a la única persona que esperaba en ese momento.

Sus ojos miel encontraron unos azabaches, los cuales lucían curiosos y divertidos. La risa en el rostro de ambos fue algo que no pudieron evitar, y sin previo aviso, Jimin avanzó hacia delante y se hundió en el pecho de Jungkook.

—Hola —dijo Jungkook, mientras rodeaba con sus brazos el cuerpo de Jimin. 

—Hola —respondió, enterrando su nariz en Jungkook, inhalando el exquisito olor de Jungkook, sintiendo el calor de Jungkook.  

Y dios, se sentía tan bien estar entre sus brazos, sentir esa seguridad y calor que Jungkook le transmitía cada que se veían. Mierda, era algo que Jimin comenzaba a desear más y más. 

¿Era eso algo muy codicioso de su parte? ¿No, verdad?

—Yo te extrañar... —murmuró Jungkook y Jimin abandonó su escondite para mirarlo y hacerlo entrar al departamento.

—Se dice —le habló con cariño y sin dejar de sonreírle— Te extrañé —corrigió. 

—Sí, eso. 

—Yo igual, supongo.

—¿Supongo? Tú no seguro. 

—Lo hice, pero esto es tan nuevo y raro que uhm... me asusta un poco. ¿Realmente es todo real? —preguntó mientras sus mejillas se sonrojaron. 

—Sí. Yo real, tú real, esto ser real. 

—Sí —Jungkook lo tomó del brazo y lo guió a su cuerpo nuevamente para poder abrazarlo. 

—Yo vine pronta, te extrañar muy. 

Jimin no le corrigió, comenzaba a amar incluso su forma errónea de pronunciar las palabras.

—Me alegro de que me extrañes, sabes —sonrió mientras lo miraba.

Jungkook lo miró y relamió sus labios, como si le dijera que quería besarlo. Lo quería realmente, pero esta vez no preguntó. 

Se inclinó y unió sus labios con los pomposos de Jimin, quién gimió sobre su boca ante tan ansioso beso. Solo habían pasado cinco días desde que se vieron por última vez y parecía una eternidad. 

El beso fue largo, Jungkook llevó su mano libre a la nuca de Jimin y profundizó el beso. Su lengua recorrió todo el interior de la boca de Jimin y este aceptó todo lo que se le fue dado. 
Un sonidito de protesta escapó por parte de Jimin, cuando Jungkook se alejó de sus ya hinchados labios. 

—Yo traer comida —mostró la bolsa negra en su mano. 

—Comamos entonces, tengo hambre. 

—Yo igual. 

Había en el interior, pan, queso, jamón, leche, un sobre para preparar hotcakes y jarabe. Jimin preparó todo con ayuda de Jungkook y comieron juntos, sonriendo, dándose miradas coquetas y robandose uno que otro beso. 

Cuando terminaron de comer, Jimin llevó todo al fregadero y lavó las cosas sucias mientras Jungkook le ayudaba secando y guardando todo.

—Tú... uhm —comenzó Jungkook a preguntar con visible nerviosismo en su voz— ¿Tú venir a Corea conmigo? —preguntó finalmente.

Se encontraban recostados en la cama. Jungkook tenía rodeado el cuerpo de Jimin con sus brazos, mientras que el peligris estaba escondido en su pecho.

—No sé hablar en coreano... —murmuró. 

—Eso no ser problema.

—Tampoco inglés. No podré comunicarme con nadie, solo contigo. ¿No te importa eso? —preguntó avergonzado, aún se encontraba en la misma posición.

—Yo querer ver tu linda carita... —pidió, mientras acariciaba el cabello de Jimin. 

Jimin abandonó el calor de su pecho y levantó la cabeza para verlo. Sus mejillas lucían preciosas con el color carmesí que habían adquirido y Jungkook le sonrió. 

—Bonito —ahuecó sus manos en las mejillas de Jimin y lo guió hasta sus labios para besarlo. Jimin apoyó sus manos en el amplio y firme pecho de Jungkook mientras recibía y correspondía el beso.

Al cabo de unos minutos, cuando sus cuerpos comenzaron a experimentar una oleada de calor y excitación, Jungkook se alejó de los carnosos labios de Jimin y besó la punta de su nariz. Jimin, abrió sus ojos miel lentamente para ver a un sonriente Jungkook. 

—No importar si tú no habla idiomas, yo enseña, yo ayudar a entender —dijo Jungkook, esta vez lucía serio— No deber preocupar por eso, Jimin. 

—Pero... 

—Yo contratar gente y te llevan donde tú querer. No preocupar de eso —Jimin no pudo evitar que las comisuras de sus labios se curvaran en una sonrisa— Solo... uhm, ¿tú querer? 

—Sí, quiero ir —respondió con seguridad y a la vez emocionado— ¿No seré una carga? 

—No, nunca. Yo feliz ahora, muy —lo apretó contra su cuerpo y volvió a besarlo.

Sus labios y lenguas se perdían la una con la otra. Era un beso profundo e intenso, excitante y apasionado. 

—C-creo... —susurró casi sin voz, totalmente agitado y excitado— Debo empacar y deshacerme de mis cosas... 

—Sí. Yo ayuda, no preocupar. 

—¿Te quedarás aquí? 

—Sí, hasta que irnos. ¿Tú no querer?

-Sí, sí quiero.

Jungkook lo miró mientras acariciaba su espalda con movimientos lentos. 

—Jimin...

—¿Sí?

—Yo... uhm... esperar, yo no saber como decir —Jimin frunció el ceño al no entender, pero vio a Jungkook removerse en su posición y sacar su teléfono— Tú no ríe de mí, solo yo no sé cómo decir.

—No me estoy riendo —dijo, mientras sonreía. 

Tecleó rápidamente en el increíble teléfono plano que llevaba y lo acercó a su oreja para escuchar algo, luego miró a Jimin, quien lo miraba curioso.

—Ya. Jimin, yo t-te quierro... —arrastró las palabras, el leve rubor en sus mejillas y la preciosa sonrisa en sus labios hizo un cortocircuito en el interior de Jimin. 

—T-tú... ¿Qué? —preguntó confundido, nervioso, ansioso por volver a escuchar esas dos palabras.  

—Ti quierro - repitió y Jimin se enterró nuevamente en su pecho, logrando sentir los latidos acelerados en Jungkook— ¿Yo mal en decir esto? - Jungkook se alarmó un poco ante su reacción.

Meneando su cabeza en modo de negación, Jimin habló aun estando contra su pecho.

—Claro que sí. Solo... me hace feliz escucharlo y no me lo esperaba, ¿entiendes?

—Sí, yo entiende.

—Me gustas mucho y también te quiero, Jungkook.

Se quedaron así, en la misma posición y abrazados hasta que el hambre nuevamente los hizo moverse. Jungkook lo invitó a comer comida Japonesa en un elegante restaurante y luego pasearon, hasta que cayó la noche y volvieron al departamento para fundirse en la cama con abrazos y besos. 



*** 


Tres días pasaron. Tres días en los que Jimin contacto al dueño de su departamento para anunciarle que se iba y debía entregarle las llaves, donde empacó en maletas que Jungkook compró para él porque a duras penas tenía un bolso pequeño, donde se deshizo de lo que ya no le servía, donde Jackson fue en la camioneta de su padre para llevarse el televisor y otros electrodomésticos que le servirían, donde contactó al camión de la municipalidad para meter lo que sobraba y que no cabía en un tarro de basura normal. Entonces Jimin, miró el departamento vacío y sintió cierta tristeza al saber que estaba dejando ese pequeño lugar en el que vivió por años, pero la mano grande y cálida de Jungkook tomó la suya con tanto cariño que ese sentimiento se esfumó. 

La noche antes del vuelo, Jimin y Jungkook durmieron en la habitación del hotel ya que en el departamento no quedaba nada y Jimin había entregado las llaves al dueño, del cual se despidió y agradeció por haberle alquilado durante tanto tiempo.

Ahora, con el sol de la mañana iluminando el cielo, Jungkook y Jimin metieron las maletas en el auto y salieron a desayunar antes de abordar el avión.

Desayunaron en una pequeña, pero bonita cafetería y Jimin sacó su teléfono para mensajear a sus amigos.

Yo.
11:19

Oigan 👀

Lis~
11:19

Qué? ☹

Jackie~ 
11:21

Ya te vas? :c

Yo.
11:23

Sí :c acabo el desayuno y voy al aeropuerto. 

Lis~
11:25

Oki ajdnsn nosotros ya estamos llegando 😎 skxndnd

Yo.
11:25

A donde? 👀

Jackie~
11:25

Al aeropuerto menso zjcjnfnf no pensaste que no iríamos a despedirnos? >:c

Yo.
11:27

a

Lis~
11:27

a

Jackie~
11:28

a
Ya chao ksdjdkf nos vemos allá 😘


Jimin sonriendo, bloqueó su celular y miró a Jungkook, quien bebía de su taza de té.

—¿Todo bien? —preguntó Jungkook cuando bajó la taza. 

—Todo bien —afirmó y llevó un trozo de pastel a su boca. 

Cuando dieron las doce del día, Jungkook recibió una llamada que resultó ser corta, luego pidió la cuenta y le aviso a Jimin que era momento de irse.

—¿Seguro que podré viajar? —ya iban en el auto, camino al aeropuerto. 

—Sí. Ya estar todo listo. 

Jungkook le había dicho a Jimin que se encargaría de todo, que no debía preocuparse por la visa ni ningún otro requisito que pedían en el aeropuerto de Corea para dejarlo entrar, porque definitivamente podría entrar y vivir en el país sin problema. Jungkook era un hombre de dinero, con poder y con abogados capacitados para hacer un trámite que demoraba meses, estuvieran listos en un par de horas.  

Cuando llegaron, el chofer pidió a uno de los trabajadores un carrito para llevar las maletas. Jimin sacó su teléfono y llamó a los chicos para decirles dónde estaban. No pasaron ni cinco minutos cuando los vio correr hacia él y saltaron sobre él.

El abrazo entre los tres fue apretado y asfixiante, pero con tanto cariño que no les importó realmente.

Luego de un rato, se separaron y Lisa miró al hombre que había junto a ellos.

—Ho-hola, soy Lalisa —saludó amablemente, y con un leve rubor en sus mejillas.

—Un gusto. Yo ser Jeon Jungkook.

—Sí, lo sé —el rubor aumentó y ella sonrió.

—Hola, ya nos conocemos —Jackson sonrió  y le extendió la mano, Jungkook le dio un leve apretón en forma de saludo. 

—Sí —se limitó a decir. Su español era malo y se avergonzaba un poco al no poder pronunciar ni expresarse bien. Con Jimin no importaba porque ya se había acostumbrado y ambos se entendían.

Jungkook les dio su espacio para despedirse antes de finalmente abordar su jet privado. 

Entre sollozos, risas y abrazos se despidieron de Jimin, deseándole lo mejor del mundo, aun si decidía volver en un mes o quedarse definitivamente allá. Un último abrazo y besos en las mejillas antes de caminar hacia el pasillo por donde debían ir al avión. 

A lo lejos, Jimin miró hacia atrás y los vio agitar sus manos en forma de adiós, él también lo hizo. Dolía horrible despedirse de las dos únicas personas que valían la pena para él. Su familia ya no existía, no para él, solo esos dos alocados amigos y ahora Jungkook.

Jungkook. Jimin lo miró y el azabache agarró su mano, entrelazando sus dedos y guiandolo a su destino.

Caminaron por un largo pasillo hasta llegar al interior del avión. Todo era nuevo para Jimin, era su primera vez estando arriba de un avión y saliendo del país.

—¿Está vacío? —preguntó asombrado. Totalmente ignorante de la situación.

—No más, solo trabajadores de avión, tú y yo. 

—¿N-nadie más? 

Jungkook sonrió, enternecido ante la forma tan genuina en la que Jimin preguntaba.  

—No, nadie más. Solo tú y yo. Avión mío, prev...privado. 

—Oh. 

—Nadie más. Ahora, tú cómodo que ya sube —indicó, mientras se acomodaba en el asiento junto a Jimin — Si tener sueño, esto hacer cama.  

Procesando toda la información, Jimin asintió con su cabeza. 

—Si tener hambre, ella venir y dar comida —apuntó a la azafata— Cualquier cosa que tu querer, ella traer.

—Vale... 

—¿Bien? —preguntó al verlo aun confundido. 

—Sí, todo bien —suspiró nervioso. Para ser justos, era su primera vez viajando en un avión, por lo que los nervios estaban a flor de piel— D-dame tu mano... —pidió bajito y Jungkook lo hizo de inmediato. 

Jungkook acarició con su pulgar el dorso de la mano de Jimin e intentó distraerlo cuando el avión comenzó a avanzar, iniciando su despegue.

Jimin miró por la ventana y solo pensó en una; dejaba atrás su antigua vida para comenzar una nueva, una donde ahora Jungkook formaba parte de ella. 

Miró a Jungkook y este le sonrió de inmediato, con tanto cariño que su corazón saltó feliz en su interior.

—Te quiero —dijo Jimin, tan serio y sincero. 

—Te q-quierro —respondió y se inclinó para besarlo en los labios.

No importaba si había gente alrededor, Jungkook simplemente no podía evitar querer saltar sobre esos labios dulces cada vez que podía. 




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