𝑪𝒐𝒎𝒑𝒓𝒂𝒔.

Cuando la puerta fue cerrada con toda la calma del mundo, Jungkook perdió inmediatamente todo rastro de compostura y se lanzó a los deliciosos labios de su amante, haciéndolo gemir ante la sorpresa de ser acorralado en la pared para luego ser devorado con febriles besos.

—Aaah... —no pudo evitar gemir ante el toque húmedo de los labios de Jungkook en su cuello.

—Yo quitar esto —dijo Jungkook, comenzando a desabotonar de manera torpe la camisa de Jimin, dejando cortos besos en su cuello.

Cuando la camisa fue lanzada hacia algún lugar, Jungkook subió a los labios de Jimin y comenzó a besarlo nuevamente, mientras sus manos viajaban por la tibia piel desnuda de su chico.

—Mhm... —tarareó Jimin cuando sus pezones fueron acariciados, y enterró sus dedos en los cabellos negros de Jungkook.

Se vieron obligados a separarse cuando el oxígeno les hizo falta, pero eso no impidió que Jungkook alzara a Jimin entre sus brazos, haciéndolo enrollar sus piernas en su cintura, tomándolo de los firmes muslos, cargándolo escalera arriba hasta su habitación. Jungkook lo dejó caer de manera suave en el centro de la cama, para seguir besándolo y acariciándolo por donde se le antojaba.

—Jung-Jungkookie —habló con dificultad.

Jungkook siguió un camino de besos desde sus exquisitos labios para luego bajar hacia el cuello y seguir bajando hasta llegar al ombligo, para luego detenerse y volver a sus labios.

Jungkook se apartó de Jimin y retiró el resto de ropa que le quedaba, dejándolo completamente desnudo. Luego bajó de la cama y quedó de pie en la orilla, comenzó a desabotonar su camisa de manera rápida para luego tirarla al suelo, también se quitó el pantalón junto a su bóxer negro, dejando a la vista su generosa erección. Jimin observó atentamente cada movimiento del pelinegro, relamiendo sus húmedos e hinchados labios.

Y mierda, Jungkook era jodidamente caliente.

Sin decir nada, Jimin, se movió hábilmente apoyándose sobre las palmas de sus manos y rodillas, moviéndose de manera rápida para quedar frente a Jungkook. Una vez que estuvieron frente a frente, se sentó sobre sus talones y mordisqueó su labio inferior mientras barría con sus ojos miel el esculpido cuerpo de su amante, hasta que sintió como se atragantaba con su propia salida en el momento que sus ojos llegaron a la gruesa y venosa polla de Jungkook.

Jimin volvió a relamer sus labios, deseoso de posarlos en esa polla que le hacía agua la boca, que pedía a gritos por su atención. Inclinándose, posó sus pequeñas manos en ella, sintiendo como un gemido escapaba de los labios de Jungkook.

Una corriente de placer recorrió todo el cuerpo del pelinegro al sentir los suaves dedos de Jimin en su endurecida polla. Jimin la tomó con ambas manos y posó lentamente sus hinchados y rojizos labios en la brillosa cabeza de su polla, pasó su lengua por toda la extensión y luego separó completamente sus labios para darle paso a esa exquisitez que tenía entre sus manos.

Un gemido roto escapó desde lo más profundo de su garganta, y todo su cuerpo se estremeció al sentir el calor de la boca de Jimin en su miembro. Jimin comenzó a hacer repetidos movimientos que iban de arriba hacia abajo; saboreando y lamiendo, besando y succionando. Sus mejillas estaban lo suficientemente coloradas a causa de la verguenza, pero el placer y la excitación se habían apoderado por completo de él.

—Nhg...—gruñó, mientras llevaba sus grandes manos al suave cabello de Jimin.

Cuando Jungkook sintió que estaba llegando al bendito orgasmo, tomó con más firmeza la cabeza del menor y empezó a mover sus caderas con fuerza. Jimin, sintió que se ahogaba por momentos, mas no le importo. Que Jungkook le follara la boca de esa manera, le resultaba demasiado excitante.

Un ronco gemido acompañado de alguna maldición en coreano retumbó en la habitación, haciendo que Jungkook echara su cabeza hacia atrás para recibir gustoso el orgasmo. Apretó levemente la nuca de Jimin y derramó toda su esencia en el interior de su boca, hasta que el calor del orgasmo pasó y se retiró lentamente.

-Hm... - tragó Jimin y luego relamió sus labios.

Jungkook se inclinó para besarlo, sin importar que estaba saboreando su propio semen. Cuando se alejaron de sus labios, Jungkook guió y acomodó a Jimin bajo su cuerpo.

—Ju-Jungkookie... —tartamudeó, mientras se aferraba al cuello de Jungkook, quien iba dejando húmedos besos en su cuello— Deja eso...

—Te amo —lo besó, sin siquiera prestar atención a las palabras de Jimin.

—Aaah... —gimió, su endurecido miembro estaba haciendo una deliciosa fricción entre sus cuerpos.

—Tú abrir boca —Jungkook ordenó y Jimin lo hizo de inmediato. Lamió y succionó gustoso los tres dedos que habían en su cavidad bucal, hasta que estuvieron lo suficientemente ensalivados y fueron retirados, yendo directamente a su necesitada entrada.

—Uhm... —serpenteó sus caderas, cuando los dedos comenzaron a entrar en él. Necesitaba, quería más que solo tres dedos—J-Jungkookie... ya, por favor.

—Sí, aguantar —sonrió ladino y acomodó su miembro en la apretada entrada para ingresar lentamente, pero esta vez no espero a que Jimin se acostumbrara a él y simplemente comenzó a molerse en su interior.

Jimin gritó alto, su próstata estaba siendo embestida de forma brutal.

—¡Oh, sí! —Jimin enterró sus dedos en los hombros de Jungkook— ¡Así, justo ahí!

Jungkook gruñó al sentir una corriente recorrer todo su cuerpo, y Jimin apretó sus piernas aún más alrededor de sus caderas. Los embistes comenzaron a ser desordenados, pero certeros, dando justo en punto dulce de Jimin.

—N-no puedo más... —gimoteó— Ugh... —el orgasmo llegó y Jimin tembló bajo el cuerpo de Jungkook.

—Y-yo tampoco aguantar más —Jungkook dio unas cuantas estocadas más, mientras clavaba sus dientes en la cremosa piel del cuello de Jimin, dejando una visible marca roja— Nhg... —gruñó y derramó todo su líquido tibio en el interior del menor.

Salió lentamente de su interior y rodó a su lado, estirando su brazo para tomar el cuerpo sudoroso de Jimin y acurrucados entre sus brazos y pecho.

—Te amo, Jungkookie - su voz sonó cansada, agitada.

—Yo también amo. Te amo, bonito.

Sus cuerpos estaban completamente sudados, pero a ninguno pareció importarle demasiado y se quedaron así, acurrucados contra el cuerpo del otro por un largo rato. Quizás, más de lo que debían.




***

Despertar entre los brazos de Jungkook era algo que realmente le fascinaba a Jimin. Frotó sus ojos con sus nudillos para retirar todo rastro de sueño en él y sonrió enamorado cuando observó a Jungkook, quien dormía tan cómodo a su lado, con sus brazos alrededor de su cintura.

—Jungkookie... —habló bajito, mientras repartía cortos besitos en su rostro— Jungkookie, despierta —el ceño del azabache se frunció. Aun con los ojos cerrados, se acurrucó aún más entre las sábanas y el cuerpo desnudo de Jimin.

Jimin detuvo los besos, pensando en que quizás realmente estaba agotado y necesitaba recuperar el sueño que en la última semana había perdido a causa del trabajo. Se dispuso a salir de la cama cuando su estómago gruñó del hambre, y su cuerpo tembló cuando sus pies desnudos tocaron el frío suelo. Miró con sus ojos entrecerrados el piso, buscando sus calcetines gruesos que quedaron abandonados en algún lugar de la habitación, hasta que los encontró.

Las mañanas estaban comenzando a ser bastante frías, pero dentro de la cama no lo notaba ya que Jungkook era lo suficientemente caliente, su temperatura corporal era jodidamente reconfortante en las noches eso le encantaba a Jimin, quien era tan frío como un cubo de hielo la mayor parte del tiempo.

Tomó una camisa manga larga de Jungkook y se la puso; sus blanquecidos muslos quedaban a la vista, se puso sus calcetines afelpados de color amarillo y salió de la habitación en dirección de la cocina, donde se preparo un delicioso café y sacó unas galletas de limón que Jungkook le había comprado días atrás.

Cuando quedó con su estómago lleno luego de su improvisado desayuno azucarado, volvió a la habitación y se metió nuevamente en la cama.

—Jungkook, ¿no irás a trabajar hoy? —preguntó con un tono dulce mientras volvía a su ritual de besos.

—Mhm... —se quejó y abrió lentamente un ojo, y pudo ver a un hermoso peligris sonriéndole. Él le sonrió de vuelta y finalmente abrió ambos ojos por completo— Buenos días, bonito —habló lento, con su voz somnolienta.

—Buenos días, mi amor —acurrucó a Jungkook entre sus brazos.

—¿Mi amor? —preguntó, Jimin no lo había llamado así antes.

—Sí, porque eres mío —sonrió— Mí amor.

—Sí, tuyo —estuvo de acuerdo— Tú mío —le recordó.

—Lo soy.

—Mi amor... —repitió nuevamente, sonriendo y fascinado con el nuevo apodo.

—¿Dormiste bien? ¿ Soñaste conmigo? —preguntó Jimin, sonriendo feliz, haciendo que sus ojitos formaran una medialuna.

—Sí, yo duermir bien muy. Yo estar cansado, pero ya no.

—Que bueno, Jungkookie.

—¿Por qué tú despertar temprano? Deber descansar, dormir muy si ya no haber clases —Jimin había salido hace unos días de clases, oficialmente de vacaciones.

—Creo que me acostumbre a despertar temprano —soltó una risita al sentir la respiración de Jungkook en su pecho— ¿Tienes hambre?

—Sí, muy.

—Bajemos a comer, puedo hacerte panqueques —ofreció, mientras sus dedos acariciaban los revoltosos cabellos negros

—No. Yo dar ducha y arreglamos para salir

—¿Los dos?

—Los dos —afirmó— En noche haber celebración y tú ir conmigo. Habrá muchos personas, socios viejos y estar mamá.

—¿T-tu mamá? —preguntó preocupado y se alejó un poco para ver a Jungkook.

—Sí, mamá.

—¿Seguro? Tal vez no es buena idea, ¿ y si no le agrado o le molesta que yo vaya?

—Seguro. No molestar, ella saber que tú ir conmigo. Tú no preocupar pora nada —besó el cuello de Jimin, haciéndolo estremecerse.

—V-vale, pero me sentiré muy nervioso entre toda esa gente que no conozco.

—No preocupar —repitió— Yo estar contigo siempre allá, prometer —Jimin sonrió y se acomodó para alcanzar los labios de Jungkook.

Luego de una ronda de besos y caricias, ambos salieron de la cama para tomar un baño juntos, en donde hubo más besos y más caricias. Una vez bañados y vestidos, Jungkook tomó las llaves de su auto y su teléfono para marcar a una tienda donde siempre compraba sus trajes, mientras esperaba a que Jimin terminara de poner sus zapatillas.

—Listo —dijo Jimin una vez que terminó de acomodar su ropa y se paró al lado del azabache, quien finalizó la llamada y se giró a verlo.

—Irnos, entonces —sonrió y lo tomó de la mano para finalmente salir de casa e ir en dirección al estacionamiento.

Una vez dentro del auto, ambos pusieron sus cinturones de seguridad y Jungkook dio un último beso a Jimin, quien lo recibió sin protestar. El viaje duró unos veinte minutos, considerando que había bastante tráfico. Jungkook estacionó el auto y bajaron con toda la tranquilidad del mundo, no había prisa.

Era una hermosa cafetería que tenía un aspecto antiguo, pero elegante.

—Woow, ¿qué es este lugar?

—Ser lugar antiguo, con muy café, té y pasteles deliciosos —aseguró con una bella sonrisa, guiando a Jimin hacia el interior.

—¡Es mucho más bello por dentro! —canturrió emocionado.

—Sí, serlo.

Una mujer de edad avanzada se acercó y les dio una cálida bienvenida, acompañada de una reverencia, Jungkook saludó de igual forma y Jimin lo imitó. Tomaron asiento y ordenaron lo que deseaban comer. Jimin no se limitó a comer cosas con azúcar, aun cuando más temprano ya había consumido una buena cantidad.

—¿No doler estómago después?

—No lo sé —sonrió— Pero si me enfermo, tú me cuidarás.

—Sí, yo cuidar —le sonrió, totalmente enamorado.

Sus pedidos no tardaron en llegar y comenzaron a comer gustosos. Jungkook le explicó de qué trataba la celebración a la que asistirán en la noche, la gente que iría y porque debía ir él aun si no quería ser partícipe de ello. Luego de un rato, Jungkook canceló lo que consumieron y se fueron hasta el centro comercial para entrar a una de las tiendas "Brioni" para comprar un traje a medida.

—¿Por qué tiene que ser en esta tienda? —Jimin miraba todo el lugar lo suficientemente asombrado. Era una tienda que te gritaba lo caro y exclusivo que era, aun sin mirar la necesidad de mirar los precios.

—Porque aquí trajes ser bonitos.

—Uhm... —comenzó a mirar algunos trajes que captaron su atención.

—Parecer niño viendo gu...golosinas —comentó Jungkook con cariño, al ver la fascinación con la que Jimin comenzó a ver la sección de zapatos.

—C-claro que no... —Jungkook sonrió; feliz y enamorado del chico frente a él. la forma en que las mejillas de Jimin tomaron color.

Amaba la forma en que las mejillas de Jimin tomaban color cuando se sentía avergonzado

Amaba que Jimin le hiciera pucheros cuando no quería algo.

Amaba que Jimin le pidiera cosas de forma infantil, aun cuando jamás se negaba a darle nada.

Dios, él amaba cada faceta de su amante, pero por sobre todo, amaba lo lascivo que se había vuelto a la hora del sexo.

Si bien, Jimin no tenía experiencia con más hombres que no fuera Jungkook y al inicio era realmente tímido y se avergonzaba de cosas, pero él se encargó de enseñarle y darle esa confianza que necesitaba. Ahora, con un peligris lleno de confianza, la hora del sexo era jodidamente caliente en todo los sentidos, Jimin se atrevía a tomar la iniciativa sin pena y eso le encantaba a Jungkook.

Una vendedora se acercó amablemente y les saludo, Jungkook fue quien habló en todo momento ya que claramente se hablaban en coreano. Luego de un rato o mejor dicho, luego de casi una hora de estar probando y sacando trajes, Jungkook finalmente eligió el que mejor se acomodaba al cuerpo de Jimin y el que más le gusto a él. Pago todo y salieron de la tienda a otra igual de exclusiva.

Entraron a una tienda llena de hermosos zapatos, y con un precio que ningún mortal podría adquirir si no era vendiendo algún riñón. La jodida tienda era una Louis Vuitton.

—Nunca creí que entraría a una de estas tiendas —dijo bajito y algo avergonzado.

—Siempre haber primera vez —sin importar nada, Jungkook besó una de sus mejillas y lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos mientras entraban a la tienda. Estuvieron alrededor treinta minutos y fueron a comer nuevamente.

—Hoy conocer a mi amigo —comentó Jungkook— Él siempre ir a celebraciones.

—¿Tu amigo? —intentó recordar quién era ya que había escuchado su nombre antes.

—Sí, ser Namjoon —llevó un trozo de carne a su boca.

—Oh, ya lo recuerdo.

—Jimin.

—¿Mmm? —tarareó, con sus cachetitos llenos de comida y Jungkook no pudo evitar sonreír.

—Mañana yo no trabajar, tú pensar que quiere hacer. Poder ir juntos a playa o cine, lo que tú querer.

—¿En serio? —habló luego de tragar todo lo de la boca y Jungkook asintió con su cabeza— ¡Quiero ir a la playa!

—Vale, ¿irnos luego de celebración? —le propuso sin siquiera pensarlo antes, sin tener en cuenta lo agotados que estarán al final de la noche.

Jimin era lo más importante para él en esos momentos y quería hacerlo feliz, sin importar nada más.

—¡Sí! —gritó emocionado y Jungkook sonrió aún más. Amaba que Jimin disfrutara de las cosas sencillas.

—Bien, irmos a playa entonces —siguieron comiendo mientras se dedicaban sonrisas cargadas de amor y hablaban de lo que se les viniera a la mente.

Una vez que terminaron de comer, se fueron a casa y en el estacionamiento, antes de ir al ascensor, Jungkook lo tomó de la cintura y lo estrelló contra sus labios.

—Yo te amo —susurró y siguió besando esos gruesos labios que tanto amaba.

—Te amo más —respondió Jimin contra sus labios y subió sus brazos hasta el cuello del mayor— Mucho más.

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