𝑪𝒂𝒔𝒂.
Casi treinta horas de viaje, pero aquella experiencia le encantó a Jimin en gran manera. Y claro, la comida y las bebidas que tuvo a su disposición durante todo el vuelo estuvieron maravillosamente deliciosas.
Bajaron del jet privado cuando eran más de las ocho de la tarde y el clima era lo suficientemente agradable como para andar con ropa ligera.
Jimin miraba curioso todo a su alrededor y lo poco que pudo ver, le pareció demasiado fascinante. Fueron por sus maletas y con ayuda de un trabajador, las llevaron en un carrito hasta la salida, donde un hombre alto, serio y de traje oscuro esperaba por Jungkook.
Jungkook agarró de la mano a Jimin y lo guió en todo momento. El hombre de traje solto unas palabras en coreano e hizo una reverencia mientras abría la puerta de un lujoso auto negro.
Jimin subió primero y luego Jungkook.
—¿Pasar algo? —preguntó Jungkook, mientras ponía su mano sobre la de Jimin.
—No...
—¿Tú estar seguro?
—Sí.
—Yo no te crea —Jimin sonrió, pero antes de alcanzar a decir algo, el hombre de traje oscuro cerró el maletero y subió al auto.
Jimin lo escuchó hablar, pero claramente no entendió nada y luego Jungkook respondió dando algún tipo de indicación ya que el hombre asintió con su cabeza y se puso en marcha. Luego de eso, no volvió a hablar.
Y por primera vez, luego de meses conociéndolo, Jimin escuchó a Jungkook hablar en coreano. Dios, había sido tan increíble escucharlo pronunciar cada palabra. Todo parecía tan irreal, pero a la vez increíble.
—¿Seguro que no pasar nada? —preguntó nuevamente. Jimin lo miraba de una forma que Jungkook no lograba descifrar.
—S-sí, solo estoy algo nervioso... —confesó y soltó una risita estrangulada ante los nervios— Uhm... n-no entiendo nada de lo que hablas, de lo que te dijo él... —sus mejillas se calentaron y bajó la mirada ante la vergüenza que sintió en ese momento.
Sabía que lo de los idiomas sería un problema, pero no le tomó el peso a ello y quizás ahora estaba cayendo en cuenta de que literalmente no se podría comunicar con nadie más, solo con Jungkook. Bien, no es como que quisiera hablar con más gente, pero se sentía ridículo al no entender ni un jodido hola.
—¿Eso preocupar? —Jimin asintió levemente con su cabeza— Yo pagar a alguien y te enseñar, o tú va a... uhm... —pensó y buscó las palabras correctas por un momento, hasta que las encontró— Yo pagar a instituto y tú tomar clases ahí y aprender coreano o inglés, incluso dos idiomas aprender a la vez y punto. No ser problema, Jimin.
Jimin lo miró y le sonrió. Jungkook no bromeaba con lo que acababa de decir y quizás a Jimin le gustaba la idea, pero sentía que no estaba bien, que no era correcto que Jeon gastara tanto dinero en él.
—Enséñame tú... —pidió mientras movía sus deditos ante los nervios.
—No poder. Bueno, sí poder —rió y tomó la mano de Jimin para besarle el dorso— Yo poder enseñar, pero profesor siempre mejor. Yo trabajar y tratar de hacer tiempo para ti, pero trabajo siempre ahí, Jimin.
—Y-yo no quiero ser una carga para ti. No deberías gastar tu dinero para que yo aprenda o algo así.
—Yo traje hasta aquí, Jimin. Yo gastar dinero como querer —aclaró— Si yo pagar para que tú aprender, tú lo hacer sin culpa. ¿Bien?
—Pero...
—Así conocer gente —habló, sin importar que lo había interrumpido— Todo gasto tuyo y mío yo pagar, no preocupar por eso.
—No quiero conocer gente...
—Yo no puede dejar trabajo, a veces imposible aunque querer, y tú no podere estar solo en casa aburrido. Amigos es necesario para pasar bien. Conocer gente es bien.
—Es bueno —corrigió con cariño— ¿Al menos puedo acompañarte al trabajo de vez en cuando?
—Ya. Tú poder, cuando haya poco. Cuando hay juntas con socio viejo, no poder.
—Vale.
—Entonces, ¿tú sí quiere hacer amigos?
—Claro, aunque no los necesito realmente.
—Sí, ser necesarios. Malo es no hablar con nadie, pero tú ser joven y divertirte con amigos es bueno —acarició sus mejillas mientras cortaba poco a poco la distancia— Yo quererte solo para mí, pero eso ser malo. Tú disfrutar mucho y conocer. Puedes ir donde tú querer, no problema, pero solo cuando yo no estar en casa, de noche tú conmigo.
Jimin dejó escapar una risita divertida ante las últimas palabras.
—Está bien... —dijo y abultó su labio inferior, formando un tierno puchero.
—Buen chico —estaban tan cerca de sus labios que sintieron el aliento tibio del otro. La distancia se acortó cuando Jungkook lo besó de la manera más dulce. El beso fue corto, pero perfecto.
El hombre al volante carraspeó su garganta antes de hablar y dirigirse a Jungkook, sin mirar por el espejo esperetroviso. Esto hizo que ambos abandonaran su burbuja de amor para volver a la realidad.
Jimin escuchó muy atentamente cada palabra que ambos hombres intercambiaron y le pareció divertido saber que no entendía absolutamente nada.
Miró por la ventana cuando el auto se detuvo y vio un gran edificio. Increíblemente alto y de lujo que gritaba dinero por donde lo vieran.
Algo que Jimin no podría pagar ni aunque vendiera todos sus órganos.
—Woow —dijo, asombrado al ver algo tan majestuoso. Definitivamente era algo que estaba fuera de su alcance, algo que no podría pagar ni aunque trabajara díez vidas— ¿Dónde estamos? —preguntó una vez que bajó del auto.
—En casa, vamos. —caminaron hacia la entrada del edificio y la puerta de cristal fue abierta por un hombre mayor en traje, quien saludó haciendo una reverencia.
Jungkook respondió amable con palabras e inclinó levemente su cabeza, Jimin imitó el gesto sin saber porque. Caminaron hacía los elevadores por un largo pasillo, el cual tenía un piso reluciente donde podías verte reflejado en él sin problemas y paredes decoradas con cuadros con formas raras para el gusto de Jimin.
Cuando las puertas del elevador se abrieron, Jimin no podía creer lo que veía. Hasta el jodido elevador era algo ostentoso.
Jungkook le tomó con firmeza la mano, entrelazando sus dedos y le sonrió, marcó el número trece y las puertas se cerraron lentamente. No pasó mucho cuando las puertas se abrieron en el piso que había sido marcado y todo bastante silencioso. La decoración en ese piso era igual o aún más increíble que la primera planta.
Caminaron hasta el fondo por el silencioso pasillo y se detuvieron frente a una puerta de madera oscura.
—Aquí —anunció Jungkook y Jimin miró la cerradura totalmente confundido.
—¿No hay llave? —preguntó mientras sus ojos buscaban los de Jungkook y luego volvió a mirar de forma curiosa la cerradura.
Todo era tan nuevo para él, que se sentía ridículo al asombrarse por lo más mínimo.
—Sí. No llave, solo clave y tú deber aprender o quedar afuera —dijo, soltando una risita al ver la cara de confusión de Jimin.
Entraron al lugar y para sorpresa de Jimin, era demasiado grande, incluso mucho más de lo que imaginaba. Había grandes ventanales, paredes blancas y negras, una escalera negra con baranda de cristal, el piso era color madera pero parecía espejo de lo reluciente que estaba, la cocina era demaciado grande y tenia una isla en el centro, tipo cocina americana, en la sala habia un enorme sofá de color blanco adornado con tonos negros, una alfombra que parecia no ser usada, muebles llenos de libros y una televisión de ochenta pulgadas a lo menos.
Dios, era una increíble decoración, digna de cualquier multimillonario.
—Ven —lo tomó de la mano y lo guió escalera arriba. Caminaron hasta la primera puerta y entraron a la amplia habitación— Aquí, nuestro da...dormitorio —arrastró la última palabra.
Había una cama super king, una mesita de noche en cada lado de la cama, unos ventanales enormes, sillones y dos puertas que una daba al baño privado y otra era la entrada a un closet inmenso.
—Esto es gigante... —se sentó en el borde de la cama, intentando procesar todo y comprendiendo que no estaba soñando— Y la cama es muy cómoda —añadió y sonrió haciendo que se formará una línea en sus ojos.
—Sí.
La puerta principal se abrió y Jimin inmediatamente miró hacia la puerta del dormitorio. Desde arriba se lograba escuchar ajetreo en la sala de estar.
—¿Quién está abajo? —preguntó curioso, cuando quedaron solos nuevamente.
—Él trabajar para mí. Me lleva a donde yo querer, siempre. Yo manejar poco.
—Oh... ya veo. Yo nunca aprendí a manejar —comentó y Jungkook se sentó a su lado en el borde de la cama.
—Yo saber, yo enseñar.
—Vale, serás mi profesor.
Se miraron en silencio por un corto momento y Jungkook se acercó al rostro de Jimin para besarlo. Jimin gimió en sus labios al sentir la lengua recorrer el interior de su cavidad bucal, pero Jungkook se apartó. No quiso seguir y dejar que la excitación se apoderase de ambos, no era el momento.
—Ju-Jungkook... —su voz salió casi en un tono de protesta cuando Jungkook se alejó de él.
—Se hacer tarde —pasó su pulgar por los húmedos labios del peligris— Tú bañar primero y poner ropa cómoda para descansar.
—No quiero bañarme —refunfuñó, mientras se desplomaba en la cama y miraba a Jungkook sin dejar de sonreírle.
—Tú deber, sino no relajar cuerpo. Yo espero aquí y seco cabello, ¿vale?
Inflando sus mejillas se levantó de la cama.
—Bien.
—Vamos por maleta, estar abajo.
Bajaron y Jungkook tomó una de las maletas de Jimin para subirla. Una vez de vuelta en la habitacion, Jimin sacó un pijama celeste con pequeños patitos amarillos por todos lados y camino en dirección del baño. Al entrar, se dio cuenta que era demasiado grande y un espejo ocupaba casi toda una pared del baño.
—Esto es como del porte de mi antiguo departamento —habló sin ocultar su asombro.
Jungkook llegó a su lado.
—Tal vez, pero ya no ser tu departamento. Esto sí. Esto ser tu casa, Jimin.
Jimin sintió algo cálido alojarse en su estómago con la palabra casa. Ahora que estaba con Jungkook, él ya no se sentía solo.
Jungkook le indico donde estaban las toallas y los productos de aseo personal, lo besó en los labios una vez más y se retiró para que así Jimin pudiera finalmente relajarse.
Al cabo de unos minutos y de disfrutar esa increíble ducha, Jimin salió del baño con su pijama ya puesto y sintió su cuerpo más pesado, sus ojos picaban y solo quería enterrarse en la cama.
Jungkook apareció en la habitación con su teléfono en la mano, lo más seguro es que debió haber tenido alguna llamada, pero Jimin no preguntó.
—Ven —lo llamó, invitándolo a tomar asiento en uno de los cómodos sillones de la habitación— Yo secar cabello.
—No... —frotó sus ojos y bostezó— Tú igual debes tomar un baño —caminó hacia Jungkook y se enterró en su pecho, rodeándolo con sus brazos— Yo me lo seco y te espero.
Jungkook quiso negarse, pero aceptó ya que realmente estaba agotado.
—Vale, yo baña y luego a la cama.
—Sí, anda —miró hacia arriba y colocándose de puntillas, besó a Jungkook en los labios. El azabache no demoró en ahuecar sus manos en las mejillas de Jimin para profundizar el beso.
—Y-yo... yo bañar rápido —susurró contra los labios de Jimin, intentando contener el impulso de lanzarlo a la cama y devorarlo.
Jimin secó su cabello con un secador que Jungkook le pasó, se aplicó crema y se metió en la cama, tomó su teléfono y tecleó a sus amigos para avisarles que ya había llegado.
Yo.
21:39
YA LLEGUEEEEEE 😭😭😭😭
Akdskdndnd
Aun estan durmiendo? 👀
Yo me voy a dormir.
No me dejen en visto, eh >:c
Ya no me quieren? ☹
Yo tampoco 😤
Akdnsndn
Era broma, los quiero 😚
Me voy a dormir
Aquí son las 9:40 de la noche
Smfnenfn
Chao, feos
Gud nai.
Salió del chat y bloqueó su teléfono para dejarlo a un lado, y la puerta del baño se abrió. Jungkook salió con un pantalón negro de pijama, con una toalla en su cuello, absorbiendo las gotas que caian de su cabello y su pecho... ¡Jodido Jesucristo!
Jungkook no llevaba nada en su pecho, dejando a la vista sus muy marcados pectorales. Jimin solo se quedó observando aquella hermosa vista y tuvo que tocar su boca para asegurarse de que no estaba babeando como pensó que lo hacía.
—¿Tú secar cabello? —preguntó al notar la mirada fija en él.
—S-sí... —se las ingenió para responder lo más normal posible y si no lo logró, Jungkook no dijo nada.
Jungkook comenzó a secar su cabello y Jimin lo observó en todo momento, perdiéndose en esos brazos anchos, en el cuello y las clavículas, y finalmente en ese pecho marcado y notoriamente firme. Dios, necesitaba con urgencia abrazarlo y enterrar su cara ahí.
—¿Listo? —preguntó Jungkook, mientras desconectaba el secador del enchufe y lo dejaba sobre el sillón.
—Yo estoy listo hace rato.
—Bien, yo ya estar listo —avanzó hasta la cama y se metió en ella.
Jimin sin perder tiempo, se acomodó cerca de Jungkook y este lo abrazo, dejando a Jimin enterrarse a gusto en su pecho desnudo. Y Jimin inhaló hondo, respirando y deleitándose con ese exquisito olor a jabón y perfume de Jungkook.
—Buenas noches, Jungkook —susurró contra la piel desnuda, cerrando los ojos y sintiendo como Jungkook acariciaba su espalda con movimientos lentos.
—Descansar, bonito... —enterró su nariz en los cabellos desordenados de Jimin y cerró los ojos.
Ninguno de los dos se dio cuenta de que habían sucumbido ante el cansancio, quedándose completamente dormidos en los brazos del otro.
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