Capítulo. 9: Lados

• Perspectiva de Cream •

El día de la fiesta había llegado más rápido de lo que cualquiera de nosotros esperaba. Se sentía como si tan solo ayer estábamos discutiendo en la sala si asistir o no. Sin embargo, ahora no había mucho que meditar; cada quién había tomado su decisión. Era sencillo: o estabas de lado de Sonic para asistir o de Shadow para quedarte.

Por mi parte, había decidido ir ya que tenía muchas ganas de ir a una fiesta desde hace ya tiempo. Añadiéndole a eso que si llegara a ocurrir algo malo (lo cual era casi improbable), Sonic siempre sabría qué hacer y definitivamente no le caería mal contar con nuestro apoyo en la batalla. Era extraño, pero sentía cierta seguridad en mí misma. Sabía que seguía siendo menor de edad y que me faltaba mucho por madurar, pero dentro de mí también me sentía capaz.

—Hey, ¿todo en orden? —después de unos cuantos toques a la puerta, una suave voz habló a mis espaldas.

Me volteé y me encontré con Tails quien ya estaba vestido en un traje negro decorado con un moño del mismo color. Se veía demasiado atractivo y no pude evitar admirarlo detenidamente por unos segundos.

—Sí. —asentí levemente desviando la mirada al suelo para disimular mi asombro—. Te ves muy bien, Tails. —jugué con mis orejas intentando distraerme.

—Oh. —soltó bajando la vista a su vestimenta como si hubiera olvidado que se había arreglado y claramente sin haberse esperado el cumplido—. Muchas gracias, Cream. —vi de reojo como sus bigotes se pusieron rosados y no pude evitar sonreír para mí misma—. ¿Ya tienes tu vestido listo? —desvió el tema.

—Se está secando, de hecho. —me crucé de brazos—. ¿Tienes idea de quiénes irán a la fiesta? —repuse con curiosidad.

—Casi todos: Sonic, Silver, Blaze, Amy, Rouge. También Charmy y Espío que nos alcanzarán allá. —hizo una pausa—. Me parece que Knuckles nos visitará; aún no estoy seguro con eso de que se toma muy en serio su responsabilidad de cuidar la Master Emerald. —comentó—. Y pues, tú y yo. —dibujó una pequeña, pero tierna sonrisa—. Eso deja fuera a tu mamá, al señor Vector y a Shadow, por obvias razones. —terminó.

—Ya veo. —me quedé pensativa por la mención del señor Shadow—. En serio está convencido de que es una trampa, ¿no es así? —pensé en voz alta.

—¿Shadow? —dedujo que me refería a él—. No te preocupes, ¿de acuerdo? Nada malo sucederá. —posicionó su mano en mi hombro como apoyo mientras se sentaba a un lado mío en la orilla de mi cama.

—Eso lo sé; confío en Sonic. —le sonreí con sinceridad ahora viéndolo a los ojos.

El zorro me dedicó una sonrisa algo rota.

—¿Pasa algo? —ladeé la cabeza alarmada al ver su repentina y extraña reacción.

—No. —negó en voz baja y pude notar que mentía, añadiéndole a eso que lo que sea que ocultaba parecía atormentarlo.

—Hey, puedes decirme. —tomé su mano.

Esto de tomarnos las manos y tener cariños algo íntimos se había vuelto algo recurrente entre nosotros, más cuando estábamos en privado.

—Sonará contradictorio por lo que acabo de decirte e incluso llevo días repitiéndomelo a mí mismo: "No te preocupes, nada malo ocurrirá", pensando en la posibilidad de que pueda llegar a creerlo en algún momento. —el rubio suspiró bajando la cabeza—. No es que no confíe en Sonic, pero he tenido este mal presentimiento desde hace semanas y ahora pasa esto. —presionó sus labios con cierta frustración—. ¿Qué tal si Shadow tiene razón? —replicó sosteniendo su invitación.

—Sí recuerdo que lo mencionaste el otro día que estábamos en el jardín. —di círculos en su mano con mi dedo pulgar para calmarlo.

Tails solo asintió lentamente con un dejo de sorpresa al ver que recordé sus palabras.

—Pero no puedes negar que el señor Shadow a veces puede ser muy desconfiado y paranoico con todos y todo en general. —solté una risita corta.

—Supongo que tienes razón. —el rubio sujetó mi mano devuelta—. Tal vez él y yo solo estemos exagerando y sobre pensando las cosas. —me sonrió de lado.

—Por eso los científicos dicen que el 80% de nuestro sufrimiento ocurre por sobre pensar.

Woah. —exclamó arqueando una ceja—. Interesante, ¿dónde leíste eso? —inquirió con evidente curiosidad.

—En un artículo de tus revistas científicas. —admití y mi compañero no tardó en soltar una risotada.

Ambos nos quedamos en un silencio para nada incómodo. Su compañía me alegraba más de lo que debía y desde que había resuelto mi embrollo de sentimientos hacia él, todo se había vuelto mucho más sencillo y lógico. Sabía y aceptaba que estaba enamorada de Tails y que por ello me comportaba como lo hacía.

Posicioné mi cabeza en su hombro y él no tardó en imitarme, recargando la suya sobre la mía y siguiendo con el juego de manos que teníamos. Me pregunto qué pasará por su mente cuando se trata de mí; en primer lugar, me pregunto si pensara si quiera en mí. Tiene que hacerlo, ¿no es así? ¿En serio somos solo amigos? ¿Por qué no puedo evitar pensar en que los amigos no tienen estos cariños que tenemos entre nosotros?

[...]

• Perspectiva de Tails •

Salí de la habitación con una sonrisa en mi rostro, dejando a Cream para que se alistara y vistiera. Aquella coneja en serio hacía que todas mis preocupaciones se esfumaran y sacaba lo mejor de mí. Hace unos cuantos días, me había dado cuenta de mis sentimientos hacia ella y, en cierta parte, los había aceptado con alegría y alivio al por fin entender lo que me ocurría.

De hecho, planeaba confesárselos en la fiesta. Creía que ya era tiempo de hablar sobre la conexión y química que podía asegurar que nadie más que nosotros mismos compartíamos. Sería entonces que sabría si ella siente lo mismo. Al bajar las escaleras, me hallé en la sala a un Sonic bien vestido y a un Shadow enfurruñado, ambos sentados en sus respectivos sillones.

—Hasta que bajas, campeón. —mi mejor amigo me guiñó un ojo.

Heh. —reí cortamente—. ¿He sido el primero después de ti? —inquirí sentándome en el sillón de en medio.

—Así es, Silver y las chicas parecen que están cociendo su ropa desde cero. —bromeó.

—¿Qué esperabas? Las mujeres suelen tardarse mucho. —me encogí de hombros divertido.

—¿Silver también? —Shadow preguntó severamente, y Sonic y yo nos atacamos de la risa por la manera en que lo dijo.

—Ese erizo es un caso especial. —mi compañero habló entre carcajadas—. Eso sí, espero no nos hagan llegar tarde. —agregó.

Hmph, sigo pensando que es una mala idea que si quiera vayan. —el mayor comentó cruzándose de brazos.

—Para ti cualquier idea es mala mientras no sea tuya. —el cobalto se recostó con los brazos detrás de su cabeza y cerró los ojos, relajado.

Esta vez, no me le uní a su chiste porque cierta curiosidad inmensa me inundó al escuchar las palabras del otro.

—¿Por qué piensas eso, Shadow?

Mi invitación; la idea de que jamás nos habían preparado una fiesta de este tipo antes; el hecho de que el presidente no respondió nuestras llamadas; el ser los únicos invitados; y por Dios, la incesante y extraña tranquilidad que hemos tenido durante meses: es obvio que alguien podría estar planeando algo. —enlistó enfocando su vista en el horizonte—. Creo que cualquier persona con un poco de inteligencia podría aunque sea dudar. —concluyó viéndome a los ojos.

Mis ojos se abrían más con cada prueba que iba diciendo. Literalmente era lo mismo que había pensado durante semanas atrás.

—Yo pienso lo mismo. —confesé inmediatamente, pensando en voz alta y sin darme cuenta de que lo dije al aire.

Shadow me arqueó una ceja y frunció el ceño evidentemente tomado de sorpresa por aquella respuesta, y no lo culpo, yo mismo no esperaba decirlo.

—¿Qué? —Sonic musitó boquiabierto, levantando los párpados de golpe.

—Comparto las inquietudes de Shadow. —volví a admitir en voz más baja.

—Sabía que no todos podían estar idiotas en este grupo. —el rival dibujó una sonrisa ladeada por mi comentario.

—No puedes hablar en serio. —el azulado me miró incrédulo y hasta ofendido mientras se enderezaba de su posición de relajamiento.

—Y tú no puedes creer en realidad que no hay nada fuera de lugar en esta fiesta. —fruncí el ceño al notar que se puso en modo defensivo.

—Jamás creí que diría esto, pero en verdad deberías escuchar a tu compañero. —Shadow sugirió seriamente.

—¿Te vas a poner de su lado? —el erizo azul se paró como rayo y apuntó al otro con descaro.

—Esto no es de lados, Sonic. —expliqué levantándome también—. ¡Estamos hablando de la posibilidad de poner en riesgo a todos! —levanté la voz, alterándome un poco.

—Sabes que el presidente nos mensajeó confirmándonos que la fiesta era oficial. —se acercó a mi rostro defensivamente.

—Los mensajes de texto son fáciles de manipular. —el anti-héroe argumentó.

haz silencio. —el de mediana edad le dedicó una mirada de odio al mayor—. Pero, de acuerdo, si tanto dudas de ir, puedes quedarte aquí y listo. —esta vez, me vio a mí y puso las manos en el aire como rendición—. Nadie te está obligando a nada. —me fulminó con la mirada.

—Te molestas con él porque no piensa como tú. Patético. —Shadow se levantó de su asiento y caminó hacia las escaleras negando la cabeza—. Solo no digan que no les advertí. —abandonó la sala dejándonos a ambos echando chispas.

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