Capítulo. 2: Una libreta
• Perspectiva de Sonic •
Sabía que Shadow no era tan malo después de todo. Caminé hacia la cocina y decidí tomar unas galletas de la alacena. Me comí muchas hasta que quedé realmente lleno. Fue entonces que apareció Amy en la puerta de la cocina.
—¡Sonic! —me llamó mientras corría a abrazarme.
—Ah, hola, Amy. —sin saber qué decir, trataba de despegarla de mí.
—Te quiero. —la rosada volvió a abrazarme casi dejándome sin aire.
No es que sea malo o egoísta, pero esta chica lleva años enamorada de mí a pesar de que no le he correspondido. ¿Por qué no simplemente me deja en paz?
—He preparado un pastel de fresa para ti. —confesó y en seguida, sacó del refrigerador esté.
—Me lo como al rato, ¿vale? —le sonreí levemente.
—¡No! ¡Cómetelo ahorita! —chilló—. Después se va a deshacer o alguien va a querer comérselo. —dijo esto último viendo a Tails dormido en la sala.
—Mira, Amy, es que en serio me llené de galle-... —no pude terminar.
—¡Por favor! Me tardé en hacerlo. —la peli-rosa insistió.
Suspiré cortamente y la vi a los ojos. Solo me lo iba a comer porque sabía que nada la haría parar.
—Anda, trae aquí. —tomé el plato de pastel mientras caminaba al comedor sin tanto afán.
Amy saltó de la alegría y se sentó a un lado mío. Para ser honesto, no podía ni comer a gusto porque la chica se me quedaba viendo a cada segundo; tan atenta que llegaba a parecer acoso. Después de un rato, el plato quedó vacío.
—¿Te gustó?
—Sí. —le dediqué una sonrisa sincera—. Gracias. —me levanté de la mesa.
—De nada, ¿quieres salir al parque? —Amy me preguntó.
Oh, no de nuevo.
—Ehh... Ahora no puedo. —rasqué mi nuca.
—¿Qué? ¿Por qué no? —exclamó desilusionada.
—Es que tengo... —piensa, Sonic, piensa—. Tengo que... Hablar con Shadow. —expliqué inseguro ya que no era cierto.
—Bueno. —hizo pucheros—. Entonces, nos vemos más tarde. —me dio un beso en la mejilla y desapareció de mi vista.
Eso estuvo cerca. Solté un suspiro de alivio y me fui hacia la sala donde me senté a un lado de Tails en el sofá. Él se encontraba dormido, pero me enfoqué en sus suaves y esponjosas colitas. Sin darme cuenta, terminé recargándome sobre ellas y fui cayendo poco a poco dormido.
• Perspectiva de Cream •
Estoy muy alegre hoy y ni si quiera por un motivo en particular. Caminé por la sala a brincos y me encontré con Tails dormido en el sillón junto con Sonic. Debía de admitir que Tails se veía tan tierno y gracioso. Reí un poco sin llegar a molestarlos y tomé un vaso de jugo de la cocina.
Corrí hacia las escaleras y las subí sin prestar mucha atención; cuando de la nada, choqué por accidente con el señor Shadow y lo mojé un poco con jugo. Primero le puse una corona de flores y ahora le tiré jugo encima: sin duda, ahora sí que estoy muerta.
—Lo-lo siento, señor Shadow. —me disculpé nerviosa y esperando lo peor.
Me frunció el ceño molesto y después dio un largo suspiro relajando sus gestos.
—Ten más cuidado. —advirtió calmado.
Asentí avergonzada y me dirigí a mi habitación a paso rápido sin mirar atrás. Ya adentro, cerré la puerta con llave y me deslicé en la puerta hasta el suelo. Al fin sola. Ruidos de resortes se hicieron presentes y me di cuenta de que Cheese estaba brincando sobre mi cama. O no tan sola.
—Chiu, chiu. —soltó el chao al verme y no tardó en volar hacia mí.
Le sonreí y lo acaricié con cariño a lo que él hizo un corazón. Sentada en el piso, visualicé mi cuaderno debajo de mi cama. Mi madre me había comprado una libreta tipo diario para que escribiera y dibujara todo lo que me pasaba. Según ella, serviría para que cuando crezca me acuerde de todo lo que sucedía y como me sentía al respecto. ¡Ella lo describió como una máquina del tiempo! Sigo pensando que a mí no me sirve algo así; es decir, ¿para qué quiero recordar algo que está en el pasado o que ya pasó? Pero de todas formas lo haré. Tal vez no me sirva ahora, pero sí en el futuro o al menos me reiré de lo que pasé a esta edad cuando crezca.
Tomé un sorbo de mi jugo y en seguida lo coloqué en mi mesita de noche, de donde agarré una pluma. Empecé a escribir todo lo que pase el día de hoy: cuando hice las coronas de flores, lo que sentí cuando vi a Tails dormido y lo que pasó con el señor Shadow. Hice un corto dibujo sobre los sucesos. Por suerte, a mis 10 años de edad no era mala dibujando.
[...]
Las horas pasaron y yo me había quedado viendo una película con Cheese. Entonces, alguien tocó mi puerta y pausé la tele para levantarme a abrir ésta. Para mi gran sorpresa, me encontré con Charmy.
—¡Charmy! —le sonreí ampliamente.
—Hola, Cream, ¿qué estás haciendo? —preguntó la abeja regresándome la sonrisa.
—Estaba viendo una película. ¿Y tú? ¿Qué te trae por aquí?
—Vector vino a visitar a tu mamá y nos invitó a Espio y a mí. —explicó entusiasmado y antes de que pudiera decirle algo, continuó—. Y yo... estaba pensando si... si querías venir a jugar a fuera conmigo. —repuso algo tímido.
—Claro. —acepté al segundo—. ¡Vamos! —apagué la televisión y seguí a Charmy con Cheese pisándome los talones.
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