Debía estar completamente loco al tomar aquella decisión de llevar al joven híbrido con el.

La ropa de ambos ya se encontraba llena de sangre cosa que empezó a preocupar al mayor pues raramente empezaba a tener hambre de nuevo.

Una vez llevo al rubio al castillo antiguo y oculto en donde vivía le pidió a su hermana que lo curara, pues ella al ser completamente humana sabía más cosas de sanación que el.

— Al parecer se recupera un poco más rápido que los humanos, no es completamente un híbrido. — Informo su hermana aunque claramente a él no le importaba mucho lo que aquel chico fuese.

Fenómeno o no, le había salvado la vida.

— Estará en reposo total hasta que despierte, lo tendrás que alimentar cuatro veces al día y bañarlo cada dos días. — Prosiguió la albina sacándolo de sus pensamientos, el era bien conocido por su aspecto tranquilo y no mostrar sus emociones pero ahora la sorpresa le ganó.

— ¿Bañarlo? — Carraspeo.

Su hermana asintió y palmeó el hombro de Todoroki.

— Y alimentarlo... Tú lo trajiste aquí, ya tendré suficientes problemas con papá si se entera de esto, suerte. — Y salió de aquella polvorienta habitación.

Todoroki suspiro agotado, miro su mano que aún tenía la sangre algo fresca del rubio y la lamió.

Paso su lengua por sus labios mientras sus pupilas se agrandaban del gustoso sabor de aquella sangre nunca antes probada.

El chico recostado soltó un gruñido regresandolo a la realidad, bajo su mano y trago pesadamente.

Salió de la habitación asegurándose de que el rubio no tuviera salida y de que su padre no se encontrará cerca.

.......

Un agradable olor hizo que su sentido del olfato despertara, el sonido de alguien acomodando bandejas provocó que sus orejas se movieran y en unos segundos ya se encontraba tratando de abrir los ojos.

Por la poca luz que había supuso que era algo tarde y gracias a ello no se lastimó la vista, enfoco el candelabro que se encontraba en el techo de la habitación, arrugó la nariz confundido.

— Veo que ya despertaste... — Hablo un chico a su lado el cual lo hizo sobresaltarse.

Se sentó inmediatamente dándose cuenta por fin que no estaba en su cueva, sino en una cama muy refinada y una habitación polvorienta.

— ¿Un castillo? — Gruñó, miro de reojo al joven heterocromatico quien tenía una bandeja de comida en manos.

Bakugō se acercó y comenzó a oler la comida.

— No tiene veneno, si quisiese matarte ya lo hubiera hecho... Y tuve mucho tiempo para pensarlo.

— ¿¡Cuánto tiempo dormí!? — El rubio tiro la bandeja de comida y se levantó de golpe mareandose y cayendo de nuevo en la cama.

Todoroki miro la comida tirada y suspiro.

— Un mes... Tal vez más. Estabas muy herido.

— Ugh... Maldición, debo volver. — se tomó del cuello tratando de sobarse pero se dio cuenta que tenía un collar, vio su ropa y está no era las misma. — ¿¡Que carajos es esto!? ¿¡Donde esta mi ropa!?

— La queme... Estaba muy sucia. — Prosiguió Todoroki después de unos segundos tratando de no ver al rubio a los ojos.

— ¿¡Y este maldito collar!? — Trataba de quitárselo pero le era imposible. Se acercó al mitad albino para tomarlo del cuello y gruñirle en la cara. — ¡Quítame está porquería si no quieres que te mate! 

Todoroki sin reaccionar ante las amenazas tomo un vaso con agua y se lo hecho encima al rubio para que se calmara.

Bakugō termino bajando las orejas confundido.

— Lo siento, creo que no entiendes tú papel aquí... — Ahora Todoroki lo tomo de la cadena sobrante del collar y acercó su rostro al de él. — Soy tu nuevo dueño, perrito, de una u otra forma me tienes que pagar la hospitalidad.

......

Corregido.