Paso 5. | Final

   Había sido difícil. Al llegar a la casa de Jungkook, sus padres muy preocupados acudieron al timbre y notaron que era su hijo, mas su semblante, al principio, desapareció al ver a la persona que le acompañaba.
Después de explicar, de intentar que aquellos comprendieran su situación, al final sí se logró. Jungkook se mostraba muy serio, a veces sus manos temblaban pero eso no estaba siendo impedimento para mantenerse firme a lo que pasaba.

No quería esconderse, no quería vivir bajo una mentira y si no pensaban aceptarlo, él ya iba a buscar las formas para irse por su cuenta; no fue necesario, debido a que sus padres interrumpieron aquello y de inmediato le hicieron saber que no pensaban, por ningún motivo, dejar expuesto a su hijo.

La charla no se alargó demasiado, la mamá del menor le hizo algunas preguntas a Taehyung y este no hizo más que responderle con la mayor sinceridad.

"¿Estás seguro de esto?"

"¿Qué te pasó en la mejilla?"

"¿Qué pasó con Dahyun?"

"¿Tus... padres están de acuerdo con todo esto?"

La ultima pregunta no fue sencilla de responder, pero en sí, a Taehyung le estaba valiendo muy poco lo que ellos llegasen a pensar.
Bastante soportó, y bastante permitió que los caprichos de Dahyun influyeran en las decisiones de sus padres.

De nueva cuenta, todo era una mierda.

Después de un rato más, ya empezaba la madrugada. La mamá de menor pidió que por favor, Taehyung se alojase en alguna de las habitaciones. Después de todo, ya era muy tarde y no iba a permitir que el castaño se fuese, mucho menos aún sabiendo los peligros a los que se exponía.

El chico se encontraba sentado en una cama, mirando las llamadas perdidas por parte de su mamá y analizando lo que iba a pasar justo después de hablar con ellos. Esta vez estando con Jungkook.

Alguien tocó la puerta ya estando abierta, y se apoyó justo en el marco.

El mayor dirigió sus ojos hacia al frente y sonrió levemente al notar la figura de un Jungkook ya preparado para irse a dormir.

—Creo que esto te quedará —mencionó, entró y dejó una pijama en la cama.

—Gracias —respondió natural y observo al azabache por unos segundos.

—¿Qué? —Rió.

Taehyung se encogió de hombros. —Es raro, hace unos meses me tratabas como la peor escoria del universo, y ahora mismo puedo decir que tus ojos sólo me ven como si estuvieras preocupado. —Sonrió.

—Bueno... —Hizo una mueca y se sentó al lado de él. —Lo estoy —confesó—. Si tu padre te hizo eso, no quiero pensar lo que pasará si-

—¡Hey! —Interrumpió entre risas—. Como dije: primera vez que me levanta la mano y... de algún modo creo que se siente culpable —intuyó y dejó su vista en su celular, para después tirarlo a un lado—. Lo único que quiero es que lo tomen bien. Ya sé, eso debería ser lo de menos, pero son mis padres y no está de más decir que tener su apoyo sería genial.

Jungkook sonrió y rodeó el cuello del mayor con uno de sus brazos. —Creo que no es lo de menos, pero tampoco es lo más importante. —Se quedó en silencio por un rato y después dijo—: Lo único que yo tengo presente, es que quiero estar contigo.

El castaño se sonrojó y miró el sonriente semblante del azabache. —Estás raro, mierda. ¿En dónde está el Jungkook que sólo sabe decirme groserías? ¡El jungkook cool!

El menor rió. —¿Entonces ya no soy cool?, ¿ya perdí lo interesante?

—¿Qué? No. Digo, me encanta que seas así; muy lindo, muy sexy y sobre todo, bastante guapo, todo hasta el punto de hacerme volver loco... —Se detuvo justo al instante de notar como había soltado todo y después de un sonrojo, cubrió su rostro con sus manos. —Dios... Agh, olvida eso...

Jungkook empezó a reír y recostó su espalda en el suave colchón.

—¡No-no es gracioso! —Chilló entre la vergüenza.

El menor agarró una de las muñecas del castaño, tiró de ella y Taehyung terminó medianamente recostado encima de Jungkook.

—No he dicho que lo sea —musitó.

Taehyung, bastante ruborizado desvió su mirada hacia otro lado. —E-entonces... no te rías.

—Eres adorable, Taehyung.

—Cállate. —Se recostó y abrazó el dorso del azabache.

El menor sonrió y acarició levemente el cabello del castaño.

En ese instante, se escuchó una tos bastante fingida y los dos menores de inmediato se colocaron a cada extremo de la cama.

—Mamá —habló Jungkook.

—Sólo te pedí que le entregaras algo de ropa —comentó y negó con su cabeza—. Ve a dormir, Jungkook.

Taehyung se mantuvo cohibido y bastante apenado. Apenas llegaba y la mujer los encontraba en una situación no compremetedora, pero sí vergonzosa.

—Sólo estaba dándole las buenas noches —mencionó entre risas y se colocó de pie.

—Ya lo hiciste —volvió a hablar.

—Debería dejarme quedar aquí~.

—¿Sí? Y me crees tan estúpida como para pensar que las parejas se quedan a solas para jugar con plastilina, ¿cierto?

—Pues... no precisamente a jugar con plastilina pe-

—¡Jung-Jungkook! —Alegó muy avergonzado el mayor, con sus pomulos totalmente pigmentadas con un fuerte rojo.

Este sonrió en grande, le dio una leve mirada a Taehyung y después dirigió sus ojos hasta su mamá. —Buenas noches. —Plantó un corto beso en una de sus mejillas y simplemente salió.

Taehyung suspiró pesado.

—Interesante —volvió a hablar la mujer.

El castaño se sorprendió bastante al creer que la mujer había salido junto con Jungkook, elevó su mirada y vio a la de cabello oscuro, dejar una leve sonrisa.

—¿Qué... lo es? —Preguntó, aún muy tímido.

—Jungkook —respondió—. Su cambio ha sido interesante —completó y se sentó en uno de los bordes de la cama.

—De verdad siento que todo esto le disguste, só-

—No —interrumpió y se apresuró a decir—: Está bien, realmente lo está. —Volvió a sonreír. —Sabes... uno sabe cuando sus hijos están pasando por algo. Lo notas. Puedes verlo sonreír, hablar cómodamente con todos, pero ese sentimiento nunca se va. El saber que una de las personas que más amas no está del todo feliz, sin duda es algo que te dejará decepcionado e impotente.

—¿Cree que Jungkook está así? —Preguntó preocupado.

—Estaba —corrigió, miró al castaño y acarició de forma leve y con cuidado, la mejilla lastimada de Taehyung—. No sé qué le hiciste, pero... me alegra que lo hayas hecho. —Sonrió con mucha sinceridad. —Mi hijo está feliz, Taehyung. De verdad lo está.

El castaño se mantuvo unos segundos en silencio, al ser totalmente sentimental, no duró un momento más hasta que de sus ojos empezaron a presentarse lágrimas repletas de muchos sentimientos encontrados.

Abrumadores, pero a la vez, muy preciosos.

—Oh, pequeño, no llores. —Rió levemente y sin ningún tipo de incomodidad o reniego, abrazó al desconsolado castaño. —Muchas, muchas gracias, Taehyung.

Este negó, y correspondió al abrazo.

—Jungkook se encargó de comentarme que iban a hablar mañana con tus padres —continuó, mientras abrazaba al chico—. No quiero sonar negativa ni nada por el estilo, pero... si por algún motivo no todo llega a salir bien, puedes quedarte aquí.

—Se-sería demasiado —afirmó y empezó a limpiar sus lágrimas con sus mangas.

—Mi hijo está feliz, y quiero que permanezca así. —Suspiró y ayudó a limpiar los húmedos ojos del menor—. Y si tú eres el mayor motivo de Jungkook, sin duda le seguiré apoyando. No lo tuve para cuadrarlo con lo que yo pienso, es algo estúpido.

—¡¿En dónde estuvo toda mi vida?! —Volvió a chillar y la abrazó muy fuerte.

La mujer empezó a reír mientras negaba.

Bien, quizá no todos los adultos piensan igual, quizá y Taehyung recuperó la esperanza ante esas almas anticuadas y rígidas.

—Bien. —Se separó la mujer y se colocó de pie. —Hora de descansar. Ya es tarde. —El menor asintió. —Hasta mañana. —Sonrió muy comprensiva y salió.

Taehyung sonrió en grande y talló su cara con sus manos.

Sin lugar a dudas, la mamá de Jungkook era un ser totalmente hermoso.


   La mañana había llegado, aquél desayuno había sido uno de los más amenos e interesantes para el castaño.
La mamá del menor le había comentado a Jungkook el plan B, por si tal charla no resultaba como se esperaba. Y bueno, el menor no se molestó en ofrecer compartir habitación con Taehyung, lo cual fue totalmente descartado por su mamá.

Y es que esta ni se imaginaba qué tan lejos habían llegado aquellos dos pillos.

Las horas pasaban y pasaban, y entre más sucedía, Taehyung se sentía de los nervios y para nada preparado a enfrentar la imagen de sus padres.

—¡Fue algo genial! —Reía Jungkook mientras caminaba. —El tipo no lo vio venir y Yoongi Hyung lo dejó botado.

Taehyung sonreía e intentaba escuchar las anécdotas del menor.

—Hey. —Se detuvo el menor. —Todo estará bien, Tae —animó, entendiendo perfectamente la razón de su estado—. Hablaremos con ellos, e independientemente del resultado, estaremos juntos.

—Eres muy cursi. —Rió y abrazó el brazo de su menor, mientras continuaban el paso.

—Y muy cool.

—Ujum.

—También dijiste que era sexy y guapo.

—¡Y-ya! —Chilló.

Jungkook únicamente se limitó a reír.


   Se había hecho de noche, el menor se encontraba fuera de la puerta principal de la casa de sus padres. Lo meditó mucho, pero al final toco el timbre y esperó a ser atendido.
Este se notaba nervioso, su postura era débil y sus manos no dejaban de temblar.

Jungkook le miró por el rabillo del ojo, tomó una de sus manos y la acarició levemente. —Escuché que abrieron un restaurante por la zona de la preparatoria con una temática marina. ¡Debe ser genial! —Alegó—. ¿Te gustaría ir?

El castaño lo miró, sonrió en grande y asintió. Aquella sonrisa se contagió y eso fue lo único que pudieron compartir, justo después de que tal puerta fuese abierta.

—¡Mi-mi amor! —Alegó muy preocupada la mujer, y abrazó fuertemente a su hijo—. ¡¿En dónde t-te habías metido? ¡¿Estás bien?! —Preguntaba, mientras tomaba al castaño de las mejillas y lo excurisonaba, todo para serciorarse del estado de su hijo.

—Lo estoy. —Sonrió levemente y la tomó de las manos. —¿Está... papá? —Preguntó.

La mujer de inmediato dirigió sus ojos hasta Jungkook, este simplemente se mantuvo de pie, igual observándole.

—Así es... —Respondió y abrió más la puerta—. Pasen.

Los dos chicos entraron, la mujer pidió que por favor tomaran asiento y eso fue lo que hicieron. Esperaron unos minutos, y aquél rígido señor ya se había hecho presente; los miraba de forma despectiva, de sus ojos sólo podía observarse a una persona totalmente dura y apática.

—Taehyung, he de suponer que no dormiste en la calle —mencionó, miró al chico a su lado y se sentó en el sofá de al frente.

—No lo hice —respondió simple.

—Eso me tranquiliza —admitió y dirigió sus ojos hacia el pólumo de su hijo.

El menor sonrió levemente y asintió.

—Señor, yo... —Habló por primera vez Jungkook y suspiró muy pesado—. Realmente no tengo justificación con lo que hice con su hija, fue poco pensado e insensible.

—Me parece bien que lo tengas claro —continuó el mayor, con un tono bastante tosco—. Estoy verdaderamente enojado y no es algo que con una simple disculpa se arregle.

—Lo siento.

Este negó y posó sus ojos en su hijo menor. —¿Estás feliz, Taehyung?

El nombrado lo pensó por un rato y dijo—: Puedo decir abiertamente que sí, pero no del todo.

—¿Estás feliz con la situación de tu hermana? —Cambió la pregunta.

—¿Qué? ¿Por qué lo estaría? —Hizo una mueca el menor y juntó sus dos manos. —Sí, nunca me llevé del todo bien con Dahyun, pero créame, nada de lo que hice fue para perjudicarla precisamente a ella. Es más, a nadie.

—E igual lo hiciste.

—Era eso o permanecer infeliz —respondió igual de tosco—. Siento ser egoísta con respecto a eso.

—Taehyung —habló por primera vez la mujer, con esto, intentando pedir algo de calma debido a que la situación se estaba tornando aún más tensa.

Este hizo una mueca y se quedó en silencio.

—No lo acepto —terminó por decir y se colocó de pie—. Mi techo, mis reglas. Así de sencillo.

La mujer empuñó fuertemente sus manos y tragó fuerte.

—¿Entonces me está echando? —Rió con algo de decepción.

—Precisamente porque no quiero hacerlo, es que te estoy advirtiendo. Te quiero, Taehyung, pero toda esta jodida situación, es una locura.

—No lo es —defendió.

—¡Deja tu maldita estupidez! —Alegó ya cansado—. ¡Deja de retarme y respeta de una buena vez!

—¡Me da coraje! —Igual empezó a gritar—. ¡¿Acaso yo no valgo?! ¡¿Por qué siempre Dahyun debe influir con respecto a los dos?! ¡¿Por qué sus deseos siempre son más importantes que los míos?! —Su rabia e impotencia empezaba a reflejarse en sus ojos. No lo aguantaba; quería algo de comprensión, algo de entendimiento hacia su situación, hacia lo que de verdad quería. Y el no conseguir nada de eso, hacía que en su pecho apareciese un fuerte desconsuelo.

—Taehyung... —Musitó el menor y tomó de forma fuerte una de sus manos.

El padre al darse cuenta de aquello, se acercó de forma osada y apartó a su hijo de los brazos de Jungkook.

—¡Ya basta! —Volvió a gritar, quizá, con más coraje y miró a Jungkook—. Largate —pidió, retando.

El azabache miró a Taehyung; este se notaba muy triste, al borde del llanto y empuñando muy fuerte sus manos.

—Taehyung —repitió Jungkook.

Este al escuchar su nombre, elevó su mirada y sonrió levemente, aún con sus ojos muy brillosos debido a las ganas fuertes de caer en llanto. —Está bien —respondió por fin.

—¿No me estás escuchando? —Volvió a hablar el mayor.

Jungkook observó por unos segundos más al castaño, tragó muy fuerte y simplemente se dio a la tarea de salir.

—¿Esto es lo que quieres? —Preguntó y soltó a su hijo de la forma más brusca posible—. ¿Que la gente te mire con asco y desapruebo?

—Pueden irse al carajo —musitó.

—Repite esa mierda y volteo tu cara con otra bofetada —amenazó.

—Ya-ya, por favor... —Pidió, muy, muy triste la mujer y con lágrimas decorando sus mejillas.

El menor sonrió, miró a su padre con la mayor rabia que sus ojos dejaban expresar y al final repitió—: Usted, señor. —Relamió sus labios. —Puede irse al carajo.

Fue lo último dicho, antes de sentir como aquella pesada mano se impactaba nuevamente contra su mejilla ya herida.

—¡Ya es suficiente! —Gritó la mujer, totalmente desesperada por lo pasado.

—¡No te meta-

—¡Sí lo voy a hacer porque es mi hijo y no voy a permitir que lo trates como a un saco de boxeo  cada que te entre la gana! —Interrumpió, con una autoridad que sorprendió hasta el mismo Taehyung.

Y es que su mamá siempre había vivido bajo las sombras de su padre. Dejando a este tomar decisiones importantes, dejando a este educar a sus hijos y poner normas que iban a 'contribuir' con su buen desarrollo integral.

Todas siendo estúpidamente rígidas y a veces, sin sentido alguno.

—Aléjate de él —volvió a hablar—. Y no es opcional, te lo estoy pidiendo como tu esposa y su madre.

—¡¿Entonces vas a aceptar toda esta mierda?!

—No he dicho que estoy de acuerdo, pero tampoco lo estoy con la forma en que lo tratas. —Suspiró pesado, se acercó hasta Taehyung y lo alejó del hombre. —Cálmate, primero —pidió.

—Esto es una locura...

—Piense como se le venga en gan-

—Taehyung —interrumpió la mujer—. Todo esto también va para ti —bufó e hizo que el menor se sentara en el sofá.

Y es que el castaño, justo en ese momento, había perdido el total respeto hacia aquella persona que se hacía llamar padre.

—No voy a permitir esto. —Soltó un fuerte suspiro el hombre. —Y es lo último que diré.

—Está bien, no lo hagas. —Miró al hombre. —Pero créeme, por tu intolerancia no voy a dejar que mi hijo viva debajo de un puente. No son sólo tus bienes, recuerda que también son míos, y... Agh, sabes perfectamente que ante toda situación, siempre voy a preferir a mis hijos. Incluso antes que a ti.

El mayor la miró con muchísima rabia, no dijo nada más y simplemente salió de la casa.

La mujer miró a su pequeño, se acercó hasta él y acarició levemente aquella mejilla muy lastimada. —No pensé que mi familia llegaría hasta el punto de querer resolver un problema con los golpes. Es triste...

Taehyung hizo una mueca, y simplemente se mantuvo en silencio.

—Sé que no será cómodo por un tiempo —continuó, llegó hasta el baño que había en el primer piso y saco un pequeño botiquín—. Sé también que la situación con tu padre está empeorando cada vez más. —Hizo una mueca y se sentó nuevamente a su lado. —Pero, Tae... no quiero que te vayas. No lo hagas —pidió.

Este simplemente se mantuvo en silencio.

—He sido muy complaciente con Dahyun y ahora que lo dices, es que me doy cuenta. —Relamió sus labios y talló su cara. —No he sido una buena madre contigo y me estoy sintiendo mal por aquello.

—No-no... me va a importar —musitó y bajó su cabeza, sintiéndose muy derrotado por el desborde de emociones—. Si-si quiere golpearme, que lo haga. —Sonrió con algo de sorna.

—No, mi amor. —Hizo una mueca la mujer. —No voy a permitir que lo haga, ¿me hago entender? —Tomó de las mejillas a su hijo e hizo que la mirara. —Eres mi hijo y eso es lo que realmente importa. Admito que la situación al principio me dejaba sin saber qué hacer, pero eso no me da ningún derecho a tratarte mal y herir tus sentimientos.

El castaño hizo un leve puchero, sintió sus ojos arder y abrazó muy fuerte a su mamá.

—Déjame dialogar con él de forma más calmada, ¿sí? —Pidió, refiriéndose a su esposo—. Haré lo posible, pero... por favor no te vayas.

El menor la abrazó aún más fuerte y asintió de forma frenética.

Era su mamá, era la persona que más amaba en todo su universo y el simple hecho de que lo apoyara y le dijera cuánto lo quería, lo hacía sentir muy feliz y protegido.

—Ahora, déjame ver esa mejilla —pidió y empezó a revisar el pequeño moretón que traía en ella.


   Pasaron unos minutos, y el castaño no esperó para salir y tomar su teléfono para intentar contactar al menor.

—¿Cómo te fue? —Preguntó y lo miró.

Taehyung dirigió su mirada hacia el frente. —¿Me estabas esperando?

—¿Fue algo malo?

—No, realmente no. —Sonrió de forma leve al ver tal acción como algo tierno.

—¿Qué te dijo tu mamá?

—Creo que... —Rió y talló su cara. —Nun-nunca me había sen-sentido tan liberado como ahora. —Intentó sonreír, pero un pequeño brillo empezaba a asomarse por sus ojos.

Jungkook lo notó y de inmediato se acercó para abrazarlo fuertemente. —Ya está bien, Tae —murmuró, todo con la intención de hacerlo sentir mejor—. Ahora lo está.

Taehyung escondió su rostro en el cálido cuello de su menor.

Aquél que lo había mantenido alejado por temor, ahora lo sostenía con firmeza y con mucha confianza. Sabía lo que sentía, sabía que cada momento al intentar esconder aquello, era un momento lleno de tortura para él y para la segunda persona que sólo intentaba hacerlo admitir sus emociones.

Y es que justo en esa situación, Jungkook no había estado más feliz de abrirse y demostrar qué tan orgulloso estaba de ser él.

Sin resentimieto, sin ningún tipo de cohibición.

Ahora todo estaba como debía estar, con la persona correcta, con los sentimientos correctos.

Malditamente perfecto.

Paso 5.
✔ No des explicaciones, no te justifiques, no te eclipses, no pidas perdón, no fijes etiquetas.

SIMPLEMENTE AMA.

Fin.

///

Nunca me había
demorado tanto en
culminar un fic.
No me maten, plis.

¡Nos leemos en otro fanfic!

Espero y este pequeño
proyecto haya sido de
su agrado~

-Gaby

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