HUNDIDO EN LA OBSCURIDAD

HUNDIDO EN LA OBSCURIDAD

Entonces...

Lo hiciste...

Al final...

Te rendiste...

Tal vez todos tenían razón...

Solo eres...

Un Deku.

Jamás en mi vida, creí encontrarme aquí, en la fría y profunda... obscuridad.

La muerte es algo muy misterioso para todos los seres vivos, ya que nadie puede decir con certeza, que hay detrás de ella, hay quienes afirman que después de la muerte hay un mundo maravilloso, o que es solo el inicio de algo mas grande, pero no es así, la muerte... solo es el final.

En medio de la obscuridad, se podía ver a un cierto peliverde, que flotaba en medio de la nada, mientras se hundía cada vez más, como si de un vasto y profundo océano se tratase, y a cada momento la poca luz que aun era visible, comenzaba a perderse.

Lentamente, el aire dejo de llegar a sus pulmones, pero ya no era necesario, ya no necesitaba respirar, ya no necesitaba moverse, ya no necesitaba pensar, ya no necesitaba sufrir, su cuerpo comenzaba a pesar cada vez más, y sin darse cuenta, toco el fondo de aquella obscuridad, la luz hace mucho que se había perdido, pero estaba bien, ya no la necesitaba.

Lentamente miro a su alrededor, pero no importaba que dirección tomase, la vista era la misma, pero no le importo, tal vez por fin podría descansar.

¿??: que patético eres.

Lentamente volvió a abrir sus ojos, busco en todas direcciones, pero, aun así, no hubo ningún cambio, por lo que intento seguir con lo que estaba haciendo.

¿??: entonces todos tenían razón, solo eres un perdedor, solo eres un Deku.

Nuevamente abrió los ojos, y aunque miro hacia todas las direcciones posibles, no logro ver nada, confundido por lo que estaba pasando, intento ponerse de pie, y fue en ese momento en el que se dio cuenta, de que podía moverse.

Como pudo se dio la vuelta, logro observar su reflejo, y apoyo la mano en lo que sea sobre lo que estuviera acostado, pero en cuanto lo hizo, este se estrelló, asustado se puso de pie, pero esto solo lo empeoro.

Trato de huir, pero no importaba a que dirección corriera, siempre terminaba estrellándose en la obscuridad, asustado de no poder escapar, se acurruco en el suelo, y comenzó a llorar.

Lentamente, risas se comenzaron a escuchar por todo el lugar, todas, burlándose de él, como pudo coloco sus manos en sus oídos, en un intento de dejar de escucharlas, pero estas solo aumentaron, y eso comenzaba a molestarlo.

Las risas, a cada momento se hacían más fuertes, y harto de escucharlas, comenzó a gritarles que se callaran, pero esto solo parecía provocarlas casa vez más, ya completamente enfurecido, se puso de pie, tomo valor y decidió enfrentarlas.

Deku: CALLENSEEE!!!

Las voces se detuvieron, lentamente abrió los ojos, y observo quien se estaba burlando de él, la única persona que jamás creyó posible... el mismo.

Pues en cada fragmento de obscuridad, ya hacia su propio reflejo, sonriendo mientras se burlaban de su sufrimiento.

Deku: -llorando- por favor... deténganse.

¿??: ¿o qué?

En ese momento, el fragmento mas grande que se encontraba frente a él, hablo, y tras sus palabras, las risas volvieron a comenzar, este solo tomo sus oídos, cerro los ojos, y como pudo, imploro que se detuvieran.

¿??: solo eres un imbécil.

¿??: nos avergüenza ser tu.

¿??: ¿Por qué simplemente no te moriste?

¿??: ¿Por qué no te dejaste matar por ese tipo de lodo?

¿??: ¿Por qué mierda naciste?

No importaba cuanto rogara, su voz solo se perdía en medio de los gritos y las burlas, cada momento que pasaba deseaba mas y mas su propia muerte, mientras entre lagrimas imploraba que esto acabara.

Estar encerrado dentro de esa obscuridad, era una tortura, pero, aun así, a pesar de la mierda de vida que llevo, nada lo preparo para lo que se avecinaba.

Inko: no debí parirte.

Deku: -abriendo los ojos- ¿ma... ¿mamá?

Inko: -negando con la cabeza- me da asco que me digas así.

Deku: -poniéndose de pie- no, por favor... tu no.

Inko: no puedo creer que llevara algo tan asqueroso dentro de mí por nueve meses.

Deku: -golpeando la obscuridad- por favor... detente.

Inko: me alegra saber que, con tu muerte tendré un hijo digno de mí.

Deku: cállate.

Inko: seguro mi hijo con Bakugo será un digno sucesor de su padre.

Deku: CÁLLATE... por favor, -cayendo de rodillas- solo cállate.

Inko: lo único que me alegra mas que este hijo, es que esa chica Uraraka tendrá uno igual de fuerte.

Deku: -cubriéndose los iodos- QUE TE CALLESSS!!!

Inko: ¿o qué?

En ese momento, el peliverde se paralizo, y comenzó a balbucear, simplemente no sabía que contestar, muy dentro de el sabia lo que debía responder, lo que debía hacer, lo que no sabía... es si tendría la fuerza para hacerlo.

Rápidamente las risas volvieron a invadir el lugar, pero esta vez, no eran solo sus reflejos, también su madre comenzó a reírse de él, lentamente cubrió sus oídos, y agacho la cabeza, hasta que esta toco el suelo, en un vago intento de intentar ignorarlas.

Así estuvo por varios minutos, horas, días, no sabia cuanto tiempo llevaba intentando ignorar esas risas, pero comenzaban a enloquecerlo, como podía trataba de mantenerse en calma, pero la gota que derramo el vaso, fue cuando nuevas voces comenzaron a aparecer.

Como pudo, alzo la mirada, y observo a su alrededor, ahí ya hacían no solo sus reflejos, también su madre, sus antiguos compañeros de todas las escuelas en las que había estado, y sus compañeros de la UA, todos los que alguna vez se burlaron de él, riéndose de él, como siempre lo habían hecho.

Con toda la furia que había guardado durante todos sus años de vida, se puso de pie, con la intención de encararlos, pero estos solo se rieron con más fuerza, apretó los puños, y corrió con todas sus fuerzas hacia ellos, con la intención de terminar de romper lo que sea que lo estuviera deteniendo, y poner fin a las risas con sus propias manos.

Corrió con toda la energía que le permitía su cuerpo, pero al llegar a las gritas, este simplemente se estrelló, se puso de pie nuevamente, y con ira comenzó a golpear, con intención de romper lo que sea que lo estuviera frenando, pero simplemente, no sucedió nada, ni siquiera surgían nuevas grietas, aunque antes solo bastaba con un ligero rose para agrietar, ahora simplemente no sucedía nada.

Así estuvo durante un tiempo, tan concentrado en romper aquello que lo rodeaba, que ni siquiera se había dado cuenta, de que las risas se habían detenido, golpeo y golpeo hasta que le sangraron las manos, hasta que el agotamiento lo hizo caer.

Tomo varios minutos que recuperara el aliento, y cuando entro de nuevo en sí, fue cuando noto el silencio que lo rodeaba, miro a su alrededor, y noto que sus reflejos se habían ido, junto a sus compañeros de las escuelas en las que había estado, ahora solo quedaban su madre, sus compañeros de la UA, y una copia de él.

Por un momento dudo de lo que sucedería ahora, pero las sonrisas que todos tenían, no le daban una buena espina.

Lentamente, sus compañeras y su madre comenzaron a quitarse la ropa, mientras lagrimas comenzaban a brotar de sus ojos, sus compañeros sacaron sus miembros de sus pantalones, y frente a el comenzó una gran orgia.

Lentamente comenzó a enfurecer nuevamente, pero cuando vio a su reflejo, tomar a su madre por la espalda, y abrirle las piernas para recibir al pelirrubio, no pudo resistir más, callo de rodillas, y puso su cabeza en el suelo, con la intención de intentar ignorar lo que sucedía frente a él, mientras se ahogaba en su propio llanto y frustración.

Pero lamentablemente... no pudo, un par de manos, lo tomaron de los brazos para levantarlo, mientras sostenían su cabeza, para evitar que ignorara la nauseabunda escena que ya hacia frente a él, pues podía presenciar de primera mano los rostros perdidos en el placer, de las mujeres que mas amaba en este mundo.

Las lagrimas no se detenían, y parecía que mientras mas lo lastimaban, ellas mas disfrutaban del placer carnal, lentamente comenzó a apretar los dientes y fruncir el ceño, mientras que agitaba su cuerpo, en un vago intento de escapar del agarre, para así poder huir de ahí.

Pero simplemente no podía escapar, cada vez, usaba más y más fuerza, y sin darse cuenta una pequeña obscuridad, comenzaba a salir de su cuerpo, a causa de la frustración comenzó a gritar, mientras se agitaba furicamente, sin darse cuenta su furia llego a su límite, y simplemente... la obscuridad salió.

Deku: Les dije... que se... DETENGANNN!!!

En ese momento, grandas espinas de color negro, brotaron de todo su cuerpo, atravesando el rostro de todos aquellos que lo rodeaban, destrozando todo a su alrededor, y destruyendo aquello que le impedía salir.

Lentamente, la obscuridad entro en el nuevamente, y vaya que dolió como el infierno, pero al estar mas calmado, pudo notar que ya era libre, nada le impedía irse, sin embargo, frente a él, ya hacia un pequeño peliverde, que solo lo veía con tristeza.

¿??: -caminando hacia el- ¿ya te dite cuenta?

Deku: -viéndolo a los ojos- ¿de qué?

¿??: -tomando sus manos- no tenemos que seguir sufriendo, tenemos el poder para erradicar el dolor, nuestro dolor.

Deku: -cayendo de rodillas- pero...

¿??: -sonriéndole- solo debes dejar de huir.

Deku: -bajando la mirada- no es tan fácil.

¿??: -juntando su frente con la de el- en el momento en el que dejes de temerte a ti mismo, cuando liberes todo lo que te has guardado dentro de ti, y lo dejes fluir con libertad entonces te obedecerá, y tu poder realmente será tuyo.

Deku: -negando con la cabeza- no se si pueda.

¿??: -abrazándolo- yo sé que puedes, vas muy bien, solamente no pares.

En ese momento, el pecoso abrazo al niño que estaba frente a él, y comenzó a llorar, con la intención de liberar todo el dolor que había guardado durante tantos años, mientras lentamente, eran envueltos por la oscuridad.

El peliverde debía regresar, pero sabia una cosa, no sería el mismo, sería más listo, más rápido, más fuerte, más ágil, más poderoso, pero sobre todo... no sería más Deku.

NO MÁS DEKU.

Dentro de una gran edificación, en medio de una plataforma de combate, se encontraba un cuerpo, completamente calcinado de la cintura hacia arriba, al cual le faltaban la mitad de ambos brazos, pues estos habían sido destruidos hasta los codos, mientras que a su lado ya hacia el culpable de su estado actual, temblando, incapaz de moverse o respirar siquiera, a causa de lo que había hecho.

Estos eran observados por sus compañeros, los cuales se encontraban en un estado de shock, por lo repentino de los sucesos, pues de un momento a otro, su compañero que parecía ser el pilar de toda su aula, paso de defenderse del chico de cabello rubio, a caer carbonizado.

Durante varios minutos, el llanto y los lamentos de los miembros de la clase 1A fue lo único que pudo escucharse, o eso fue... hasta que una risa invadió el lugar, completamente iracundos, observaron a todas las direcciones, en búsqueda de aquel que se burlaba de su camarada caído, lo que no esperaban, es que al ver al cuerpo que se encontraba en la plataforma, este fuera el que se estuviera riendo.

Con una carcajada bastante perturbadora, el cuerpo sangrante y quemado que se encontraba en el centro, se arqueaba de la risa, sosteniéndose con sus piernas y su cabeza, mientras que estiraba hacia el frente lo que quedaba de sus brazos.

En ese momento, los miembros de la clase 1A tuvieron la intención de correr directamente hacia él, con la intención de auxiliarlo, y así intentar salvar su vida, pero se detuvieron, cuando unas prolongadas agujas negras salieron de lo que quedaba de sus brazos.

Durante un momento contemplaron aquellas púas de color obscuro, hasta que estas comenzaron a moverse, distorsionándose hasta parecer patas de insecto, que comenzaron a rasguñar el suelo con movimientos erráticos, como si trataran de aferrarse al suelo, hasta que finalmente se detuvieron.

La clase 1A creyó que su compañero había fallecido, pero esa idea estaba lejos de la realidad, las agujas se alzaron una a una, y se clavaron firmemente en el suelo, y comenzaron a levantar el cuerpo de su compañero caído, hasta que este pudo ponerse de pie, entonces aquellas espinas regresaron a su cuerpo.

Ya pudiendo sostenerse por si mismo, el herido peliverde levanto lo que quedaba de sus brazos, hacia los lados, y nuevamente aquella obscuridad broto, esta vez como si de un tentáculo se tratase, la obscuridad se estiro, incluso pasando entre algunos miembros de la aterrada clase.

Lentamente, la obscuridad comenzó a regresar hacia la persona de la cual provenía, mientras sostenía lo que alguna vez fueron las manos de aquel herido peliverde, delicadamente las manos cercenadas fueron colocadas en el lugar que les correspondería, mientras que la oscuridad comenzaba a reemplazar las partes perdidas.

Tuétano, hueso, nervios, venas, musculo, piel, toda parte perdida o dañada era remplazada, por un notorio color negro, que de inmediato pasaba al color que le correspondería naturalmente, lentamente el cuerpo del peliverde regresaba a ser el de antes, todo ante la atónita vista de sus compañeros y maestro.

Cuando el proceso de regeneración termino, el peliverde alzo las manos, paso los dedos por su cabello, y dio una amplia sonrisa, que fue acompañada por una silenciosa y siniestra risa, lentamente comenzó a apretar su cabello con fuerza, abrió los ojos, y hablo.

¿??: -temblando- eso... dolió... COMO EL INFIERNOOO!!! HAHAHAHAHAHAHAHA

La clase completamente atónita por lo que acababa de suceder frente a ellos, no supo como reaccionar, pues su compañero caído, había vuelto de la muerte, pero eso mas que alegrarlos, los atemorizo, pues lo que se encontraba frente a ellos no era su amigo, no era Deku.

Aquella carcajada incomodo a todos, pues mas que ser alegre, era perturbadora, y aquella siniestra sonrisa no ayudaba en nada, la risa rápidamente dejo de escucharse, y el peliverde paso de estar alegre, a estar completamente serio, comenzó a caminar hacia el pelirrubio, y en un parpadeo estaba frente a él.

Bakugo: -temblando- Deku yo...

¿??: -juntando su frente con la de el- sabes "kacchan", cometiste un error, uno muy grande.

Bakugo: YO NO QUERÍA.

¿??: -tapándole la boca con un dedo- no cerciorarte de que realmente estuviera muerto.

Bakugo: ¿Qué?

Un fuerte golpe se escucho por todo el lugar, pues el peliverde había golpeado fuertemente al pelirrubio en el estómago, tanto que este termino por devolver su almuerzo.

El peliverde simplemente lo dejo caer, y estuvo a punto de salir de la arena, sin embargo, una fuerte explosión lo detuvo.

Bakugo: -enojado- tienes razón, la próxima vez recordare romperte el cuello.

¿??: -sonriendo- no si te arranco los brazos primero.

En ese momento, los brazos del peliverde comenzaron a cubrirse de aquella obscuridad, viscosa como la brea, apunto su mano hacia el rubio, y un tentáculo surgió de esta, atrapándolo sin posibilidad de escapatoria.

El chico explosivo ataco aquel tentáculo, con la intención de destruirlo, pero cada parte faltante, era reemplazado instantáneamente por aquel liquido negruzco, el peliverde alzo al rubio, estirando el tentáculo varios metros, y con toda su fuerza comenzó a azotarlo repetidamente por toda la arena, una vez que el rubio dejo de moverse, el peliverde hizo girar el tentáculo, para seguidamente arrojar al rubio fuera de la arena.

El rubio salió rodando, pero antes de salir del límite, una patada en la espalda de parte del peliverde lo detuvo.

Una vez comprobado que el pelirrubio no podría levantarse, el peliverde le dio la espalda, y camino a las escaleras, para así poder salir de la arena, pero antes de terminar de dar el segundo paso, un seguro paso por su costado y aterrizo frente a él, se dio la vuelta, y logro ver como el pelirrubio estaba de pie nuevamente, sonriéndole mientras le apuntaba con su granada.

El peliverde solo frunció el ceño, envolvió en obscuridad uno de sus brazos, y con su mano tapo el cañón, con la intención de detener el disparo, sus compañeros no pudieron evitar preocuparse, creyendo que sucedería lo mismo que hace unos minutos, y tal vez, su compañero pecoso no correría con la misma suerte, por lo que comenzaron a exigir que se detuviera el combate.

El profesor se puso de pie, dispuesto a detener el enfrentamiento, pero cuando estuvo a punto de saltar, ya era tarde, pues la granada ya había disparo, pero al no haber salida para la explosión, esta termino por autodestruirse, dañando de gravedad el brazo de su usuario.

El pelirrubio cayo al suelo, sosteniendo su brazo herido, mientras gritaba del dolor, el peliverde solo se coloco encima de este, y envolviendo sus brazos en aquel fluido negro, comenzó a golpear al rubio repetidas veces en la cabeza, hasta que cayo inconsciente.

Una vez terminado el combate, el peliverde alzo uno de sus brazos, mientras su mano seguía apuntando al pelirrubio, y ante la vista de todos, aquel fluido viscoso, se endureció, formando una afilada aguja.

Todos creyeron que el peliverde acabaría con la vida de su compañero, pero para el alivio de todos, su profesor ya se encontraba a su lado para impedirlo.

All Might: -tomándolo del hombro- joven Midoriya, ¿Qué te sucedió? Tu no eras así ¿Dónde quedo mi discípulo? El chico que entrene, que soñaba con ser el número uno.

¿??: -guardando la obscuridad- ¿Qué paso? -apretando los puños- ¿Qué paso? -quitando la mano de su hombro- LO QUE PASO FUE QUE DEJASTE QUE ESE IMBÉCIL ME ASESINARA.

El peliverde pateo el cuerpo del inconsciente pelirrubio, con la sufriente fuerza para que terminase estrellándose contra el podio, destruyéndolo a su paso, el profesor salto en auxilio de su alumno, y el simplemente bajo de la plataforma, ante la atónita mirada de sus compañeros, y una vez termino de bajar el ultimo escalón, se desplomo en el suelo.

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