#9: Noche de luna menguante

Aquella noche de luna menguante al olor de los limones leía en la terraza y quedó petrificada mirando la mancha de sangre en el suelo: aquella mancha perpetua que la sabía asesina, el único testigo que no podría borrar; y hubo de recordar entonces otra noche de luna menguante cuando la mata de limón no había echado el primer brote y ella había matado a su marido.

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