#24: Ruido metálico
Los niños corrían de aquí para allá sin importarles con qué tropezaran y utilizando como una espada cualquier objeto metálico que se le pareciera. Daba igual el ruido que hicieran, a más ruido más diversión.
-¡Basta ya! Estáis asustando a ese señor. No tiene gracia -los reprendió la única adulta que puede verlos.
En la esquina de la morgue, agachado, sujetando vehementemente la cruz que colgaba de su cuello, el forense rezaba de forma atropellada todo lo que recordaba. Un aire más gélido que de costumbre le helaba los huesos y, aun cuando no apartaba la mirada de los cadáveres a los que él mismo hacia la autopsia, escuchaba carcajadas infantiles y el ruido metálico que hacen los instrumentos pertinentes al chocar.
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