¡Tócame!


Jungkook estaba abrumado.

No, era más que eso.

Jungkook se sentía furioso, incómodo, agitado, descontento, lleno de celos.

Oh, Dios, los celos consumían a Jungkook.

Bufó nuevamente mientras miraba fijamente el libro frente a él. Sus ojos no podían apartarse de esa patética escena.

A solo unas mesas de distancia, se encontraba Jimin.

Jimin riendo.

Jimin riendo junto a Wonho.

Y eso no era lo peor.

Wonho y Jimin susurraban entre ellos, tratando de evitar que el profesor los viera distraídos.

Wonho tomaba la mano de Jimin.

Jimin entrelazaba sus dedos con los de Wonho.

Wonho lo abrazaba por los hombros.

Jimin recibía el abrazo con una sonrisa.

Wonho lo miraba con ojos llenos de ensueño.

Jimin hacía un mohín adorador.

Wonho se acercaba cada vez más.

Jimin permanecía inmóvil.

Wonho rozaba su rostro.

— ¡Profesor Kim, Wonho y Jimin me están distrayendo! — exclamó Jungkook, llamándo la atención de todos.



•••



La incomodidad no era suficiente para describir lo que Jungkook sentía en ese momento.

Jimin caminaba delante de él, claramente enfadado por ser descubierto por el profesor, quien actuó rápidamente castigando a Wonho y a él con una tarea extra, una anotación en el libro y separándolos en sus asientos.

Era una medida extrema, pero considerando que el profesor era conocido por ser irritable, estricto y difícil de tratar, no resultaba sorprendente.

Jungkook no podía ocultar su satisfacción. Su sonrisa era una prueba irrefutable.

¿Por qué se sentía tan contento? Quizás, solo quizás, porque ahora estaban separados.

¿Por qué se sentía tan agradecido? Tal vez, solo tal vez, porque Jimin fue obligado a regresar a sentarse a su lado.

¿Sentía culpa? No. Definitivamente no.

¿Haría algo al respecto? Sí, quería disculparse.

Sin perder tiempo, se acercó a Jimin cuando lo vio frente a él, colocándose a su lado, preparándose para ofrecer sus disculpas.

Tenía una excusa sencilla que sabía que Jimin comprendería.

«No estaba entendiendo la clase y me distraía al escucharlos, de verdad lo siento». Eso era lo que planeaba decir.

Con una sonrisa en su rostro, estaba a punto de hablar, pero no esperaba en absoluto que Jimin se alejara rápidamente, aumentando su paso y alejándose de él.

Jungkook ni siquiera tuvo tiempo de pronunciar su nombre cuando la puerta se cerró de golpe.




...



Al día siguiente, las cosas empeoraron, ya que no era suficiente que Jimin lo ignorara en el camino de regreso a casa, ahora también lo ignoraba en el colegio.

Era francamente irritante.

Jungkook esperaba pacientemente que Jimin, como de costumbre, se sentara a su lado para esperar la siguiente clase, pero no fue así. En cambio, Wonho una vez más capturó su atención y se fueron juntos a quién sabe dónde, solo para encontrarse más tarde en el aula susurrando entre ellos.

«¿Por qué no viene aquí? ¿Se le olvidó que debe sentarse a mi lado? ¿Debería llamar su atención?»

Jungkook tragó saliva y se aclaró la garganta cuando entró al salón, captando la atención de ambos chicos.

— Jimin — su voz temblorosa salió a flote y carraspeó rápidamente, sintiendo cómo el rubor amenazaba con subir a sus mejillas —, recuerda que cuando empiece la clase debes sentarte a mi lado.

— ¿Qué? — preguntó, para su sorpresa, con un toque de disgusto y sin mostrar una de sus sonrisas genuinas habituales.

— Sí, bueno... ayer el profesor Kim te lo dijo...

— Lo sé, Jungkook, pero hoy no tenemos clase con él.

— Pero aún así deberías hacerlo. Sabes que...

— Jungkook, mira, tranquilo — interrumpió Wonho en tono calmado —, si ocurre algo, Jimin volverá a su asiento y...

— ¿A quién le estás hablando, eh? — replicó rápidamente Jungkook a la defensiva, hablando sin cuidado y con desprecio, dejando que esa parte que consideraba a Wonho un rival tomara el control —. ¿Por qué te entrometes en lo que no te importa?

— ¿Qué te sucede, Jungkook? — preguntó Jimin frunciendo el ceño mientras se ponía de pie. Jungkook se quedó boquiabierto, molesto —. Si estás enfadado, no tienes por qué desquitarte con nosotros — dijo mientras se acomodaba la ropa —. Ya es suficiente con tus tonterías.

Wonho siguió a Jimin en silencio mientras ambos se dirigían hacia la puerta.

— No, Jimin, entiende que yo...

«Entiende, quiero que te sientes a mi lado, prometo que no volveré a actuar de esa manera, perdón, de verdad perdón», pensaba Jungkook entregándole una mirada suplicante, con la esperanza de transmitir su arrepentimiento.

— Cállate, Jungkook, cállate — susurró Jimin, mostrando su frustración —. ¿Cuándo te ha importado si me pasa algo cuando me castigan? — Le preguntó, levantando una ceja y manteniendo su distancia. Jungkook, en ese momento, se había posicionado frente a él —. Nunca, en todos estos años, te ha importado si un profesor me castiga y yo le desobedezco, ¿por qué debería importarte ahora?

Jungkook quería responder, de verdad quería hacerlo, pero las palabras no salieron de su boca.

No las palabras que deseaba expresar, al menos.

— No me importa en absoluto — susurró sin saber qué hacer —. Solo estoy...

No me toques — Jimin interrumpió rápidamente al ver que Jungkook se acercaba con la intención de tomarlo de los brazos —. Basta, Jungkook, si realmente no te importa, puedo lidiar con cualquier situación por mi cuenta.

Un largo silencio llenó la sala.

Wonho, quien había estado observando la situación, tomó la muñeca de Jimin y, tras lanzar una mirada a Jungkook, se retiró con él.

Una vez solo, Jungkook no pudo evitar pensar en Jimin. En Jimin y su comportamiento hacia él. En Jimin y su evidente disgusto hacia su persona.

Le dolía.

Realmente le dolía.


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